¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

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HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

domingo, 7 de abril de 2019

207). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: UN GRAN PASTOR PARA UN GRAN PUEBLO.



Las dos cartas que autoridades, clero y feligresía de Manzanares habían enviado al Consejo de las Ordenes y al Rey de España, comienza D. Cosme el nuevo relato, causaron tal impacto en ambas instituciones que, contra lo habitual ante peticiones similares al Consejo; que solía ser, ratificar la propuesta establecida previamente si no existían causas de fuerza mayor,.. se tomó, finalmente, la decisión que solicitaba el atribulado pueblo de Manzanares…y, mi querido amigo, todo el proceso que condujo a ese cambio, tras la consideración de las dos cartas enviadas desde Manzanares, será el objeto de esta crónica que no más comienza, y que yo le propongo redactar ya mismo... 

Probablemente, y según se comentó por entonces, sigue D. Cosme, la influencia del Rey fue bastante determinante, al quedar muy impactado por la determinación escrita del pueblo de la villa de Manzanares de la Mancha….y no solo fueron las cartas, pues en cada ocasión que tuvieron, en aquel mes de Noviembre de 1799, varios de los firmantes abogaron particularmente por la petición que contenían las misivas, ante las autoridades del Consejo que debían tomar la decisión… Con todo y con ello, parece ser que fue el Rey quien más influyó a favor de lo que pedía la gente de Manzanares; y eso a pesar que, en aquel momento, se vivía el enfrentamiento de Sotomayor con el Comendador de Manzanares, Infante Antonio Pascual… que, lógicamente, algo no muy positivo para la propuesta de la permanencia de Sotomayor en Manzanares, debió aducir ante su propia Casa Real, cuando fuese inquirido sobre la cuestión. Pero lo cierto es que, de ser así, no fue óbice, para cambiar el ánimo positivo del Rey a la petición de la gente manzagata... 

Así las cosas, el Consejo decidió poner el caso, y la decisión final, en manos y cabeza del propio Sotomayor… Seguramente, querido cronista, y esto sigue en el contexto de mis propias conjeturas, continua D. Cosme, Frey Sotomayor esbozaría una sonrisa de satisfacción y triunfo personal, al comprobar que la estrategia conjunta con su recién estrenada feligresía, lograba el objetivo buscado… y eso que, en verdad, D. Pedro estaba muy preocupado por la muy posible influencia en contra de ese interés del Comendador de Manzanares, Infante Antonio Pascual… Como acabo de decirle, sigue D. Cosme, el Consejo de las Ordenes, contra su costumbre, dejó la decisión de su destino en manos del afectado, he hizo llegar al propio D. Pedro las muy mentadas cartas de Manzanares, (probablemente a finales de aquel mes de Noviembre, cuando D. Pedro se encontraba en Madrid, haciendo los trámites para su incorporación a Salamanca), para que considerase su contenido y, en función de lo que allí se decía, emitiese él mismo, y lo antes posible, un informe personal al Consejo de las Ordenes…
Consejo de las Ordenes.

Y hay que decir, ahora, y por eso lo digo –me sonrié un elocuente D. Cosme- que, aparte la sonrisa cómplice que esbozó Sotomayor, al leer esas cartas, seguramente “inspiradas” por él en muchas de sus frases … la intensidad y el sentimiento que demostraba la gente de ese pueblo de Manzanares, a su favor, en los escritos (el mismo pueblo que tanto coste personal y de salud le había causado, y al que, a pesar de ello, una vez ratificado como su Pastor, había decidido servir a plenitud) le impresionó profundamente, tal como él mismo contó alguna vez a sus más allegados e, incluso, plasmó en la redacción de algunas de las homilías que dirigió a su feligresía de Manzanares a primeros del Siglo XIX… y esa impresión profunda fue determinante para acrecentar su decisión de quedarse definitivamente y a plenitud, en Manzanares… lo que dejó también reflejado en el informe-respuesta que Sotomayor remitió al Consejo de las Ordenes, el día nueve de diciembre de 1499… 

Del escrito, que forma el núcleo del relato, entresacaré varios párrafos significativos, me comenta Don Cosme, para su conocimiento y el de sus lectores,…Por ej comienza, así: “Me llenan de consuelo los sentimientos de Religión de aquelos fieles, y el amor que manifiestan a el ministerio parroquial, y pasando a analizar el contenido del último de los escritos”…(y Sotomayor, al analizarlo, dice lo que sigue)---“su representación tiene dos partes; la primera describe la situación lastimera a que se vieron reducidos (los fieles de Manzanares) por varios accidentes en la administración del pasto espiritual y los deseos que les acompañan de que se repare esta pérdida…”. Luego, Sotomayor, recuerda al Consejo en su carta que, a la vista del nombramiento que le había asignado la orden en Salamanca, él había pedido al Consejo su cese en Manzanares y que se designase para la villa a otro Párroco, capaz de enderezar las numerosas carencias espirituales que él había encontrado en Manzanares, y que consideraba precisaban de un párroco joven y con capacidad suficiente para llevar a cabo las tareas. Sigue recordando al Consejo, lo que sigue…”No tuvo efecto esa solicitud y el Consejo tomó las medidas que juzgó más oportunas para combinar (en su persona) las urgencias de uno y otro destino; me sometí a ellas con el más religioso respeto, sin reparar en los gastos que me ocasionarían los viajes dilatados que tenía que practicar para cumplir lo proveido”…y luego, Sotomayor, sutilmente, se alía con su pueblo de Manzanares, y se ratifica así mismo, escribiendo esto… “el pueblo no se conformó, pues conoce que en las actuales circunstancias no hay en él sujeto a quien confiar su dirección por varios obstáculos morales y políticos que lo impiden, pues la dirección de una feligresía debe prestarse por sujetos a quien ésta tenga entera confianza . cuya virtud ha movido a aquellos fieles. Fijado en ellos intentaba verificar la reforma espiritual que necesitaban, si no conforme a la cualidad de sus exigencias, al menos con arreglo a mis débiles fuerzas; a nada había dado principio, pues el corto tiempo que he servido al curato aún no ha bastado para estudiar el genio y costumbres del pueblo y ganar el corazón de sus habitantes, paso necesario para seguir con fruto la carrera del Ministerio parroquial”....y, Sotomayor, sigue D. Cosme, hace aquí un alarde de falsa modestia, pues siendo evidente lo que opinaba de su persona la gente de Manzanares en sus cartas, prefiere disimularlo para resaltar lo mucho que le quedaba por hacer en la villa. incluyendo conocer y ganarse a esa gente, (obviamente ya ganada), para las muy necesarias y numerosas reformas que precisaba Manzanares . 

Luego, D. Pedro, hace mención en su escrito a los problemas de salud que tuvo al llegar a Manzanares, afirmando que los tiene ya controlados, y así, hacer ver al Consejo que eso ya no será un problema para abordar las tareas pendientes en nuestra parroquia…y dice que …”teniendo tomadas medidas para su extinción… ….despreciando estas causas hasta el presente que me sea lícito, debo restituirme a servir la Parroquia de Manzanares, ayudando a los fieles que la componen en cuanto pueda, creo deber hacer este sacrificio en obsequio de la Religión y del Estado, para cuyo efecto, con todo el derecho que tengo a el Rectorado del Colegio de Calatrava, renunciándolo según toda forma de derecho, y no porque me juzgue colmado de todas las cualidades necesarias para la dirección de la Parroquia, pues el conocimiento de las muchas que me faltan me ha determinado a solicitar mi traslación una y otra vez, sino es porque interín esté a mi cargo, debo hacer en su obsequio cuanto alcancen mis fuerzas, lo que no puedo verificar en mi ausencia”…

Es de admirar, en este párrafo, comenta D, Cosme, la inteligencia estratégica de Sotomayor, puesta en conseguir su objetivo de quedarse en exclusiva en Manzanares… D. Pedro comenta que renuncia a su derecho al Rectorado, mostrándolo como un sacrificio personal, tanto más cuando lo hace para asumir en plenitud los deberes que tiene en Manzanares, algo que para él es una tarea no especialmente grata, como demuestran las varias solicitudes que había hecho para ser trasladado a Martos…De este modo, sigue D. Come, deja abierta, en benefició de ese objetivo, la segunda parte de su carta, en la que se refiere al deseo de los feligreses de Manzanares, expresado en las dos cartas que remitieron a la Orden y al Rey,…. y dice sobre esa feligresía, aludiendo a párrafos de sus cartas, continua D. Cosme, lo siguiente: “La segunda parte de la representación contiene las cualidades que constituyen y hacen recomendable la persona de un buen párroco, atribuyéndolas a él mio los representantes (firmantes de las cartas)…”…Y, otra vez, muy inteligentemente por su parte, comenta D. Cosme, Sotomayor, continua escribiendo su carta de la siguiente manera;… primero elude pronunciarse sobre si mismo y, después, pone los anhelos expresados por la gente de Manzanares en manos de la voluntad de la Orden y del Rey,... algo que, escrito como D. Pedro lo escribe, resultaría muy difícil de rechazar para ambas instituciones (Orden y Rey)... el brillante e inteligente párrafo de la carta de Sotomayor al respecto dice:.. “en esta parte ni puedo ni debo decir nada, el Consejo estará instruido de cuanto debe saber en esta parte, y si le falta algún conocimiento, lo tomará menuda y escrupulosamente para informar a S. M., pues siendo éstas el relato de la representación, el pueblo es acreedor a las bondades de su soberano”…..Y puesta en suerte la cuestión, comenta D.Cosme, Frey Don Pedro Alvarez de Sotomayor se justifica en su escrito, ante Orden y Rey, aún más de lo que lo había hecho, con las palabras del último párrafo de su carta; “No sea visto por esto querer separarme de servir a la Orden en cuanto pueda, pues su ilustre y esplendor en sumo grado me interesan”...y, añade con sutil y muy inteligente oportunidad, dice D. Cosme, la referencia a un hecho circunstancial de esas fechas, que le servía como “anillo al dedo”, para el logro de su objetivo. ..“En confirmación a esta verdad, (sigue escribiendo Sotomayor).. teniendo entendido que el señor conde del Carpio. Ministro del Consejo, se halla de orden de S. M. efectuando la visitación del convento de Calatrava en la villa de Almagro para el mejor establecimiento de la Orden.....por medio de una sabia instrucción, a cuyo efecto se trata de la reforma y extensión... del Colegio a la referida Universidad, aunque no me crea con la instrucción suficiente para tan importantes objetos, si S. M. o el Consejo me destinase para alguno de ellos algún día, podría cuando no otra cosa, acreditar mi subordinación, pues sin desatender a los feligreses de Manzanares podría socorrer en lo que me destinare, por la inmediación de las dos villas”….y, D. Pedro, rubrica su informe-carta de esta manera: “Es cuanto en mi conciencia y en beneficio de la Orden puedo decir”….. Madrid 9 de diciembre de 1799—frey don Pedro Alvarez de Sotomayor
Orden de Calatrava.

A la vista de esta carta perfectamente argumentada por D. Pedro Alvarez de Sotomayor, e imbricada de manera tan sospechosamente perfecta con las del pueblo de Manzanares, el Consejo de la Orden de Calatrava, sabedor, además, de lo que el Rey quería, no tuvo otra opción que suspender el nombramiento de Alvarez de Sotomayor para el Rectorado del Colegio salmantino de la Orden Calatrava, Y espero, mi querido cronista, que todo esto le baste para concluir ya el relato, pues ya sirvió para dar cuenta de cómo Sotomayor quedó reincorporado, y de manera exclusiva, tal cual él y el pueblo querían, como el máximo Pastor de almas de la insigne villa de Manzanares,… asistiendo ya como su Párroco en exclusiva a la reunión del Cabildo celebrada el 29 de diciembre de 1799… Se terminaba el Siglo Ilustrado, objeto hasta ahora de estos relatos, e iba a comenzar el Siglo XIX, donde nuestro Pastor reconfirmado sería el principal protagonista humano de los primeros años de aquel siglo en Manzanares, como habrá ocasión de conocer en las crónicas que han de llegar, donde hablaremos mucho de Sotomayor, pero también de muchísimas otras gentes importantes y de cosas que sucedieron, o por las que se habló, de la villa de Manzanares de La Mancha..


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