El 15 de Enero de 1960, Melchor Díaz-Pinés Pinés, redactó el siguiente reportaje para el diario de información madrileño 'YA'.
Merece destacarse con gruesos caracteres, la larga vida de la empleada doméstica Dolores Serrano López, que desde su más tierna infancia, ha prestado sus servicios en cada de unos mismos dueños, los Srs. Portillo y en cuya casa ha atendido con esmerada solicitud y cariño, a cuatro generaciones de descendientes de este árbol genealógico.
Sesenta y siete años consagrados a prodigar sus cuidados a cerca de cincuenta descendientes, hasta finalizar su paso por este mundo en casa de D. Salvador Fernández-Pacheco, donde ostentaba el cargo de ama de llaves, secretaria y persona de confianza de su Jefe. Ha fallecido esta buena " chacha " en casa de estos mencionados señores y su óbito ha causado tal sensación, que ha merecido los más altos honores póstumos, guardándole luto los dueños, el matrimonio Fernández-Pacheco Portillo, que pertenecen a la tercera generación familiar.
Su honradez, modelo entre las sirvientas de todos los tiempos, ha merecido recibir cristiana sepultura en el mismo panteón de sus jefes, que consideraban a Lola - así era conocida por todos - como un miembro más de la familia. En esta última casa, también vio nacer a los que serían su cuarta generación, atendiéndolos siempre con sumo cariño y devoción.
En el ambiente donde a diario se movía, realizando sus compras y demás encargos, ha causado un hondo pesar su desaparición porque gozaba de general simpatía entre todos los que la conocían, no solo en Manzanares sino también en Ciudad Real, donde atendió con su trabajo a los que serían primera y segunda generación.
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