¿Damos un paseito por Manzanares?

¡Bienvenido/a a este blog!

¡Bienvenido a este 'blog'!
Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

HERMANADAS.

M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

miércoles, 1 de enero de 2020

240). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: VUELVEN LOS FRANCESES: EL “GENERAL COJO” Y SUS “POLACOS”.



Le advertí en anterior crónica, querido plumilla, me comenta D. Cosme para iniciar ésta, que la ausencia de tropas francesas en Manzanares duraría poco. En los días siguientes a la marcha de Liger-Belair, la Comandancia militar francesa en Madrid se sintió cada vez más alarmada por la ausencia casi total de comunicación con las tropas de Dupont en Andalucía. El mismo Liger Belair, al salir de Manzanares con su tropa, el 15 de Junio de 1808, entre Villarta y Madridejos, encontró en su camino a un oficial, enviado de Madrid con información de enjundia para Dupont. 

A la vista de lo dejado atrás, continua D. Cosme, Liger Belair envió un parte a Madrid refiriendo que se había cruzado con el citado oficial, mostrando dudas que alcanzase su destino... y tenía razón, cuando llegó al Manzanares liberado, fue detenido por el alcalde Miret, y encarcelado en el castillo, en el primer acto de autoridad de la Junta de Gobierno de Manzanares contra los franceses. Veremos enseguida, sigue D. Cosme, como acabó esa historia…

La prepotencia del mando francés de Madrid, había dado por supuesto, que la carencia de información, se debía a que Dupont llevaba a cabo un auténtico “paseo militar” en su camino a Cádiz... Pero, cuando, en goteo de noticias, supieron de la rebelión manchega, y de las serias dificultades que encontraba Dupont en Andalucía, el frívolo optimismo gabacho, se tornó en preocupación; cayeron en cuenta que, en gran parte, esa falta de comunicación con el sur, se debía a que sus correos estaban siendo interceptados por las guerrillas locales en la Mancha, donde Manzanares era de los enclaves más prolíficos en esas “desapariciones”; y la de este último oficial, era una más de esa serie. 

Ante esa evidencia, y rumores inquietantes sobre la situación real en Andalucía, el mando francés de Madrid decidió enviar refuerzos sustanciosos a Dupont, en un intento de reforzar la potencialidad de su ejército y desbloquear la situación de incertidumbre y falta de noticias fidedignas. A esos efectos, en Madrid se decidió enviar a Dupont la segunda división de su ejército, admitiendo el error de no haberla mandado a fínales de Mayo, cuando Dupont comenzó su periplo hacía Andalucía, -comenta D. Cosme... Esta segunda división del contingente de Dupont, había quedado en Toledo para su defensa, al mando del General Vedel, militar de solo 35 años, con brillante historial en Europa, batallando junto a Napoleón. Vedel, continua D. Cosme, recibió órdenes de Madrid para partir, dirección Andujar, el día 17 de junio de 1808, con instrucciones precisas de restablecer las comunicaciones con Dupont y apoyarle....Al llegar a Madridejos, Vedel debía incorporar, y rearmar, las tropas de Roize y Liger Belair, llegadas allí desde Manzanares, días antes.. Se estableció para las tropas de Vedel un cronograma diario de ocho leguas francesas, descansando a la hora del calor en las orillas de arroyos, o sitios con abundante vino para el refrigerio, sin dejar nunca contingentes de pocos individuos aislados, para evitar casos como los de Santa Cruz de Mudela y Manzanares...
General Dupont.

Esto último, sigue D. Cosme, no se cumpliría en muchos lugares, dice con sorna D. Cosme, los efectos del vino, dejaban con frecuencia rezagados a algunos soldados, que solían ser víctimas de los “rebeldes del 7 en la gorra”. Previendo ésta posibilidad, Vedel tenía instrucciones muy claras de “castigar severamente” a los insurgentes, ahorcándolos en las Plazas Públicas de las villas, en número proporcionado a la gravedad de los hechos que hubiesen protagonizado,… “dejando abierta la puerta del arrepentimiento después de esta lección”... A estos efectos, la experiencia en esas lides, vivida por Liger Belair en Manzanares, sería utilizada durante el trayecto de las tropas, dejando en manos del citado Liger Belair, el correspondiente pacto de perdón, y no agresión, si fuese preciso hacerlo en cualquiera de los lugares por donde pasarían; algo que, quizá, mitigó, sigue D. Cosme, el disgusto previo de Liger Belair, que definió su integración en el regimiento de Vedel, como “poco agradable”, porque se le había retirado el mando de tropas, posiblemente por el episodio de Valdepeñas. 

La impresionante división armada de Vedel, sigue, contaba con seis mil hombres, entre los que había quinientos dragones, disponiendo de ocho piezas de artillería pesada,.. En su itinerario hacía el sur, desde Toledo, se precisaba que el contingente de Vedel, llegaría a Manzanares el 21 de junio, haciendo un día de descanso en la villa. Pero, desde el principio, pasaron por los distintos lugares del trayecto con un día de demora; llegando a Manzanares la tarde del 22 de junio de 1808. En todo el trayecto, como el propio Vedel dice en sus memorias, sigue D. Cosme, encontraron una situación muy distinta a la que advirtió Dupont cuando desfiló su primera división, solo tres semanas antes; Vedel escribió lo que sigue:

a medida que avanzaban por La Mancha encontraban mayores indicios de estupor: por delante, cortadas las comunicaciones… y, por derecha e izquierda, las gentes se armaban conforme a las instrucciones del intendente de Ciudad Real”…

El alcalde Miret, sabedor de la inminente llegada de Vedel, tomó medidas precautorias, avisando a los paisanos la que se avecinaba, e hizo enviar a Ciudad Real al emisario que tenía encarcelado en el castillo, en un coche escoltado, lo que no fue suficiente para el desafortunado oficial, porque cuando su coche llegó a la Plaza Mayor de Ciudad Real, una multitud exaltada y agresiva por las noticias y rumores que continuamente llegaban, se abalanzó sobre el coche, sacando al oficial, y apuñalándolo hasta matarle, sin dar pie, siquiera, a identificarlo.. Este oficial, traído de Manzanares, se convirtió en el primer muerto de la guerra de la independencia en la capital de nuestra provincia…

Horas antes que Vedel entrase en Manzanares, aquel 22 de Junio de 1808, lo hizo su tristemente célebre “batallón polaco”, al mando de un personaje cruel, despiadado y detestable, el General Poisont, quien quedaría inmortalizado, bastantes años después, en la obra teatral “Sotomayor”, como “el general cojo”. Este impío general francés, quizá en un acto de represalia por los hechos de dos semanas antes, en el hospital de sangre francés de Manzanares o, simplemente, porque actuaba así en cualquier lugar adonde llegaba, ordenó a sus soldados, mayoritariamente polacos, saqueos indiscriminados en nuestra villa,. Quizá, porque la población fue avisada por las autoridades, de la llegada de este batallón con tan mala fama, muchos lugareños abandonaron la villa, buscando refugio en quinterías de los campos aledaños, o yendo a refugiarse a pueblos cercanos. El siniestro batallón polaco, “campó por sus respetos” en Manzanares, durante unas horas, realizando saqueos, requisas y destrozos en muchas casas de la villa, (algo que volvería a suceder, por los mismos protagonistas, y con mayores destrozos, un año después). Todo este episodio quedó reflejado en el “Manuscrito de la Merced” de esta manera: :"...unido (Liger Belair) con siete mil hombres del General Bedel, volvieron a Manzanares el día ventidós del mismo mes. Así reforzados era de temer que no tendrían respeto a un indulto concedido en tiempo de necesidad; y desde luego esta tarde de su llegada, a pretexto de lo acaecido en el hospital, el General cojo Punsoin promovió un motín militar contra el Pueblo, en cuyo primer impulso hubo robos de consideración; y a no haber sido por el Grl. Liger-belair, que fiel a su palabra, defendió al Pueblo, hubieran sido incalculables las desgracias…”

Guerra de la Independencia, cuadro del Pintor Sorolla.

De momento, valga decir –continua D. Cosme- que, sin duda, ese “batallón polaco”, fue el que peores recuerdos dejó en Manzanares en la guerra de la independencia…Como memoria de su paso por nuestra villa, en la posteridad nos ha quedado el término “sima del polaco”, para referirse a un lugar situado en la plazuela de las monjas, al inicio de la calle Anega (de aquí su nombre, apostilla D. Cosme) donde se represaba y acumulaba agua por aquella época en Manzanares, en que no existía canalización urbana. Parece ser que tras la salida del pueblo de uno de esos contingentes polacos, apareció flotando en la sima, el cadáver de uno de ellos…posiblemente, uno de esos que, con frecuencia, quedaban rezagados, por efecto de nuestros ricos caldos -dice con retranca D. Cosme- algo que fue funesto para él, pues se supone que fue asesinado, y arrojado, allí por algún lugareño o una turba de ellos, exaltados por los saqueos a que había sido sometido Manzanares. Por este episodio, -continua D. Cosme- es por lo que, esa sima, sería conocida como “sima del polaco”. 

Así que, querido amigo, cuando oiga ese nombre ya sabrá usted porque se la llama así, y podrá contárselo a quien se lo pregunte, concluye D. Cosme este párrafo de su diserto… Menos mal, sigue, que al muy poco de Poisont, entró en Manzanares, con la misma vanguardia de tropas de Vedel, el general Liger Belair, quien, como quedó escrito en el “Manuscrito de la Merced”, al apreciar los destrozos infringidos por los polacos, y cumpliendo con la palabra dada a Sotomayor y al pueblo, atemperó al “general cojo”, cesando los saqueos y tropelías en pocas horas Un solo día permaneció la división de Vedel en Manzanares. La tarde del 23 de Junio de 1808, empezó su salida de la villa, hacia su destino andaluz. El general Vedel, todavía en Manzanares en la madrugada del día 24, escribió, de su puño y letra, el siguiente parte de guerra, a la máxima autoridad francesa en Madrid:.. Manzanares, 24 de junio de 1808, a la una de la madrugada.- He recibido, mi general, su carte de ayer, otra para el general Duponty el rapport adjunto.- Voy a procurar por todos los medios posibles comunicar con el general Dupont.- Los habitantes del país que atravieso han abandonado en la mayor parte sus casas.- Para que mi comunicación con Madrid continúe libre será necesario ocupar Madridejos con tropas, por débil que sea el cuerpo que allí se sitúe. Yo parto al instante para llegar a Santa Cruz, donde puede que reciba nuevos informes; los aportados por el espia concuerdan bastante bien con los que había recibido.- Acepte, mi general,  firma: el general Vedel…

Y con lo escrito, querido reportero, puede dar por concluida la crónica del episodio que acabó con la tregua libre de franceses en Manzanares, cuando la rebelión manchega en la guerra de la independencia. Desde la salida de Vedel, hasta la batalla de Bailen, Manzanares, y sus gentes, vivirían desasosegadas, en un continuo trasiego de franceses por nuestro solar…Pero todo eso quedara contado en relatos sucesivos, pues este ya cumplió, de bastante, con las pretensiones que me propuse para su contenido.


No hay comentarios:

Publicar un comentario