¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

miércoles, 30 de mayo de 2018

160). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: LA ENCOMIENDA ILUSTRADA; ECONOMIA Y CASTILLO..

La evolución de la Encomienda de Manzanares, y de su sede central, el castillo, durante el Siglo XVIII -comienza Don Cosme este nuevo relato- se puede analizar, mi querido reportero, desde diferentes aspectos, que incluyen: los exclusivamente financieros, o los que afectaron a la estructura, funciones y configuración del Castillo, o a la de los propios terrenos de la encomienda, asi como, también, a su distinta forma de administración en la era borbónica, con relación a la tradicional calatrava…De todas estas cuestiones, y de todo ese proceso de cambios, que se sucedieron a lo largo del Siglo XVIII, incluyendo algunas de sus curiosidades.... le propongo hablemos ahora… 
Naturalmente, quien esto escribe, asiente, sin rechistar, a Don Cosme,… pues, a bien seguro, que habrá de resultar interesante para el conocimiento de la historia de Manzanares…. Así pues, y sin más dilación, D. Cosme comienza recordando que la última valoración financiera de nuestra Encomienda, en aquel siglo de penurias que fue el XVII, y ya en el seno de la crisis global del Reyno, databa del año 1630….En ella, nuestro territorio quedó tasado en la cifra de 2.437.500 maravedies, muy alejados de los 6.000.000, en los que habíamos sido valorados, como la más rica encomienda de las de Calatrava, en 1616, tan solo 14 años antes, y cuando todavía Manzanares no había entrado en la crisis que vivió el Reino de España durante aquella centuria… Pero, sigue D. Cosme, lo peor para nuestro pueblo y, por ende, para nuestra encomienda estaba por llegar,... hasta concluir, dramáticamente, en aquella década trágica, vivida en Manzanares entre los años 1674 a 1684,.. tiempo de miseria extrema, donde poco rendimiento pudo atribuirse a la Encomienda… tan poco, que ni siquiera se tasó… En los últimos años del XVII, la villa de Manzanares inicio una recuperación sostenida y, comparativamente, mayor y más rápida que la observada en muchas otras villas circundantes... probablemente por la actuación determinada que siempre caracterizó a nuestra gente –apostilla con orgullo D. Cosme- ... 

De ese modo, en 1712, al inicio de la comendaturía de Don Iñigo de la Cruz, Conde de Aguilar y Señor de los Cameros, -sigue D. Cosme- los visitadores de la Orden Calatrava tasan el valor de nuestra encomienda en 2.698.878 maravedíes.. es decir, ligeramente superior a la llevada a cabo en 1630, al comienzo de la crisis…Quedaba clara, pues, la recuperación económica de la encomienda… Esto se fortaleció todavía más en años venideros, cuando una sucesión de buenas cosechas, junto al emprendimiento y la buena disposición hacia nuestro pueblo y sus gentes, por parte del Comendador, D. Iñigo de la Cruz, militar y Grande de España,.. quien tomó tal cariño a nuestro pueblo que, a pesar de sus muchas propiedades en otras partes del Reino, estableció su residencia en Manzanares, donde potenció muchísimo todas sus posibilidades… Por ej, mejorando las infraestructuras de la sierra de Siles, donde concretó una pequeña “urbanización”, para que varias personas se encargaran “in situ” de la explotación y administración de todo esa rica área,… cuyo rendimiento –sigue comentando D. Cosme- “creció como la espuma” desde entonces.. Además, rehabilitó la ermita del lugar…. y lo convirtió en sitio muy popular y visitado, como centro de fiestas locales y de romerías,… Muy aficionado a los toros, hizo instalar en la explanada un pequeño coso, donde eran frecuentes los festejos y juegos taurinos. 


Durante su comendaturía, rehabilitó el castillo, ya que, en los primeros años del XVIII, cuando la Guerra de Sucesión, estuvo ocupado por la tropa del Regimiento de Don Antonio de Amézaga, quien utilizó nuestra fortaleza, situada muy en la retaguardia del frente, como “cuartel de invierno”,.. tiempo en que se parapetaron las cuatro esquinas del castillo y su Torre de Homenaje….readquiriendo el conjunto un aspecto más militar, aunque siguió siendo, en su funcionalidad, más Casa de Encomienda que Fuerte.. Como curiosidad, la fortaleza de Manzanares, tenía entonces un sistema de correo con palomas mensajeras… Por lo demás, su actividad administrativa y recaudatoria, continúo realizándose como antes de la guerra,.. en el propio Castillo y la Casa de la Tercia…. Don Iñigo, remozó muchos otros centros vitales del pueblo, como la Plaza Mayor... donde, aprovechando unos años de bonanza y buenas cosechas, y su afición a la fiesta, tuvo la idea de crear una Feria de carácter anual, en la semana de Agosto que incluyera el día 15, festividad de la patrona de la villa, Virgen de la Altagracia y de la Asunción. Esta idea cristalizó en la primera Feria de Manzanares, celebrada en 1723, con una gran éxito de público local y regional, que ese año, y sucesivos, popularizó a nuestra villa y a los productos derivados de la explotación de nuestra encomienda, que se exponían en los distintos puestos instalados en la Plaza durante las Feria...

Todo esto, año tras año, y como va dicho, prosigue D. Cosme, contribuiría mucho a la demanda de nuestros productos y, como consecuencia, a un rendimiento creciente en los beneficios obtenidos por la encomienda de Manzanares.. que, al llegar la etapa borbónica del Infante Felipe, alcanzaba un valos de 3.264.000 maravedíes… Pero –continúa D. Cosme- con la llegada de los borbones, y por las circunstancias particulares del infante Felipe, consideradas en una anterior crónica, en el año 1739, la encomienda empieza a ser dirigida de acuerdo al sistema de gobierno de la Orden Militar de San Juan, a cuyos hábitos pertenecía el citado infante Felipe… Según esas curiosas normas, que vale la pena conocer, sigue D. Cosme, el Administrador no tenia potestad para hacer obras en los edificios de la encomienda, teniendo que dar cuenta de cualquiera de ellas al Administrador General de su Orden en Consuegra…Éste, ordenó que los cuartos del castillo debían repartirse equitativamente entre los dos gestores (Administrador y Mayordomo de Frutos)…y si, fuera preciso, que se dividiesen en partes iguales algunas habitaciones,.. para equiparar los espacios de la Casa de Encomienda,.. Todo ello, y las obras necesarias, siempre debían ser supervisadas desde Consuegra… Ambos administradores, hacían uso común de los pajares, caballerizas, corrales, bodegas, pozos y la pila abrevadero del patio donde bebian los animales… La nueva configuración creó, además, una pieza especial, un cuarto que guardaba un arca de dos llaves,… una de las cuales quedaba en poder del Administrador…y la otra del Mayordomo…En este cuarto, llamado Contaduría, se especificaba, en concreto que: “…la escalera secreta que ay para los quartos baxos, se condenará, clavando la puerta que está en el suelo superior, y la del inferior si la huviere, y en su defecto se cerrará con un tabique sencillo de ladrillo”...
Casa de la Tercia.

El Administrador, Manuel de Vivanco, debía enviar el dinero de la encomienda, cada dos meses, hasta Consuegra para su custodia, por el argumento sanjuanista, hacía los dueños de la Casa Real, que esta medida se tomaba porque llevar el dinero hasta Madrid era muy arriesgado, por los peligros del camino….En 1740., el Administrador Vivanco y el Mayordomo de Frutos Alonso Gallo, tomaron posesión de las dos llaves del arca…. que:“..se puso en la misma pieza de Contaduría por ser la mas cómoda, y segura una arca grande fuerte de pino barreteada con sus cantoneras de yerro claveteada y con dos llaves”… Sabemos, por referencias rayanas en la leyenda, que en 1737, existía un “tesoro” encerrado en esta caja fuerte…Luego llegaron las evidencias y rumores continuos de corrupción interna… y, en 1757, por ese motivo, se llevo a cabo una inspección por sorpresa del Castillo, para comprobar si existían irregularidades en las cuentas...Hemos sabido –sigue D. Cosme- que en el propio castillo se produjo una fuerte discusión a gritos, por que el Administrador General de la Encomienda, Joseph Santos Carretero, Caballero de la Orden de San Juan, pretendió ocultar documentos a los inspectores….La “Junta de Ministros”, buscaba unos “legajos” sobre las cuentas del arca, en base a un inventario concreto, que el Administrador no había seguido, por que hubiera dejado a la vista sus tejemanejes y corruptelas... En las cámaras, bodega, oficinas, caballerizas, silos, cuevas y graneros del castillo se colocaron cerrojos para mayor seguridad del vino, vinagre, aceite, granos y demás frutos de la encomienda. Las llaves de estos últimos cuartos, quedaban en manos del Mayordomo de Frutos… Debido a la corrupción , el dinero dejo de guardarse en el castillo en 1763, momento en que se tomo la decisión de llevar todos los caudales de la mayordomía de Manzanares a la Tesorería General de Consuegra...Toda esta corrupción, y la detracción completa de los productos de Manzanares a Consuegra, afectó el rendimiento de la encomienda, algo que favoreció, además, el absentismo y falta de control de la Casa Real Borbónica… En todo este proceso, seguramente influyo también, el natural recelo de la nobleza calatrava de la villa, al comprobar como gran parte de sus logros, “desaparecían” de Manzanares casi de inmediato...

Al morir el Infante D. Felipe, en 1766, y según ancestral costumbre, se entregaron en las oficinas del castillo, durante tres o cuatro días,… 50 fanegas de trigo y 25 de centeno a los pobres de la villa, en forma de pan cocido. También se llevó a los impedidos a su propia casa parte de estos productos… Esta forma de patrocinio sobre la población era propia de los comendadores.. tanto en vida, (obligados por sus propias reglas), como al morir (por temor de Dios)… A los donativos a los pobres se añadían: obras pías, objetos para la iglesia o las ermitas, y otras obras de mecenazgo.. 
A pesar de todo ello, la prosperidad de nuestra encomienda siguió siendo provervial, y cuando se cuantificaron y “salieron a la luz” todas las propiedades, campos y haciendas de Manzanares, en base a los datos extraídos del Catastro de la Ensenada, realizado a principios de la segunda mitad del XVIII, se pudo comprobar la magnificencia de su valor real… pero, eso, querido amigo, será objeto de otros análisis y crónicas, que esta ya fue de bastante para los logros que en ella se pretendían….

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