El título que
sugiero para el relato que ahora le propongo, me dice Don Cosme, quiere aludir
a un hecho muy concreto…no podía haber existido un tiempo más apropiado que ese
“siglo de las luces”, como fue conocido el Siglo XVIII, para que “viera la
luz”, definitivamente completa, la bellísima y esbelta Torre de la Catedral de
Manzanares…
Fue, en la segunda parte de ese siglo, continua D. Cosme, cuando se puede
afirmar que quedó terminada… tal cual puede usted admirarla hoy, desde
cualquier punto cercano a nuestro pueblo, en la planicie manchega, o desde
cualquier rincón de Manzanares… Y es que, efectiva y ciertamente, prosigue con
grandilocuencia Don Cosme, esa aguja arquitectónica, grácil y esbeltísima, que
rasga y penetra todos los días claros, los azules cielos de este pueblo
magnífico de Manzanares, emergiendo de la mole de piedra de su no menos
magnífica Catedral,.. y cuya idea fue proyectada a final del Siglo XVI, con
objeto de complementar, majestuosamente, la impresionante y artística
ampliación de nuestro Templo Mayor, llevada a cabo por el maestro Egas el Mozo
unos años antes, tuvo un proceso constructivo muy dilatado en el tiempo, lleno
de muchos problemas, incógnitas y avatares, que se prolongó durante más de
siglo y medio, cuyas razones y causas, al menos las que se pueden suponer, es
preciso recordar ahora, para comprender esa gran demora y el por que de alguna
de sus características más relevantes…
Hay que decir en honor a la verdad, y en primera instancia, sigue D. Cosme, que resulta muy curioso como este bellísimo icono de Manzanares, parecería querer “escondernos” su historia, en muchos de sus aspectos más importantes, como pretendiendo engrandecer su carácter legendario..La primera de esas incógnitas es la de quien fue su “autor intelectual”, quien ideó su diseño.. y lo dibujó en un papel como proyecto constructivo…Resulta muy tentador pensar, prosigue D. Cosme, que el maestro Egas “el mozo”, quien, al fin y a la postre, fue el autor de la ampliación de nuestra Catedral, también tuviese algo que ver en el diseño de la nueva torre que la complementaría, pero no hay evidencia objetiva alguna de esa posibilidad… y si bastantes en contra de la misma,… pues, aunque alguna de las torres que él diseñó en otras Iglesías, podría parecerse a la de Manzanares, la mayoría de las que proyectó en sus templos erán de otro estilo… Además, la fecha de inicio de las obras de la torre, y la gran prolongación en el tiempo de su desarrollo, mucho después de la muerte de Egas, van también en contra de que él tuviera que ver en ello… pero, en todo caso, quien proyectó esa maravilla arquitectónica, permanece en el arcano de la historia de Manzanares, pendiente que, quizá, algún legajo, también “escondido” a la luz del conocimiento histórico objetivo, aparezca algún día, y nos dé la respuesta a la autoría de ese “Faro de la Mancha”, que es la Torre de la Catedral de Manzanares…
Fuera quien fuese su autor, al poco de comenzar las obras de esa nueva Torre,..en el año de 1602, los hermanos Ruiz de Elvira, autores del retablo del Altar Mayor de la Catedral, no habían recibido el pago de sus trabajos, por lo que interpusieron una demanda judicial contra el Concejo y el Cabildo eclesial.. y como quiera, sigue D. Cosme, que en el contrato de obras se especificaba con nitidez.. que ni Cabildo, ni Concejo, podían iniciar otros trabajos en la Catedral, sin que los entalladores tuvieran la carta de finiquito,… las obras de la nueva Torre se paralizaron…lo que motivó una nueva disputa, también por incumplimiento de contrato, interpuesta por los “maestros” de obra de la Torre, D. Juan de Arenas y D. Alonso Fernández Camacho contra el Cabildo y el Concejo de la villa de Manzanares…
El proceso de enconó de tal manera, y en ambos frentes, que terminó con el encarcelamiento de los dos maestros constructores, parte del Concejo y el mayordomo de la Iglesia, que estuvieron presos lo menos doce años, ya que en 1622 aún no había concluido el pleito”… Poco se ha sabido de los años siguientes de aquel siglo XVII, con respecto a la Torre de la parroquial, continua D. Cosme; pero, muy posiblemente, hasta que no concluyó la primera mitad de aquella centuria, las obras estuvieron paralizadas, pues existe una referencia escrita, con bastantes visos de verosimilitud, que viene a informarnos que en el año 1656 se reinició, (se comenzó, más bien) la construcción de esta bellísima aguja catedralicia… Y, posiblemente, esa fecha de reanudación de las obras es correcta, pues sabemos que en esa año de1.656, se efectuaron reformas en el entorno de la “Capilla del Perulero” donde comenzaba la torre vieja, ya que en escritos de ese año, quedó recogido lo siguiente: "para que esté de prestado la Pila del Bautismo en la Capilla de San Miguel”.. posiblemente, con el fin de prevenir daños en la misma, durante las obras de la Torre.. obras que, seguramente, por las dificultades económicas que provocó la gran crisis de la segunda mitad del XVII, se dilataron en el tiempo, concluyendo en fecha indeterminada de la siguiente centuria del XVIII….. cuando quedó definitivamente terminada esta bellísima y perfecta aguja que apunta y perfora el azulísimo cielo de este pueblo de cuento que es Manzanares de la Mancha…
Nos podemos imaginar, mi querido reportero, divaga D. Cosme con verbo encendido, a los paisanos de aquel tiempo, cada vez que circulaban por la Plaza Mayor, elevar su mirada al cielo de Manzanares, para observar, entre el rudimentario andamiaje de cuerdas y maderos, como se iba concretando la construcción de esa Torre,…observar como se iba elevando, desde las naves y galerías más altas de la Iglesia, su primer cuerpo, esa mole sólida y cuadrada de piedra….luego, algún tiempo después, apenas atisbado entre el andamiaje, la gente que pasaba por allí, contemplaría, poco a poco, la elevación de ese segundo cuerpo tan característico y bien armado de nuestra torre, el del Campanario,.. idea constructiva octagonal, con grandes ventanales, que permiten la visión de sus ocho campanas interiores… La que está frente a los juzgados, sigue D. Cosme, es un gran ejemplar; que tañe con una especial sonoridad, gravedad y arrogancia,… tendiendo a mitigar el sonido de las restantes, como queriendo mostrar su carácter dominante, para el anuncio de grandes aconteceres, desde aquel Siglo XVII, hasta nuestros días… Es probable que la Torre iniciara así el “Siglo de las luces”, terminando en ese segundo cuerpo de su campanario,.. y que fuera en ese Siglo, quizá durante la guerra de sucesión, o durante la comendaturía del Señor de los Cameros, cuando se izarón al cielo sus tres últimos cuerpos … El tercero de ellos, el del Reloj, se compone de cuatro esferas que se corresponden con los cuatro contornos de la base de la Torre….y, están, como ud. puede observar, mi querido reportero, los señala con su mano Don Cosme, cubiertos de una bella pizarra;… El cuarto cuerpo, es una pequeña maravilla, formado por un alto y airoso templete, dotado de gráciles ventanales y, en todo su conjunto, circundado por un balconcillo…Y, finalmente, el quinto y último cuerpo, constituido por unos pequeños departamentos, dispuestos en correspondencia vertical con las esferas del reloj, que da una gran armonía al conjunto de esta bellísima torre de la de la Catedral de Manzanares, que fue a terminarse en esa airosa espiral, cubierta de pizarra, que habría de conocerse, ya por siempre, y por todo el paisanaje, como “el nazareno”,… ese capirote tan nuestro, tan de Manzanares, y tan de su Catedral, sobre el que, algunos funambulistas de aquel Siglo de las luces, izaron e hincaron, en un glorioso día ignoto de aquel siglo ilustrado, como bandera del cristianismo, una Cruz de hierro, de ochocientos kilos de peso, que vino a coronar esa esbeltisima Torre,…y Faro de Manzanares desde aquel momento.. Pero fue en el año 1778, -continua D. Cosme, cuando quizá podemos poner fecha al evento constructivo final, que otorgó completitividad a la torre, tal como la conocemos hoy...aunque aun se modificara más en años y siglos venideros; porque fue en esa fecha, más de un siglo después de haber sido colgadas en su campanario, las dos primeras campanas, que con sus lenguas de acero daban fe, todos los días, de lo mejor y lo peor en la villa, cuando se instaló un primer reloj debajo de ellas…reloj de una sola esfera, que daba a la plaza...
En efecto, aquel año de 1778, ante la admiración y contento del vecindario, es colocado el primer, y entonces único, reloj de la torre de Manzanares, que daba con una sola campanada las medias horas, y las campanadas que correspondían a las horas que iban pasando…. Por eso, cuando en la torre de su villa de Manzanares, vieron colocado ese artilugio, que él sólo anunciaba las horas del día y de la noche, como nunca antes habían conocido, tuvieron tal satisfacción, que dieron por bien empleados los 6.000 reales que costó, aunque por aquella dura época fuese un evidente exceso….. Los vecinos, orgullosos y satisfechos de aquel gran acontecimiento en sus vidas, paraban en la Plaza, con reverencia y solemnidad, a escuchar el sonido de las horas, mientras que su eco se propagaba por la senda del tiempo y los vetustos caminos, desafiando al horizonte por los siglos de los siglos...
Hay que decir en honor a la verdad, y en primera instancia, sigue D. Cosme, que resulta muy curioso como este bellísimo icono de Manzanares, parecería querer “escondernos” su historia, en muchos de sus aspectos más importantes, como pretendiendo engrandecer su carácter legendario..La primera de esas incógnitas es la de quien fue su “autor intelectual”, quien ideó su diseño.. y lo dibujó en un papel como proyecto constructivo…Resulta muy tentador pensar, prosigue D. Cosme, que el maestro Egas “el mozo”, quien, al fin y a la postre, fue el autor de la ampliación de nuestra Catedral, también tuviese algo que ver en el diseño de la nueva torre que la complementaría, pero no hay evidencia objetiva alguna de esa posibilidad… y si bastantes en contra de la misma,… pues, aunque alguna de las torres que él diseñó en otras Iglesías, podría parecerse a la de Manzanares, la mayoría de las que proyectó en sus templos erán de otro estilo… Además, la fecha de inicio de las obras de la torre, y la gran prolongación en el tiempo de su desarrollo, mucho después de la muerte de Egas, van también en contra de que él tuviera que ver en ello… pero, en todo caso, quien proyectó esa maravilla arquitectónica, permanece en el arcano de la historia de Manzanares, pendiente que, quizá, algún legajo, también “escondido” a la luz del conocimiento histórico objetivo, aparezca algún día, y nos dé la respuesta a la autoría de ese “Faro de la Mancha”, que es la Torre de la Catedral de Manzanares…
Fuera quien fuese su autor, al poco de comenzar las obras de esa nueva Torre,..en el año de 1602, los hermanos Ruiz de Elvira, autores del retablo del Altar Mayor de la Catedral, no habían recibido el pago de sus trabajos, por lo que interpusieron una demanda judicial contra el Concejo y el Cabildo eclesial.. y como quiera, sigue D. Cosme, que en el contrato de obras se especificaba con nitidez.. que ni Cabildo, ni Concejo, podían iniciar otros trabajos en la Catedral, sin que los entalladores tuvieran la carta de finiquito,… las obras de la nueva Torre se paralizaron…lo que motivó una nueva disputa, también por incumplimiento de contrato, interpuesta por los “maestros” de obra de la Torre, D. Juan de Arenas y D. Alonso Fernández Camacho contra el Cabildo y el Concejo de la villa de Manzanares…
El proceso de enconó de tal manera, y en ambos frentes, que terminó con el encarcelamiento de los dos maestros constructores, parte del Concejo y el mayordomo de la Iglesia, que estuvieron presos lo menos doce años, ya que en 1622 aún no había concluido el pleito”… Poco se ha sabido de los años siguientes de aquel siglo XVII, con respecto a la Torre de la parroquial, continua D. Cosme; pero, muy posiblemente, hasta que no concluyó la primera mitad de aquella centuria, las obras estuvieron paralizadas, pues existe una referencia escrita, con bastantes visos de verosimilitud, que viene a informarnos que en el año 1656 se reinició, (se comenzó, más bien) la construcción de esta bellísima aguja catedralicia… Y, posiblemente, esa fecha de reanudación de las obras es correcta, pues sabemos que en esa año de1.656, se efectuaron reformas en el entorno de la “Capilla del Perulero” donde comenzaba la torre vieja, ya que en escritos de ese año, quedó recogido lo siguiente: "para que esté de prestado la Pila del Bautismo en la Capilla de San Miguel”.. posiblemente, con el fin de prevenir daños en la misma, durante las obras de la Torre.. obras que, seguramente, por las dificultades económicas que provocó la gran crisis de la segunda mitad del XVII, se dilataron en el tiempo, concluyendo en fecha indeterminada de la siguiente centuria del XVIII….. cuando quedó definitivamente terminada esta bellísima y perfecta aguja que apunta y perfora el azulísimo cielo de este pueblo de cuento que es Manzanares de la Mancha…
Nos podemos imaginar, mi querido reportero, divaga D. Cosme con verbo encendido, a los paisanos de aquel tiempo, cada vez que circulaban por la Plaza Mayor, elevar su mirada al cielo de Manzanares, para observar, entre el rudimentario andamiaje de cuerdas y maderos, como se iba concretando la construcción de esa Torre,…observar como se iba elevando, desde las naves y galerías más altas de la Iglesia, su primer cuerpo, esa mole sólida y cuadrada de piedra….luego, algún tiempo después, apenas atisbado entre el andamiaje, la gente que pasaba por allí, contemplaría, poco a poco, la elevación de ese segundo cuerpo tan característico y bien armado de nuestra torre, el del Campanario,.. idea constructiva octagonal, con grandes ventanales, que permiten la visión de sus ocho campanas interiores… La que está frente a los juzgados, sigue D. Cosme, es un gran ejemplar; que tañe con una especial sonoridad, gravedad y arrogancia,… tendiendo a mitigar el sonido de las restantes, como queriendo mostrar su carácter dominante, para el anuncio de grandes aconteceres, desde aquel Siglo XVII, hasta nuestros días… Es probable que la Torre iniciara así el “Siglo de las luces”, terminando en ese segundo cuerpo de su campanario,.. y que fuera en ese Siglo, quizá durante la guerra de sucesión, o durante la comendaturía del Señor de los Cameros, cuando se izarón al cielo sus tres últimos cuerpos … El tercero de ellos, el del Reloj, se compone de cuatro esferas que se corresponden con los cuatro contornos de la base de la Torre….y, están, como ud. puede observar, mi querido reportero, los señala con su mano Don Cosme, cubiertos de una bella pizarra;… El cuarto cuerpo, es una pequeña maravilla, formado por un alto y airoso templete, dotado de gráciles ventanales y, en todo su conjunto, circundado por un balconcillo…Y, finalmente, el quinto y último cuerpo, constituido por unos pequeños departamentos, dispuestos en correspondencia vertical con las esferas del reloj, que da una gran armonía al conjunto de esta bellísima torre de la de la Catedral de Manzanares, que fue a terminarse en esa airosa espiral, cubierta de pizarra, que habría de conocerse, ya por siempre, y por todo el paisanaje, como “el nazareno”,… ese capirote tan nuestro, tan de Manzanares, y tan de su Catedral, sobre el que, algunos funambulistas de aquel Siglo de las luces, izaron e hincaron, en un glorioso día ignoto de aquel siglo ilustrado, como bandera del cristianismo, una Cruz de hierro, de ochocientos kilos de peso, que vino a coronar esa esbeltisima Torre,…y Faro de Manzanares desde aquel momento.. Pero fue en el año 1778, -continua D. Cosme, cuando quizá podemos poner fecha al evento constructivo final, que otorgó completitividad a la torre, tal como la conocemos hoy...aunque aun se modificara más en años y siglos venideros; porque fue en esa fecha, más de un siglo después de haber sido colgadas en su campanario, las dos primeras campanas, que con sus lenguas de acero daban fe, todos los días, de lo mejor y lo peor en la villa, cuando se instaló un primer reloj debajo de ellas…reloj de una sola esfera, que daba a la plaza...
En efecto, aquel año de 1778, ante la admiración y contento del vecindario, es colocado el primer, y entonces único, reloj de la torre de Manzanares, que daba con una sola campanada las medias horas, y las campanadas que correspondían a las horas que iban pasando…. Por eso, cuando en la torre de su villa de Manzanares, vieron colocado ese artilugio, que él sólo anunciaba las horas del día y de la noche, como nunca antes habían conocido, tuvieron tal satisfacción, que dieron por bien empleados los 6.000 reales que costó, aunque por aquella dura época fuese un evidente exceso….. Los vecinos, orgullosos y satisfechos de aquel gran acontecimiento en sus vidas, paraban en la Plaza, con reverencia y solemnidad, a escuchar el sonido de las horas, mientras que su eco se propagaba por la senda del tiempo y los vetustos caminos, desafiando al horizonte por los siglos de los siglos...
Y es momento ya, mi querido reportero, de ir concluyendo este relato,… que vino
a dar cuenta, a todo aquel que lo lea, del como, y, aproximadamente, el cuando,
se concretó esa magnífica, esplendida y bellísima Torre de la Catedral de la
villa de Manzanares…. ícono de este pueblo noble, un auténtico Faro de la
planicie manchega, reconocible por siempre, en la lontananza de sus campos y
caminos, como señal y signo inequivoco de la proximidad de nuestro pueblo…Signo
este, que al paisano, a cualquiera de ellos, desde aquellos lejanos tiempos,
cuando comienza a ser percibible a su vista en el horizonte aun lejano,… bien
sea a los lomos de un caballo, mula o rocín…o bien, desde un carro, o los
asientos de una tartana…provoca una sensación de alegría, a la vez que cierta
congoja, sintiéndose atraídos hacia su pueblo, hacia su lar, como si esa aguja
esbelta, estuviese imantada, como si, su aspecto bellísimo, que atrae por si
mismo a todo al mundo que pasa cerca de Manzanares, lo hiciese de una manera
especial, y más intensa, para quien es paisano y vecino de la villa…
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