El 1 de abril de 1960, Melchor Díaz-Pinés Pinés, envió la siguiente información a la Agencia Nacional de Noticias 'CIFRA', fechada en ARGAMASILLA DE ALBA.
La historia, ha hecho llegar hasta nuestros días, el gran renombre que Argamasilla de Alba tiene en la provincia de Ciduad Real, entre otros motivos, por los hechos acaecidos, hace ahora cien años.
Desde el año de 1530, en el que el Prior D. Diego de Toledo, hijo de D. Fadrique y segundo Duque de Alba, contribuyera tan eficazmente a la reconstrucción de la villa tras la riada del Guadiana (llamado ' Río de la Plata'), que la destruyera, han ido sucediéndose episodios que han servido para hacer inmortal a esta villa. Llamóse también Argamasilla de Alba, " Lugar Nuevo " hasta que, por gratitud y honra del ilustre prócer que les salvó de la muerte, tomara el patronímico del ducado de " Alba ", con cuya nombre llegó hasta nuestros días.
Un hecho de singular importancia tuvo lugar en esta villa, va a hacer ahora cien años. Se cumple en estos días el centenario de la primera edición del Quijote, que alcanzó gran resonancia en el mundo de las Letras. Fue editado por el impresor madrileño D. Manuel Rivadeneira, que concibió y llegó a realizar una nueva edición del Quijote de la Mancha en la misma casa que la tradición señala de siempre, como aquella que sirvió de prisión al ilustre Manco de Lepanto. Montó Rivadeneira su imprenta y los trabajos se realizaron como estaba previsto, asistiendo a la inauguración, entre muchos literatos y artistas de la época, el propio Infante D. Sebastián.
En estos tiempos modernos y con la construcción en el término municipal del pantano del Estrecho de Peñaroya, está llamado este núcleo urbano a desempeñar una progresiva proyección, entre el concierto de los pueblos manchegos.
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