En una de las entradas de este 'blog', se mencionaba la colaboración de Melchor Díaz-Pinés Pinés con la revista francesa "Le Moniteur Vinicole", de Paris, al objeto de informar sobre los vinos de la región manchega. Desgraciadamente, esos artículos están muy deteriorados y apenas son legibles para poder reproducirlos, además de carecer de interés puesto que se habla mucho de la climatología en cada momento de la crónica y de la cotizaciones de los vinos viejos y nuevos. No obstante, he recuperado de otra carpeta el primer artículo enviado a París, en Julio de 1962, en el que Melchor prepara a los lectores, situando y dando a conocer a los franceses la región española de La Mancha.
Reproduzco el contenido:
Sirva este modesto escrito,como un saludo pleno de buenos deseos para los hombres y los campos de viñas del muy querido pueblo francés. Esta salutación, efusiva cien por cien, os llega desde La Mancha, la tierra por la que el universalmente conocido Don Quijote y su fiel escudero Sancho Panza, desarrollaran sus correrías y hazañas, en defensa siempre de los ideales de justicia y ventura del ser humano.
La Mancha, no es una país o una región imaginaria, es una región que es toda una realidad, con sus pueblos sencillos establecidos en una dilatada llanura de la Meseta Central, con altitudes que oscilan entre los 600 y los 700 metros sobre el nivel del mar. Tiene extensísimos campos de cepas en los que predomina la uva blanca sobre la de color, sus molinos de viento como castillos en el dilatado horizonte, que vigilan el quehacer de estos hombres que trabajan con ahínco por el engrandecimiento de sus haciendas y que son hombres de carne y hueso como todos los del orbe, con sus vicios y virtudes, entre las que deben destacarse su admirable espíritu de trabajo, su honradez y hombría de bien.
Esta Mancha, como tal región, carece de límites bien caracterizados y definidos. Historiadores de todas las épocas, están de acuerdo en conceder que la región manchega abarca la casi totalidad de la provincia de Ciudad Real y reducidas zonas de las provincias de Cuenca, Toledo y Albacete. Su clima, recoge la máxima irregularidad entre las regiones españolas pues, a inviernos eminentemente fríos, registrándose mínimas temperaturas con sus nevadas y escarchas en los meses de Diciembre a marzo, corresponde luego unos veranos, con calores tórridos de cuarenta grados centígrados en los meses de Junio, Julio y Agosto.
Estas exageradas condiciones climatológicas, impiden que la Mancha pueda ser pródiga en cultivos que son comunes a otras regiones españolas de clima más benigno. Su actividad, queda reducida al viñedo - que es la primera productora de la nación - al cereal triguero y de pienso, al cultivo del olivar, el azafrán y algunos cultivos exóticos de reciente aclimatación como el arroz, el algodón, la remolacha y el maíz y se puede decir, sin vanagloria, que dentro de las pocos favorables condiciones del clima, ha conseguido varios records de producción en materia cerealista, pues descontado queda que en el aspecto vinícola, lo consigue en todo año normal de producción.
En su paisaje, impresionantemente llano, de kilómetros y más kilómetros en los que la vista se pierde en busca del alejado horizonte, te encuentras en la Mancha, visitante amigo de allende el Pirineo. Su entorno, es como un mar en el que los majuelos viñeros forman ondulaciones que semejan las olas de un verde océano de suaves y monorítmicos movimientos. De ese mar, se conseguirán luego verdaderos torrentes de vino, que podrían inundar medio mundo. Esos vinos, tan ricos en alcohol pero, de una finura de paladar que no suelen tener otros llamados vinos finos por antonomasia, son los vinos "machos" de España. Son vinos de reconocida firmeza, naturalmente vigorosos porque su privilegiado sol les imprimió este don inigualable que incluso, se presta propicio para el mejoramiento de otros vinos más débiles de constitución, mediante mezclas o "coupage", en buen decir francés.
Esta región manchega, produce vinos blancos y tintos. Hoy predomina el blanco porque al tinto le afectó grandemente la filoxera, pero ambos tipos de vino, gozan de idéntica calidad y gozan del favor del público por su sabor perfectamente definidos, su pureza y color, llegando a tal altura esta predilección, que con pequeñas variantes, pueden convertirse en vinos de mesa, para copeo, embotellados y a granel, sin faltar el llamado "marisquero" que, como su nombre indica, va estupendamente para tomarlo con esos productos del mar. Sus vinos dulces no le van a la zaga en el favor que el consumidor le presta y se elaboran en la Mancha unos vinos de Misa, que recorren el mundo en todas las direcciones.
Encajando el momento actual, ha de decirse que como consecuencia de agentes nocivos a la vid, tales como el oídium, el míldiu, la oruga Piral y las tormentas, el mercado vinícola ha experimentado una reacción en sus cotizaciones que han repercutido muy sensiblemente en el mercado nacional. Se sabe también que las existencias están muy mermadas y que con dificultad, podrá llegarse al final de la campaña. De ahí que las consecuencias hayan repercutido en las cotizaciones, que se encuentran entre las 26 y las 26,50 pesetas héctógrado, con tendencia firme y alcista en bodegas.
Ya informaremos periódicamente y mientras tanto, haremos popular el dicho de "Francia y España, unidas por la causa del vino"...¡Bébalo usted!.
Manzanares, Julio de 1962.
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