¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

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HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

miércoles, 19 de julio de 2017

130). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: LAS PENURIAS DEL SIGLO XVII.

“Sabe usted ya, mi querido amigo, -comienza Don Cosme a contarme lo que va a ser objeto de este nuevo relato- que el Siglo XVII fue en todo el Reyno de España,… y, por ende, en Manzanares, un tiempo de penumbras y tormentas, más que de sol y bonanzas”… “Y es verdad, también, que en la primera treintena de esa centuria, la prosperidad alcanzada previamente se mantuvo, e incluso se incrementó, lo que quedó atestiguado por las tasaciones periódicas que se hacían de nuestra Encomienda en las visitas que hacía la Orden de Calatrava”…

. “Así por ejemplo, y abundando en esto, sigue D. Cosme,….un siglo antes, en 1511, la Encomienda de Manzanares fue tasada en 271.880 maravedíes, “disparándose” su valoración, de manera exponencial, durante los años siguientes”… “En 1562, alcanzó la increible valoración de 4.939.735 maravedíes, pero es que, en 1616, al comienzo de ese siglo XVII que analizamos ahora, esa tasación alcanzó su culmen, llegando a los 6.000.000 de maravedíes…cifra insólita y apabullante que nos convertía, entonces, en la más rica y pujante de las encomiendas calatraveñas”.. “De esta forma y manera, continua D. Cosme, esos primeros tiempos del Siglo XVII quedaron para la historía de España y de Manzanares, dentro de esa etapa magnífica que hemos dado en llamar “Siglo de Oro… algo que también avalan los eventos sucedidos en la villa en los principios de esa centuria….pues ya hemos tenido ocasión de saber que, en esos iniciales tiempos del XVII, en Manzanares, se construyeron dos nuevas Ermitas, la imagen del que habría de ser Patrono de este pueblo, las obras que ensancharon y engrandecieron nuestra Plaza Mayor y la concreción de la canalización de el Río Azuer a su paso por el interior de la villa”….


“Pero, llego un periodo de crisis intensa, que duraría unos 50 años, aproximadamente entre 1630 y 1680.. un tiempo de decadencia en gran parte de Europa, especialmente en los países mediterráneos”… “Fue una enorme crisis demográfica, económica y social, que propició pobreza, penurias y gran malestar entre la población del Reyno de España, con inestabilidades políticas y sociales, que afectaron a la propia monarquía”….

“Volviendo a los números, que siempre objetivan bien los razonamientos -sigue hablando, sabiamente, D. Cosme-… en 1630, al comienzo de la citada crisis, vinieron a Manzanares los visitadores de la Orden… y se sorprendieron al apreciar que la tasación hecha, valoraba nuestra Encomiendan en una cifra de 2.437.500 maravedies, lo que suponía una depreciación brutal en solo 14 años”…. “Y esto se debió, en gran medida, a que Manzanares, como muchas otras villas pequeñas, había sufrido en los años previos una despoblación significativa, cuyas causa fueron muchas, como enseguida le daré a conocer, asevera D. Cosme”…. “Por un lado –continua-, a esa fecha, Manzanares, como otras villas del Reyno, aun estaba conmocionado por lo que había ocurrido solo veinte años antes…la expulsión forzada de su población morisca, casi un 10% de su censo total”… “A esto, tenemos que añadir la emigración frecuente a las nuevas tierras de América, que aunque no fue muy llamativa en La Mancha, en Manzanares, dado nuestro carácter emprendedor, supuso alguna que otra baja más en el censo manzagato”…. 
“Sin embargo –sigue Don Cosme-, los problemas que tuvo la agricultura, nuestro principal aval económico y social como Encomienda desde finales del Siglo XV, fueron, sin duda, los más importantes y significativos, en la justificación de la pérdida de riqueza y vecinos que sufrió Manzanares en esas fechas”.+


“Las enormes cargas fiscales ordenadas por los Austrias, a través de los Concejos locales, “estrangularon” (sobre todo en ambas Castillas) las ajustadas economías de las pequeñas y medianas propiedades de los campesinos autónomos, al estar obligados a impuestos directos (diezmo, rentas señoriales), que podían ascender a la mitad del producto de sus tierras y ganados y, a causa de ello, no pudieron mantener sus haciendas…. situación agravada, además, por las malas cosechas y sucesivas plagas de langosta, que asolaron sus tierras en gran parte de la mitad central de ese siglo XVII”… “Fundamentalmente por esas razones, aquellos campesinos, que habían llegado a Manzanares atraídos por sus enormes posibilidades terrenales…. y que habían hecho florecer y prosperar nuestra Encomienda en los dos siglos precedentes, abandonaron sus campos y emigraron a ciudades más grandes, en busca de otras formas de vida y sustento (la mayoría), o bien (los menos), se reconvirtieron en jornaleros para la oligarquía de la villa”…. “Así las cosas, Manzanares se despobló de manera considerable, y aumentó la concentración de tierras y el latifundismo… pero la nobleza terrateniente, aunque aún mantenía capacidad financiera para adquirir esas tierras abandonadas, no tenía mano de obra suficiente para cultivarlas, ni salida para sus cosechas,… ya que, por aquel entonces, la distribución de la producción y su comercio era muy localista, solo en la propia villa y, como mucho, en otras aldeas y villas próximas, tan despobladas como Manzanares.. y con sus menguadas gentes, inmersas en la absoluta pobreza…por lo que la demanda de bienes y productos era muy pequeña”…. 
“Por tanto, sigue Don Cosme, y aunque no hay constancia objetiva de ello, es evidente, con solo considerar la enorme caida en la tasación valorativa de nuestra Encomienda de Manzanares en el año 1630… que las grandes familias de la villa (los Salinas, los Merino, los Quesada, etc…) padecieron también los efectos de esa gran crisis del Siglo XVII,….aunque ello no fue óbice para que, durante esa centuria, en el casco antiguo de la villa, y en las zonas de expansión más próximas, se edificaran algunas de las mansiones y palacetes más ricos y hermosos que este pueblo hoy tiene…tal es el caso del Palacio de los Ochoa, al comienzo de la Calle Monjas… que, aunque no era en sus inicios exactamente como es hoy, parece que tiene datada su construcción en el año 1630… y lo mismo cabría decir de las primeras construcciones de otras mansiones regias de las calles Trompas, Empedrada, Manifiesto o Doctor…todo lo cual, viene a decirnos, sin duda, que el carácter emprendedor de los manzagatos se mantenía incólume, a pesar de las penurias que les tocó vivir en aquella época de carencias”…


“Pero es que, sigue D. Cosme, otros desgraciados elementos se conjugaron para diezmar todavía más nuestra población…la pobreza y la desnutrición hicieron comunes y virulentos las brotes de paludismo, viruela, polio, disentería y otras fiebres infantiles, motivando altas mortandades, en un momento en que nuestra escasa y pobre dotación hospitalaria era manifiestamente insuficiente, lo que hacía imposible una adecuada atención de los que enfermaban, que morían en sus casas, contagiando a sus familiares y aumentando el problema” ... “Por no hablar de una epidemia de la temida “peste negra”, que, justo a la mitad del Siglo XVII, entre 1647 y 1649, y procedente de Africa, asoló primero el Levante español y luego Andalucía, particularmente Sevilla, donde diezmó casi el 50% de su población…Todo esto, indujo el miedo en todas las regiones limítrofes, como La Mancha, donde aunque no hubo un número significativo de casos, si que propició una gran emigración preventiva hacia Toledo, Madrid y el norte peninsular, de muchos antiguos paisanos, agravando el problema poblacional”….

“Por otro lado, para empeorar si cabe este estado de cosas, las guerras del Reyno, entre 1640 y 1668, fueron constantes…y la escasez de mercenarios, llevó a realizar reclutas forzosas entre la población joven, lo que incrementaba aún más el problema de falta de personal productivo, amplía su razonamiento Don Cosme”….y continua:…“solo la exportación de lana, siguió siendo algo rentable para el comercio español, aunque también se resintió en nuestra zona, por todas esas circunstancias….además, y como va dicho, no existía un mercado importante para los productos industriales ni para el comercio exterior….sólo las oligarquías tenían posibilidad de obtener la escasa artesanía de calidad suministrada por los gremios locales, o la importada, y muy cara, desde Flandes, Italia, Inglaterra, Francia o las colonias”….

“Razones atrabiliarias de costumbrismo social, continua D. Cosme, hicieron que la industrialización no se desarrollase en el Reyno de España de manera adecuada…y me refiero al hecho que las ventas obtenidas del campo no se invertían en empresas industriales y comerciales, que eran considerados incompatibles con la hidalguía y la limpieza de sangre, además de dar pocas ganancias y tener mucho riesgo”.. “El comercio con las nuevas tierras de América, que podía haber sido una tabla de salvación de esta gran crisis, lejos de contrarrestarla, la hizo decaer aún más, entre 1630 y 1660, por el incremento de intercambios entre las colonias, la enorme presión fiscal y la confiscación de grandes cantidades de oro y plata, que se destinaron para gastos militares, en lugar de utilizarse para otras necesidades”… 

“La sociedad española del XVII continuó, sigue D. Cosme, apegada a los valores aristocráticos y religiosos del opulento siglo anterior,… pero en estas circunstancias de crisis, nada favorables al costumbrismo que esos valores introdujeron en el comportamiento social”…. “el deseo de ennoblecimiento se generalizó, haciendo que los conceptos de dignidad y honor, normalmente asociados a la nobleza, fueran reivindicados por toda la sociedad”…. “Igual sucedió con el rechazo general a las actividades manuales, consideradas “viles” y de “bajo rango”, lo que tuvo un fuerte impacto negativo en el desarrollo económico y social”…. “Como mala consecuencia de todo esto, quienes poseían bienes gastaban gran parte de ellos en: cargos, títulos honoríficos y de nobleza, enormes mansiones suntuosas, ricos vestidos y ornamentos o coches de caballos…en definitiva; pura ostentación, para demostrar a los demás su rango social… Quien, menos afortunados, no tenían grandes medios, llegaban a preferir la pobreza y la mendicidad, antes de manchar su fama con el rudo trabajo”…. “Pero claro, esta situación, dadas las circunstancias y dificultades de una economía en crisis y muy poco productiva, no se pudo mantener mucho tiempo y toda la base social y económica sufrió las consecuencias….solo basta analizar, y con eso termino, dice D. Cosme, los Archivos Parroquiales… para observar como descendió la población manzagata, como aumentó la tasa de mortandad… y, como dato curioso, que se registraba de manera exhaustiva por entonces, como se incrementó el número de niños expósitos, abandonados por sus madres, que no los podían mantener, a las puertas de las casas señoriales o de los conventos…En el siglo XVI, esa cifra estaba en el 1% de los registros bautismales…pero, en muchos años de la centuria del XVII, ascendió muchísimo, oscilando en las increíbles cifras de 6-8% del total de los niños bautizados en Manzanares…algo similar a lo que sucedió en otras villas próximas”…

“Quede, así, mi querido amigo, completado y concluido, el contenido de este relato, que ha pretendido explicar a sus lectores las circunstancias que hicieron del Siglo XVII, aquello que sugiere el título que le hemos dado”

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