¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

domingo, 6 de diciembre de 2020

283). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912; LA GUERRILLA INQUIETA A FRANCIA.

Han quedado apuntados en la anterior crónica, comenta D. Cosme al comenzar esta, algo de la personalidad y primeros tiempos en Manzanares del nuevo Gobernador de La Mancha, General Lorge… Nada más establecerse en nuestro pueblo, y a pesar de la realidad de unas guerrillas que cada día provocaban más incidentes, Lorge intentaba mostrar a sus regidores un buen control de la situación regional. 

 Por ejemplo, el 9 de julio de 1810, un mes después de su llegada, escribía a Madrid que "la provincia ocupada por él gozaba de tranquilidad"...sin embargo, en esa misma nota, dejaba vislumbrar que eso distaba de ser cierto, cuando, añadía:... "habiéndose anunciado la presencia de un cuerpo español al mando de Chavarria hacia El Bonillo, concentraba sus tropas en Manzanares para marchar sobre él", quejándose, indirectamente, no disponer aún en Manzanares de las prometidas tropas antiguerrilleras de Lahoussaye… y, quizá, esa falta de tropa fue el motivo por el que, finalmente, Lorge no realizó esa anunciada expedición de reconocimiento al área del Bonillo, temiendo dejar muy desguarnecido a Manzanares y al Camino Real de Andalucía. De hecho, el gobernador prefirió visitar en aquel mes de julio, Almagro, Ciudad Real y otras villas importantes, para tomar conciencia directa de la verdadera y difícil situación de la Provincia de La Mancha.. 

Mientras tanto, y durante ese mes de julio de 1810, era palpable entre las autoridades galas de la villa, Lorge incluido, una preocupación creciente por la falta de efectivos militares en Manzanares, al tiempo que la actividad de la guerrilla continuaba sin freno. Todo eso, por supuesto, no pasó en absoluto inadvertido a ojos y percepción de Frey Sotomayor y nuestra Junta Local de Gobierno que, por primera vez desde la ocupación francesa de Manzanares, tras el fiasco de Ocaña, percibieron ciertos rasgos de inquietud y debilidad en los jerifaltes del enemigo… algo, ciertamente, parecía estar cambiando, y D. Pedro y otros paisanos que tertuliaban habitualmente con la dirigencia gala de la villa, agudizaron sus ojos y oídos para comprobar el estado de ánimo de los invasores y, a ser posible, lograr alguna información sensible,.. Ya supondrá usted que nuestro párroco, máximo experto en esas lides, fue quien más cargo se hizo del estado de preocupación de los galos, aunque, obviamente, era muy consciente que la fortaleza francesa era, todavía, mucho mayor que la española en aquel verano de 1810, y que había que ser, por tanto, muy prudentes en los comentarios que se hiciesen sobre este estado de cosas, a efectos que los invasores no pudiesen sospechar una excesiva animadversión o, peor aún, que alguien intentaba, desde el pueblo, algo contra ellos... 

Los franceses de Manzanares, continua diciéndome D. Cosme, estaban, ciertamente, inquietos ante su falta de control de las guerrillas manchegas… eso era palpable en cualquier conversación que mantenían sobre la marcha de la guerra y, aunque sostenían, ante quien quisiera oírlo, o ante quien ellos entendían que debía escucharlo en el pueblo, (sobre todo la gente afrancesada de Manzanares, y la Junta local de gobierno), el optimista argumento que la toma de Cádiz estaba al caer y, con ella, el fin de la guerra, la verdad es que sus interlocutores manzagatos se daban cada vez más cuenta que las cosas no iban por esos derroteros. En los círculos masónicos del pueblo, que D. Pedro tenía bien controlados, no era infrecuente que se comentase la creciente actividad de la guerrilla y su falta de control. La anhelada división Lahoussaye no acababa de llegar y la prepotencia habitual de los galos, anunciando, Lorge, represalias en las villas de los guerrilleros que fueran detenidos, no parecían servir de intimidación a las gentes comunes, más bien eran fuente de rebeldía ... 

Los franceses, continua D. Cosme, no parecían conocer bien el Quijote de la Mancha…y, por tanto, no interpretaban que el espíritu hidalgo de Alonso Quijano, anidaba en la mayoría de las gentes de Manzanares, con mucha más fuerza y veracidad, que los valores de libertad, igualdad y fraternidad que proclamaban nuestros invasores, pero que no practicaban en modo alguno con nuestras gentes. La sencilla, pero hidalga gente de La Mancha, prosigue, grandilocuente, D. Cosme, si algo llevaba mal, era la injusticia y la maldad impositiva y prepotente con la que actuaban los galos cuando se veían en cierta dificultad… Esa actitud de los galos, más bien, era fuente de irritación para los españoles y, en particular, para los paisanos de la gente ajusticiada.. Manzanares tuvo la desgracia, durante los 30 meses que duró la ocupación francesa de La Mancha, de acoger en las mazmorras de nuestro castillo a la gran mayoría de esos guerrilleros manchegos apresados, que luego eran fusilados en sus patios.. fuimos, tristemente, conocidos, por ello, como el "matadero de la Mancha"… 

En el estio de 1810, fueron muchos los ajusticiados en Manzanares.., durante aquel verano, aunque el nuevo gobernador parecía, a los ojos del paisanaje, algo mejor persona que su antecesor Darmagnac, lo cierto es que la evidencia del aumento de ajusticiados, y sus amenazas al personal civil, emanadas de su creciente nerviosismo y la debilidad de sus fuerzas locales, incrementaron la animosidad de los manchegos hacia su figura…y, menos mal, que Frey D. Pêdro Sotomayor, siempre alerta en la defensa de la seguridad de los Manzanareños, al tener constancia de los edictos amenazadores de Lorge contra la población civil de cualquier pueblo en que hubiese nacido algún guerrillero detenido… casi con total seguridad, acudió, presto, a recordarle a Lorge, que no debía intentar nada contra los civiles del pueblo, tras el pacto mutuo de no agresión que él había establecido de palabra con el general Sebastiani…

Boceto de la Ermita de la Veracruz.

Y suponemos que esto fue asi, que existió esa intermediación de Sotomayor, -prosigue D. Cosme- porque, efectivamente, el gobernador Lorge no represalió a ningún civil del pueblo, en respuesta a las acciones de guerrilleros nacidos en Manzanares, que fueron detenidos en aquel tiempo… algo que, por desgracia, si que les sucedió a civiles de otras villas, que no tuvieron la suerte de contar con un líder tan inteligente y comprometido como D. Pedro Alvarez de Sotomayor… El ejemplo más claro de lo que le comento, fue la ausencia de represalias en el pueblo, cuando el día 5 de Agosto de 1810, justo al día siguiente de llegar, por fin, a Manzanares la deseada División de Lahoussaye, se ajustició en nuestro castillo a dos guerrilleros manchegos que operaban al norte de Manzanares, en el área de Villarta, Villarrubia y Herencia… y que habían sido detenidos tras participar en una emboscada contra una brigada de militares galos…Uno de esos dos guerrilleros, Manuel García Calvillo, era nacido en Herencia, pero el otro, que respondía por Alfonso Eugena Martin, era natural de Manzanares. De este paisano, con solo 19 años cuando murió ajusticiado, continua D. Cosme, conocemos poco de sus acciones guerrilleras, solo nos consta la fecha de su fusilamiento, el día 5 de agosto de 1810,…condenado, como el herenciano, por ser “brigands” (apelativo que daban los galos a nuestros guerrilleros)… 

El mismo Gobernador, Lorge, informaba, cuatro días después, el 9 de Agosto de 1810, de esos fusilamientos, al general Daultanne, del Estado Mayor francés en Madrid. De la historia particular en Manzanares de Alfonso Eugena Martín, y de su familia, querido plumilla, si que le puedo dar algunos datos más… extraidos de lo que consta en nuestros archivos parroquiales.. Formaba parte de una familia de campesinos, asentada en Manzanares hacía tiempo, pues, al menos, su abuelo y su padre fueron arrendatarios de tierras del Concejo. Era hijo de Alfonso Eugena Cano y de Isabel Martín Maldonado, ambos naturales de Manzanares… y, según está escrito en los registros parroquiales, nació el 28 de marzo de 1791, siendo bautizado por D. Manuel Ruiz Constantino, cura teniente de la parroquial, siendo los padrinos sus dos tíos, Francisco y Ventura Eugena. Fue el único varón de su familia, y tenía tres hermanas, María Catalina, María Teresa y Ana María… Siendo muy joven, casi un adolescente, al inicio de la guerra, ya marchó del pueblo, para enrolarse en la guerrilla y, seguramente, su familia tuvo pocas noticias de él, hasta el momento de su fusilamiento… Podrá usted comprender, querido plumilla, prosigue D. Cosme, que el nuevo gobernador de La Mancha, general Lorge, tras el ajusticiamiento de nuestro joven paisano, Alfonso Eugena Martín, se hizo muy impopular en Manzanares y que, nuestra gente, no estaba para entrar en consideraciones positivas hacía Lorge, por el hecho que, este, no represaliase a nadie más de su familia o del pueblo…pero, desde luego, esa misma gente, todo el pueblo de Manzanares, si que tuvo bien claro que quien lo evitó, una vez más, fue su egregio y nunca bien ponderado Pastor, Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor…

Creo, pues, mi querido reportero, que es llegado el tiempo de cerrar pluma y tintero, dando fin a esta crónica… que ha pretendido mostrar los primeros signos de inquietud y debilidad gala en La Mancha, tras su ocupación, al final de 1809…y que ha servido, también, para relatar el segundo ajusticiamiento de un paisano de Manzanares.. y otro nuevo acto de servicio, impagable, a su feligresía.. de Don Pedro Alvarez de Sotomayor.

 

 

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