¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

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HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

miércoles, 1 de mayo de 2019

214). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: SOTOMAYOR….MANDO EN PLAZA.



Hemos conocido en relatos previos, inicia D. Cosme éste, como en 1799, en el año que llegó a Manzanares, Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, que habría de ser máximo protagonista en la vida de nuestra villa, tuvo un comienzo complicado en su periplo como Párroco de Manzanares... El 29 de Diciembre de aquel 1799, Frey Don Pedro, quedaba reconfirmado oficialmente como primer pastor espiritual de Manzanares y, desde ese momento, se aplicó todavía más en el ejercicio de sus funciones, como tendremos ocasión de conocer en esta crónica que le estoy proponiendo. 

Ya supimos, sigue D. Cosme, que cuando Frey Sotomayor, durante su primer año en Manzanares, entendió nuestro carácter, utilizó su inteligencia natural y su determinación en lo que creía debía ser su acción pastoral, para conseguir lo máximo posible de sus objetivos y demandas, siempre bien fundamentadas en las leyes eclesiales y civiles. Su brillante y convincente discurso, articulado por él a lo que pedía nuestra psicología, le llevó a presentarse ante ese pueblo que le escuchaba, la feligresía, como el pastor de todos ellos, convenciéndoles que debían seguirle, por algo tan sencillo como que era la obligación de cualquier cristiano con su referente espiritual, la Santa Madre Iglesia, representada en su Parroquia, y en él como párroco. Este mensaje fue continuamente transmitido por Sotomayor en sus homilías y en toda conversación que hubiese lugar con cualquier paisano, incluidos dirigentes de la villa, tanto del Concejo como de la Encomienda,.. y, cuando comenzaba el siglo, en 1800, sigue D. Cosme, Sotomayor era ya el principal y auténtico líder de la villa de Manzanares.. pues había conseguido convencer a sus clases dirigentes de la supremacía de lo religioso sobre lo civil, en una sociedad cristiana. 

En definitiva, y como reza el encabezado que quiero darle a la crónica, continua D. Cosme, Sotomayor ejerció con “mando en Plaza” en Manzanares, durante toda su trayectoria vital en la villa, hasta que falleció, y no porque la Parroquia estuviese en la Plaza, que también, sino porque ese “arrastre” hacia su prédica, de feligresía y dirigencia, su determinación y porte eran los de un gran líder, algo necesario, además de útil para nuestra villa, en los convulsos momentos que iban a vivirse muy pronto al final de la primera década del siglo XIX tras la invasión francesa. 

Altar parroquial de la Asunción, siglo XIX.

También conocemos ya, continua D. Cosme, que Sotomayor se implicó, especialmente, en la atención y ayuda a los más menesterosos de Manzanares, y en relación con todo esto, se manifestó en aquel primer tiempo del Siglo XIX, el citado liderazgo y “mando en plaza” de Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor de manera palmaria, y de lo que es un buen ejemplo lo que ahora voy a contarle. querido plumilla. 

Ya hemos sabido, en relatos precedentes, como D. Pedro consiguió que el Comendador de Manzanares, el Infante D. Antonio Pascual, incrementase en forma muy considerable las congruas que, a esos fines de ayuda a la mendicidad, destinaba la Encomienda a la Parroquía; del mismo modo que consiguió del Comendador aumentos significativos de las donaciones directas de la Encomienda a los más pobres… Aun así, las cantidades otorgadas a la parroquia, y ese aumento en las donaciones directas de la encomienda, eran, a ojos de Sotomayor, y de la realidad de los numerosos pobres de solemnidad existentes en Manzanares, manifiestamente insuficiente para cubrir las necesidades de una indigencia creciente en la villa por aquel tiempo, que se producía no porque nos estuviéramos empobreciendo como pueblo, sino todo lo contrario, eso sucedía, a causa de ser Manzanares un lugar de transito de caminos y, además, poseer ricos terrenos en su encomienda, lo que otorgaba, al que llegaba, una visión atractiva de nuestra villa, en la que veían mejores perspectivas que en ningún otro lugar próximo. De hecho, de los más de 300 pobres de solemnidad contabilizados en el pueblo por aquellas fechas, un número significativo eran forasteros que habían logrado burlar la aduana artificial que las autoridades de la villa habían establecido en el “puente de los pobres”, para evitar en lo posible ese incremento de indigentes. 

En este estado de la cuestión, continua D. Cosme, nuestro Pastor no quedó conforme con el Comendador, a pesar del incremento que había concedido a congruas parroquiales y donaciones directas a los pobres…. y, ni corto ni perezoso, y con la determinación que le caracterizaba, Frey Sotomayor, nada más empezar el Siglo XIX, a fecha de 14 de Enero de 1800, demandó judicialmente ante el Consejo de las Ordenes, al Comendador de Manzanares,, Infante D. Antonio Pascual quien, a la sazón, y procede no olvidarlo, era hermano del Rey. Cabe imaginar, ahora, prosigue D. Cosme, como quedaría de atónito y perplejo nuestro pueblo, y sus autoridades en particular, ante semejante decisión… ¡ni más ni menos que el Párroco contra el Comendador!; ciertamente una situación insólita para los tiempos, que debió caer como una bomba en Manzanares y, seguramente, en la Orden y en todo el Reino de España…
Nuestro Patrón, Nuestro Padre Jesús del Perdón, siglo XIX.

Frey Sotomayor, nombró abogado para el pleito en la persona de D. Manuel de Santurio y Garcia Sala, y como Procurador a D. Jose María Sanz, aunque fue visible en todo el proceso que, en la estrategia judicial, el pensamiento y argumentos de Sotomoyar estaban presentes, apostilla D: Cosme... Sus representantes legales, en las propuestas de inicio, argumentaron las tesis de Don Pedro, en base a lo numeroso y creciente del vecindario de la villa; en gran medida, a causa de gentes forasteras, que en muchas ocasiones, tenían muy pocos recursos o, simplemente, ninguno; lo que había determinado un número muy importante de indigentes, muchos de ellos sin techo bajo el que cobijarse. En este punto concreto, abogado y procurador, estuvieron muy hábiles, pues, utilizando los números y cifras que les había cedido Frey Sotomayor, era palmario y evidente que las nuevas congruas parroquiales, y también el incremento de donaciones directas de la encomienda a los pobres, resultaba de todo punto insuficiente … 

Los representantes de Sotomayor, continua Don Cosme, hablaron también de la carestía de los productos básicos de consumo, bastante mayor que en villas y lugares próximos, al ser Manzanares un lugar de transito muy populoso en la región, con una actividad comercial muy importante. Además de todo lo que eso conllevaba para el montante total de gastos, los representantes de Frey Sotomayor alegaron que la parroquia debía atender a frecuentes gastos directos de alimento y hospedaje a personajes eclesiásticos de la Orden de Calatrava, de otras Ordenes militares, del arzobispado, del clero de villas cercanas.. o bien de personalidades civiles que, por una u otra razón, transitasen por la villa de Manzanares, y tuviesen algún encuentro o trato con la parroquia. Por último, solicitaban un dinero adicional para que la Parroquia tuviese una:… “decente librería, compuesta de tratados de Teología Moral y dogmática” …que les permitiera consultar para ciertas cuestiones que planteaba la feligresía, además de poder impartir la doctrina cristiana con mayor fundamento…

Concluían, termina D. Cosme, solicitando al Tribunal que la congrua de 3.800 reales, se aumentase 12.000 reales más, y que se diesen otros 600 ducados, a repartir entre los tres tenientes de la parroquia, apostillando de manera convincente que no eran cantidades excesivas para la encomienda más rica de la zona, con una producción estimada de más de 40.000 ducados líquidos al año. El Tribunal, prosigue D. Cosme, compuesto por los magistrados Villagómez, Lerín y Pontero, admitió la demanda, y emplazó a personarse al apoderado general de la encomienda, D. Ignacio de Béjar, quien nombró procurador a D. Francisco Cipriano Ortega y abogado de su causa a D. Josef Baradat, quien sería sustituido enseguida por un famoso leguleyo de entonces, D. Antonio Cano Manuel… Estos representantes del Comendador, Infante D. Antonio Pascual, aportaron con prontitud certificaciones y supuestas pruebas, para intentar refutar los argumentos de Sotomayor, alegando que las rentas de la encomienda no eran tan elevadas como decía la representación del Párroco… y, en base al censo municipal, que la población de Manzanares no era tan grande como la que referían sus abogados, negando también la supuesta carestía en la villa de los productos básicos de consumo. Recordaron al Tribunal la buena vivienda que poseía el clero parroquial en la calle de las Trompas, precisando que, en lo tocante a la biblioteca solicitada, tampoco era necesaria, pues más allá de considerar suficiente la que en ese momento disponía la parroquia; ésta podía hacer uso de la biblioteca del Convento de los Padres Carmelitas. La respuesta de la representación legal de Sotomayor, fue contundente, expresiva y sin casi posibilidad de respuesta… De una parte, D. Manuel de Santurio, ofertó al tribunal los datos contables de la Orden Calatrava sobre nuestra encomienda, que la conferían el rango de más rica de la zona, en las cifras que Sotomayor había aportado al Tribunal. Además aportó datos comparativos de los precios de bienes de consumo, en Manzanares y villas próximas, que ratificaban la carestía de nuestra villa, respecto a otras cercanas... 

Por otro lado, el censo parroquial, que Sotomayor había elaborado personalmente visitando, una por una, todas las casas del Municipio, contabilizando. con el sumatorio de convivientes de cada una de ellas, la totalidad de los habitantes de la villa, de una manera mucho más completa y exacta, que la obtenida con el método que usaba el concejo para cuantificar su censo municipal, resultó a ojos del Tribunal mucho más convincente y verosímil. Además, sigue D. Cosme, Sotomayor pudo ofrecer al Tribunal la cifra real y exacta de indigentes, que conocía muy bien, y de primera mano, y que casi duplicaba la aportada por el Sr. Cano Manuel. 

En definitiva, según el exhaustivo censo parroquial, y el número de indigentes, la cifra total de habitantes de Manzanares era algo mayor de 8000, lo que contrastaba de manera significativa con los algo más de 6.000 que contabilizaba el Concejo. Ciertamente, 2000 habitantes de diferencia eran muchos…y cuando el Tribunal valoró la minuciosidad expresiva de los datos del Censo Parroquial, y el número significativamente grande de mendigos a atender por la parroquia, su opinión empezó a decantarse a favor de las tesis de Sotomayor en cuanto a la precisión de aumentar las congruas, a pesar de los numerosos testimonios de diferentes personalidades del Ayuntamiento y de la encomienda, que avalaron de manera mucho menos clara y concluyente los argumentos del Comendador,

Así las cosas, y la cuestión, el 19 de Mayo de 1801, el Procurador General del Consejo de las Ordenes, informó a favor de la demanda de Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor. Declarando el anteriormente citado Procurador General que:….“es bueno que el Párroco este congruentemente pagado”… y admitiendo, luego, la casi totalidad de lo solicitado por D. Pedro, dejando establecida la congrua parroquial de la encomienda en 15.000 reales.. El fiscal aceptó esta propuesta y, de esa manera, el Consejo de Ordenes, a fecha de 22 de Junio de 1801, dictó sentencia de conformidad a la propuesta antedicha, declarando, el 11 de Julio de 1801, el pleito como “cosa juzgada”

Y deje aquí concluida, mi querido plumilla, la presente crónica, comenta Don Cosme,.. qué habrá servido a sus lectores, y al mundo entero, para apreciar como se las gastaba y como ejercía “mando en plaza” en Manzanares, su insigne Párroco, Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, quien fue capaz de hacer frente, y ganarle la partida, a todo un Comendador, que para más datos, era hermano del Rey de España…Aquella frase calderoniana…”del Rey abajo, ninguno”, se hizo realidad, una vez más, en la magnífica y nunca bien ponderada villa de Manzanares de la Mancha, por mor de su no menos admirable y determinado párroco D: Pedro Alvarez de Sotomayor…



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