Habíamos dejado a
nuestro valiente y aguerrido paisano; Martín Ruiz Nieto,-comienza Don Cosme
esta crónica- en pleno enfrentamiento verbal con el Alcalde Mayor de
Manzanares, Don Fernando de Mora y Ceballos, por el flagrante desacuerdo entre
ambos, a colación de un sorteo para seleccionar once mozos de la villa, que se
deberían incorporar a los tercios del Rey Felipe V, para combatir en la que se
adivinaba inevitable guerra de sucesión al trono.. Este enfrentamiento se
mantuvo, como va de sabido, continua Don Cosme, en el entorno de la Plaza Mayor
de la Villa de Manzanares, y a las puertas de su Consistorio Municipal.. y es
momento ahora de desgranar, más pormenorizadamente, ese diálogo entre los
dos,…tal cual declararon testigos presenciales que de cómo se produjo....
Momentos antes, y por la mucha gente congregada en la Plaza Mayor, para el
sorteo, el Alcalde les había instado a retirarse.. y hacer: .."uno poco de
lugar"… para que pudieran subir bien a la audiencia los mozos que entraban
en el sorteo, de uno en uno, a pasar el pertinente reconocimiento..Habían
entrado dos o tres,….y, fue entonces, cuando Martín Ruiz Nieto, exclamó en voz
muy alta:..."Sr. Don. Fernando esto no se a de hacer en esta forma porque
a de ser llamado a cada uno por su nombre” ..añadiendo, al pronto: “Sr.
Gobernador aquí ay queja, que esto no se haze como sea de hazer"….. Juan
Fernández Camuñas, que estaba asistiendo, muy cerca, a la petición del Alcaide
para anotar los mozos, declararía, posteriormente, que;… “oyó como Martín Ruiz
Nieto pedía licencia al alcalde para continuar hablando”…y también como el
alcalde, le impuso silencio con estas palabras:… "¡calle Martín Nieto,
como interrumpe la ejecución de las hordenes del Rey Nro. Señor... como viene
con esa desberguenza y atrevimiento!"….Mientras, el hijo de Martin (uno de
los mozos que sorteaba), apoyaba el alegato de su padre, estando a su lado, y
portando: tintero, pluma y papel; donde iba anotando los nombres y apellidos de
los mozos no alistados, mientras algunos de los presentes allí cerca, gritaba
cosas como: … "fulano no se a publicado..fulano falta"...
Entonces,
Agustín Serrano, funcionario del Concejo, que había sido de los primeros en
advertir al Alcalde Mayor del tumulto que se estaba formando en la Plaza,… y
que estaba encargado de reconocer las partidas de bautismo de los mozos,
intervino para aquietarlos, y dijo:.. "Yo lo diré... si sea de poner o
no"…. Pero la situación en el exterior ya estaba desbordada, todos seguían
voceando: ¡"echen fuera a ese y a ese... que no es a propósito y pongan a
fulano"!… y, entre otras cosas, alguno pidió… "que se quedara Tomás
Ressa, testigo presencial de 29 años, del que, alguien, aclaró,.. “no le havian
puesto (en el listado) por ser hijo de biuda",… Juan Ruiz, el hijo de
Martín Nieto, tomó nota de lo dicho”….Al lado, su padre, Martín Ruiz, no
cejaba, aunque le mandaban callar, diciendo:.. "Puedo hablar lo que digo
porque es muy licito y es razón", y le exigía al alcalde que el
sorteo:..."se hiciera en la plaza donde lo viesen todos porque assi se
avia echo en otras ocasiones que avia abido milicias"...
El Alcalde se
limitó a responder que no tenía orden para ello y que:…"no le
impacientase". Habiéndole ofrecido su hijo la hoja escrita que portaba,
-continua Don Cosme- Martín Ruiz se la mostró al Alcalde,.. y le dijo:… “Sr.
este papel me an dado de los dhos mozos que quedan por alistar"…..Tal
cual, lo escuchó (y así lo declaró), Bartolomé Sánchez Batanero, que por tener
un hijo quinto, y hallarse a la sazón en Ciudad Real, hizo acto de presencia
para dar razón de él al Alcaide…. Por su parte Juan Sánchez de la Blanca,
oficial de vara, creyó entender a Martín lo que sigue:… "be Usted aquí
este papel por donde se berá los que an quedado por poner en la lista"…. A
lo cual, el Alcalde, espetó a Martín:…. "deje eso Nieto que no es para
aquí que después se bera"… y acto seguido: "cállese no benga a
inquietar ni perturbar baiase con Dios"….Martín Ruiz aún lo intentó una
vez más, diciendo:… "Yo bengo aquí para esto y que se bean los que
faltan"……
Mientras, a espaldas de los enfrentados, la multitud enfebrecida, y cada vez
más exaltada, que llenaba la Plaza, mostraba su apoyo a Martín Ruiz Nieto, a la
vez que enseñaba sus armas, sin ningún disimulo, y en actitud desafiante, hacía
las autoridades del pueblo… Fue en ese momento- comenta D.Cosme- cuando sucedió
algo que desencadenó los acontecimientos, definitivamente… El alcalde mayor,
que hasta entonces no había hecho uso de mayor autoridad, asistido por Esteban
Caballero de la Serna, alguacil mayor, Bernardo Muñoz “abujetas” (otro
alguacil), los escribanos Marcos Ibáñez, Pedro y Juan Barranco Camacho, con la
ayuda de unos guardias, bajó a la puerta.. se acercó al sitio donde estaba
Martín Ruiz Nieto… y le asió de un brazo y de la capa, mientras Bernardo Muñoz
le agarraba del cinto...Forcejearon y, finalmente, entre varios, lo arrastraron
hacia el interior de la Audiencia.... El hijo de Martín, espada en mano, trató
de impedirlo, pero también fue reducido por los guardias, e introducido con su
padre dentro de la Audiencia...
Inmediatamente, otro escribano, Marcos Ibáñez,
tomó al Alcalde, y también lo retiró adentro, en previsión de que alguien de
afuera lo agrediese…. Dentro, Martín, fue registrado, por si también llevase
armas,.. aunque él aseguraba que: …”no había hecho nada”…que: “solo quería un
sorteo justo”…. Cerradas, por dentro, las puertas del Ayuntamiento, y con el
instigador de la revuelta y su hijo a buen recaudo, el alcalde mayor de la
villa subió, rápidamente, al corredor-galería que daba a la Plaza…para, desde
allí, tratar de asustar a la multitud, diciéndoles que correrían la misma
suerte que Martin, si no deponían su actitud,… suponiendo que se disolverían….
Nada más lejos de lo supuesto por el forastero alcalde mayor, (que no debía
conocer mucho del determinado, aguerrido y noble espíritu de nuestras
gentes)..fue lo que sucedió instantes después… La multitud, pasada la confusión
inicial, advirtió lo que había ocurrido… e, irritadísima por el “secuestro” de
su líder, incrementó inmediatamente sus imprecaciones amenazadoras, blandió al
viento sus armas y arrojó cantidad de piedras contra las puertas de la
Audiencia…. La cosa, -prosigue D. Cosme- cada vez “pintaba peor”, el alcalde y
sus ayudantes tuvieron que refugiarse en el interior del Ayuntamiento,.. no
sabemos si trás recibir alguna que otra pedrada…pero, desde luego.. y en solo
unos segundos, habían pasado de amedrentadores a amedrentados,.Los paisanos
congregados en la Plaza, desenvainaron todas sus armas y se dieron en proferir
insultos, invectivas y amenazas de muerte al alcalde y oficiales del Concejo,….
De cuando en cuando -prosigue D. Cosme-gritaban el tradicional lema de:…
"viba el rey de España y muera el mal govierno". …junto a otros,
como:… "mueran estos picaros ... perros ladrones ... ya es tiempo de que
mueran estos perros del Ayuntamiento y de la Audiencia...".. En la
Audiencia, el miedo se apoderaba de las autoridades presentes…. por ejemplo,
Cristóbal Ruiz Coca, "descompuesto y demudado de color",.. no paraba
de decir, a quien quisiera oírle, que el sorteo debía de practicarse como pedía
la gente:... "sin exzeptuar a ninguno de los ricos y algunos de los que
estan impedidos sin embargo de sus achaques y que si no se avia de ber y avían
de hazer tajadas a los mesmos".
Al poco, de entre la gente, apareció la
figura del licenciado y presbítero de la villa, Agustín Ruiz Nieto, hermano de
Martín, y quien le había facilitado los datos que ponían en evidencia el fraude
con el que se había planteado el sorteo de la leva.. Se acercó a las puertas
cerradas de la Audiencia y, gritando, reclamó la presencia del alcalde mayor…
Momentos después, se asomó uno de los escribanos, espada en mano, y el
presbítero le espetó:... “¿para qué ha desenvainado la espada?”… Ibáñez, el
escribano, respondió .. ”para defender al rey y a mi Alcalde Mayor”… añadiendo:
“licenciado váyase usted a su iglesia y déjenos que esto no es de su
ministerio”…a lo que el presbítero, sin arredrarse, contestó enseguida:… “no
quiero irme que no estorbo”… Este breve diálogo, -dice Don Cosme- fue más que
suficiente para que la multitud, aun más enfadada de lo que ya estaba, por el
trato despectivo a un ministro de su Iglesia, recrudeciese sus insultos y
amenazas y, literalmente, dijeron cosas ( tal como quedó transcrito por los
escribanos para el enjuiciamiento de los hechos) como la que gritó un tal
Jerónimo de Manzanares, desde el gentió:....” a reñir vamos no hay que venirse
sin dos o tres muertes cada uno”…
El Alcalde Mayor, reaparecido, gritó a su
vez:…”bajen esas espadas y nadie se menee que las órdenes de Su Majestad se han
de ejecutar”….El gentío, al unísono, le respondió así:… “no queremos hasta que
salga Martín Nieto”…..Otro paisano, un tal Pinilla, muy, muy exaltado,
blandiendo un alfanje, gritó:..“¡voto a Cristo a esto venimos mueran estos
perros, suelten a Martín Nieto y si no se ha de perder el lugar!”... Otro,
exaltadísimo, gritó: … “que nos den a Martín o no ha de quedar hombre vivo”… El
paisano, Pedro Espinosa, en la bocacalle de la plaza que da a la cárcel, y
espada en ristre, gritaba:…” ¡voto a Cristo de aquí no ha de pasar ninguno que
traigan preso aunque me hagan pedazos!”… Poco más allá de las cuatro de la
tarde, la situación estaba totalmente atascada y descontrolada…Por un lado, el
alcalde mayor, y los funcionarios que lo defendían, estaban acantonados en las
dependencias de la Audiencia,… por otro lado, los vecinos amotinados en la
plaza, dispuestos a todo, y cerrando el paso a cualquiera que pretendiese
acceder allí para intentar auxiliar al Alcalde Mayor…y, por último, varios de
los munícipes o regidores del concejo, permanecían callados en el interior de
sus casas. o en el Concejo, porque ellos eran algunos de los ricos cuyos hijos
habían sido sacados de la muestra…. El Alcalde, que tonto no debía ser,
-continua Don Cosme- haciendo de la necesidad virtud, y, también, por puro
instinto de supervivencia, debió hacerse cargo de la indómita actitud de Martín
Ruiz y sus seguidores,… aunque, a la vez, fue lo bastante inteligente, como
para darse cuenta que la única pretensión de los paisanos era que el sorteo
fuese justo, y que participaran todos los que debían participar en él.... Seguro pensó enseguida que, al fin y al cabo, él era un forastero, colocado
allí por el Rey, y que, en realidad, su compromiso no era con la gente noble de
Manzanares…y, mucho menos, para que sus hijos eludieran el Servicio a España, a
costa de poner en peligro su propia vida….
El Alcaide -prosigue Don Cosme- debío
reflexionar sobre todo esto y, a pesar de la zozobra del momento, elaboró una
brillante estrategia…. Pasado un buen rato, entrada la tarde, el alcalde mayor,
ante la sorpresa de la gente, salió al corredor que daba a la plaza en actitud
conciliadora, para manifestar que el sorteo se iba a realizar como era de ley, incluyendo
a todos los mozos que se demostraran hábiles y anunció, a la par, la
promulgación de un bando, prohibiendo a todos los hombres portar armas en las
calles de Manzanares, so pena de la vida y de ser considerado traidor al rey… A
reglón seguido, anunció la inmediata puesta en libertad de Martín Ruiz Nieto y
la de su hijo… Con estos pronunciamientos, la gente de Manzanares, noble por
naturaleza, se disolvió inmediatamente, ante la enigmática y satisfecha sonrisa
del Alcaide, que observaba “in situ”, el buen resultado de su estrategia….
Y acabe aquí este relato, mi querido cronista, -dice D. Cosme-…pues ya sirvió
para mostrar al mundo de sus lectores, el particular Fuenteovejuna de este
noble pueblo de Manzanares…, donde el gran sentido de justicia solidaria,
integrado en el espíritu hidalgo de sus gentes, fue capaz de doblegar la
resistencia de un poder aplicado con injusticia!!. Aunque, no olvide usted, que
la maldad humana tampoco conoce límites.., y que, incluso en casos tan
satisfactoriamente resueltos como este, las cosas no terminan tan bien…
concluye, de manera enigmática, Don Cosme, su disertación….
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