¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

domingo, 11 de julio de 2021

306). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: POR UBICACIÓN…RIESGO DE OCUPACION.

Manzanares, querido plumilla, me dice D. Cosme al inicio del relato, estaba liberado al comienzo del segundo semestre de 1812, y controlado por tropas regulares del ejército español…pero la guerra, a pesar del buen rumbo adquirido para los intereses españoles, continuaba, al norte, al sur, al este y al oeste de Manzanares….

Rodeados por diferentes incidentes, permanecíamos en el centro de la vorágine propia de una conflicto bélico.. y La Mancha, con un área muy extensa y poco poblada, seguía siendo un territorio de tránsito, por lo que las tropas que lo controlaban, francesas o españolas, siempre eran escasas, y muchas veces se las requería, con cierta premura, para ayudar en territorios donde se daban más batallas, dejando desguarnecidas las villas en que se asentaban… y, para mayor peligro, disponíamos de un buen castillo y sobre nuestro solar se encontraba una encrucijada de caminos importantes… estábamos, pues, en permanente riesgo de una nueva ocupación por el enemigo francés, en cualquier movimiento importante de sus tropas, ya que los galos siempre reconocieron a Manzanares entre las poblaciones más estratégicas de España, y la que más en La Mancha…y eso fue lo que terminaría ocurriendo, por desgracia para nosotros, antes de acabar el año 1812... 

Y lo que hoy vamos a contar en esta crónica, aparte de cómo vivió Manzanares y sus gentes por aquel tiempo de inestable libertad, serán algunos de los aconteceres bélicos que terminarían por propiciar, eso, una nueva ocupación de Manzanares por los gabachos, que duraría unos 3 meses …y que, eso si, para tranquilidad de sus lectores, concluye D. Cosme su prólogo a esta crónica, sería la última antes de la liberación definitiva de Manzanares. 

Empezando por la consideración de esos avatares bélicos, el primero de ellos, data de un mes después de la liberación de Manzanares, sigue D. Cosme, y fue el que ocurrió tras la gran derrota francesa en la batalla de Arapiles, muy cerquita de Salamanca, el día 22 de julio de 1812, que motivó una de las más graves crisis francesas en aquella guerra. El rey, Jose I, y toda su corte, viéndose peligrar, abandonaron Madrid el 10 de Agosto.., y, en la zozobra del momento, unos días antes, el 29 de Julio, Jose I ordenó al mariscal Soult que acudiese en su ayuda, abandonando el asedio de Cádiz y evacuando el resto de provincias andaluzas… Eso fue el epílogo, antes del punto y final fracasado... del que fue, inicialmente, un paseo militar por La Mancha y Andalucía, a comienzos de 1810... pero, a efectos de lo que supuso eso para Manzanares, y para el desarrollo del relato, el citado movimiento de tropas galas, sigue D. Cosme, le diré ya que, Soult, asumiendo el encargo del Rey, volvió a atravesar La Mancha, ocupando de nuevo diversos lugares… y, Manzanares, por su ubicación en ella y por su castillo, volvió a estar en claro riesgo de convivencia no deseada con el gabacho,... ríe, fuerte, D. Cosme, su propia ocurrencia. 


José I, Bonaparte.


El centro de España, sigue, se convirtió de nuevo en un sinfín de idas y venidas de los ejércitos francés y español, con retornos y salidas de Madrid del Rey intruso, llegándose a las fechas del 14 y 15 de Noviembre, en que tuvo lugar otra batalla en tierras salmantinas que, esta vez, se tradujo en una derrota de la coalición anglo-española, cuyas tropas, se retiraron a Portugal, dando un resuello a los franceses, que vieron la oportunidad de reocupar Madrid, Toledo y la provincia de La Mancha… De eso, el pensar en Manzanares como lugar a recuperar, por su ubicación privilegiada y su castillo, seguramente fue inmediato en el mando militar francés. En Manzanares, mientras tanto, cambia de tercio D. Cosme, en Noviembre de 1812, aunque no del todo ajenos a lo que ocurría “por fuera”, la gente disfrutaba todavía de su status de pueblo recién liberado, sin suponer lo que estaba a punto de ocurrir, porque el curso general que habían tomado las cosas de la guerra en los últimos meses, a favor de España, había instalado en el ánimo de sus gentes un optimismo, quizás desmesurado, sobre el futuro;, al menos, sobre el porvenir a corto plazo….lo que se vería muy pronto. 

Como le decía, querido plumilla, un Noviembre normal de villa manchega autónoma se vivía en Manzanares… la gente seguía las rutinas habituales del pueblo cada día… el mercado en la Plaza por las mañanas, las actividades de oficina en el ayuntamiento, escribanías, juzgado, pósito, etc… y también estaban bastante activos : comercios, tiendas, herrerías y algunas de las posadas rehabilitadas, tras los destrozos sufridos tiempo atrás… y cada vez más gente salía a los campos cercanos de la encomienda al laboreo de la tierra e, incluso, jóvenes del pueblo pidieron alistarse al ejército español. En fin, vida que se normalizaba, al aire de lo español y de lo propiamente manzagato y, mezclada con ella, algún que otro acontecimiento de mayor enjundia, como el que supuso el 6 de noviembre, la muerte, muy joven, del segundo conde de Casa Valiente, Don Pedro José Pérez Valiente, el aristócrata más significado de la villa, junto al marqués de Salinas, pero personaje de mucha mejor catadura moral que el arribista y vividor D. Agatino. Además, contrario al afrancesamiento interesado del marqués, D. Pedro José era teniente coronel retirado de los reales ejércitos, por lo que sus funerales y entierro, presididos por D. Pedro Alvarez de Sotomayor, fueron actos muy significados y concurridos en la villa, y de gran pompa militar, rindiéndole honores la guarnición de Manzanares y algunos otros militares de rango, que conocían al conde y llegaron al pueblo para la triste ocasión de su muerte con solo 33 años… El cadáver fue llevado a la parroquia para el funeral… y al cementerio de la Virgen de Gracia para su entierro..., en andas de cuatro coroneles. Durante ambos trayectos, la tropa rindió honores y dio salvas de ordenanza. Según dejo escrito su hermana Rafaela, D. Pedro José ”era muy robusto, pero cayó enfermo y los médicos le hicieron tomar porción de libras de quinina para curarlo lo que, a juicio de muchos, aceleró su muerte”… y se cuenta, como hecho curioso, y que está documentado… que, en su agonía, el conde pidió a Sotomayor, cuando le auxiliaba espiritualmente, que hiciese venir a Manzanares al Padre Domingo, de La Solana, para pedirle perdón por haberse opuesto, en su momento, a la petición y voluntad de su hermana Rafaela de profesar en un convento... hecho del que, D. Pedro José, estaba muy arrepentido, por lo que hizo mandar cartas, mostrando ese sentimiento, “para poder morir en paz”, a su hermana Rafaela y a la abadesa del convento de Sisante, donde estaba recluida… “encomendándose a sus oraciones”

Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor.

 Tras recibir el santo viático, sigue D. Cosme, resignado a la divina voluntad, expiró, diciendo …“Nunc dimittis…. Así las cosas en Manzanares, prosigue D. Cosme, el ejército francés, al mando del mariscal Soult, iba afianzando sus posiciones por todo el centro peninsular en la segunda mitad de Noviembre de 1812... Fueron ocupando, día a día, Toledo y la Provincia de La Mancha, llamando la atención, eso si, los pocos efectivos que dejaban en cada guarnición, lo que indicaba que no les sobraban en absoluto, y que su intención era, seguramente, y solo, dar cobertura a la capital, Madrid, ante la eventualidad de ataques o avances de tropas regulares españolas desde el sur, Extremadura o Levante. En ese estado de cosas, el día 12 de diciembre de 1812, una vanguardia de caballería gala, mandada por el comandante barón de Vinot, irrumpió en Manzanares, y se instaló en el castillo, manifestando a las autoridades de la villa que habían llegado para quedarse…

El tiempo de una nueva ocupación francesa de Manzanares se iniciaba en aquellos momentos... pero hablar de ese nuevo tiempo de subyugamiento, y de cómo se desarrollaron los tres meses que duró… antes de la nueva y definitiva liberación de Manzanares, no será objeto de esta crónica… pues mi pretensión para ella quedaba limitada, justamente, a describir la vida de Manzanares en el tiempo inmediato a la fecha de esa última ocupación gala… y a referir las razones del por qué, y el cómo, se produjo la misma... Dejando, para la siguiente, la narración de ese último tiempo de dominación francesa de la insigne villa de Manzanares de La Mancha …

 

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