El Catastro de
Ensenada, querido plumilla, como le dije anteriormente, nos sirve de gran ayuda
para recrear el Manzanares del Siglo Ilustrado… y para concretar el relato que
ahora comienza, en base a los datos que aportó el susodicho Catastro, me dice
D. Cosme, le propongo el encabezamiento que arriba queda, para dar a entender
que le disertare sobre como describieron las tierras de nuestra “patria chica”,
“ilustrándolas” a base de numerosísimos datos, aquellos paisanos nuestros que
respondieron acerca de ellas, en el Ayuntamiento de la villa de Manzanares, a 6
de Noviembre de 1752.
Le recordaré primero, sigue D. Cosme, que, en los primeros tiempos de la
Encomienda de este pueblo magnífico, la “población indígena” del Lugar de
Manzanares era, por su mixtificación con la previa cultura almorávide, muy
experta y eficaz en la utilización de las aguas naturales de su entorno.. En
los siglos XIV y XV, la vega del Azuer del Lugar de Manzanares, era reconocida
como una de las más feraces y productivas, por sus sistemas de acequias y
norias…y eso se supo mantener, en los dos siglos siguientes, a pesar de la
pujante industria de los molinos de agua, por el ingenio de nuestros paisanos,
que idearon un sistema de diques y compuertas, que permitiría, mejor que en
ningún otro lugar vecino, un rendimiento eficiente de huertas, tierras y
molinos...
Sin embargo, sigue D. Cosme, como sabemos por crónicas previas, el
talaje furtivo de los bosques de nuestra Encomienda, las malas cosechas y una
serie de plagas desdichadas, en la segunda mitad del XVII, esquilmaron nuestra
riqueza terrenal a tal grado, que se llegó a temer por la propia subsistencia
de la villa….Solo, al final de ese Siglo, se pudo recuperar algo de aquel
desastre de nuestra villa manzagata... Algunas buenas cosechas, y la fortuna para
la villa de su último Comendador Calatravo, el Señor de los Cameros y Conde de
Aguilar, quien, por su querencia particular hacia la naturaleza, en las tres
primeras décadas de este Siglo Ilustrado, se implicó mucho, y propició una
importante recuperación de las asoladas tierras de la que había sido más rica
Encomienda de las de Calatrava…
Así , en 1752, como conocían el destino y la repercusión impositiva que la información
conllevaba.. nuestros paisanos, probablemente, fueron cautos y algo pacatos, en
la valoración de sus terruños,..si bien, describieron un estado de cosas que
certificaba esa “recuperación terrenal” de la villa manzagata, con respecto al
trágico final del Siglo XVII... Hablaron, sigue D. Cosme, en términos
genéricos, y específicos, de nuestras tierras y campos, diferenciándolos por
sus características: particulares (regadío, secano, monte, etc) y por las
calidades de cada terreno…
“.. en el término hay las especies de regadío por las acequias de los molinos
del Azuel y por pozos de anoria para frutales, hortaliza y sembradura de
secano; sembradura de azafrán, viñas, olivas, pastos y dehesas y baldíos con
algún monte pardo bajo”.
También se refieren a la calidad de las tierras, diferenciándolas por sus
características y rendimientos, contestando lo siguiente: ..,“..la tierra de
regadío por las acequias de los molinos del río Azuel y por pozos de anoria es
de primera y segunda calidad, la de secano para sembradura, vides y olivos es
de primera segunda y tercera, la de hortaliza, frutales, azafrán, olmos y
pastos en dehesas y baldíos es de una sola calidad”...y luego, “afinan”, hasta
en producciones por año…:“La de regadío por pozo de anoria poblada de frutales
y para hortaliza produce todos los años”… “La de regadío por las acequias de
los molinos del rio Azuel produce: la de buena calidad en cuatro años tres
frutos, la de mediana un año y vez”...“La de buena calidad de regadío por pozo
de anoria y la de secano fructifica con año y vez”..“La de mediana calidad
también de regadío por pozo de anoria y la misma de secano produce en quince
años seis frutos y una rastrojera”.. “La de inferíor calidad también para
sembradura de secano en los mismos quince años produce cinco frutos y una
rastrojera con sus intermedios de barbechera y descansa la de mediana calidad
dos años y la inferior tres”…
D. Cosme, me dice ahora… no crea usted, querido plumilla, que la cosa quedó en
esto, iguales especificaciones, (con explicaciones añadidas muy curiosas, como
las que se refieren a los olivares), hicieron nuestros paisanos para tierras y
productos concretos: .. ”La de vides produce todos los años”… “La de azafranal
produce en seis años cuatro frutos y uno mediano”. ... “La de olivos en cinco
años produce dos frutos de regular abundancia, uno mediano y dos escasos o
cuasi nada, permitiéndolo así la tierra por su aridez y cortedad, y no
participar este clima como otros de continuados rocíos que la fertilicen y por
consiguiente faltarles robustez a resistir la intemperie fría y aires solanos
que en la mejor sazón de la cuaja enteramente las despoja todo fruto, como es
notorio en el país y han observado en continua experiencia de muchos años”… “Y
el resto del término en dehesas y baldíos para pasto, que es tierra llana,
produce todos los años”...
Y, sigue D. Cosme,.. en la minuciosidad de las explicaciones, se llegan a
especificar el número de árboles por especies, su disposición en las distintas
tierras, su producción frutal si la tuvieran y las rentas asociadas…igualmente
se hace, artículo por artículo, y producto por producto, con todo tipo de
cosecha: por ej, en los cereales, se refieren a la producción total y luego a
las correspondientes en trigo, cebada o centeno..Sin embargo, y a tenor con
esto último, a veces, cuando se pregunta a nuestros paisanos, . se van por los
“cerros de Ubeda”, o mezclan cosas, “metiéndolas en el mismo saco”…quizás con el
ánimo de crear confusión o, al menos, hacer más difícil la comprobación de los
cálculos, en el intento de pagar menos… Así, al inquirirles por las especies de
frutos en el término...dan esta curiosa respuesta; mezclando fruta, animales y
derivados:“… los productos que se cosechan producen y crían en el término de la
villa son: trigo, cebada, centeno, aceite, vinos, hortalizas, algunas pocas
legumbres, corderos, cabritos, quesos, lana, muletos, potros, pollinos,
lechones, miel, cera, enjambres, frutas, azafrán, barrilla y otros menudillos
que comprende ese ramo y no son considerables de especificación”.,
Naturalmente, continua D. Cosme, para complementar toda la información
requerida, y poder asegurar las tasaciones, los interrogados responden a
preguntas acerca de las medidas de la tierra en nuestra encomienda, y lo hacen
de esta guisa tan curiosa y tan abigarrada, bien comprensible entonces, pero
muy difícil de interpretar en nuestros días:
...“que la medida en común uso de el pueblo es la cuerda de tierra por el marco
de 96 varas castellanas que hacen 576 estadales de a cuatro varas en cuadro,
todo de 9.216 varas cuadradas, y pasando a regular la cantidad de granos que se
siembra en cada una por experiencia y establecimiento regular entre labradores
la primera calidad de regadío por las acequias de los molinos del Azuel se
siembra con tres fanegas de cebada, las de segunda calidad por el mismo regadío
se siembra con 15 celemines de trigo o dos fanegas de cebada. La tercera
calidad de secano se siembra con ocho celemines de trigo o cuatro de centeno”…
“..en el término alcabalatorio de la villa, comprendiendo las tierras que sus
vecinos poseen con propiedad en los sitios despoblados contiguos a Moratalaz y
Aberturas en que tienen absoluta comunidad con las villas inmediatas bajo el
poco más o menos de su comprensión habrá 60.000 cuerdas, de las cuales son, a
saber, con distinción”:…y, sigue D. Cosme- pormenorizan a continuación
cantidades diferentes de tierras, separando las de regadío, de las de secano,..
con sus diversas calidades y haciendo múltiples alusiones al número de unidades
sembradas… Por ej, en cuanto a las vides y olivos comentan lo siguiente:… “…en
las 5.000 cuerdas plantadas de vides y olivas, según queda expresado, habrá con
distinción, a saber:..
“800.000 vides De las cuales son 140.000 de primera calidad, 250.000 de la de segunda y las
410.000 restantes de la tercera”… “60.000 olivas, de las cuales son 8.000 de
primera calidad, 22.000 de segunda y 30.000 de la tercera”…lo mismo hacen con
el azafrán, los baldíos, y otras sembraduras.. y, cuando se entra a tasar el
valor de los productos, según cantidad y calidad, continua D. Cosme, de nuevo
nuestro paisanos hacen referencias múltiples, muchas de ellas con gran lógica y
realismo manchego, en aras a minimizar el impacto impositivo....aducen, por ej,
la temporalidad de las aguas del Azuer, para justificar la menor producción
veraniega de los regadíos, se quejan de la competencia por el agua con los
molineros, de la falta de labradores de temporada, de las frecuentes plagas con
las que siempre hay que contar..y, en fin, de varías otras cosas más, con el
ánimo de siempre…ablandar el rigor de la tasación final…Esa falta de claridad
en las respuestas, de algunos paisanos, contrastaba con la exactitud de las
cifras que daban al escribano cuando comentaban lo que pagaban en diezmos, lo
que no debe extrañar, ya que en Manzanares, como en cualquier otra villa del
Reyno, los paisanos intentaron siempre escatimar lo que debían abonar a las
autoridades en cualquier tipo de impuesto, no fuese a ser que “por exceso de
diezmo, se diezmaran sus haciendas”, comenta, socarrón, D. Cosme…
Marqués de la Ensenada. |
Ciertamente,
concluye, tanto en los diezmos, como en el catastro, la gente trataba, en lo
posible, de “engañar algo” al recaudador de turno.. por eso, las cifras de los
diezmos, al ser proporciones de un todo, permitían que las tasas a la baja que
se hacían para elaborar el Catastro, concordasen bastante bien con las cifras
de los diezmos y, por tanto, la gente de las villas conseguía, con esa
estrategia el propósito de pagar lo menos posible… Solamente, cuando las cifras
se exageraron muy a la baja, como ya hemos visto en algún relato anterior, la
cosa “cantaba” de tal manera, que obligaba a una segunda valoración por otros
peritos neutrales y forasteros…
Y bueno, mi querido cronista, puede usted ir dando por terminado este relato,
que da una idea de cómo se valoró la agricultura de nuestra encomienda en las
respuestas del Catastro de la Ensenada…. y cabe decir, para concretar la idea
de la recuperación que conoció nuestra agricultura.. y, por ende, nuestra
encomienda en la época ilustrada del XVIII, que la tasación global de la
Encomienda, en esos tiempos del Infante Felipe y de la realización de este
Catastro, se estimó en un valor de, más o menos, 3.264.000 maravedíes, lo que
claramente avala esa recuperación agrícola, habida cuenta que la agricultura
era, con mucho, y por entonces, la actividad que más rentaba a la excelsa villa
de Manzanares de La Mancha…
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