¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

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HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

sábado, 30 de mayo de 2020

258). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: DOS GENERALES Y UN CURA

El título que le quiero dar a la crónica, querido plumilla, comenta D. Cosme para iniciar su relato, quedará bien explicado en su contenido, aunque le adelantaré que los dos generales eran franceses: Louis Michel Liger Belair y Horacio Sebastiani; y que el cura era español, y muy nuestro, aunque naciese en Lucena, Frey D. Pedro Sotomayor. Ellos tres, sigue D. Cosme, iban a representar, en el inmediato tiempo que estaba por venir, un triangulo de diferentes intereses, unos personales y otros de sus respectivos pueblos, que a la postre, resultaría decisivo en acontecimientos históricos en la ya larga y brillante historia de nuestro pueblo; entonces, villa, de Manzanares de La Mancha.

Liger Belair, sigue D. Cosme, ya es un viejo conocido de estos relatos, por lo que sus lectores pueden releer sus peripecias previas en Manzanares. Le recordaré en resumen, y para el interés y entendimiento de lo que iré relatándole que, en la semana decisiva que siguió al trágico asalto del 6 de Junio de 1808 al hospital francés de sangre, en el convento de los Carmelitas de Manzanares, donde fueron brutalmente asesinados una docena de militares galos, por una masa humana de paisanos manchegos enfebrecidos, en respuesta a la masacre que tenía lugar en el vecino de Valdepeñas... Horas después del suceso, prosigue D. Cosme, el General Liger Belair llegó a Manzanares, al alba del 7 de junio de 1808, tras dar por concluida la batalla de Valdepeñas, donde él dirigía las tropas francesas. En nuestro pueblo se encontró con el resultado trágico del asalto al hospital de sangre, y cuando nuestros paisanos se temían la peor de las venganzas, se produjo el efecto milagroso de la intervención de ese preclaro y decisivo Pastor que tuvo Manzanares, nuestro cura párroco de entonces, Frey Sotomayor, quien desde que llegó Liger Belair a Manzanares, y durante la semana siguiente, tuvo conversaciones, largas y diarias con el general francés, en el que, más allá de la sintonía personal que se estableciera entre ellos, logró de Liger Belair lo que más le interesaba en ese momento, evitar daños y venganzas hacia la gente de Manzanares, llegando a un pacto mutuo de no agresión, por el que Liger Belair, máxima autoridad francesa de ese tiempo por aquí, se comprometía a no permitir venganzas ni desmanes de sus tropas en nuestro pueblo, a cambio que nuestros paisanos no volviesen a agredir a los soldados galos de la guarnición que quedaría en Manzanares a su marcha, ni a los que restaban en el hospital de sangre, ni a los que pasasen por el pueblo en tránsito... 

Y ese pacto de caballeros, hay que decirlo, continua D. Cosme, se cumplió bastante bien por las dos partes hasta la batalla de Bailén. Liger Belair intervino más de una vez para apaciguar a las tropas francesas cuando empezaban a cometer algún desmán, tal cual fue el caso de la división polaca de Vedel a su paso por Manzanares, camino de Sierra Morena, en que la intervención de Liger Belair frenó en seco los saqueos que esos soldados habían perpretado a su llegada a Manzanares. Por su parte, Sotomayor, desde el púlpito, y en función del pacto establecido, con mucha frecuencia, hablaba de la doctrina cristiana, “contraría a la venganza y al crimen en cualquier circunstancia”. Lo cierto fue, continua D. Cosme, que ese pacto funcionó muy bien y, hasta la Batalla de Bailén, ni Manzanares conoció muerto alguno entre sus paisanos en la villa, ni tampoco hubo muertos, por acciones manzagatas, entre los soldados galos en el interior del pueblo, con sola la excepción de uno, que apareció una mañana muerto y flotando en la llamada “sima del polaco”, el día que la división polaca del tétrico general ,Poisont había abandonado ya Manzanares...
General Liger Belair.

Y se preguntará usted ¿que ocurrió con el general Liger Belair después de Bailen?,..y ¿a que se debe su reaparición, en Febrero de 1809, en la historia de Manzanares?... Pues le contestaré rápido a esas dos cuestiones, sigue diciéndome D. Cosme. A la primera de las dos, le diré que Liger Belair participó en la batalla de Bailén siendo hecho prisionero, aunque consiguió escapar y logró llegar hasta Francia, donde se reincorporó a su ejército. De su trayectoria posterior sabemos poco, aunque parece que su vuelta a España, él la tomó como lo que en realidad era, una oportunidad que le daba el Imperio francés para rehabilitar su trayectoria personal, tras el fiasco de sus tropas en Bailén... Pero para nuestra historia local, el retorno de Liger Belair, aunque no hay escrito que refrende las conjeturas que yo voy a contarle, por la lógica de los hechos históricos y objetivos que ocurrieron enseguida, podemos suponer lo suficiente para dar una respuesta coherente a la segunda cuestión que yo le planteaba en el párrafo anterior de esta crónica, remata críptico Don Cosme.. Y le diré, continua, que el 12 de febrero de 1809, Liger Belair, llegó destinado a Madrid y que, inmediatamente, fue adscrito al primer cuerpo de ejército del mariscal Víctor… A poca gente que este leyendo esto, y sepa del conocimiento previo que tenía de La Mancha Liger Belair, se le escapará que el general había sido destinado a la tropa de Víctor, justamente por eso…y algunos, entre los que me incluyo, prosigue D. Cosme, pensamos también que, entre las cosas que los mandos franceses suponían que les sería útil, estaba conseguir la ansiada toma de Manzanares, por el conocimiento que tenía de nuestro pueblo y sus dirigentes. Pronto veremos el alcance que tuvo esa idea del mando francés, y de ese probable reencuentro Liger-Belair-Manzanares, pero ya les adelanto que la decisión de los mandos franceses era, a priori, bastante acertada para sus intereses,… pero, paradójicamente, y aunque parezca contradictorio, también para los manzagatos…y habrá tiempo de contarlo y aclararlo, sigue críptico D. Cosme...

Ahora, prosigue D. Cosme, mi querido reportero, le hablaré del otro general francés que protagoniza una parte de este relato…no es otro que Horacio Sebastiani, corso como Napoleón Bonaparte, del que era amigo personal, por la relación que tenían sus familias desde hacía años... Tampoco sabemos bien como fue la intrahistoria del tema, pero todos los indicios, y la lógica, apuntan a que Napoleón, harto de la resistencia manchega, y muy particularmente de Manzanares, y casi seguro que algo mosqueado con el mariscal Víctor y su diletancia y excusas en la toma de nuestra villa, puso al mando superior de las tropas francesas en La Mancha a su amigo Sebastiani, en el que tenía gran confianza. Ciertamente, desde aquellos primeros tiempos de 1809, y durante todo ese año, el general Sebastiani sería decisivo para los franceses en La Mancha, y también protagonista de un suceso histórico en nuestro pueblo, aparte de otros hechos de menor enjundia, como habrá ocasión de contar en relatos que están por venir. Pero a esta altura de la historia, sigue D. Cosme, hay preguntas que quedan en el aíre ¿que interrelación existió entre Liger Belair y Sebastiani, cuando ambos compartieron el cuerpo de ejército frances que actuaba en La Mancha?. ¿Hablaron de Manzanares?. ¿Comentó el general Liger Belair al general Sebastiani alguna cosa acerca de su relación particular y acuerdo con nuestro Pastor, D. Pedro Alvarez de Sotomayor?... pues aunque, obviamente, no quedó escrito en ningún papel, sigue D. Cosme, parece evidente que si, que hablarían, y mucho, de esas tres cuestiones, y bastante de nuestro pueblo y la manera de tomarlo, primero, y fundamental, porque habían sido destinados a La Mancha para eso, para tomar todo el territorio y doblegar a Manzanares, y luego en lo personal, los dos generales sabían que, si lograban el objetivo, templarían el cabreo de Napoleón, a la vez, que se ganaban su favor, algo desde luego importante para cualquier general francés de aquel tiempo. Es decir, los intereses personales de Liger y Sebastiani en el tema Manzanares y La Mancha, estuvieron muy presentes en el tablero estratégico de los planes del ejercito francés en La Mancha, durante los meses de febrero y marzo de 1809. Además, ambos generales, tenían una visión de las cosas y un carácter bastante parecido que, sin duda, facilitó su acuerdo en las decisiones. Ambos eran católicos, diplomáticos, estrategas, y muy partidarios de los acuerdos con el enemigo; y, ahí, aun en una cercana lejanía..se encontraba, esperándoles, Sotomayor, todavía sin saber lo que se le avecinaba, pero con su enorme bagage de catolicismo, diplomacia, estrategia y capacidad de acordar, que nada tenía que envidiar al de los dos generales franceses...

Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor.

Ese triangulo de dos generales y un cura, con cualidades bastante similares, se mostraba muy interesante...y le aseguro que el futuro inmediato lo mostró con creces. Manzanares tuvo "suerte" con esos dos generales enemigos...y, sobre todo, con la egregia y determinante figura de su Pastor, Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor. el tercer vértice de ese triangulo, el cura... Frey D, Pedro Alvarez Sotomayor, bastante tenía, en aquel tiempo, con observar, preocupado, lo que estaba sucediendo con el cuerpo de ejército acantonado en Manzanares, que fue reduciendo efectivos y moral desde finales de febrero, y durante todo el mes de Marzo. Quizás llegase a conocer, como máximo responsable de la Junta Local de Manzanares, la vuelta a La Mancha de su "amigo" Liger Belair, pero esto no es seguro en modo alguno...Por supuesto, nada sabía de Sebastiani, ni podía suponer cual iba a ser la relación con su historia personal y la de nuestro pueblo. Desde final de febrero, y durante el mes de marzo, Manzanares siguió libre, pero ya no recuperó de nuevo su vida normal... Las noticias de problemas en Ciudad Real y pueblos cercanos, como Almagro y Daimiel, hacían presagiar nuevos problemas. A Sotomayor no se le escapó que, en los tiempos por venir, sería necesario de nuevo lo mejor de sus dotes persuasivas para adecuar los intereses del enemigo al que siempre sería su principal objetivo en Manzanares, lograr, a pesar de la guerra, mínimizar lo máximo posible el daño para los fieles de su pueblo, Manzanares de La Mancha,... y lo haría en dos claves, la eclesiástica, en la que siempre se mostró brillante y convencido, y en algo inhabitual para él hasta ese momento de conflicto bélico, en clave política....donde mostraría también unas habilidades negociadoras y diplomáticas, dignas del más avezado de los políticos...
Y he de comentarle, al final de la crónica, querido plumilla, que lamentablemente para los intereses españoles, de La Mancha y de Manzanares, los planes de Liger Belair y de Sebastiani, se verían facilitados por la pésima estrategia diseñada, en aquel tiempo, por la Junta Central Gubernativa del Reino para el ejército español del sur y, en concreto, para el ejercito de la Mancha, como tendremos ocasión de conocer muy pronto en estas crónicas. Por tanto, es momento ya de dar fin al relato, que deja en el tablero de La Mancha y de Manzanares el interesantísimo escenario de dos generales franceses y un cura español, de cuyas peripecias hemos de conocer bastante en crónicas venideras, que aportarán nuevos hechos históricos y magníficos, a la pródiga y grandiosa historia de la insigne villa de Manzanares de La Mancha.

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