Pues sí, amigo
reportero, sugiérole este título, para la siguiente crónica, acerca de los
sucedidos más significados de la villa manzagata en el Siglo XVIII. y, con
paciencia, habrá de quedarle claro su fundamento en cuanto a título, después
que le haya narrado el relato.
Comenzando por el Rey, como es de ley, le diré que en la primera mitad del
Siglo XVIII, se cuenta una visita real a Manzanares; lo que, en si mismo,
hubiera sido suficiente para ser considerada en un relato, “que no todos los
días pisa un Rey el suelo de Manzanares” pero que, para lo que nos ocupa en
esto de relatar aconteceres de nuestra villa, servirá, en este, más que por la
propia estancia del Rey Felipe V en Manzanares, por lo que sucedió a
consecuencia de la misma… Esa visita,-sigue D. Cosme- daría lugar a otro
episodio más, en que el carácter hidalgo e indómito de las gentes de
Manzanares, salió a relucir, en manera similar a lo que sucedió en otras
ocasiones aquí ya narradas,.. Una vez más, junto a la devoción incondicional a
su Rey, nuestro pueblo pleiteó contra un noble forastero, el Conde de Sevilla
la Nueva, por el alto precio que puso a la nieve que tenía almacenada en el
pozo que, al efecto, tenía en su casa de la Calle del Carmen, generando un
conflicto que será el objeto principal de este relato…Y, claro, ud, se
preguntará ¿Qué tuvo que ver en el precio de la nieve, la visita real?....Le
pediré algo más de paciencia, asegurándole que, en el curso del relato, esa
cuestión quedará resuelta…
Para empezar, lo primero es saber que motivó la estancia del Rey, acompañado de
un nutrido séquito, en Manzanares, aquel Julio de 1733.. y le diré, sigue D.
Cosme, que no se conoce exactamente el motivo... pero, habida cuenta que el
último Comendador Calatravo de Manzanares, había “entregado la pelleja” en
febrero de ese año, dando pie a que el Infante Felipe, hijo de Felipe V y su
segunda esposa, Isabel de Farnesio, se convirtiese en el primer Comendador
Borbónico de nuestra Encomienda, parece lógico pensar que esa visita tuviera
algo que ver con ese nombramiento..y, quizá, no para asistir a la toma de
posesión (pues hubiera quedado plasmado en algún escrito), sino, aprovechando
un “viaje de paso” entre Madrid y Sevilla, (donde estaba instalada en aquel
tiempo la Casa Real), por el deseo del Rey en conocer la encomienda de su
vástago...
No hay muchas referencias de esa visita, pero se sabe que todo el pueblo salió a las calles para recibir a su Rey en aquella jornada festiva. Es probable que Felipe V visitase nuestra Catedral, como un siglo antes su homónimo antecesor, Felipe IV, cuando vino a inaugurar su retablo mayor... Tampoco sabemos donde se alojaron el Rey, su segunda esposa, Isabel de Farnesio, D. Fernando, Príncipe de Asturias, y sus hermanastros, los infantes D. Carlos y nuestro Comendador D. Felipe, además del gran séquito acompañante…pero es claro que, aparte el Castillo, donde solían alojarse los Reyes, se necesitó la colaboración de los nobles de la villa, para aposentar a todos.. seguro que los Salinas, Merinos, Quesadas, y otro de los actores de este relato, el Conde de Sevilla la Nueva, se ofrecieron con gusto.
El Rey, Felipe V. |
No hay muchas referencias de esa visita, pero se sabe que todo el pueblo salió a las calles para recibir a su Rey en aquella jornada festiva. Es probable que Felipe V visitase nuestra Catedral, como un siglo antes su homónimo antecesor, Felipe IV, cuando vino a inaugurar su retablo mayor... Tampoco sabemos donde se alojaron el Rey, su segunda esposa, Isabel de Farnesio, D. Fernando, Príncipe de Asturias, y sus hermanastros, los infantes D. Carlos y nuestro Comendador D. Felipe, además del gran séquito acompañante…pero es claro que, aparte el Castillo, donde solían alojarse los Reyes, se necesitó la colaboración de los nobles de la villa, para aposentar a todos.. seguro que los Salinas, Merinos, Quesadas, y otro de los actores de este relato, el Conde de Sevilla la Nueva, se ofrecieron con gusto.
Y ahora ya -corta D. Cosme- es momento de hablar del Conde, de su Pozo de la
Nieve, y de la relación de la visita real con el conflicto posterior que se
vivió en el pueblo, tras que el Rey marchase encantado de Manzanares …Ud,
querido cronista, aquí y ahora, en 1912, sabe bien lo que es un Pozo de Nieve..
ya que, hasta hace nada, era la herramienta que servía en muchas villas para
hacer el hielo necesario en la conservación de muchos alimentos perecederos..
.antes que se inventaran, en este siglo XX, las modernísimas “fábricas de
hielo” capaces de transformar, industrialmente, el agua en hielo,.. de las que
tenemos algún ej.. en este pueblo… Pero, para sus lectores del futuro, será
bueno recordar como eran estos pozos de nieve, antes de referirnos al que el
Conde de Sevilla la Nueva poseía en Manzanares,.. y a la razón del conflicto,
entre el susodicho conde y el pueblo de Manzanares, a cuenta y causa de su ya
también citado pozo de nieve.
Infante Felipe de Borbón, Primer Comendador de Manzanares. |
Los pozos de nieve, -continua D. Cosme- , servían para almacenar la nieve caída
en los inviernos... Solían ser redondos, de unos 3 metros de diámetro y 8 a 10 metros de
profundidad.. y sus paredes estaban revestidas con piedras y material vegetal,
para aislar la nieve almacenada de la tierra del subsuelo...La nieve se
prensaba en su interior, para convertirla en hielo, que luego se utilizaba en
los meses de verano, con diferentes usos médicos y de conservación de
alimentos. En esencia, sigue D. Cosme, esos pozos tenían dos partes: Una
interior, el propio agujero del pozo, que, como va dicho, estaba tapizado y
tenía un fondo alisado y seco, con un resalte que impedía a la nieve tocar el
suelo, a la vez que facilitaba la salida del agua derretida por unos
desagües…La otra parte de la estructura, cerraba por arriba el pozo, y era una
construcción cónica de anillos de piedra, cada vez más pequeños, que formaban
una bóveda, con un ventanuco para echar la nieve al interior, del pozo.. y una
puerta de acceso a los diferentes empleados….
La transformación de la nieve en hielo en los pozos, -sigue D. Cosme- era un
“proceso artesanal” muy laborioso. Comenzaba con los llamados “boleros” o
“peones de fuera”, que agrupaban la nieve en los márgenes del pozo, dando paso
al trabajo de los llamados “paleros”, que la echaban a paladas, o en bolas, al
interior del pozo, por el ventanuco de la bóveda... Luego, intervenían. los
“empozadores” o “pisoneros”, que entraban al pozo por la puerta de su bóveda,
para “apisonar” la nieve, con mazos llamados “pisones”, o con sus pies.. Cuando
la capa de nieve alcanzaba un espesor determinado, se cubría con materiales
vegetales aislantes:.ramas, helechos, agujas de pino o pajas. ,.y, después, se
repetía el procedimiento hasta llenar el pozo,.. que se mantenía cerrado hasta
mayo o junio... Entonces, se sacaba el hielo formado, y se cortaba con
“piochas” en barras, con un molde preestablecido… Finalmente, “los arrieros”
transportaban los bloque de hielo por la noche, en carros tirados por burros o
mulos, o en cestos que portaban los peones, hasta las “neverías” o puestos de
venta que, en Manzanares, estaban en la Plaza Mayor y en la actual Plaza del
Matadero..es decir, muy cerca del inmueble donde estaba nuestro Pozo de Nieve
(calle del Carmen, en el edificio lindero con el antiguo hospital y con el
Marquesado de Salinas). En esos puntos de venta, “los neveros” o “aguadores”,
vendían hielo y agua fría a los paisanos, durante los meses del verano...
Esquema de 'Pozo de nieve'. |
El calor del estío, sigue D. Cosme, aumentaba el riesgo de calenturas y
disenterías por contaminación bacteriana de los alimentos, siendo el hielo que
se obtenía en estos pozos de nieve, la mejor manera de conservar carnes,
pescados.y otros alimentos perecederos por aquel entonces.., Aparte, el hielo
era un buen aliado de los médicos para aliviar las flogosis asociadas a heridas
contusas..o, con el agua fría del deshielo, hacer refrescos de limón o aloja, a
los que se atribuían propiedades curativas...
Yendo al conflicto vivido en Manzanares, meollo de este relato, continua D.
Cosme, le diré, amigo plumilla, que la explotación del Pozo de la Nieve se
llevaba a cabo en régimen de monopolio, por su propietario el Conde de Sevilla
la Nueva... Este Conde residía en Baena (Jaen)... y muy pocas veces, o ninguna,
se le vio por Manzanares, pero, lo cierto es que, aparte del pingüe negocio del
Pozo, y la casa de la calle del Carmen, donde estaba ubicado, tenía otras
propiedades en la villa.., otra casa en la misma calle del Carmen, frente a la
de los Merino y un inmueble en la calle de la Cárcel, esquinero con la Plaza
Mayor, donde se puede ver hoy su escudo de armas…
El Conde vendía el hielo en su propia casa y, como quedó dicho, en puestos públicos de los mercados, al precio de ocho maravedíes la libra, lo que condicionaba un importante dispendio para la mayoría de familias de la villa, que, además, no podían prescindir del hielo en sus casas durante el verano ..Y, mire ud. por donde, prosigue Don Cosme, que el usurero y astuto Conde, aprovechó la llegada del Rey y su Corte a Manzanares... y, alegando un aumento importante de la demanda de hielo, para cubrir las necesidades de tan egregios viajeros, subió el precio de la libra de hielo a doce maravedíes… cifra exorbitante, que el Alcalde de Corte, encargado de los abastecimientos y vituallas reales, aceptó sin reparos… pero que no tuvo igual acogida entre los vecinos del pueblo, que protestaron masivamente, de inmediato a la marcha del Rey, por la pretensión del Conde en mantener el nuevo precio de la libra de hielo, tal cual la cobró a los Reyes… El conflicto quedó servido entre D. Joseph María de la Cruz Galindo, administrador de bienes del Conde en Manzanares, y el concejo de la villa, representado por su Alcalde Mayor, D. Diego Ruiz Gallardo, los Regidores Félix de Mendoza, Eugenio Caballero, Andrés de Mendoza y Juan de León Carreño... siendo Regidor Síndico de la villa D. Juan de Cabredos…Este, una especie de “Defensor del Pueblo” de la época, denunció el precio que se quería imponer al hielo, alegando “grave perjuicio al común de los vecinos”…. En consecuencia, el Síndico pidió al Alcalde Mayor, en nombre del pueblo de Manzanares: …«Se sirba de reponer semejante exceso y mandarse aga Ia postura que tubiere por conbeniente, atendiendo a el poco costo que tiene el recoger el yelo y que se benda en el puesto público acostumbrado por estar las casas del dicho Cruz extraviadas del comercio...»…
El Conde vendía el hielo en su propia casa y, como quedó dicho, en puestos públicos de los mercados, al precio de ocho maravedíes la libra, lo que condicionaba un importante dispendio para la mayoría de familias de la villa, que, además, no podían prescindir del hielo en sus casas durante el verano ..Y, mire ud. por donde, prosigue Don Cosme, que el usurero y astuto Conde, aprovechó la llegada del Rey y su Corte a Manzanares... y, alegando un aumento importante de la demanda de hielo, para cubrir las necesidades de tan egregios viajeros, subió el precio de la libra de hielo a doce maravedíes… cifra exorbitante, que el Alcalde de Corte, encargado de los abastecimientos y vituallas reales, aceptó sin reparos… pero que no tuvo igual acogida entre los vecinos del pueblo, que protestaron masivamente, de inmediato a la marcha del Rey, por la pretensión del Conde en mantener el nuevo precio de la libra de hielo, tal cual la cobró a los Reyes… El conflicto quedó servido entre D. Joseph María de la Cruz Galindo, administrador de bienes del Conde en Manzanares, y el concejo de la villa, representado por su Alcalde Mayor, D. Diego Ruiz Gallardo, los Regidores Félix de Mendoza, Eugenio Caballero, Andrés de Mendoza y Juan de León Carreño... siendo Regidor Síndico de la villa D. Juan de Cabredos…Este, una especie de “Defensor del Pueblo” de la época, denunció el precio que se quería imponer al hielo, alegando “grave perjuicio al común de los vecinos”…. En consecuencia, el Síndico pidió al Alcalde Mayor, en nombre del pueblo de Manzanares: …«Se sirba de reponer semejante exceso y mandarse aga Ia postura que tubiere por conbeniente, atendiendo a el poco costo que tiene el recoger el yelo y que se benda en el puesto público acostumbrado por estar las casas del dicho Cruz extraviadas del comercio...»…
El Conde defendió el precio de doce maravedíes, por entender que el hielo no
era un “abasto común”.. y que el Concejo no tenía facultad para litigar sobre
su precio.. Alegó, también, que el invierno anterior había sido escaso en
nieves, por lo que el pozo estaba muy vacío… El Alcalde Mayor de la villa no
quedó muy convencido.. y, ante el clamor popular, ordenó clausurar el pozo, y
exigío al Conde los documentos justificativos de su privilegio monopolista…. El
regidor, D. Andrés de Mendoza, fue nombrado Comisario Interventor del caso, por
el Alcalde Mayor, quien le dió una llave del pozo, para atender las necesidades
de hielo más perentorias, como las destinados a:… “los enfermos más delicados,
privando de que se diese a personas robustas, alojeros y forasteros”… La
prohibición de la venta libre, tenía como riesgo que la escasa reserva de hielo
se fundiera, por lo que el 10 de julio de 1733, el Alcalde, D. Diego Ruiz
Gallardo ordenó medir la cantidad de hielo, ante escribano…y bajo testimonio de
varios vecinos de Manzanares, conocedoras del negocio: Joseph Calderón, Manuel
Díaz de Bustamante y Pedro de la Portilla.. además de la Abadesa del Convento
de Monjas Concepcionistas Franciscanas.. y de Fray Francisco de San Juan
Bautista, por entonces, Padre Superior y Presidente del Colegio de Carmelitas
Descalzos.....Ante la sorpresa del pueblo y del Concejo, todos coincidieron en
que:… “los doce maravedíes por libra, no eran un precio excesivo en ese año,
dada la escasa oferta del producto, y la necesidad de la venta libre de nieve”
.. ..”al ser el total alivio y medicina, no solo para los accidentados si
también para las personas que necesitan deste remedio para la conservación de
su salud”….
La resolución final del Alcalde y Justicia Mayor, fue autorizar al
administrador del Conde a seguir vendiendo el hielo a 12 maravedies la libra,
con el compromiso que se guardase relación de pesos y personas, por si, en
recurso del concejo ante el tribunal superior, se decidiera la restitución de
parte de lo pagado por los paisanos, algo que no se llegó a concretar…entre
otras cosas, por que el conflicto venía viciado de origen, por cuitas
personales, que trascendían a la defensa de los vecinos, y que dejaban en muy
mal lugar a un regidor y al Sindico..Se supo que el regidor Juan de León, era
propietario de otro pozo de nieve, que tenía arrendado, ni más ni menos, que al
Regidor Síndico,.. Le fue fácil al Conde, argumentar que el Sindico y el
Concejo estaban realizando competencia ilegal contra su negocio....lo que denuncío
al Corregidor de Ciudad Real, “Juez Conservador de Yelos y Nieves de la
provincia”, que ratificó el derecho exclusivo del Conde de Sevilla la Nueva a
la venta del hielo en Manzanares….
Así que, amigo cronista, puede dar por concluido el relato,.. al que cabe
añadirle, que solo la independiente y prudente actitud del Alcalde Mayor de
nuestra villa, en el manejo del asunto, evito más cuitas a su Concejo y al
Sindico...El Conde se conformó con que el nuevo precio permaneciera vigente, a
cambio de retirar la denuncia….y como en tantas ocasiones, que habrán sido, y
que serán… el pueblo “a pagar el pato”.
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