El día 14 de Abril de 1960, Melchor Díaz-Pinés Pinés, envió a la Agencia Nacional de Noticias, CIFRA, la siguiente información.
Se ha puesto una vez más de manifiesto la predileción de que goza, universalmente, el azafrán manchego, el " clavo del azafrán ", como se le denomina en su tierra de origen, entre los cultivadores de esta extensa zona de La Mancha.
Su fama y propiedades, tanto en plan culinario como medicinal, ha traspasado nuestras fronteras y es solicitadísimo, a pesar de la influencia que las imitaciones hayan podido ejercer en la cocina moderna.
Un dato demostrativo se ha podido observar en esta localidad de Manzanares, que evidencia las preferencias de que goza en Europa nuestro producto estrella. Y es que, dos grandes autocares de turistas, uno francés y otro belga, que hacían ruta a Andalucía y cuyos ocupantes eran todo señoras de muy diferentes edades, hicieron estacionar los autobuses y bajaron de los mismos para adquirir el españolìsimo " Safrán " - en versión francesa - del que hicieron gran acopio, hasta agotar las existencias de varios establecimientos.
Comentaban que la calidad de nuestro azafrán manchego, es muy superior a lo que tienen en sus países y que estar en la patria de esta planta iridácea y no aprovechar la ocasión de adquirirlo, sería un error imperdonable para ellas.
Su cultivo, en La Mancha, parece ser que ha entrado en una nueva fase de producción y se intuye que podría prestarse más atención a su cultivo, no solo en Manzanares sino en Membrilla, La Solana y otros pueblos limítrofes, así como en la ya más lejana Mancha toledana de Madridejos, Consuegra, etc. Lo que si es palpable es que los agricultores, los que confían en el cultivo del azafrán, están adquiriendo parcelas pequeñas muy próximas a los pueblos y ciudades para poderles prestar la atención que requiere la planta y porque, generalmente, las parcelas de terreno donde se siembra y cultiva, suelen ser de pequeñas dimensiones, tal como explica su medición superficial en celemines, medida agraria poco utilizada en estos grandes pagos manchegos.
La monda de la rosa del azafrán. |
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