El 3 de Mayo de 1961, Melchor Díaz-Pinés Pinés, realiza este pequeño reportaje referido a la villa de Puerto Lápice.
Hay pruebas documentadas de que Puerto Lápice es de orígen romano, que existieron unas murallas y que el Emperador Trajano pasó por esa villa y pernoctó en ella. Su nombre en aquélla epoca era "Puerto de la Page" y se cree que tuvo un castillo y fuertes defensas, en la ruta entonces conocida con el nombre de Calzada romana de Laminio a Córdoba y de Laminio a Toletum, pasando por Consabrun, que es la actual villa toledana de Consuegra. En principio sólo había unas casas aisladas ó ventas, donde los viajeros comían y pernoctaban pero ya en 1774, Carlos III dio parroquia y juzgado a la villa, convirtiéndose en un pequeño núcleo de población.
Durante la Guerra de la Independencia, las tropas napoleónicas causaron grandes daños a las edificaciones de la villa, dejándola prácticamente derruída. Más recientemente, durante las Guerras Carlistas, se desarrollaron hechos muy notables y el cabecilla Palillos fue derrotado por el valor de los vecinos de Puerto Lápice, bajo el mando de los empleados del Portazgo.
En estos días se cumplen 125 años de la independencia de esta villa que fue venta primero, después quintería y más tarde posada pero había de conseguir su emancipación por el espíritu de trabajo de sus habitantes, motivos por lo que la Diputación decidió hacerla independiente.
Las antiguas Ventas de Puerto Lápice han sido inmortalizadas por Cervantes, creando una de las mejores aventuras del Quijote en la segunda salida del Hidalgo. Su ascendencia romana ha pasado a mostrar su sabor típicamente manchego y su pasado historial califica a esta villa como propia para caballeros y guerreros. Desde la construcción de la actual carretera de Madrid a Cádiz, su prosperidad y riqueza se hicieron más acusadas, creciendo en número de habitantes. Hoy es una villa moderna que sirve de parada a muchos viajeros que adquieren quesos y productos manchegos, contemplando edificaciones típicamente cervantinas.
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