¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

martes, 4 de septiembre de 2018

172). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: SAN ANTON RELUCE…EN UN SIGLO DE LUCES.

Título apropiado, querido cronista, el que quiero dar a este relato –comienza, así, Don Cosme su disertación del presente artículo- pues, sin duda alguna, tal cual nos dejó escrito quien, hasta hace poco más de un año, en 1911, era el anterior y erudito párroco de este pueblo, D. Inocente Hervás Buendía... en ese siglo de las luces que fue el XVIII, la antigua y popular ermita de San Antón de Manzanares, fue remodelada en fecha de 1788, hasta quedar convertida, en la ermita más “lucida” que tiene este pueblo,..y fue esa la opinión del citado D. Inocente, cuando afirmó, textualmente, que…"es la más bella y sólida de todas las de su estilo en este pueblo"….Y, ciertamente, cuando uno observa tranquilo, hoy en día, el magnífico y coqueto conjunto arquitectónico, pleno de austeridad y armonía, de esta ermita de San Antón, que, desde ese 1788, se conserva más o menos igual… sin tan siquiera pretender, o establecer, comparaciones entre unas y otras ermitas del pueblo, puede llegar a la conclusión que, D. Inocente, no estaba falto de lucidez o perspicacia, ni, en modo alguno, descaminado en su aseveración.

Parece ser –prosigue D. Cosme- que la antigua y pequeña ermita de San Antón, ya descrita en las Relaciones de Felipe II de 1579, con el paso de los años y la patina del tiempo, en la centuria del XVIII se encontraba bastante deteriorada…lo que coincidía, sin embargo, con un periodo de auge en la devoción a los Santos Isidro y Antón, en sus respectivas ermitas, ya que Manzanares, villa esencialmente agrícola y ganadera, vivió en la centuria ilustrada, como la mayoría de las de todo el Reino de España, una etapa de recuperación de sus campos y haciendas.. y, también, de incremento poblacional, tras aquel final desastroso y tétrico del Siglo XVII…
Manzanares, a mediados del Siglo ilustrado, cuando se hizo el Catastro de Ensenada, -continua D. Cosme- tenía unos 1400 habitantes y unas 1050 casas....la mayoría de sus vecinos se dedicada a tareas del campo, y, en sus casas y quinterías, por tanto, contaban con un amplio contingente de animales de carga para las realizar las tareas y las labores de las tierras de cultivo (Caballos, mulas, yeguas, burros..).. además de las cabezas de ganado (ovejas,. cabras, cerdos)..Todos esos animales, eran subsidiarios, evidentemente, de bendiciones por el santo Antón,… y quedaron cuantificados en aquellos registros de Ensenada, de la siguiente manera:… “150 yuntas de labor, 50 caballerias del servicio doméstico, 400 burros, 40 yeguas de cria, 7.000 ovejas y 150 cabras…”

Ante esas cifras, continua D. Cosme, y cuando uno piensa un poco en el gran fervor popular existente en la época, donde, el que más y el que menos, llevaba sus animales a bendecir el día de la fiesta de San Antón, nos podemos hacer una idea aproximada de la gran afluencia de animales, con sus correspondientes amos, que llenaban ese día la pequeña Plazuela de San Antón…. Era claro y natural, sigue D. Cosme, que la Ermita no podía desmerecer a la creciente afluencia de animales y fieles, que aumentaban de año en año, en el transcurso de ese siglo ilustrado… y, sin duda, esa debió ser la razón fundamental que motivó su reforma al final del siglo XVIII…
Nuestras autoridades civiles y eclesiales, -prosigue D. Cosme- ante el creciente boato y presencia animal y humana en las fiestas del santo Antón del 17 de enero, concluyeron en la necesidad de reconstruir y agrandar la ermita, para dejarla en correspondencia a la magnitud y grandeza que había alcanzado la fiesta y el fervor popular… 


Los componentes de la pujante hermandad de San Antón, de la que, curiosamente, no tenemos fecha fundacional conocida, (aunque posiblemente existía desde los orígenes de la ermita y sus tradiciones), seguramente fueron principales instigadores de la dicha reforma, que cristalizó en aquel glorioso 1788...
Y toda esa etapa reconstructiva..y cómo y cuándo se concretó la misma, en esta preciosa coqueta y austera ermita que hoy no es posible contemplar –continua D. Cosme-, nos quedó para los restos, perfectamente explicitada, en la inscripción que campea encima del arco de su puerta de entrada, donde se nos citan los tres hechos fundamentales que comentan y datan todo el proceso:…En primer lugar, quedó escrito..”Que lo fue ampliando y embelleciendo la anterior Ermita”….En segundo lugar, se explica quien pago la obra… “Que fue costeada por el vecindario, en honor y alabanza de San Antonio Abad”...y, finalmente, en tercer lugar, se data como fecha de las obras:…el año de “1788”...

Es decir, el escrito de la fachada, nos hace ver, claramente, que la antigua ermita era más pequeña que la actual,…que se agrandó y se embelleció…que los gastos debidos, corrieron a cargo de la gente del pueblo.. y que todo se hizo en el glorioso año de 1788.
 

El texto completo de la inscripción, que está redactado en excelente lengua latina, como corresponde a una villa como la nuestra de Manzanares, tan versada en la enseñanza y el conocimiento de la lengua madre, se debe, a uno más, de los ilustres paisanos que ha tenido este extraordinario pueblo de Manzanares de la Mancha… concretamente , el Lizdo. D. Pedro Diaz Roncero, que llegó a ser en tiempos posteriores Secretario del Cardenal-Arzobispo de Toledo D. Luis de Barbón.,…
Nuestro paisano, elaboró el siguiente párrafo en latín:
“SACRUM IN HONORE ET LAUDE DIV / ANTONlI ABBATlS PIETATI LARGITIONE MUNIFICIENTlA HUJUS OPPIDI INCOLARUM RESTAURATUM ADAUCTUM EXORNATUM AN NO DOM. MDCCXXXV//…
Texto este, dice D. Cosme, que traducido al “hijo” idioma castellano, por el erudito párroco de Manzanares,, D. Inocente Hervás y Buendía, quedó del siguiente modo:
"TEMPLO RESTAURADO, AUMENTADO Y EMBELLECIDO A EXPENSAS DE LA PIEDAD Y GENEROSIDAD DE LOS HABITANTES DE ESTE PUEBLO EN HONRA Y ALABANZA DE SAN ANTONIO ABAD. AÑO 1788".

En aquel momento, y para justo reconocimiento de su autoridad y relevancia en esta obra, sigue D. Cosme, es justo reconocer, para ud y sus lectores, que era Gobernador y Justicia Mayor de la Villa de Manzanares de la Mancha, el Abogado de los Reales Consejos D. Tomás Moro de la Linde, que ostentaba el título de Comendador, el Infante D. Antonio Pascual de Borbón, hermano menor del rey Carlos IV…y que era párroco de la villa, desde 1761, frey D. Manuel de Oviedo…siendo sus “Tenientes”,
D. Josef-Antonlo Serrano del Rey y D. Manuel Rulz Constantino.



Al termino de la reforma-reconstrucción, prosigue D. Cosme, nos quedó en la villa de Manzanares una ermita bien proporcionada, de sencilla y austera traza arquitectónica, y realizada a base de materiales simples, pero muy bien y artísticamente trabajados…

La combinación de unos aleros y un frontón, exquisitamente ordenados,… junto al “juego” y disposición, muy bien elegido y planteado, de las hiladas de ladrillos, en inglete y sardinel, confieren una belleza especial y específica al conjunto exterior de la ermita, que, sin duda alguna, la hacen genuina entre todas las de Manzanares…Las verdugadas de una o dos hiladas de ladrillo, que se dispusieron intercaladas en las paredes de tapial, confieren un punto de sencilla alegría, que elimina la habitual monotonía ramplona de muchas ermitas en sus paramentos exteriores… La sencilla fachada que quedó al final de la obra, posee una austera puerta de entrada, que queda bajo un arco de medio punto sencillo, hecho de ladrillo… Más arriba, se abren dos ojos de buey superpuestos, también hechos a base de ladrillo, completando una fachada simple y común, pero en la que resalta muy bien el carácter proporcionado, bello, austero y simétrico de este templo de San Antón de Manzanares…Tirando al cielo, comenta enfático D. Cosme, como no podía ser de otra manera, la fachada y la propia ermita, quedan coronadas por un coqueto campanil…

La nave interior de la ermita, continua D. Cosme- dispone de un presbiterio y un coro altos, conformando un conjunto muy sólido y armonioso, con la austeridad propia, y que se supone, del Santo ermitaño… y, también, ajustada al carácter rústico y popular de sus fieles devotos,… esos abnegados, sencillos y nobles labradores y pastores de nuestro pueblo, que siempre fueron uno de los mejores patrimonios que Manzanares ha tenido, al ser decisivos artífices de su progreso a lo largo de los siglos de su historia…

De usted, así, querido cronista, con ese merecido homenaje y reconocimiento a las gentes simples de este pueblo, fin a este relato,… que ha dado ya bastante y suficiente cuenta de la magnífica transformación, al final de este siglo XVIII, de la que quedó constituida, en palabras de D. Inocente Hervás, que de eso sabía mucho, como la más bella ermita de este pueblo…

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