En la anterior
crónica, querido plumilla, habíamos visto como el propio Napoleón Bonaparte, a
pesar de la clamorosa victoria de Uclés, no quiso dar tregua alguna a
Manzanares, cuya toma resultaba prioritaria para el Emperador, que quería
evitar a toda costa que nuestro pueblo se convirtiera en un símbolo de la
resistencia española, al haberse constituido en firme escudo antifrancés y en auténtica frontera de la
España del sur...y, de ahí, mi querido amigo, el título del relato que ya
comienzo a narrarle...
Como le comento, Napoleón, había dicho y escrito:
"... de aquí a que se haga la operación de Andalucía es necesario ser
dueños de Manzanares" ...y está claro, sigue D, Cosme, que para el mando
francés un afirmación de Napoleón era un sinónimo de orden a cumplir, más pronto
que tarde... de manera que, enseguida, el cuartel general del Mariscal Victor
comenzó a trabajar el nuevo plan militar para tomar Manzanares. En nuestro
pueblo, continua D. Cosme, el que más y el que menos de los paisanos, comenzaba
a suponer que la zozobra de la guerra estaba de nuevo cercana a sus vidas.
Desconocía nuestra gente, y sus autoridades, la orden expresa de Napoleón sobre
Manzanares, pero era evidente a todos que, para alcanzar Andalucía, las tropas
galas habrían de atravesar, primero, nuestra villa....y, aunque las noticias
del descalabro de las tropas españolas en Uclés, seguramente no habían llegado
al común de los mortales manzagatos, más allá de su Junta Local de Gobierno, lo
cierto es que la progresiva acumulación de militares en Manzanares, en aquellos
días de la segunda mitad de Enero de 1809, hacía presagiar una situación
parecida a la que se había vivido en la villa, solo un mes antes...
La vida
social del pueblo comenzó de nuevo a trastocarse, ya que, sin estridencias ni
alarmismos, tal cual como era su estilo propio, Sotomayor fue advirtiendo al
paisanaje, tanto en el púlpito, como a través de la Junta Local de Gobierno,
que era previsible una próxima llegada de los franceses... y que había que
prepararse, de nuevo, para esa contingencia. Pidió a sus fieles que tuvieran fe
en la Providencia.. y agregó que los hombres útiles del pueblo se pusieran a
disposición de la milicia española que estaba llegando esos días a Manzanares,
por si era necesario combatir al francés. De nuevo, las tareas del campo se
abandonaron, poco a poco, en la segunda y tercera semana de Enero, al igual que
disminuyeron a lo imprescindible las actividades sociales y eclesiales de la
villa; la sensación general era que la guerra volvía En Manzanares, en pocos días,
prosigue D. Cosme, se concentraron 5.000 soldados del ejército de Sierra
Morena, al mando del intrépido coronel de caballería, D. Manuel Freire, quien,
desde ese tiempo, quedaría ligado a la brillante historia de Manzanares durante
casi toda lo que quedaba de Guerra de la Independencia....
Freire había sido
seleccionado expresamente por el Jefe del contingente de Sierra Morena, Marqués
del Palacio, protagonista, como sabemos por crónicas previas, del rechazo a los
franceses por parte de nuestro pueblo, los días 17 y 21 de diciembre de
1808...Del Palacio, tuvo que permanecer en La Carolina, cuartel general de su
ejército, para mantener bien organizada, y en persona, la segunda línea
defensiva que iba a intentar evitar a los franceses el cruce de Sierra Morena.
Del Palacio, sigue D. Cosme su diserto, tuvo el acierto de designar a Freire,
hombre de su plena confianza, para ocupar la primera línea defensiva en
Manzanares...- y "nunca
un escudo tuvo mejor escudero", exclama, enfático, D. Cosme-... porque tengo que decirle, sigue, que D. Manuel Freire era un militar
profesional muy determinado, con gran iniciativa y que gustaba de estar siempre
en vanguardia, algo que concertaba extraordinariamente bien con el carácter y
la raza de los manzagatos de aquel tiempo...
Frey Sotomayor, nuestro inteligentísimo Pastor, lo advirtió enseguida con satisfacción, vio que era el
hombre y militar adecuado, para el momento que iba a vivir Manzanares.. y se lo
hizo ver a todos los demás miembros de la Junta Local de Gobierno, a la que
puso, incondicionalmente, a trabajar la defensa del pueblo, codo a codo, con el
coronel Freire... Este, por su parte, mostró su asombro y satisfacción por el
gran ardor y predisposición, sin fisuras, de toda la población de Manzanares, a
la hora del inminente combate en defensa de su villa y sus haciendas. Se
sorprendió al apreciar lo bien preparados que estaban los hombres útiles del
pueblo, que solo unos días antes habían aprendido lo básico del uso de las
armas de fuego y de la técnica de defensa y protección personal en el combate,
y también de lo bien que tenían interiorizado su papel complementario, en
retaguardia, las mujeres de la villa, Freire, sigue D. Cosme, mostró su
admiración por el muro de piedra levantado por la gente del pueblo, un mes antes,
que cegaba las entradas norteñas de Manzanares; alabó por ello, a la Junta
Local de Gobierno de Manzanares, pues lo consideró muy útil para los momentos
que se avecinaban, limitándose a ordenar recomponer las partes del muro
deterioradas o desmontadas, tras las batallas de finales del mes de enero...
Por
su parte, los franceses, en cumplimiento de las ordenes de Napoleón, enviaron
una primera avanzadilla de reconocimiento, consistente en una partida de 200
Dragones, al mando de un general llamado Merlín, quien, desde la villa de
Tembleque, se aventuró a Madridejos, el día 25 de Enero de 1808. Al llegar a
este último pueblo, Merlín fue advertido de la presencia de tropas españolas en
Manzanares, Alcazar, Valdepeñas y Bailen, por lo que desistió de continuar
avanzando, e informó de ello al mariscal Victor, que aun saboreaba el triunfo
de Uclés, pero que se dispuso a cumplir la orden del Emperador, y mandó a sus
tropas poner rumbo a Manzanares, para acabar, de una vez, con su resistencia
numantina,... la suerte esta echada, remata D. Cosme.. Y, una vez más, continua
D. Cosme, el mariscal Victor encargó el ataque y la toma de Manzanares a la
primera división de caballería de Dragones de Latour Maubourg, para que se
pudieran desagraviar de las dos derrotas consecutivas que habían sufrido en
nuestra villa a final de diciembre de 1808. Los Dragones de Latour tenían la
moral bien alta, después de su brillante y decisiva participación en la batalla
de Uclés, y el objetivo de tomar Manzanares les motivaba muy especialmente. A
todos ellos les resultaba muy atractivo tomarse la revancha de aquel fracaso,
que empañó la brillantísima sucesión de éxitos que jalonaban toda su
trayectoria guerrera previa.... muy pronto comprobarían, aunque ya debían
saberlo, que Manzanares no era Uclés, concluye D. Cosme.
Tras la orden de
Victor, sigue D. Cosme, la primera división de Dragones de Latour, avanzó
rápidamente por el Camino de Andalucía, alcanzando Villarta de San Juan el 29
de enero de 1809. Al día siguiente, Latour Maubourg desplegó dos brigadas por
la orilla derecha del río Cigüela, en dirección a Alcazar de San Juan,
conformando un enorme arco de Dragones a caballo, que apuntaba a Manzanares
amenazadóramente. Ese mismo día, el grueso de la Gran Guardia de Latour, dejó
atrás Villarta, enfilando el gran llano que conduce a Manzanares... pero, para
su sorpresa, de golpe y porrazo, se encontraron con algo que no esperaban, y
que pocas veces les había ocurrido antes en España o en otros países, me dice
D. Cosme...
Y esa sorpresa consistió en que, a la altura de la Venta de
Quesada, la majestuosa cabalgada de Dragones, vio interrumpido su camino por
una avanzadilla de caballería que había partido de Manzanares, con el intrépido
general Freire a la cabeza. A la perplejidad inicial de los Dragones, nada
acostumbrados a semejante osadía, siguió su desconcierto ante el bravísimo
empuje demostrado por la caballería de Freire, que rompió el alineamiento de
los franceses, y no tuvieron otro remedio que poner "pies en polvorosa",
y retornar a Villarta a galope tendido..Sin duda, sigue D. Cosme, para suavizar
esta humillación, antes que llegase a conocimiento de Napoleón,
(afortunadamente, para su hermano Jose I, ocupado en Francia), Latour añadió,
en su parte, que tras esa retirada había logrado que la compañia de élite del
primer regimiento de Dragones, hiciese retroceder a Manzanares a las tropas de
Freire, cuando lo que probablemente sucedió es que esa compañía de élite, en el
momento que salió de Villarta, simplemente se limitó a comprobar, sin
atacarles, que los hombres de Freire volvían a Manzanares, una vez abortada la
intentona francesa de llegar a nuestra villa, remacha D. Cosme, esta parte de
su relato. Sin embargo, continua D. Cosme, estaba claro, que el mariscal
Victor, cuando conoció la nuevamente fallida toma de Manzanares, se puso muy
nervioso, solo de pensar en la reacción que provocaría en Napoleón Bonaparte,
de manera que, al tiempo de hacerse cargo de ese nuevo fracaso, hizo llamar a
Latour Maubourg y le conminó severamente, dándole orden de: "enviar reconocimientos sobre Manzanares y desarmar a
los habitantes si este pueblo no esta ocupado por los enemigos".
Ciertamente, sigue D. Cosme,
hablando con orgullo de lo propio, Victor, en esta orden, vuelve a mostrar
perplejidad y desconocimiento de la historia reciente de Manzanares en sus
enfrentamientos con los franceses.. seguía sin valorar nuestro auténtico
valor... En cualquier caso, en aquellos últimos días de enero de 1809, ajenos a
esas cuitas de Victor, la tensión en Manzanares fue creciendo cada día, y toda
la villa y sus gentes estaban en alerta, preparándose para el enfrentamiento
directo con los franceses; por eso recibieron con alborozo la vuelta triunfal a
la villa del coronel Freire, trás que este hubiera ahuyentado a los dragones de
Latour a la altura de la Venta de Quesada, pero sin que eso fuera óbice para
mantener las espadas en alto, pues estaba clarísimo que los galos debían estar
hartos de nuestra resistencia, y probablemente dispuestos para un asalto
bestial y definitvo de Manzanares. Nuestro pueblo hervía de intensidad, las
murallas de piedra, en su frontera norte, le conferían un aspecto inexpugnable.
Así las cosas, y la situación, sigue D. Cosme, el coronel Freire terminó de
disponer todo lo necesario en la defensa de Manzanares, ante el inminente
asalto francés...Y con esas expectativas, cuando los franceses, tras una
incursión rápida a los aledaños de la villa, se hicieron cargo de la
extraordinaria preparación defensiva establecida en Manzanares... inesperada, y
afortunadamente para nosotros, se tentaron los machos, y cedieron en sus ínfulas y deseos de venganza, valorando que no les merecía la pena una batalla
incruenta, en la que tendrían muchísimas bajas, en un momento en que tenían
problemas más acuciantes en otros frentes, Solo era una excusa para no tener
que enfrentarse de nuevo a nosotros, y una decisión que podía tomar Victor,
porque Napoleón estaba ocupado en París, en otros asuntos. Lo cierto fue que,
lo mismo que sucedió en 1519, cuando los comuneros huyeron, sin intentar
combatirnos, al contemplar nuestra imponente fortaleza, según llegaban a
Manzanares, algo que nos valió el premio de ser reconocidos como "Leal
Villa", por el reino de España.... ahora, en 1809, ya significados como "Fidelísima
Villa", por el mismo reino, sucedía algo parecido con los franceses....
Estos, de nuevo sin amagar siquiera con entrar en combate, se replegaron con su
caballería al frente del Tajo, declarando, hipócritamente, en su parte, que los
dragones no fueron molestados, ni seguidos por soldados españoles en su
maniobra,..bonita manera de ocultar sus verguenzas y falta de valor, pero algo
que nos evitó problemas... Antes de hacer el corolario de esta crónica, le
ruego incluya usted en la misma, como se contó todo esto en el Manuscrito de la
Merced:
"....Corría la voz el primero de febrero de 1809,
de que se acercaban los enemigos. Mandaba las tropas de infanteria y caballería
españolas residentes en esta villa el Ecmo. Sr. D. Manuel Freire, Coronel
entonces del Regimiento Caballería Voluntarios de Madrid; y presentándose para
resistir a los franceses manifiestos deseos de que el vecindario contribuyese a
rechazar a los enemigos; y este según su valor acreditado, acudió y se colocó
donde se le mandó; pero habiendo sido alarma falsa, su ardor no tuvo entonces
ningún resultado"....
Valga pues, querido cronista, lo escrito ya... para dar cuenta,
por enésima vez, del valor y determinación de ese pueblo manchego, que es el
mio, y que por siempre será reconocido como Manzanares de La Mancha.... Otro
episodio glorioso, queda aquí contado, para mayor gloria de su historia, en un
tiempo en que este pueblo fue, como reza el título de esta crónica....Símbolo,
escudo y frontera de las Españas.
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