Pues si, querido
reportero, “tal cual”, titularemos este escrito que ahora empieza, ya que fue,
a lo largo y ancho de todo ese Siglo XVII, que tratamos en estos últimos
relatos, cuando nuestra preciosa Parroquial…esa que hemos dado en llamar,
porque así se lo merece sobradamente, “Catedral de Manzanares de La Mancha”,
vendrá a adquirir la totalidad del aspecto que, por dentro y por fuera de ella,
hoy podemos admirar…
… aunque, eso, no es del todo cierto,… pues su esbeltísima Torre, no estuvo
totalmente terminada hasta ya bien entrado el Siglo XVIII,… pero si que podemos
decir que, en todo lo demás, la Iglesia que usted contempla se podía admirar
“tal cual”, ya en esa centuria”… “Y ello fue así, continua Don Cosme, y aunque
parezca un contrasentido, “traido de la mano”, y como consecuencia, de una
catástrofe accidental que ya fue objeto de consideración en estos relatos… me
refiero, como quizá usted habrá supuesto, al pavoroso incendio de la madrugada
posterior al día del Corpus de 1571, causado por una vela encendida y olvidada,
en el Altar Mayor de esta “Catedral de Manzanares”…
“Se perdió para siempre, en las solo tres horas que duró el incendio, todo el
contenido absidiano de la fabulosa “Capilla Sixtina” de nuestro Templo... pero
también los cuadros y esculturas que la rodeaban… el Sagrario, el Cristo
Crucificado y la imagen de la Virgen,…todo el Altar Mayor, en definitiva…y
todos los demás ornamentos del Presbiterio”….“Los daños fueron terribles... todo
fue destruido y, como quedó escrito entonces… “sin dexar señal alguna del
retablo”….estimándose las pérdidas dinerarias en unos 6.000 ducados”…
“Las gentes de Manzanares, que nunca se arredran ante nada -continúa Don Cosme-
inmediatamente se plantearon la recomposición de todo lo perdido… mejorando,
incluso, la maravillosa construcción anterior del maestro “Egas el Mozo”,
encargándose a él mismo el diseño de la reconstrucción…. “Y a fe que todos se
pusieron enseguida “manos a la obra”, desarrollando el proyecto de
reconstrucción del Abside, del retablo y de todo el Altar Mayor…y pensaron,
también, en algo que había sido advertido con anterioridad al incendio,.. la
necesidad de construir una galería superior, que rodease toda la edificación de
la Iglesia, sobreelevándola,…para, aligerar y “repartir” mejor el peso de las
cerchas de su cubierta,… pues, tras la ampliación del Crucero, llevada a cabo
por Egas “el Mozo”, esa cubierta “descansaba” directamente sobre las bóvedas…
que soportaban, de esa manera, todo su peso, con el consiguiente peligro de
hundimientos”… “Esta nueva y añadida construcción, esa magnífica galería
corrida superior, que hoy podemos contemplar, no solo aliviaría el peso,
minorando los riesgos de hundimientos…sino que, también, mejoraría la ventilación
de todas las cubiertas y bóvedas de la Iglesia, facilitando su conservación”...
“Pero, claro, aparte de mejorar las condiciones estructurales de la Iglesia, la
construcción de esta galería, a finales del Siglo XVI, sobreelevó toda la
cubierta y el primer piso de la primitiva torre de esta Parroquial…. “y, quizá,
fuera por entonces –sigue Don Cosme-, tras advertir lo seguro que quedaba el
edificio…cuando “alguien”, de quien no conocemos nombre, pero si el
reconocimiento de una gran idea, proyectó una tercera obra….y propuso al
Concejo de nuestra villa, y a los mandatarios de la Iglesia, trocar la
primigenia, y mucho más pequeña Torre, con la que “nació” nuestra Parroquial,
por una mucho más alta, y acorde a la magnificencia con que había dotado al
Templo el maestro Enrique Egas “el Mozo”…
“Este tercer proyecto constructivo fue acogido con agrado, tanto por el Concejo
como por la Iglesia… y, enseguida, se concretó su diseño, el presupuesto
necesario y los maestros de obra que habrían de llevarla a cabo”… “Ya estaba
claro!! -dice enfático Don Cosme-…. la Catedral de Manzanares tendría una
Torre, acorde con su grandeza…. la inigualable y estilizada Torre que hoy tiene
este gran pueblo”…
“Sin embargo, sigue D. Cosme, las cosas, en torno a la reconstrucción del
retablo, el Altar Mayor y la nueva Torre, no serían sencillas, en modo alguno,
como iremos pudiendo comprobar en sucesivos relatos”…
“De momento, y para este relato iniciador y genérico de sucedidos en nuestra
Iglesia a lo largo del Siglo XVII, baste con apuntarle por mi parte, querido
cronista, que aunque en aquel tiempo de finales del Siglo XVI, Manzanares tenía
una rica Encomienda, y estaba en fase de crecimiento demográfico, (a diferencia
de otras villas próximas, que ya habían entrado en la recesión económica y
demográfica que caracterizó al Siglo XVII), lo cierto es que el presupuesto de
todas las obras interiores de la Iglesia y las de la Torre nueva, ascendío a
16.000 ducados,.. lo que resultaba muy oneroso, incluso para las arcas locales”….
“Sabemos por algún escrito de la época -sigue Don Cosme su diserto- que, en
1588,…. “ya se han gastado cantidad de dineros”…. y que la Iglesia no disponía
de fondos para continuar las obras, ni el Concejo, ni los vecinos, podían
aportar dinero…. “al padecer necesidad por la carestía de los años”….
“En este contexto, sigue Don Cosme, las obras del interior de la Iglesia
Parroquial, concernientes a su nuevo retablo y Altar Mayor…y las de la
construcción de la galería superior, estuvieron terminadas a finales del Siglo
XVI…pero una serie de conflictos y pleitos entre los maestros encofradores,
nuestros paisanos, hermanos Ruiz de Elvira, con el Concejo y las Autoridades
eclesiales, a cuenta de impagos (de lo que se quejaban los hermanos Ruiz de
Elvira)…y a cuenta de discrepancias con lo reconstruido (quejas del Concejo y
la Iglesia contra los encofradores) enlentecieron todo el desarrollo
constructivo de la nueva torre…. ya que se especificaba en el contrato con los
encofradores, que hasta que no estuviera entregado y pagado el nuevo retablo,
no se podían comenzar las obras de la Torre”… “Como todo el proceso de pleitos
y contrapleitos, a cuenta del dicho retablo, se prolongó a lo largo de las dos
primeras décadas del Siglo XVII, se paralizaron las obras que concernían a la
elevación de la Torre nueva, que habían sido encargadas por el Concejo de la
villa y el mayordomo de la Iglesia, a los “maestros de obras”, y también
paisanos, Juan de Arenas y Alonso Fernández Camacho,… quienes habían comenzado
a elevar a los cielos nuestra nueva torre…. y tuvieron que suspender las obras,
a consecuencia del pleito interpuesto por los hermanos Ruiz de Elvira”… “Esto,
suscitó un nuevo conflicto…en este caso de los “maestros de obras” contra el
mayordomo de la Iglesia y el Concejo de la villa, también por incumplimiento
del contrato establecido”…
“En fin, mi querido cronista, todo un lío de pleitos y disputas entrelazadas
que, por su curiosidad y trascendencia, y por haber quedado ratificadas en
legajos antiguos, conoceremos con más detalle de manera específica en sucesivos
escritos… pero que, en lo que resulta de interés y enjundia para el presente
relato, explican bien las razones que hicieron que nuestra Torre prolongara su
construcción más de una centuria de años”.
“Y entrando ya en otros aconteceres, que habrán de ser considerados de manera
específica en nuevos relatos, acerca de la historia de nuestra Catedral en el
Siglo XVII, , no debo dejar de referirme en este primer diserto genérico
-comenta Don Cosme-, que fue en esa centuria cuando se construyen las dos
espléndidas y majestuosas capillas del lado epistolar de nuestra Catedral de
Manzanares”…
“La más próxima al crucero, fue hecha construir por la familia del Marquesado
de Salinas (concretamente, su fundación queda datada en 1663, por Dª Maria
Salinas de la Cerda)....y quedó bajo la advocación y nombre de Santa Teresa…
La siguiente Capilla, contigua a la anterior, en ese mismo lado de la epístola,
fue conocida inicialmente como “Capilla de los Entalladores” ya que fundada por
los hermanos Ruiz de Elvira a finales de la centuria XVI, pero se prolongó su
construcción en el Siglo XVII…En 1606 estaba bajo la advocación de San
Francisco, siendo cedida en 1638, al Licenciado Francisco González Camacho,
bajo la advocación y nombre del “Espíritu Santo” y “Nuestra Señora de los
Dolores”.
De ambas Capillas, que complementaban las tres ya existentes en el lado del
Evangelio. (construidas el Siglo anterior) hablaremos más específicamente en un
relato posterior.
“Algunas otras cosas que nos legó la historia de nuestra Catedral en el Siglo
XVII, son de menor enjundia, pero no por eso menos dignas de mención –comenta
Don Cosme-…
”Por ejemplo, en 1603, se construyó el coro en forma de tribuna que hoy
conocemos, para dar solución a la pérdida de la sillería que rodeaba el Altar
mayor, durante el incendio del Corpus de 1571”… “Por último, decirle también,
que la Sacristía de la Parroquial, tras su reconstrucción interna después del
incendio, quedó ubicada por detrás y abajo del Altar Mayor, y disponía, al
parecer, de sendas puertas de acceso en los lados de la epístola y del
evangelio”….
“Y dé usted por concluido, aquí, y así, este relato genérico… acerca de los
principales acontecimientos que jalonaron la historia de la “Catedral de
Manzanares” en el Siglo XVII,…Pero quédese la idea que esta historia no termina
aquí, pues queda lo mejor de ella… quedan abiertos a la curiosidad y el
conocimiento de usted y sus lectores, unos cuantos disertos más… que, de manera
más concreta y específica, habrán de versar sobre cada uno de esos principales
sucedidos, obras y aconteceres que hubieron lugar en esta Catedral de
Manzanares de la Mancha, durante la centuria del Siglo XVII”.
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