Empezaba
noviembre de 1799, dice D. Cosme al iniciar el relato, cuando Sotomayor había
sido confirmado por el Consejo de Ordenes como Rector del Colegio calatravo de
Salamanca para los tres años siguientes; y aunque se le mantenía también como
párroco de Manzanares, ciertamente su recién comenzada labor en nuestro pueblo
se tambaleaba …
Pero, sigue comentado D. Cosme, las cosas no iban a resultar tan
definitivas, y es que, ¡ay amigo!...el pueblo de Manzanares, su emprendedor
paisanaje, iba a tener un protagonismo decisivo en toda esta cuestión..y, visto
lo visto hasta ahora, acerca de la sutil inteligencia estratégica de D. Pedro,
y la determinación histórica que caracterizó a nuestra gente a lo largo de su
historia, no resulta extraña la deriva que tuvieron los acontecimientos que
venimos narrando,.. y todo lo que iremos conociendo a lo largo de la crónica,
nos hará entender cómo se logró la ubicación plena del insigne Frey D. Perdo
Alvarez de Sotomayor en la villa de Manzanares, por acción y arte de su
feligresía…
Cabe hasta suponer que ambos, pastor y feligreses, fuesen juntos, y
de la mano, en los acontecimientos que habrán de dar cuerpo a la crónica que
ahora le propongo escribir, para que usted entienda y sepa bien porque ocurrió
lo que ocurrió.. apostilla D. Cosme. Y es que, el clero y los feligreses de
Manzanares, a estas alturas del año, y del tiempo que llevaba entre ellos Frey
Sotomayor, continua D. Cosme, ya habían advertido las incuestionables virtudes
de quien era su nuevo Pastor… y habían decidido dar la batalla por él, quizá
“alentados” o “animados” por el propio Sotomayor, que siempre supo jugar muy
bien las “cartas disponibles” en cada uno de los problemas que abordó… y, esta
complicidad supuesta, entre pastor y rebaño, que solo es pura conjetura mía,
sigue D. Cosme, la baso en dos cartas que, firmadas por las autoridades, clero
y un número considerable de feligreses de nuestra villa, se enviaron al Consejo
de Ordenes y al propio Rey de España, abogando por la permanencia estable y
definitiva de Frey Sotomayor en Manzanares, y por que no tuviera que
compatibilizar la ingente labor que le esperaba en el pueblo con la rectoría
del colegio de Salamanca... y también lo supongo por la carta que el propio
Sotomayor envió al Consejo, en respuesta a esas dos cartas antedichas del clero
y feligreses de la villa de Manzanares...
Salamanca, antigua, monumental. |
Y es que, sigue D. Cosme, en algunos
párrafos de las dos primeras cartas de las gentes de Manzanares, (que habrán de
constituir el núcleo de está primera cronica al respecto del episodio)… y
aunque el lenguaje y la forma de escribir de aquella época eran similares; en
muchos textos se pueden advertir frases y giros lingüísticos muy comunes en la
jerga habitual de Frey Sotomayor...y, además, en la última carta que el propio
Sotomayor dirigió al Consejo de Ordenes (que conformará el núcleo del relato
que cerrará este episodio), Frey D. Pedro desarrolla un argumentario que le va
como “anillo al dedo” a las dos primeras cartas de nuestros paisanos de 1799;,
para conseguir el objetivo de permanencia en Manzanares …y fuese o no fuese
así, como enseguida veremos, cualquiera podría pensar que las tres misivas
formaban parte de una misma estrategia de pastor y feligreses, con el objetivo
último de evitar la marcha del primero a tierras salmantinas….
Pero, sigue D. Cosme, vamos ya con esas dos cartas que las autoridades, clero y
bastantes feligreses firmaron y dirigieron al Consejo de Ordenes y al Rey de
España…
En la primera de ellas, decían: “El vuestro Alcalde Mayor de la villa de
Manzanares, sus Procuradores Síndico General y Personero, el clero,
dependientes del Santo Oficio y demás vecinos en ambos estados que abajo
firman, a los R.P. de V.A. con el mayor respeto dicen:...”que ha causado tanta
aflicción a todo este vecindario la inesperada novedad de haber conferido SM el
empleo de Rector del Colegio de Salamanca a frey don Pedro Alvarez de
Sotomayor, del hábito de Calatrava, Párroco de esta villa, a quien veneraban
sus feligreses como Padre, Director y Maestro, títulos que le han grangeado las
excelentes prendas de virtud y ciencia que le adornan. Que los exponentes,
implorando la piedad del Soberano, le suplican en este día, implorando su
bondad, que su benéfica mano les conceda su Pastor, que no se les prive de su
amable doctrina y les deje gozar un Párroco que el Omnipotente les ha concedido
en la necesidad espiritual en que existían y que pues que la piedad de nuestro
Católico Monarca no puede menos de consolar a estos fieles de Jesucristo en sus
aflicciones”,---- estos mismos: Suplican rendidamente a V. A. , contribuya por
su parte a tan piadosa y caritativa pretensión, inclinando al Real Animo de
S.M. para que deje a los suplicantes su Pastor, cuya gracia esperan conseguir
del católico celo de V. A..- Dios Nº Señor llene de bendiciones la vida de V.A.
por dilatados felices años.- Manzanares a 4 de noviembre de 1799… Firman:
Josef-Jorge del Molino y Torres, alcalde mayor. Julían de Sandoval, síndico
general; Manuel Josef de Aliaga, personero; Pedro-Josef Novés y Aguilera y
Alfonso López Martín, presbíteros …y setenta firmas más, entre sacerdotes y
seglares….
Salamanca Histórica. |
La segunda carta, sigue D. Cosme, iba remitida directamente al Rey, y estaba
rubricada por las mismas personas, en la misma fecha, 4 de Noviembre de 1799,
por lo que se supone que las dos misivas se redactaron consecutivamente, y en
la misma reunión. Esta carta al Rey era aún más extensa y lisonjera para Frey
D. Pedro Alvarez de Sotomayor. Los firmantes justifican en la carta su posición
a favor del mantenimiento estable en Manzanares de Frey Don Pedro Alvarez de
Sotomayor en párrafos como los que siguen:
..”una de las cosas o la más principal que ánima y consuela de un pueblo
cristiano, tener a su frente un Párroco sabio y virtuoso”.. “hallen los fieles
de Jesucristo consuelo en sus aflicciones, protección en sus necesidades y
dechado en sus operaciones, cuando se ven privados de tan gran bien, se llena
el colmo de la aflicción y recurren presurosos a buscar la felicidad que perdieron”….“Asi
puntualmente sucede a los suplicantes y a todo este vecindario, que poseyendo
un Párroco digno, por sus virtudes y ciencia, del amor y estimación general,
apenas han principiado a gozar las delicias de su doctrina se les ausenta, y
por lo mismo recurren a la benéfica mano de V.A. buscando el consuelo que les
falta”…
Luego, en la carta, sigue D. Cosme, los firmantes hacen mención a las
dificultades espirituales de la villa antes de la llegada de Frey Sotomayor a
Manzanares, por la senectud del anterior Párroco, D. Manuel de Oviedo….y dicen
lo siguiente: … “obtuvo el encargo frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, del
hábito de Calatrava, que dió principio a su Apostólico Ministerio en el mes de
mayo del corriente año, y a primera vista se observaron en sus señales
exteriores las grandes prendas de virtud y de ciencia de que estaba adornada su
alma”…. “la sensación que hizo en los corazones de los fieles el infatigable
celo que animaba a este solícito pastor; de nada menos cuidaba que de su
descanso cuando las necesidades exigían su presencia; en él hallaban los
desavenidos, enfermos y necesitados, palabras, consejos y socorro que
suministraba de sus escasas rentas” (aquí “deslizan”, sigue D. Cosme, y
seguramente por “inspiración” del mismo Sotomayor, una de las demandas mas
perentorias de este a la Encomienda).
Y la carta, continua D. Cosme, se sigue extendiendo en una mezcla de alabanzas
y lisonjas, rayanas en la melifluidad, hacia el Rey, mezcladas sabiamente con
la petición casi imperativa del mantenimiento en Manzanares de Sotomayor,
diciendo cosas como: ….“Pero cuando el pueblo, en la dulzura con que gozaba de
su amable doctrina, se encuentra con la lastimera novedad de que se ausentado,
cuando más lo necesitaban ocho mil almas que tenía a su cargo; han sabido de V.
M. le ha conferido el empleo de Rector del Colegio de Salamanca y les ha dejado
sumergidos en un abismo de aflicciones, tanto que al saber la noticia corrían
las gentes penetradas de dolor por las calles, que difundían en los demás que les
escuchaban. Pero considerando que V. M. como tan católico y cuyo paternal
cariño para sus amados vasallos ha demostrado en todas ocasiones, no puede
dejar a estos infelices en tanto desconsuelo. Todos, todos juntos arrojándose a
los pies del trono de V. M. imploran su clemencia pidiendo que se les de su
Pastor, que no se les prive de su saludable doctrina que gozaban de su Padre y
Maestro. El sin duda fue enviado para socorrer a los suplicantes en la
necesidad espiritual en que existían. Conoce bien V.M. a los que la sabía mano
del Omnipotente ha fabricado, pues aunque sea acepto a sus divinos ojos que
instruya y dirija a pocos jóvenes que haya en el Colegio de Salamanca, mas
dignas de la atención divina serán ocho mil almas que hay en este pueblo y lo necesitan.
V.M. como católico cristiano es el protector y defensor de la Religión y no
puede menos de inclinar su magnánimo corazón hacia estos cristianos que quieren
su salvación”… “En esta virtud, suplican rendidamente a V.M. se digne revocar
el nombramiento hecho en el expresado frey D. Perdo Alvarez de Sotomayor de
Rector del Colegio de Salamanca y mandar que vuelva a esta villa a ejercer su
apostólico encargo, por cuya gracia todas estas almas imploran las bendiciones
de la bondad de Dios y todos sus auxilios para V.M. y su Real familia.- El
Omnipotente dilate la vida de V. M. por felices años como la Monarquía
necesita. Manzanares a 4 de Noviembre de 1799.
No sabremos nunca los intríngulis reflexivos del Consejo y del Monarca acerca
de estas dos cartas, pero si sabemos de su resultado….sirvieron para dejar en
suspenso la toma de posesión del cargo de Rector del Colegio Calatravo de
Salamanca por parte de Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor y Rubio… Se comentó,
entonces, sin que trascendiera mucho más del asusto, que el Rey quedó muy
impresionado por la carta de nuestros ancestros, y que eso fue determinante en
la citada decisión…Pero, por el momento, puede usted, querido reportero, dar
por concluido el relato, dando pie al siguiente, que redondeará la crónica del
episodio…
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