¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

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HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

viernes, 29 de noviembre de 2019

233). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: EL ENEMIGO EN CASA.. PRIMER DIA CON LOS FRANCESES.


Como usted sabe ya por la anterior crónica, -me dice D Cosme- en la tarde del jueves, 26 de Mayo de 1808, festividad de la Ascensión, las primeras tropas francesas llegaron, según lo previsto a Manzanares…. 

Tal como había sucedido en los pueblos y ciudades por donde transitó el contingente militar francés, en su marcha desde Madrid, y a pesar de lo que había ocurrido ese mes de mayo, con la rebelión de varios enclaves españoles contra Francia en los días previos, lo cierto fue que esa expedición militar francesa era todavía oficialmente la de un ejército aliado, cuyo objetivo, en ese caso, aunque fuese una excusa, era el de ir a Cádiz a salvar del bloqueo que sufría en el estrecho la flota de su almirante Rossilly, por el común enemigo ingles. Claro está -sigue D. Cosme- que, Miret, Sotomayor, y otras personas relevantes del pueblo, conocían muy bien todos los sucesos que habían ocurrido en los dos meses previos, y también los focos de rebelión antifrancesa que ya se habían producido…y, por ello, sus sensaciones personales hacía los franceses que llegarían muy pronto a Manzanares, eran las de considerarlos una tropa enemiga de ocupación. Pero claro, -sigue D. Cosme, entre enfático y sarcástico-, precisamente, el salvajismo asesino que habían mostrado en sus réplicas a las revueltas de Madrid y otros lugares , y teniendo en cuenta que, en Manzanares, íbamos a recibir a un ejército “armado hasta los dientes”, con un número de soldados mayor que el del vecindario, la primera reflexión en que estuvieron de acuerdo nuestro alcalde mayor, Miret, y nuestro párroco, Sotomayor, fue la de ser prudentes, asumiendo como verídico el carácter oficial de la milicia francesa que llegaba, y que lo hacían como aliados. 

Por eso, sigue D. Cosme, a pesar de la fogosidad decidida y valiente de Miret, y la no menor determinación argumentada y justiciera de Frey Sotomayor, ambos, muy inteligentes como eran, acordaron desde días antes una estrategia común de acción... consistente, por un lado, en garantizar a los franceses un tránsito por Manzanares sin incidentes.. y, por otro, preparar a la ya exaltada población para que no los provocaran...En ese sentido, continua D. Cosme- una semana antes, cuando supieron de la comitiva militar, y la fecha en que pasaría por Manzanares, Miret en el ayuntamiento, con bandos y pregones; y Sotomayor desde los púlpitos, en sermones y homilías, elaboraron una estrategia perfecta, con un mensaje similar, haciendo entender a la población manzagata, sabedora, también, de lo sucedido en Madrid, que esa actitud pacífica era la adecuada para evitar en Manzanares algo parecido, con daños seguros a nuestra gente, puesto que la tropa que nos llegaba, estaría intacta en todas sus compañías y unidades;... y lo hicieron bien, porque, en sus mensajes, dejaban entrever, no solo esa necesaria actitud preventiva de posibles daños, sino que, también, sutilmente, al referirse en los sermones y en los bandos a la necesidad de evitar altercados, introducir en el ánimo de nuestras gentes, que los franceses estaban comportándose como enemigos, aunque mantuviesen el señuelo engañoso de presentarse como aliados. 

Guerra de la Independencia, Batalla de Bailén.


Sotomayor y Miret, consiguieron introducir en las mentes manzagatas, algo que siempre hemos manejado muy bien en tierras manchegas, al razonamiento de Sancho Panza, reconocer al que pretende engañarnos, y utilizarlo en beneficio propio, haciendo creer al timador que no has reconocido su trampa; algo en lo que el engreído y prepotente francés de aquella época, (que consideraba inculto y paleto al paisanaje castellano.manchego), resultó una presa fácil para la picara estrategia de nuestra gente de Manzanares... Por eso, sigue D. Cosme, en el mensaje conjunto del concejo y del clero, se insistía a nuestra población en la conveniencia de una actitud gestual que, sin exageraciones, no mostrase antipatía a los franceses que arribarían a Manzanares.. En cada discurso, y casi en cada párrafo de lo preparado por Miret y Sotomayor, se podían "leer entre líneas", de una manera muy clara, dos mensajes...Francia era ya enemiga, a pesar de lo que decían, y era preciso "jugar" con su engaño, tanto para prevenir daños, como para ir mentalizándose de los tiempos difíciles que se avecinaban, y abordarlos, así, en la mejor situación, manteniendo lo más intacto posible nuestras vidas, enseres y patrimonios.. Sotomayor y Miret, continua D. Cosme- se repartieron las tareas a realizar, para que todo saliera bien... Miret hizo habilitar en el Castillo, siguiendo instrucciones del Consejo de Castilla, aposentos para los mandos militares de la tropa francesa, que pernoctaría en Manzanares, así como amplias zonas de acampada para la soldadesca, seguramente en las eras adyacentes a la fortaleza... Sotomayor, por su parte, continua D. Cosme, aprovechando su prestigio y ascendencia personal, se pateó el pueblo, casa por casa, para, a su estilo directo y convincente, instruir a los vecinos en como debían recibir a los franceses, de manera cortes, pero sin alharacas... Se entrevistó personalmente con Pierre Ferrandis y Jean Conde, dos ciudadanos franceses, vecinos de Manzanares hacía años, que estaban muy bien integrados.. Ambos, poseían comercios de tejidos, y eran muy respetados entre la gente del pueblo...Pero, asustados como estaban ante la posible reacción contra ellos de algún vecino, apreciaron con alivio y agrado la propuesta que les hizo Sotomayor, acerca de actuar de intérpretes entre Dupont y demás dirigentes franceses y nuestra Junta local de Gobierno, pues eso les reivindicaba ante nuestro pueblo. En contrapartida, prometieron a Frey Sotomayor que comentarían al General Dupont, de las virtudes y buena crianza que adornaban a las gentes de la villa… Así las cosas, continua D. Cosme- el 26 de Mayo de 1808, a primera hora de la tarde, según estaba ordenado por el Consejo de Castilla y la Junta Central de Gobierno, nuestra Junta local de Gobierno, salió a recibir a Dupónt y a sus primeras tropas a la entrada del pueblo, Tras los saludos de rigor, las tropas de Dupont, encabezadas por su caballería, y seguidas por los batallones de infantería, entraron a Manzanares... avanzaron, por la calle Ancha, hasta llegar a la Plaza, donde se agolpaba gran parte del vecindario, instruido a ese recibimiento por Sotomayor y Miret...

Goya, plasmó así los fusilamientos del 2 de Mayo.

Al paso de las marciales tropas de Francia, y al repique de los tambores y la música de otros instrumentos de viento, se produjo entre nuestra gente la natural impresión, a la vista de la flamante uniformidad azul y blanca de la infantería; y sobre todo, del espectacular aspecto de los “dragones”, en sus monturas, adornados con grandes cascos, rematados en largas colas de caballo.. El silencio de los manzagatos ante el paso de las tropas, fue el principal rasgo de la jornada.. Solo algunos aplausos y vítores aislados, seguramente fingidos, y siguiendo las veladas indicaciones que Miret y Sotomayor habían sugerido al vecindario en los días previos, podrían dar impresión de un recibimiento amistoso, pero, en conjunto, la frialdad que dominaba el ambiente, dejaba lugar a pocas dudas sobre el sentimiento que dominó el espíritu de nuestras gentes ese día de finales de mayo de 1808.. 

Esto que le acabo de comentar, prosigue D. Cosme, quedó plasmado en escritos de los visitantes y de los anfitriones.. Por ejemplo, el General Dupont comentó la primera jornada de su estancia en Manzanares en su parte oficial de todos los días al mariscal Murat, de la siguiente manera:… "Manzanares, 26 de Mayo de 1808.-A su Alteza Imperial el gran duque de Berg. Lugarteniente general del Reino...-Monseñor: Tengo el honor de dar cuentas a Vuestra Alteza Imperial de nuestra marcha sobre Cádiz; se ejecuta con orden y los habitantes muestran a nuestras tropas disposiciones favorables. Espero que no tendré más que partes satisfactorios que rendiros. Tengo el honor de ser de V.A.I. el más humilde servidor.-El general Dupont"…. El laconismo de este parte de Dupont, continua D. Cosme, teniendo en cuenta, además, que era de una personalidad soberbia y prepotente, trasluce bien a las claras, que el recibimiento no fue, precisamente, exultante... Pero es que, sigue, cuando leemos lo que algunos clérigos de Manzanares, testigos directos de la jornada, dejaron escrito de ella, en 1814, nada más acabar el conflicto, y que formaría parte de uno de los compendios históricos más importantes de Manzanares, conocido como “Manuscrito de la Merced”, (porque se conserva en el Archivo Parroquial de la Merced, en Ciudad Real), las cosas acerca de ese día y del recibimiento que dimos a los franceses, quedan mucho más claras, pues nuestros curas de entonces, escribieron, literalmente, esto:: "El 26 de Mayo llegó la primera división de tropas francesas, que bajo el mando del general Dupont caminaban al Andalucia. Ni las ordenes de los que entonces gobernaban relativas al buen trato y provisión de los que llamaban falsamente aliados; ni la mentida apariencia de amistad con que se presentaron, fueron causa para que dexasen de ser mirados desde luego por estos vecinos como enemigos y aborrecidos de todo corazón. Sin plan convenido, ni más influxo que el del propio corazón, guiados de un instinto de lealtad, hasta los más ignorantes hallaron el modo de oponer estorbos y dificultades a la empresa de nuestros contrarios: se negaban todos a los servicios que de ellos exigía el enemigo; si eran preguntados, ocultaban con sagacidad cuanto podía favorecerles y daban aquellas noticias que podían equivocarle o intimidarle: sembraban en la tropa francesa la desconfianza y cundiendo hechos fingidos o abultados, hicieron temer al soldado y al general y que formasen juicio de lo temerario de su empresa"´ El general Dupont, y los primeros contingentes de sus tropas, hicieron noche en Manzanares el 26 y el 27 de Mayo de 1808, días en que continuaron llegando a Manzanares más y más soldados de las distintas compañías que formaban la expedición militar de Dupont... Al amanecer del 28, sábado, Dupont, y las tropas que habían llegado con él, partieron hacia el sur, sin que se hubieran producido incidentes reseñables en nuestro pueblo de Manzanares.. 

En un parte de ese 28, dirigido a Murat, y en otro similar, dirigido a Belliard, Dupont comentó: “La marcha de las tropas continua con orden. Los habitantes muestran confianza. Yo les hago prevenir por adelantado, de villa en villa, que la llegada de los franceses no debe en nada turbar su seguridad y no ha habido hasta aquí la más ligera cuestión entre el soldado y el habitante”. “He hecho establecer un hospital en Manzanares, en donde quedará un centenar de hombres heridos o ligeramente enfermos. Esta precaución será necesaria en todos los lugares de descanso”.. Queda apuntada en este parte, la habilitación de un hospital (en el Convento de los Carmelitas) para la milicia francesa en tránsito,… y se lo recalcó ya, querido cronista, porque este lugar será protagonista, unos días después, de uno de los sucesos más trágicos, y de mayor enjundia, de los que hubieron de vivirse en Manzanares de la Mancha, a lo largo de esa terrible guerra de la independencia.
Y aquí, y ahora, es momento que usted, querido plumilla, de por concluida esta crónica, que da cuenta de la primera jornada, (que en realidad se prolongó a tres), en que las tropas francesas, ya en guerra contra España, pasaron por Manzanares sin dañar paisanos ni patrimonios, entre otras cosas, por los buenos oficios e inteligencia de nuestro Alcalde Mayor, Miret, y de nuestro párroco Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor.


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