Los paseantes, tras conocer el flamante Círculo Católico de
Manzanares, despiden a Don Dimas, que se queda en sus dominios de la
Parroquial, mientras que Don Cosme y quien suscribe, pasan bajo la Casa del
Espartero y enfilan el camino existente bajo los soportales de la Plaza de la
Constitución, admirando de nuevo, en los pisos bajos de sus casas, los
magníficos establecimientos y locales industriales que configuran y anuncian el
nuevo Manzanares que emerge con este siglo…
Saludan, al paso, una vez más, a los dueños de “Porras y Saldaña”, una de esas prosperas industrias de reciente data, que se enseñorea en el mejor sitio de este pueblo, en esta histórica y preciosa Plaza Mayor de Manzanares”… “Cruzan, así, luego, la entrada a la calle de la Cárcel y abocan, finalmente, a la calle del Carmen, con el objetivo de continuar en el recorrido y en el conocimiento de lo más importante de una de las zonas más antiguas del propio casco antiguo de Manzanares, todo lo que queda a su derecha, según van a ir avanzando por la calle del Carmen y que, desde ella, alcanza hasta los márgenes de la madre nueva del Azuer… es decir, el suroeste de ese casco antiguo de este pueblo antiquísimo”…
“Aquí, cercanos al río, y en los aledaños de lo que luego sería Lugar de Manzanares, como usted ya conoce, vivieron en cuevas los ancestros moros del dicho lugar, en un área cercana al tercer recodo del río Azuer, conocida como “Cerro del Moro”, precisamente por el origen de sus habitantes”…”y allí, siguieron algunos de esos musulmanes, después de la conquista del Lugar por los Calatravos... y, también, algo más al oeste, en el camino de Daimiel, y al lado del Azuer, había cuevas similares, junto al poblado de Moratalaz, del que queda erguido su Torreón, como señuelo del carácter musulmán precalatravo de estos territorios”… “En esas zonas del extrarradio suroeste y, en las callejuelas de la misma zona suroeste del antiguo Manzanares -sigue diciendo D. Cosme- mantuvieron su espacio vital y su forma de vida, toda la “morería” residual que habitó nuestra villa, al fin de la Reconquista, como cristianos conversos, deportados de Andalucía”...
“aquellos que, por entonces, eran conocidos con el sobrenombre de “moriscos”, indicando su conversión a la fe católica, lo que no les sirvió para evitar el final trágico de su historia en España, pues fueron expulsados de la península, aun cuando, como en el caso de Manzanares, estuvieran totalmente integrados con los nativos y fueran muy apreciados en todo el pueblo, tanto sus personas, como sus artesanías y trabajos”…
”Pero eso, será objeto de referencias más posteriores de estos relatos…Ahora toca, contarles el principio de este recorrido que hemos anunciado más arriba… y los paseantes, lo van a hacer, como lo han hecho hasta ahora… subiendo y bajando por todas las calles de ese suroeste de Manzanares, que nacen de la calle del Carmen, arteria principal del Lugar en sus orígenes”… “Y así es que, recorridos los soportales de la Plaza, abocamos a la Calle del Carmen, dejando atrás esa Plaza Mayor de Manzanares que tanta historia acoge”… ”y, avanzando, dejamos a nuestro paso una casa a cada lado… y nos cruza, o mejor, termina a izquierdas, la calle del Doctor, que ya conocemos… y, a derechas, enfrente, aparece una calle que se dirige al río y de la que Don Cosme, me dice, comenzando su discurso…
“Amigo reportero, estamos en, y vamos a recorrer, la calle Durán, llamada así
en recuerdo de un famoso escribano de Manzanares, D. Francisco Durán, que vivió
en esta calle en el primer tercio del siglo XVIII,… calle que, antes, se llamó
de San Isidro Labrador, por que terminaba en la antiquísima y ya inexistente
Ermita de San Isidro, que fue fundada en 1613, en las afueras de este pueblo, y
en lo que es hoy el parterrillo que lleva el mismo nombre, quizá intentando
dejar bajo el “espíritu protector” del santo labrador, las fértiles huertas
próximas al Río Azuer” …
“El cura Camacho, en el siglo XVII, y en una de las referencias más completas que nos ha llegado, hablaba de ella de la siguiente manera: “Extramuros de esta villa, e inmediata a ella, se haya la ermita del señor San Isidro Labrador, con su imagen y su cofradía… y en dicha ermita también se contienen las imágenes de Nuestra Señora de Belén y señor San Antonio de Padua, con sus cofradías, y la de San León y San Vicente,…. con su santero en casa accesoria”,.. “Como se deduce de esta cita, parece que la ermita de San Isidro, albergó en su interior la imagen de San León, posiblemente la más antigua de las que hubo en Manzanares, ya que se trajo hasta esta Ermita de San Isidro, procedente de las ruinas de otra Ermita que llevaba ese nombre de San León, y que estaba situada al lado del Torreón de Moratalaz, vestigio, como sabemos, de un poblado antecesor de lo que luego habría de ser el primer Manzanares y, por ello, junto a las cuevas del cerro del moro, como ya va dicho, de lo más pretérito de este pueblo”… “ambos sitios, cercanos al río, fueron lugar y hábitat de los moriscos, que siempre buscaban este tipo de entornos ribereños, a las afueras de los pueblos”,… “Y sigue, Don Cosme: “Esa Ermita de San León, cuyos residuos tuvo usted ocasión de ver cuando visitamos el citado Torreón de Moratalaz, fue, probablemente, gestada por los calatravos que empezaron a poblar y diseñar Manzanares, en tiempos cercanos a la construcción del castillo de Pilas Bonas… y lo hicieron al lado de las ruinas de ese Torreón musulmán, y en su mismo altozano del camino de Daimiel, como reivindicando el triunfo calatravo en las Navas de Tolosa, mostrando al mundo, de esa manera, el nuevo dominio cristiano del Lugar”... “Al poco tiempo, ese territorio de Moratalaz quedó despoblado y sus terrenos integrados en el naciente Lugar de Manzanares, que emergía pujante en torno al recién construido Castillo de Pilas Bonas”…. “Y, paradojas del destino, las ruinas del Torreón musulmán, sobrevivieron a las de la Ermita calatrava de San León, de la que no quedó nada… salvo la propia imagen del santo y, quizá, esa antiquísima puerta norte de la Parroquial que algunos suponen, como también usted sabe, procedía de esta desaparecida Ermita de San León, de aquel también desaparecido poblado de Moratalaz, antesala histórica de Manzanares”…
“Y, amigo mío, es que los vientos de la historia, que arrumban con casi todo, finiquitaron hace ya tiempo la historia de esas dos Ermitas, porque también la de San Isidro fue destruida por la división “polaca” del general Vedel, que asoló todo el Paseo del Río y sus aledaños, en los primeros tiempos de la Guerra de la Independencia”… “Y, en esos terrenos, sigue Don Cosme, que, desde 1881, albergan el bonito Parterre de San Isidro, que usted ya conoce, separado de la fabrica de Harinas, por el camino de Andalucía, y lindante a su otro lado con la “fabrica de la luz”, el canal del Azuer y el lavadero, hubo, hasta entonces, un camposanto, llamado igualmente de San Isidro, que también desapareció por la norma sanitaria establecida, a fines del XIX, de sacar los cementerios fuera del casco urbano de los pueblos, a fin de evitar epidemias” …
“Así pues, amigo cronista, esta calle Durán, como va dicho, es la continuación más natural y lineal del camino de Andalucía al interior del pueblo, al que afronta a su final”… “De hecho, por esta calle Durán entran, para abordar directamente la Plaza, muchos de los comerciantes que a este pueblo llegan a vender sus mercancías”….
”Pero, continua Don Cosme, centrémonos ya en lo más importante que da a conocer la propia calle Duran, y no en lo que acabamos de conocer de su final”,… “La principal anécdota histórica de esta calle, no es tampoco su gran antigüedad, que la tiene, ni alguna de sus casas solariegas, bellísimas como todas las de este pueblo, ni tan siquiera los importantes notables de la villa que aquí vivieron en los siglos que van del XIV al XVIII, como la del escribano a quien debe su nombre”, .. “Lo que hará más famosa a esta calle Duran para la posteridad, es, sin duda, la historia de quien, para siempre, habrá de ser su vecina más famosa y universal, nada que ver con la nobleza, pues fue una humilde ciega, indigente ” … “Y esa, amigo reportero, es la mayor satisfacción que un hijo o, en este caso, hija, puede dar a un pueblo,… elevarse sobre el punto, original de su vida y por su inteligencia y voluntad, conquistar un lugar preeminente en la sociedad y en la historia de su ciudad… y todo mucho más digno de alabanza, cuantos más obstáculos haya tenido que vencer,… y más admirable ese esfuerzo, cuanto más humilde fuera su cuna”…”Nadie como “La ciega de Manzanares” reunía esos requisitos”…. "Y tal y como un padre goza viendo al que dio el ser cubierto de gloria, una nación, una provincia, un pueblo, ansían así mismo decir a los demás. “Aquí nació el genio que hoy admiráis….y, en Manzanares, se llamará para siempre, María Francisca Díaz-Carralero y Rodelgo, que habrá de ser conocida como“La Ciega de Manzanares”…
Pero, como ya va bien armado este relato, y la historia de la Ciega de Manzanares tiene más que suficiente enjundia para merecerse, por si sola, otro escrito, dejamos aquí terminado este, acerca del antiguo Manzanares y de la calle Durán, donde nació, vivió y murió la protagonista de la que será objeto el siguiente…
“El cura Camacho, en el siglo XVII, y en una de las referencias más completas que nos ha llegado, hablaba de ella de la siguiente manera: “Extramuros de esta villa, e inmediata a ella, se haya la ermita del señor San Isidro Labrador, con su imagen y su cofradía… y en dicha ermita también se contienen las imágenes de Nuestra Señora de Belén y señor San Antonio de Padua, con sus cofradías, y la de San León y San Vicente,…. con su santero en casa accesoria”,.. “Como se deduce de esta cita, parece que la ermita de San Isidro, albergó en su interior la imagen de San León, posiblemente la más antigua de las que hubo en Manzanares, ya que se trajo hasta esta Ermita de San Isidro, procedente de las ruinas de otra Ermita que llevaba ese nombre de San León, y que estaba situada al lado del Torreón de Moratalaz, vestigio, como sabemos, de un poblado antecesor de lo que luego habría de ser el primer Manzanares y, por ello, junto a las cuevas del cerro del moro, como ya va dicho, de lo más pretérito de este pueblo”… “ambos sitios, cercanos al río, fueron lugar y hábitat de los moriscos, que siempre buscaban este tipo de entornos ribereños, a las afueras de los pueblos”,… “Y sigue, Don Cosme: “Esa Ermita de San León, cuyos residuos tuvo usted ocasión de ver cuando visitamos el citado Torreón de Moratalaz, fue, probablemente, gestada por los calatravos que empezaron a poblar y diseñar Manzanares, en tiempos cercanos a la construcción del castillo de Pilas Bonas… y lo hicieron al lado de las ruinas de ese Torreón musulmán, y en su mismo altozano del camino de Daimiel, como reivindicando el triunfo calatravo en las Navas de Tolosa, mostrando al mundo, de esa manera, el nuevo dominio cristiano del Lugar”... “Al poco tiempo, ese territorio de Moratalaz quedó despoblado y sus terrenos integrados en el naciente Lugar de Manzanares, que emergía pujante en torno al recién construido Castillo de Pilas Bonas”…. “Y, paradojas del destino, las ruinas del Torreón musulmán, sobrevivieron a las de la Ermita calatrava de San León, de la que no quedó nada… salvo la propia imagen del santo y, quizá, esa antiquísima puerta norte de la Parroquial que algunos suponen, como también usted sabe, procedía de esta desaparecida Ermita de San León, de aquel también desaparecido poblado de Moratalaz, antesala histórica de Manzanares”…
“Y, amigo mío, es que los vientos de la historia, que arrumban con casi todo, finiquitaron hace ya tiempo la historia de esas dos Ermitas, porque también la de San Isidro fue destruida por la división “polaca” del general Vedel, que asoló todo el Paseo del Río y sus aledaños, en los primeros tiempos de la Guerra de la Independencia”… “Y, en esos terrenos, sigue Don Cosme, que, desde 1881, albergan el bonito Parterre de San Isidro, que usted ya conoce, separado de la fabrica de Harinas, por el camino de Andalucía, y lindante a su otro lado con la “fabrica de la luz”, el canal del Azuer y el lavadero, hubo, hasta entonces, un camposanto, llamado igualmente de San Isidro, que también desapareció por la norma sanitaria establecida, a fines del XIX, de sacar los cementerios fuera del casco urbano de los pueblos, a fin de evitar epidemias” …
“Así pues, amigo cronista, esta calle Durán, como va dicho, es la continuación más natural y lineal del camino de Andalucía al interior del pueblo, al que afronta a su final”… “De hecho, por esta calle Durán entran, para abordar directamente la Plaza, muchos de los comerciantes que a este pueblo llegan a vender sus mercancías”….
”Pero, continua Don Cosme, centrémonos ya en lo más importante que da a conocer la propia calle Duran, y no en lo que acabamos de conocer de su final”,… “La principal anécdota histórica de esta calle, no es tampoco su gran antigüedad, que la tiene, ni alguna de sus casas solariegas, bellísimas como todas las de este pueblo, ni tan siquiera los importantes notables de la villa que aquí vivieron en los siglos que van del XIV al XVIII, como la del escribano a quien debe su nombre”, .. “Lo que hará más famosa a esta calle Duran para la posteridad, es, sin duda, la historia de quien, para siempre, habrá de ser su vecina más famosa y universal, nada que ver con la nobleza, pues fue una humilde ciega, indigente ” … “Y esa, amigo reportero, es la mayor satisfacción que un hijo o, en este caso, hija, puede dar a un pueblo,… elevarse sobre el punto, original de su vida y por su inteligencia y voluntad, conquistar un lugar preeminente en la sociedad y en la historia de su ciudad… y todo mucho más digno de alabanza, cuantos más obstáculos haya tenido que vencer,… y más admirable ese esfuerzo, cuanto más humilde fuera su cuna”…”Nadie como “La ciega de Manzanares” reunía esos requisitos”…. "Y tal y como un padre goza viendo al que dio el ser cubierto de gloria, una nación, una provincia, un pueblo, ansían así mismo decir a los demás. “Aquí nació el genio que hoy admiráis….y, en Manzanares, se llamará para siempre, María Francisca Díaz-Carralero y Rodelgo, que habrá de ser conocida como“La Ciega de Manzanares”…
Pero, como ya va bien armado este relato, y la historia de la Ciega de Manzanares tiene más que suficiente enjundia para merecerse, por si sola, otro escrito, dejamos aquí terminado este, acerca del antiguo Manzanares y de la calle Durán, donde nació, vivió y murió la protagonista de la que será objeto el siguiente…
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