¿Damos un paseito por Manzanares?

¡Bienvenido/a a este blog!

¡Bienvenido a este 'blog'!
Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

HERMANADAS.

M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

sábado, 20 de abril de 2019

208). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: EL SIGLO XIX…MANZANARES SE ABRE AL MUNDO.

Es momento ya, querido cronista, me dice D. Cosme, de comenzar a relatar la historia de Manzanares en el Siglo XIX.. que fue muy intensa y diversa, y cambió el tamaño, la fisonomía del pueblo y la vida se sus gentes. Personajes relevantes serán protagonistas de sus aconteceres; ya hemos conocido a Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, quien seguiría siendo, sin duda, la figura más importante e influyente en nuestro pueblo en las primeras décadas del XIX, como tendrá usted ocasión de comprobar muy pronto. Pero en esta primera crónica genérica del Siglo XIX en Manzanares, sigue D. Cosme, lo más resaltable es que Manzanares se abrió al mundo exterior con más fuerza que nunca. Seremos reconocidos fuera de nuestras lindes por muchos episodios en que nuestro pueblo, sus gentes, paisanos ilustres y otros forasteros insignes, fueron protagonistas principales... y, en gran medida, eso fue debido no solo a valores propios, también por nuestra privilegiada situación en la llanura manchega, y el paso por nuestra villa del Camino Real de Andalucía, que, desde finales del XVIII, soportó casi todo el tránsito de carros y personas entre Madrid y el sur.

 Los mesones y posadas de Manzanares hicieron el resto en la acogida de celebres forasteros en el Siglo XIX: reyes, políticos, literatos, científicos, militares, artistas... pasaron por Manzanares y convivieron con su gente… Todos y cada uno de ellos, sigue D. Cosme, nos dieron a conocer al mundo como nunca hasta entonces, con la inestimable ayuda de modernos medios de comunicación: correo, prensa y ferrocarril,.. que se fueron desarrollando, durante ese Siglo XIX… 

Le contaré los sucesos más importantes habidos en Manzanares y los muy relevantes personajes que estuvieron en la villa, o tuvieron que ver con ella, a lo largo y ancho de esa centuria. El siglo empezó tranquilo en la vida tranquila de una villa como Manzanares y pocas cosas relevantes hubo, le citaré, sigue D. Cosme, por ej, que en 1804 se promulga en España una disposición que prohibía los enterramientos dentro de las poblaciones, por lo que se cercó el cementerio contiguo a la ermita Virgen de Gracia, que era el mayor de Manzanares...

El Párroco Sotomayor, en ese tiempo, ejercía de líder religioso y político; siendo protagonista de los principales sucesos vividos en la villa; y también de otros aspectos de la vida cotidiana, por ej los festejos:, La Navidad.. Fiestas de los Santos Viejos y de las ánimas benditas, con sus lumbres y tradiciones de barrio, carnavales; Semana Santa…y de ese Manzanares de primer tiempo de siglo, me dice D. Cosme, algo comentaremos en próximas crónicas… Pero, lo cierto es –sigue D. Cosme- que Manzanares, como toda España, cambió tranquilidad por vorágine antes de terminar la primera década del XIX, cuando los franceses extendieron su imperio napoleónico a la península, y estalló en 1808 la guerra de la independencia... 

  
Ermita de San Blás.

Por la situación estratégica de Manzanares, en el Camino Real de Andalucía, los invasores franceses establecieron en nuestra villa la capital de la provincia de la Mancha en 1809, trasladando aquí, sigue D. Cosme, su organización administrativa, la prefectura, el gobierno militar (instalado con sus tropas, en el Castillo) y el Tribunal de lo Criminal, que juzgaba a guerrilleros apresados por el ejército francés en la región. Casi todos esos patriotas españoles eran condenados a muerte, y ejecutados en los patios del castillo o en la Plaza publica, que fue tristemente conocida como el "Matadero de la Mancha”…. En ese tiempo infausto, continua D. Cosme, empezó un proceso que se prolongó durante todo el siglo, en el que Manzanares cambió su tamaño y aspecto, transicionando de villa a pueblo… En aquella contienda -continua D. Cosme- se vivieron en Manzanares episodios que quedarán para siempre en la historia de este pueblo, entre los que le destacaré, como más relevantes, el asalto al hospital militar francés, habilitado en el convento de los Carmelitas descalzos, y el subsecuente episodio histórico del encuentro, (idea de Sotomayor) entre la imagen de Nuestro Padre Jesús del Perdón, procesionado por los paisanos del pueblo, con las tropas francesas del General Sebastiani en la ermita del Cristo de la Agonía, encuentro que limitó la venganza de los franceses y contribuyó a engrandecer la leyenda del Patrón actual de nuestro pueblo, cuando Sebastiani bajo de su caballo e impuso su fajín en la cintura de nuestro Cristo Arrodillado. 

A pesar de esta muestra de perdón, la ira de los franceses les llevó a destruir todo el entorno del Paseo del Río, y el Parterre de San Isidro, incluyendo su coqueta ermita.. Por entonces, sigue D. Cosme, los invasores destruyeron también el Convento de Carmelitas y la antigua ermita del Santo Sepulcro, utilizando restos de sus materiales para parapetar el Castillo.. Ambos, Convento y Ermita, seguirían distinta suerte en años posteriores... Del convento solo quedaron sus ruinas, pero la Ermita se rehízo, en 1847, bajo la advocación y nombre de San Blas... Sin temor a equivoco, fuimos la villa manchega con más episodios guerreros en aquella contienda. Todo ello dará pie a numerosos relatos, pues aquel terrible tiempo constituyó una de las etapas más relevantes de la historia de Manzanares, y plena de sucederes. 

Calicanto, al fondo, Fábrica de la luz.

'Los cinco Puentes'

En esa etapa, nuestras gentes demostraron su hidalguía, sigue D. Cosme, oponiéndose como pudieron a la tiranía asesina de los ocupantes franceses, cada vez que tuvieron ocasión, desmintiendo el supuesto “afrancesamiento” que nos atribuyeron injustamente algunos pueblos vecinos, al acusarnos de colaboracionismo con los franceses, solo por el hecho que ellos, los invasores, nos habían elegido como punto de referencia en La Mancha… Pero, nada menos cierto, sigue D. Cosme, pues tal como quedó refrendado por el Reino de España, precisamente por sus actuaciones en la guerra, Manzanares fue reconocida con el título de “Fidelísima villa”. 

En otros puntos de la villa, los franceses se portaron mejor, respetando bastante nuestro patrimonio. Como curiosidad le comento que la torre de la catedral se usó para observatorio del terreno por vigías del ejército francés. Naturalmente, sigue D. Cosme, el gran número de franceses en Manzanares en aquella etapa de ocupación, dejó su impronta cultural…por ej, se creó la primera logia masónica de la provincia de Ciudad Real, con sede en la Casa de los Merinos de la calle del Carmen… y, ciertamente, también, como otro hecho positivo de la estancia francesa, quedó cierto “poso ilustrado”, que nos llevaría a ser la “avanzadilla” manchega de los movimientos sociales y culturales característicos de la segunda mitad del Siglo XIX. 

En tiempos inmediatamente posteriores a 1814, tras el final de la guerra, Manzanares continuó siendo el núcleo vital más importante de Ciudad Real en diversos aspectos, como, por ej, en los incipientes desarrollos industriales, el correo y las Postas. Manzanares, aparte de todos eso, a lo largo de ese siglo XIX, también sufriría plagas, inundaciones y sequías en nuestros campos…y graves epidemia de cólera, donde destacó por su entrega y dedicación,un paisano ilustre, el médico D. Alfonso González Mellado que, al final de esa centuria, también fue un gran benefactor de nuestro pueblo, como mecenas de la gran reforma que transformó, a como es hoy día, la Ermita de la Veracruz y, además, fue el promotor y hombre fundamental en la creación del actual hospital de la Milagrosa... de él, y de sus logros, hablaremos también en algún relato. como también lo haremos de la más insigne manzanareña que ha conocido la historia de este pueblo, María Francisca Díaz Carralero Rodezno, conocida para la posteridad, como la “ciega de Manzanares”… Su trayectoria vital se prolongó desde poco después del final de la guerra de la independencia, hasta el final de esa centuria, ,Pobre y ciega de nacimiento, su vida fue un ejemplo de desarrollo personal… Poetisa y repentista de gran ingenio fue reconocida en su talento, a lo largo del siglo, por intelectuales españoles y extranjeros, e incluso por la propia reina Isabel II, cuando recalaban en Manzanares. Ella, acudía a visitarles para mostrarles su ingenio, y se convirtió en la mejor embajadora y propagandista de nuestro pueblo en el Siglo XIX... 
Fábrica de Harinas.

Y claro está, hablaremos también de la evolución durante el siglo XIX de los lugares e inmuebles más relevantes de Manzanares como el Paseo del Río y su entorno, sus Ermitas, la Catedral y el Castillo entre otros..La transformación continuó con el proceso desamortizador de Mendizabal de 1836, que liquidó nuestra Encomienda calatrava, y motivó en Manzanares cambios patrimoniales importantes de lo eclesial y sus ordenes religiosas, afectando, de manera significativa, a el castillo de Pilas Bonas que, a fecha de hoy, está engullido entre construcciones de sus nuevos propietarios particulares... Más tarde, otros hechos cambiarían vidas y pueblo, en la segunda mitad de ese Siglo XIX, comenzando por el episodio del “Manifiesto de Manzanares”, en 1854, del que comentaremos bastantes cosas en algún que otro relato, por ser, sin duda, el suceso histórico que más dio que hablar de Manzanares en España en toda su historia como pueblo, cuando desde un balcón de la casa esquinera de la entonces calle del Pósito con Empedrada, un joven político, que luego llegaría a Presidente del Gobierno, Antonio Cánovas del Castillo, leyó una proclama, escrita de su puño y letra, por la que el político y general rebelde Leopoldo O’Donnell, se rebelaba contra el poder del Rey establecido, proclama que se conocería como “Manifiesto de Manzanares”, y que dio paso y lugar a un cambio de gobierno y política en España, a traves del llamado “bienio liberal”. La elección de Manzanares por O’Donnell no fue casual, todo fue preparado aquí por un amigo y correligionario, otro ilustre paisano, D. Francisco González-Elipe y Camacho, político liberal, poeta, jurista y gentilhombre de la corte de Isabel II, que fue elemento decisivo para concretar en nuestro pueblo el citado “Manifiesto de Manzanares”.

Con la llegada del ferrocarril, allá por 1860, sigue D. Cosme, dio comienzo el desarrollo industrial de Manzanares, que creció considerablemente en su vertiente norte, en el entorno de las vías del tren, apareciendo nuevos elementos urbanos que hoy son muy característicos de Manzanares, como; los “cinco puentes” y el “banco de la paciencia”... también cantidad de diferentes industrias y una estación de tren, en cuya proximidad se construyeron, grandes bodegas y destilerías… Al final del siglo XIX, se ensanchan las Alamedillas del Río y se construye el Parterre, en cuyo entorno, se edificó un depósitó colector, donde se almacenó el agua de Siles, dejando resuelto el abastecimiento de la la población, y también allí se desarrollaron industrias y fabricas de primer nivel, como el Matadero de la viuda. de Cendal, la Fabrica de Harinas, o la “fábrica de la luz”... que concretaron una industrialización sin parangón en la zona, de las que hablaremos en varios relatos. 

Esa transformación industrial, llevó aparejada cambios en las rutinas sociales del paisanaje, hasta entonces concretadas en el ruralismo de un pueblo agrícola como era Manzanares. Movimientos como el asociacionismo y el anarquismo, tuvieron un especial desarrollo y pujanza en el Manzanares de la segunda mitad del Siglo XIX, en relación a los cambios de paradigma social, que trajo de la mano la industrialización... También llegaron, nuevas formas de relax y ocio del paisanaje, que florecieron en los pueblos de España, y en los que Manzanares fue pionero en La Mancha. Aparecieron Casinos y centros de cultura, donde los paisanos se reunían a tertuliar, jugar a naipes o escuchar conferencias, debates o mítines políticos; de eso hablaremos en algún relato. 
Y es tiempo ya, me dice D. Cosme de dar fin a esta crónica genérica de un siglo en que la insigne villa de Manzanares devino en pueblo y se abrió al mundo como nunca hasta entonces, y de eso habrán de darse bien cuenta, usted y sus lectores, en los numerosos y variados relatos relatos que habrán de llegar a costa de esa centuria decimonónica


No hay comentarios:

Publicar un comentario