Hemos definido en
anteriores relatos al Siglo XVII –dice D. Cosme- como un siglo de penurias…y
pruebas de ello se han dado ya bastantes en el contenido de los disertos que
han ido versando acerca de los avatares acontecidos en la citada centuria…
También hemos comentado -prosigue- que el retroceso registrado por las
variables económicas del Reyno de España, comenzó ya a principios de esa
centuria,..aunque en algunos lugares y villas concretas, que, por alguna
circunstancia, eran especialmente prosperas en su entorno, la situación
económica financiera se mantuvo de una manera bastante aceptable, o se
deterioró en un menor grado…y, si bien, fueron decayendo, poco a poco, no
pasaron las miserias que ya sufrían otras villas próximas, hasta la segunda
mitad de esa centuria de penurias para España que fue el Siglo XVII….
Tal fue el caso de Manzanares, sin duda una de las villas más boyantes del
Campo de Calatrava en los años que mediaron entre 1600 y 1640…
Pero, continua D. Cosme, la prueba más contundente y dramática, que asevera
dicha definición, de década trágica, en lo que se refiere a la villa de
Manzanares, es lo que sucedió en el curso de diez terribles años, aquellos que
mediaron entre 1674 y 1684… De todo ello, de lo que sucedió en esa década
trágica, que da título al relato, le propongo hablemos para darle contenido a
este que comienza ahora…
Y si , mi querido amigo, dice D. Cosme…una increíble mezcolanza… trágica,
conjunta y sucesiva, de aconteceres negativos, de diferente naturaleza,
afectaron a Manzanares, a partir del año 1674…y llevaron a nuestra villa, como
nunca hasta entonces, al borde mismo del exterminio...
Verá ud, sigue D. Cosme, los problemas fueron tantos, tan a la par, y de tal
magnitud, que paralizaron casi completamente la actividad social y el espíritu
aguerrido de los manzagatos,... Nuestros desafortunados paisanos de entonces,
debieron sentirse en aquellos terrorificos años, como si hubiera caído sobre
ellos una maldición bíblica… Tuvieron lugar en Manzanares, más o menos
conjuntamente, una serie de calamidades naturales, como: plagas de langosta y
otros insectos,… los pedriscos, las heladas, la seca de algún verano… e,
incluso, las inundaciones acontecidas en el río Azuer, en el curso de unos
inviernos muy crudos, y particularmente lluviosos, que arruinaron las sucesivas
cosechas, en aquellos funestos años para la villa de Manzanares de La Mancha…
Se produjeron, además, y como va dicho, graves epidemias de diferentes
enfermedades infecciosas transmisibles, sobre todo: tifus y disenterías, que,
en un contexto de pobreza extrema… y, en ausencia de unas condiciones mínimas
de salud pública, que pudieran disminuir o prevenir los contagios, propiciaron
una tasa de infecciones que afectó a casi toda la población manzagata… y,
además. generó en ella una grandísima mortandad…
Y, todo ello, toda esta trágica situación, apareció en el contexto
socio-financiero de una enorme presión fiscal del Reino de España hacia sus
ciudadanos.. Inmersa como estaba España en guerras y problemas internos, los
influyentes validos del Rey, manejaban a su antojo las finanzas del Estado,
expoliando al pueblo con impuestos inasumibles en la situación de crisis que se
vivía, para poder mantener los enormes costes de las guerras.. Manzanares que,
como va dicho, aguantaba el tipo mejor que otras villas cercanas, se vio, de
repente, por las circunstancias antes referidas,… sumida, abruptamente, en una
terrible situación durante esa década trágica de 1674 a 1684… lo que le hizo
sufrir más intensamente una penuria a la que no estaba acostumbrada, como otros
lugares que ya se habían ido adaptando a las miserias del tiempo, muchos años
antes…
Escudo del Condado de Aguilar, C/ Empedrada. |
Lo cierto era que la presión fiscal del Reyno no consideraba, en absoluto, la
situación económica circunstancial de sus paisanos, y les seguía expoliando a
base de grandes impuestos que, naturalmente, eran imposibles de recaudar por
los Concejos y los alcaides mayores de las villas….
En Manzanares, la brusca ineficiencia productiva que caracterizó aquella década
trágica, por las causas y razones que acabo de referirle, condicionó una
situación y estado de cosas, que terminó por asfixiar las ya precarias
economías de las gentes de la villa, tanto nobles como plebeyos…aunque, como
siempre pasa, y pasará en la historia del hombre, estos últimos fueron los que
más sufrieron, entrando muchos de ellos en la más absoluta de las indigencias,
concluye severo Don Cosme…
Esta trágica conjunción de aspectos negativos, prosigue D. Cosme, tuvo
enseguida la lógica consecuencia de un marcado decremento poblacional y, por
otra parte, la de un empobrecimiento generalizado en toda la villa, que se
tradujo en cifras muy elocuentes de lo que supuso todo aquello…
Como datos concretos, que hacen referencía a esos dos aspectos: .. en lo
concerniente a la demografía, las enfermedades y la pobreza extrema, llevaron a
la villa de Manzanares a perder, por entonces, el 38% de su censo
poblacional,...que pasó, en esa trágica década que estamos considerando, de 1.286 a 792
vecinos,....bien por decesos, o por la intensa emigración a otros lugares…En el
aspecto monetario, los paisanos que optaron por seguir en la villa, quedaron
endeudados en la tremenda cifra de 155.877 rs,… débito, éste, imposible de
costear para un Manzanares hundido en niveles de recesión y miseria,
desconocidos hasta entonces, y sin un maravedí en sus arcas municipales…
El Concejo de Manzanares, ante esta situación, tuvo que guardarse el natural
orgullo que siempre le caracterizó…y se vio obligado a recurrir al Consejo de
Hacienda del Reyno la condonación total o parcial de esa deuda, ya que tomaron
cuenta enseguida que los agotados recursos financieros de la villa hacían
imposible su pago…
El Consejo de Hacienda, no mostró mucho interés en la mediación, y delegó todos
los trámites en el marqués de la Olmeda, quien parece ser que perdonó a nuestra
villa todos los atrasos que ya tenía en cuenta…y, además, dejó reducida la
deuda a condonar en solo 20.000 rs…. Le comentaré, ahora, amigo cronista, que,
a pesar de la angustia con que, posiblemente, se vivió la situación previa a
este acuerdo, es muy destacable, precisamente por eso, el alarde de desparpajo
del Concejo de Manzanares, que actuó con mucha habilidad y picardía ante el
marqués de la Olmeda,… al que confundió, “inflando” el índice de despoblación
de la villa, lo que, seguramente, influyó de manera determinante en la decisión
final de los juzgadores…. y podemos presumir que el Concejo actuó de esa
manera… porque, siguiendo con el análisis demográfico, las cifras anuales de
bautismos, registrados en los Archivos Parroquiales de la Villa de Manzanares (en
aquel tiempo, prácticamente todos los que nacían) se mantuvieron en cifras
aceptables durante los primeros años de esa década trágica, no siendo hasta su
final, en los años 1684, 1685, 1686 y 1687, cuando ya se apreciaron caídas
evidentes en la cifra total de bautizados, que descendieron.. entre un 21 y un
29%, respecto a las del año 1680…Ciertamente, el aumento de mortandad y la
emigración contribuyeron como ninguna otra cosa a ese descenso poblacional,
pero parece también evidente que los datos censarios, aportados al Marqués de
la Olmeda por nuestro Concejo, estaban “maquillados”.... a favor de las
pretensiones de Manzanares, algo que, por otra parte, y dadas las
circunstancias, aunque se jugará engañosamente con los números, resultó una
estrategia apropiada para el objetivo de paliar la muy precaria situación de
las gentes de la villa, lo cual, en gran medida, y a mi manera de ver la pura
actuación política en el episodio, justificó bastante a nuestro Concejo
Municipal, que veló por sus propios intereses,…y también supo hacerlo por el de
todo su pueblo… en un “modus operandí” característico de muchos de nuestros
dirigentes a lo largo de la historia de Manzanares, de los que ya hemos tenido
ejemplos en estos relatos, y que alcanzaría su cenit en algunos episodios
acaecidos a primeros del Siglo XIX, que tendremos ocasión de contar en su
momento, y que protagonizó el que fue insigne párroco de Manzanares, D. Pedro
Alvarez de Sotomayor, sin duda uno de los mayores referentes humanos de la
historia de esta increíble villa de Manzanares de La Mancha…
Y le propongo, amigo reportero, que de, aquí, fin al relato..pues ha servido
para explicar lo sucedido en la que hemos dado en llamar “década trágica” para
Manzanares, durante aquella centuria de penurias que fue el Siglo XVII…y nos da pie a un siguiente, en el que pueda contarle, más específicamente, algunos
hechos concretos que ayudarán a conocer mejor a todos sus lectores, y a usted
mismo, como se gestionaron en nuestra villa las enormes cuitas de aquella
terrible década…
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