Pisando la plaza de Manzanares, estamos Don Cosme y el
reportero que les relata, con la vista todavía elevada, a la contemplación de
la esbeltísima Torre de su Catedral, una vez que acabamos de conocer como ese
icono de este pueblo, el “Faro de Manzanares”, pudo ser contemplado, en altura
y forma, tal como es hoy en día, hacia la mitad del Siglo XVIII… Y, dado donde
estamos, y la etapa de la historia de Manzanares que comentamos, parece
apropiado, como suele ser habitual en él, lo que D. Cosme me propone…
Hablar,
para el escrito que ahora mismo comienza, de cómo evolucionó y cambió, el resto
de la Catedral de Manzanares, en su interior, durante el transcurrir de ese
“siglo ilustrado” del XVIII… Así que, aceptada, por mi parte, la propuesta…,
cruzamos la Plaza, atravesamos el atrio de la Catedral y entramos al interior
del templo… por la llamada “puerta de los novios”, con el ánimo dispuesto a que
Don Cosme nos retrotraiga al Siglo XVIII de Manzanares… que, ahora, es objeto
de los relatos sobre las historias de mayor enjundia de este gran pueblo...
..Y bueno, comienza D. Cosme sus comentarios de este relato, con el tono
apasionado que caracterizan muchos de sus discursos... “Recordará usted por
anteriores disertos, que se puede considerar a la centuria anterior, la del
XVII, como la etapa de tiempo en que quedó completado el interior de esta
magnífica y maravillosa Catedral, en cuanto a sus “contenidos” más relevantes,
los de su cabecera y ábside, con la joya de su bellísimo retablo mayor que
tenemos enfrente,…y que, “iluminado”, prosigue D. Cosme con verbo no menos
encendido, dio todos los días ”luz propia” al “siglo de las luces” de
Manzanares… Su preciosísimo Altar Mayor, “sobreelevado” al suelo del templo,
por esa bella escalinata de mármol blanco…y, en fin, el majestuoso crucero que
el maestro Egas “el Mozo”, construyó aquí en la segunda mitad del Siglo XVI…
Todo eso, lo más preciado que tiene esta magnífica Iglesia Parroquial, ya
estaba “aquí”, al iniciarse el siglo XVIII… y también lo estaban ya, las cinco
grandes capillas que este templo tiene asentadas a los lados de su nave central
y el amplio coro que corona la parte posterior de la citada nave central de la
Catedral de Manzanares….
Pero algo, ciertamente, si que se añadió en el “siglo de las luces” a todo ese
magnífico elenco inmobilario de nuestra Catedral… y a eso quiere aludir el
título propuesto para el relato:...Y es que, sigue D. Cosme, en el lado
epistolar de esta Catedral de Manzanares, en la pared de su crucero, donde le
pido dirija ud. la vista, se puede apreciar un bonito y magnífico retablo, no tan
brillante y ornamentado como el Retablo Mayor, pero no por ello menos rico en
valor artístico…. y, esto, su menor y más discreta ornamentación, casi seguro
es debido a que, en esos cien años que mediaron entre uno y otro, el arte de la
retablística había evolucionado a modelos mucho más austeros... Este retablo,
prosigue D. Cosme, fue colocado en el mismo lugar en que usted, querido
cronista, lo contempla ahora, en el año de gracia de 1724, que,dicho sea de
paso, es justo un siglo después que el Rey Felipe IV estuviese aquí, en esta
Parroquial que pisamos, acompañado del Conde Duque de Olivares, para inaugurar
el Retablo Mayor de la Catedral de Manzanares… En su centro, resalta, como
usted puede apreciar, una austera imagen de “bulto redondo” de San Raimundo de
Fitero, abad cisterciense, fundador del monasterio de Fitero (Navarra) y de la
Orden Militar de Calatrava, la más antigua de las Órdenes Militares de España…
atestiguando, así, el reconocimiento de este pueblo de Manzanares, y de su
Iglesia, al fundador de la Orden Calatrava que le dio origen.. En esos
comienzos del Siglo XVIII, muchas otras villas de Calatrava hicieron lo mismo
que la nuestra, recreando templos y plazas con retablos o estatuas dedicadas al
fundador de la Orden que configuró sus territorios vitales…. Hablaremos en
otros relatos, por su curiosidad -continua D. Cosme-, de las pomposas fiestas y
del octovario religioso, que este evento de la colocación en la Catedral del
retablo de S. Raimundo, motivó en Manzanares.. villa, la nuestra, que fue
visitada para esa conmemoración por las más principales autoridades civiles y
eclesiásticas de la región manchega....pero, ahora, me limitaré a dejar
constancia, para ud y sus lectores, de lo que quedó escrito de esta historia
del Retablo de San Raimundo….“El 13 de Febrero de 1724, " El Sr.
Comendador (Don Iñigo Manrique de Lara), acompañado del Prior del Sacro
Convento, hizo las genuflexiones en las gradas y la postración posterior;
levantándose luego,.. fue a comulgar, y haciendo venia, entró por la puerta de
la Epístola a la Sacristía y salió por la otra.. " (que suponemos es la
del lado del Evangelio, pues, por entonces, y tenía dos puertas pequeñitas que
daban a la nave de la Iglesia)….y salieron de la Parroquial por su
Sacristía"… “dando por inaugurado y bendecido el Retablo que la Villa de
Manzanares, y su Comendador, habían decidido instalar allí,, para mayor culto,
honra, y mejor recuerdo, de San Raimundo de Fitero, fundador de la Orden de
Calatrava”…
Y valga este párrafo descriptivo del hecho, sigue Don Cosme, para dar fe y
constancia del otro aspecto que he querido reseñarle como novedoso en la
historia de la Parroquial durante ese Siglo XVIII cuyos avatares comentamos….me
estoy refiriendo, mi querido cronista, a las Sacristias de esta Catedral de
Manzanares de la Mancha…Sabemos que hasta más o menos el final de la centuria
anterior, nuestra Iglesia no tuvo sacristías, tal como luego hemos conocido,…
solo contaba con una pequeña pieza, soterrada bajo el Altar Mayor en la
cabecera de la Iglesia...Pero parece, sigue D. Cosme, que en esos primeros años
del XVIII, los responsable del Cabildo hicieron obras para ampliar los espacios
de esa Sacristia.. necesarios para mantener allí toda la intendencia propia de
los cultos y los numerosos legajos del Archivo Parroquial…donde, precisamente,
están las referencias escritas que corroboran el tiempo y circunstancias en que
se amplió la Sacristía…Estas obras se pueden intuir ahora mismo, si observamos
por el exterior las paredes de esta Catedral,.. y comprobamos, por detrás de la
iglesia, que en la parte que se corresponde por dentro con el altar mayor, se
puede distinguir todavía hoy, a pesar de estar parcialmente tapada y escondida
por una rampa de piedra, la señal que marca una entrada… que iría a dar justo al
lateral derecho, ese lado del Evangelio, del altar mayor, por donde se dice
salio el Comendador Manrique de Lara de nuestra Iglesia, tras haber inaugurado
oficialmente el Retablo de San Raimundo…. Entendemos que esa debió ser la
primera puerta falsa que hubo en esa pieza, antes de ampliar sus espacios,
hasta configurar una sacristía mucho más amplia, aunque menor que la que hoy
tiene esta Catedral....En los libros del Archivo Parroquial, continua D. Cosme,
, en una cita, fechada el 4-7-1.785, (siendo Rector Pedro Novés; Prior, Manuel
Fernando Sáez, y Secretario un tal Rodríguez)..se puede leer lo que sigue: “que
los capitulares habían anticipado dinero de la mesa común para reparar una casa
del Cabildo”…lo que, cabe deducir, hace referencia a la ampliación de esta
Sacristía.. Y es que, prosigue D. Cosme, la estrechez y angostura de la pequeña
pieza que era la antigua sacristía, solo era capaz de albergar unas pocas
personas y algún pequeño mueble. Eso motivó que, por la buena posición
económica de nuestro Cabildo entonces, se intentase la construcción de una Sala
Capitular para reuniones y archivo, algo que, en primera instancia el Consejo
de Gobernación Eclesial de Toledo debió denegar, según se deduce del siguiente
escrito:… "Un despacho, consultas, borrador y apartaetn, sobre las lizªs
(licencias) para la Sala Capitular que intentó este Cvdº de siete fojas
útiles.".. Pero, años después, se recoge que: “las licencias ganadas pª
(para) hacer y fabricar una sala capitular."….lo que nos dice que al final
se concretó, durante los últimos años del llamado Siglo Ilustrado, la
edificación de la prevista Sala Capitular,…esa que conocemos hoy día como
Sacristía grande, recientemente “escondida” por el Círculo Católico, construido
en estos muros hace justo un año, en 1911, como usted ya conoce de otros
disertos, termina D. Cosme.
Cúpula y Altar Mayor, Iglesia Ntra. Sra. de la Asunción. |
Aparte de todo lo ya comentado, prosigue D. Cosme con esa fina ironía que le
aparece ocasionalmente en su discurso, cabe reseñar, finalmente, para que ud.
termine el relato, que las espléndidas Capillas laterales de esta Catedral,
añadieron a las previas, nuevas advocaciones y figuras en el Siglo XVIII,…y,
también, que acogieron en la entraña de sus amplias bóvedas, durante ese Siglo
ilustrado, a gran cantidad de ilustres paisanos, componentes de las nobles
sagas de la Villa…Merinos, Quesadas, Salinas,… fueron, sucesivamente,
enterrados aquí…y tienen los restos de sus osamentas bajo cualquiera de estas
bóvedas, cada uno en la suya, eso sí, apostilla jocoso Don Cosme …Y fue tanto
el deseo de muchos paisanos de acabar sus días bajo los suelos de su Catedral,
que hasta el Patronato que fundó aquel famoso indiano, Cristobal Ruiz “el
Perulero”, protagonista principal del Siglo de Oro de Manzanares, decidió hacer
rentable la bóveda de su capilla, vendiendo sus espacios al mejor postor de
Manzanares que así lo quisiera… Del mismo modo, el propio Cabildo, dejo para
si, y sus sucesivos difuntos, habilitado el espacio subterraneo de la Capilla
de enfrente, construyéndose una boveda-pasadizo subterranea, en forma de L, que
desde los pies del altar mayor se extendia por la nave central hasta la citada
Capilla….Y también, a mediados del XVIII, una influyente y rica familia
forastera, pero que residenció en la villa, en una casa de la calle de la
cárcel, que aun conserva su escudo nobiliario, los Cabrero Martínez de León,
obtuvo licencia para construir otra bóveda de enterramientos, en la zona
epistolar de la Parroquial, bajo el altar de San Bartolomé, que habría de ser
conocida, popularmente, como “bóveda de los leones”, en alusión a la parte
final del apellido familiar …
Retablo Altar Mayor, Iglesia de la Asunción. |
Y de usted aquí, mi querido cronista, por concluido este diserto,… que completó
ya bastante, en lo más sustantivo de lo que importante fue, los eventos y
variaciones que hubieron lugar en los interiores de la Gloriosa Catedral de
Manzanares de la Mancha,
durante la centuria
“ilustrada” e “iluminada” del Siglo XVIII
…
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