La Mancha y sus vinos, por Manuel José.

El 28 de Septiembre de 1972, Melchor Díaz-Pinés Pinés, con el seudónimo, 'Manuel José', envío el siguiente reportaje a la Revista 'La Gaceta Rural' de Madrid.

Reproduzco este artículo en el que se analiza la publicación en el B.O.E. de las Normas por la que habían de regirse todo lo relacionado con la uva. Está cargado de crítica y realismo y por ello - para conocer las vicisitudes de la época - considero relevante su publicación.

Bodega de D. Manuel Muñoz Díaz-Pinés, en Manzanares.

Toda La Mancha sabe ya a qué atenerse en la nueva campaña vinícola y alcoholera que ha entrado en vigor el pasado 1º de Septiembre. Por fin, el B.O. del Estado ha aireado su contenido y da luz a las NORMAS por las que han de regirse todos y cada uno de los apartado derivados de la uva. Como tal consecuencia e información de los aconteceres que se viven en estos momentos, hemos de decir, en honor a la verdad, que en todos los corrillos, en todas las tertulias, en todos los casinos y centros de reunión de las gentes, sean o no campesinas, los comentarios son poco favorables. Y dicen ellos, que han llevado un desengaño más, precisamente porque en vez de favorecer al pequeño y mediano agricultor, resulta todo lo contrario porque a ellos es a  quien más duramente ataca y perjudica. Ha sido - dicen ellos, muy lastimeros - crear algo así como un tope, una muralla de contención, al establecer el precio de protección en esas 42 pesetas que, hoy por hoy, son totalmente inaceptables y ruines para que el viticultor, sufrido y heroico, pueda vivir al menos con un mínimo de honestidad y decoro.

Hoy los tiempos son muy otros y hay que atemperarse a ellos, quiérase o no. La vida del campesinado es respetable, humana, cristiana y lógicamente hablando, se lamentan de que si todo sube para ellos, es de justicia que sus productos tengan el " escandallo " que les corresponde, al unísono con las circunstancias.

Ante estos hechos consumados, resulta que los industriales elaboradores no tienen más remedio que acomodarse a lo que dispone el Art. 6º de la Norma y la uva es 'tabú' en los precios que se le marcan y no pueden subirlos aunque sepa que perjudica al económicamente débil, que es el que siempre lleva las de perder. Con estos procedimientos, solo se logrará lo que todos estamos temiendo, que el campo se vea abandonado por las generaciones jóvenes y les hastíe hasta hablar del campo que les vio nacer.

El viticultor, se lamenta de que el vino haya pasado a ser artículo de " primera necesidad " y con la sobrecarga de ser de las mercancías más rigurosamente intervenidas de unos años a esta parte. Si se analizaran los " escandallos ", no solo de los productos del 'agro', sino los industriales catalogados como primera necesidad, tendríamos que convencernos de que nadie se mete con ellos ni se les persigue con tanta saña, pagándose precios astronómicos.

Todos los demás derivados de la uva que comprende el Decreto de referencia, pasan a ser más o menos discutibles porque existe más flexibilidad y más aún si se toman como " tipo " los cálculos milimétricos elaborados en el seno de la Cámara Oficial Sindical Agraria de la provincia de Ciudad Real, que sabe mucho de estos temas y lo han estudiado concienzudamente.La promoción y propaganda de los vinos, los anticipos de campaña, las inmovilizaciones, la entrega vínica obligatoria, etc, no llegan a alcanzar tal envergadura porque se trata de una clase social más elevada y puede subvenir, aunque sea trampeando. Los agricultoras más humildes dicen que el Art. 6º de la Norma, ataca al vino desde la misma raíz, desde la gestación de la cepa, la uva y su venta pero que siguen gesticulando el por qué unos y otros se están empeñando en que el vino sea por la fuerza " artículo de primera necesidad " y a lo peor, no lo son otros artículos más trascendentes en la alimentación humana.