¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

viernes, 6 de abril de 2018

151). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: EL DESPUES DE UNA DECADA TRAGICA.

Acabo de contarle, -dice D. Cosme- las generalidades de los avatares que la historia manzagata vivió en la que fue su década trágica del Siglo XVII…y cómo la Hacienda del Reyno tuvo, ante sí, el arbitraje del Marqués de la Olmeda para su solución… 


Pero, el Concejo de Manzanares, no debía tener mucha confianza en la decisión final de Hacienda sobre dicho arbitraje...y tomó una determinación inesperada y extemporánea, que dará argumentos suficientes para este relato, sobre algunas circunstancias concretas que acompañaron a las soluciones dadas a esa década trágica en la villa de Manzanares.. Nuestro Concejo, sigue D. Cosme, representado por los licenciados don Juan Rosillo y Juan Ñuño Delgado, consultó de manera paralela, e improcedente, al Consejo de las Órdenes.. solicitándole un arbitrio para el mismo fín del pago de la deuda, siendo, este, un recurso extraordinario, que no debió utilizarse antes de finalizar la consulta a Hacienda, pues se corrió el riesgo de estropear todo lo conseguido..Se pidió al Consejo de Ordenes :.. “un permiso para labrar y sembrar el monte de propios, “La Mancha”, por un tiempo de diez años, una vez repartido en suertes”...Un depositario de “máxima honestidad”, cobraría las cuotas, y evitaría que se destinasen a fines distintos del previsto...

En una reunión del Concejo, el 9 de mayo de 1696, -continua Don. Cosme- presentes los alcaldes: Blas Quesada Gutiérrez-Terán y Francisco Silveira Rosillo, y los regidores Francisco Verzosa Lodona y Andrés Canuto Mayorga,… nuestros ediles se quejaron muy amargamente del mucho dinero que, de 1680 a 1693, los “cobradores” enviados a Manzanares por los superintendentes de rentas de Almagro y Ciudad Real, (inspectores de la Hacienda Real)… exigieron, con apremios y vejaciones, a los vecinos de la villa, teniendo los capitulares que prestarles de sus bolsillos, para hacer frente a los pagos….Tras exponer todo esto en la reunión, el Concejo nombró comisario, a efectos negociadores con el Consejo de Ordenes, al rector del cabildo parroquial, don Isidoro Francisco Medina....Contra todo pronóstico, en lugar de declararse incompetente, ya que entre sus facultades no estaba las de estos asuntos, el Consejo de Ordenes atendió la solicitud de Manzanares, y, mediante Real Provisión, comisionó al efecto a D. Antonio Franco, alcalde mayor de La Solana…

Sin dilación, continua D. Cosme, el día 25 de agosto, Franco tomó declaración a 7 testigos, ante el escribano Isidro Serrano Medina y el procurador sindico general (valedor de los intereses del común), Alonso Martín Consuegra…. Lo declarado por todos, confirmó que, en la llamada década trágica, la situación en Manzanares fue insostenible:… “se cogieron muy pocos cereales, uva y aceituna, por culpa del tiempo calamitoso, como «averse elado y apedreado las viñas y olivares”… El peor año, con mucho, fue 1684 a causa de:…. «las continuadas llubias del ibierno e inundación que hizo el río Azuel derribando su puente... paso de la Andalucía a la Corte... y entrándose en esta villa con daño considerable»…. 

Por otras declaraciones, sabemos –sigue Don Cosme-..que se inundaron y hundieron muchas casas, y la corriente arrastró el 19 de marzo al jinete Gonzalo Ruiz Nieto, que se ahogó al despeñarse su caballo, en suceso muy comentado…También, en ese 1684, una devastadora epidemia de tifus y, quizá, algunas otras infecciones, elevó a 227 la cifra de anual de defunciones, algo insólito en una villa acostumbrada a enterrar 65, 89 ó 93 paisanos cada año, que, como ej., fueron las documentadas en los tres años previos. Esa mortalidad catastrófica, (quizá algo“inflada” por el Concejo) ocasionó, según el Ayuntamiento de Manzanares, un gran desasosiego en la villa, que quedó sumida en una profunda tristeza y en un desánimo colectivo...Esta dramática descripción de las cosas, motivó en Franco, como lo hubiera hecho en cualquier persona medianamente sensible, una predisposición favorable a las peticiones de ayuda de Manzanares…



Y es que, ciertamente, dice D. Cosme, las siempre activas y emprendedoras gentes de Manzanares estaban viviendo uno de los peores años de toda su larga historia….
Al final de esa década horrible, la demanda y la producción habían caido abruptamente, por las circunstancias demográficas y «la falta de moneda.”... Además, la ausencia de salidas para los escasos productos que se obtenían, hizo que las tierras quedasen abandonadas a su suerte,…todo era erial, grama y malezas… El número de yuntas, bajó de más de 400 a unas 70; y los rebaños de oveja quedaron reducidos a menos de 10, cuando en épocas recientes eran muy numerosos.. Labradores de 4 pares de équidos, quedaron sin ninguno, a causa de:.. “malas tierras, secas y yelos que an sobrevenido”. Hubo paisanos que tuvieron que arrendar “pedazos” en Alcázar, Daimiel, Argamasilla de Alba, y otras villas cercanas, para evitar la emigración; aunque, en las idas y venidas, perdían muchas obradas, y algunas cabalgaduras morían agotadas por el acarreó diario de grano y paja a tanta distancia…Y, eso, sin considerar que las autoridades de esas villas, obligaban a pagar alcabalas y sisas, desoyendo que ya lo hacían en Manzanares... 

La vida cotidiana, sigue D. Cosme, quedó muy trastornada en toda la villa manzagata.. Familias enteras, o solamente padres, emigraron,… dejando a hijos y esposas en la práctica de la mendicidad errante, proceso que apareció en el escenario local de manera tenebrosa… gran parte de las gentes de Manzanares, mendigando por la villa a paisanos tan pobres como ellos!!… augurándose lo peor, si no se adjudicaba a la villa, en los términos solicitados al Consejo de las Ordenes, el monte virgen de “La Mancha”… aunque, allí, en verdad, resultaba imposible hacer una carga de leña verde… puesto que no había encinas ni chaparros, todo lo más unas cuantas matas pardas, tan pequeñas que apenas apuntaban del suelo, desde que años antes dos incendios asolaron ese monte, que había quedado con escasas posibilidades de regeneración…

Por otro lado, los pastos de invernadero en la villa eran tan poco estimados que, de 1692 en adelante, no hubo arrendadores que los solicitaran y, encima, carecían de comunidad, abrevadero y «paradero» de rebaños…Con todo y con esto, algunos de los inquiridos, afirmaron que el monte de “La Mancha”, estaba “descansado” y, en alguna manera, ”majadeado”..y que quizá podría dar buenas cosechas y rastrojos suficientes, para evitas el alejamiento de los ganados a zonas distantes, algo que se saldaba siempre con pérdidas de cabezas y peso..Fue muy comentada la vibrante alocución de un testigo, que adujo al comisionado del Consejo de Ordenes, …“la villa de Manzanares bien merecía este arbitrio, después de tantos servicios, soldados, carruajes y abastecimientos aportados al Estado”….

Al día siguiente, el alcalde mayor convocaba un concejo abierto que el “peón público”, Juan Diez, pregonó en los sitios de costumbre:..“La Plaza pública, esquina de Sebastián, plazuela de las monjas, paradores, calle Ancha y esquina de «la bachillera”…. 


El domingo 26 de agosto, en la misa mayor y.. «quando estava la maior parte de los vecinos juntos», D. Cristóbal Cuenca Manzanares, sacerdote del cabildo eclesiástico, leyó en el púlpito… “con voz clara y distinta” la Real Provisión, e invitó a los presentes a participar en la asamblea municipal extraordinaria que se celebró a las 4 de esa tarde.. A esa hora, en la sala de la planta baja del Ayuntamiento, frente a la puerta que daba a la plaza, estuvieron preparados: bufete, bancos y sillas;..y sentados: ambos alcaldes y el regidor Canuto Morales.. El alcalde mayor ordenó “tocar a ayuntamiento”.. y comenzó, uno de los cabildos abiertos más trascendentes de la reciente historia de Manzanares… Divididos en grupos, entró un número total de 78 individuos (labradores, pastores y de otras profesiones); paisanos muy significados, al ser “cabezas visibles” de los colectivos que más influían en la economía de la villa,... los cuales:… «unánimes a una boz» votaron a favor de explotar el monte de La Mancha como solución a las consecuencias de la crisis…. Don Antonio Franco, comisionado del Consejo de Ordenes, clausuró el ayuntamiento… «mui tarde, cubierta la luz»,… cuando dejaron de acudir vecinos…. 

Horas después, «como de medianoche abajo», salieron camino del monte de “La Mancha”… él mismo Antonio Franco, el alcalde Quesada, el escribano y otras personas, pues;.. «por los calores era necesario llegar poco antes de salir el sol»… Lo recorrieron de punta a punta, en trayectos de cuarto de legua (menos de 1.400 ms.), desde el camino de las Encinas a Nava de los Cuentos.. y desde la casa de los Gatos a la de Morales,.. «vista de ojos» en la que atisbaron que, allí, “no quedaba ramón ni brizna de hierba”… a pesar de lo cual, y una vez que el fiscal informó favorablemente sobre el expediente abierto, el Consejo de las Órdenes cursó una Real facultad, el día 15 de diciembre, para que se iniciase la explotación del monte de “La Mancha”., “según arte y previsión”… Se dieron los pregones habituales por la villa;..pero transcurridos bastantes días… “pidió la suerte de tierra un número insuficiente de labradores”... Como no se alcanzó la cifra prevista, y debía cumplirse lo estipulado, se dio oportunidad de participar a los labradores de La Membrilla.. Unos y otros, se comprometieron a dejar crecer, si las hubiere, 30 matas leñosas por fanega…. No sabemos a ciencia cierta el por que de las reticencias de muchos aldeanos de Manzanares en apuntarse a una explotación que pretendía salvar sus haciendas….quizá, pensaron que, tarde o temprano, saldría a la luz el engaño con que había procedido el Concejo, y temieron perder el trabajo que exigía preparar los barbechos…o bien, simplemente, no confiaban mucho en la solución propuesta…Lo cierto fue que, finalmente, a instancias de algunos vecinos «menos afectos al bien común» - seguramente ganaderos bien relacionados e interesados en que no subiera el precio de los pastos- el Consejo Real hizo llegar por vía del fiscal don Diego Vaquerizo Pantoja, el 19 de abril de 1697, a los alcaldes de Manzanares la comunicación de que la concesión había sido retirada y el corregidor de Toledo supervisaría el cumplimiento…Parece ser que el Consejo de Hacienda, proclive al pacto del Marqués de la Olmeda, denegó también la solicitud, razonando que perjudicaba a la ganadería...Al final, en lo que concluyó todo esto, fue que Manzanares quedó sin ayudas oficiales y los humildes labradores de la villa como los máximos perjudicados….

Y acabe usted aquí el relato, amigo cronista, pero sepa ya, que una vez desaparecidas las causas naturales que propiciaron esa década trágica, la indomable gente de la villa de Manzanares de La Mancha, sin necesidad de ayuda forastera, comenzaría de nuevo, todavía en ese Siglo XVII, y en sus últimos años, a resurgir de sus cenizas,,,.algo que veremos pronto al considerar los avatares de nuestra villa y gentes en el Siglo XVIII..

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