Pues sí, querido
cronista, el relato que le propongo .-me dice D. Cosme-. lleva un título bien
ajustado a lo que sugiere… pues así como las cañadas y veredas reales se cruzan,
desde los cuatro puntos cardinales en Manzanares, y determinaron el devenir
histórico de este insigne pueblo, por la trashumancia de los ganados; el
Camino Real de Andalucía se convirtió en una nueva vereda, en este caso humana, que
cruzando la Mancha y a Manzanares, nos habría de revertir grandísimos logros y
no pocas cuitas en nuestra historia reciente, desde finales del XVIII.
Y esto
que le cuento, sigue D. Cosme, viene a cuento, ahora, en los cuentos sobre la
guerra de la independencia… porque, tras el paso por Manzanares de la segunda
división del ejército francés, al mando del general Vedel, y una vez que, éste,
logró contactar con las tropas de Dupont, al norte de Andalucía, e informar de
lo que allí encontró, se hizo evidente para Francia que la situación de su
ejército allí, lejos de estar resultando un paseo militar, tal como presumían,
se había hecho desesperada y desigual, con inferioridad numérica para los
franceses en muchos frentes de combate.
De ese modo, la descuidada tranquilidad francesa en Madrid, se tornó bruscamente en desasosiegos y urgencias ante lo que ocurría en el sur. Los mandos franceses decidieron modificar toda su estrategia previa, y establecieron guarniciones permanentes en Aranjuez, Madridejos y Manzanares, que se iban relevando entre sí, en su camino había Andalucia, para que se garantizase en lo posible la llegada continua de tropas francesas de refuerzo al norte de Jaén, con el fin de intentar cambiar el curso de los aconteceres, continua D. Cosme….. y, esa decisión, es lo que da sentido al encabezamiento de esta crónica, porque durante las dos primeras semanas de Julio de 1808, el camino real de Andalucía, en su paso por la Mancha, desde Ocaña hasta Despeñaperros, se transformó en una auténtica "vereda", por la que transitaban hacia el sur, cada día, contingentes de soldados franceses, que intentaban salvar la desesperada situación de Dupont,..
Y, prosigue D. Cosme, en aquella primera quincena de Julio de 1808, la soldadesca francesa no lo tuvo nada fácil en su tránsito por la citada vereda…. Las guerrillas patriotas que había comenzado a organizar el intendente general de La Mancha, D. Juan de Módenes, desde el inicio de la guerra en Mayo de 1808, estaban cada vez más estructuradas y operativas, aparte de contar con un número cada vez mayor de patriotas, reclutados en las diferentes villas situadas a ambos lados del camino. De hecho, a ese tiempo, esas guerrillas manchegas, ya a actuaban con un rudimento de uniformidad militar, unos gorros adornados con un 7 rojo en su zona frontal. En la región manchega, como va de dicho, sigue D. Cosme, los franceses tenían una guarnición de tropas en Madridejos y otra en Manzanares,.. siendo el de nuestro pueblo él último de esos enclaves, antes de Despeñaperros.
Tanto en los aledaños de Madridejos, como en los de Manzanares, se interceptaban con frecuencia a los soldados u oficiales que portaban correos o postas, en uno u otro sentido del Camino Real de Andalucía. Por lo muy llano de nuestro entorno manzagato, y la presencia habitual de tropas francesas en nuestro castillo en aquellos días de Julio de 1808, la guerrilla de Manzanares –continua D. Cosme- se veía obligada a actuar con mucho sigilo y tiento para no ser descubierta… solían actuar en pequeños grupos, de cuatro o cinco individuos a lo sumo, que salían con rapidez al camino real desde algún caserío cercano, donde estaban al acecho, una vez que veían aproximarse algún soldado francés a caballo… lo interceptaban, le requisaban lo que portaba y, generalmente, o lo mataban allí mismo, o lo llevaban preso al pueblo más cercano que estuviera libre de franceses. Por lo que sabemos, los rebeldes de nuestro pueblo, destacaron en esas lides, al extremo que el general francés Savary, el 30 de junio de 1808, dijo de Manzanares… ”que es el punto más sospechoso en estas comunicaciones interceptadas”…. A pesar de ello, no hay constancia que fuese detenido por los franceses ningún paisano dedicado a esas tareas en las cercanías de nuestro pueblo, lo que certifica que eran especialmente hábiles en sus estrategias de interceptación…. y todo esto que le transmito, prosigue D. Cosme, quedaría plasmado por los clérigos de Manzanares, contemporáneos de aquel tiempo de guerra, en el famoso Manuscrito de la Merced de la siguiente manera,…
De ese modo, la descuidada tranquilidad francesa en Madrid, se tornó bruscamente en desasosiegos y urgencias ante lo que ocurría en el sur. Los mandos franceses decidieron modificar toda su estrategia previa, y establecieron guarniciones permanentes en Aranjuez, Madridejos y Manzanares, que se iban relevando entre sí, en su camino había Andalucia, para que se garantizase en lo posible la llegada continua de tropas francesas de refuerzo al norte de Jaén, con el fin de intentar cambiar el curso de los aconteceres, continua D. Cosme….. y, esa decisión, es lo que da sentido al encabezamiento de esta crónica, porque durante las dos primeras semanas de Julio de 1808, el camino real de Andalucía, en su paso por la Mancha, desde Ocaña hasta Despeñaperros, se transformó en una auténtica "vereda", por la que transitaban hacia el sur, cada día, contingentes de soldados franceses, que intentaban salvar la desesperada situación de Dupont,..
Y, prosigue D. Cosme, en aquella primera quincena de Julio de 1808, la soldadesca francesa no lo tuvo nada fácil en su tránsito por la citada vereda…. Las guerrillas patriotas que había comenzado a organizar el intendente general de La Mancha, D. Juan de Módenes, desde el inicio de la guerra en Mayo de 1808, estaban cada vez más estructuradas y operativas, aparte de contar con un número cada vez mayor de patriotas, reclutados en las diferentes villas situadas a ambos lados del camino. De hecho, a ese tiempo, esas guerrillas manchegas, ya a actuaban con un rudimento de uniformidad militar, unos gorros adornados con un 7 rojo en su zona frontal. En la región manchega, como va de dicho, sigue D. Cosme, los franceses tenían una guarnición de tropas en Madridejos y otra en Manzanares,.. siendo el de nuestro pueblo él último de esos enclaves, antes de Despeñaperros.
Tanto en los aledaños de Madridejos, como en los de Manzanares, se interceptaban con frecuencia a los soldados u oficiales que portaban correos o postas, en uno u otro sentido del Camino Real de Andalucía. Por lo muy llano de nuestro entorno manzagato, y la presencia habitual de tropas francesas en nuestro castillo en aquellos días de Julio de 1808, la guerrilla de Manzanares –continua D. Cosme- se veía obligada a actuar con mucho sigilo y tiento para no ser descubierta… solían actuar en pequeños grupos, de cuatro o cinco individuos a lo sumo, que salían con rapidez al camino real desde algún caserío cercano, donde estaban al acecho, una vez que veían aproximarse algún soldado francés a caballo… lo interceptaban, le requisaban lo que portaba y, generalmente, o lo mataban allí mismo, o lo llevaban preso al pueblo más cercano que estuviera libre de franceses. Por lo que sabemos, los rebeldes de nuestro pueblo, destacaron en esas lides, al extremo que el general francés Savary, el 30 de junio de 1808, dijo de Manzanares… ”que es el punto más sospechoso en estas comunicaciones interceptadas”…. A pesar de ello, no hay constancia que fuese detenido por los franceses ningún paisano dedicado a esas tareas en las cercanías de nuestro pueblo, lo que certifica que eran especialmente hábiles en sus estrategias de interceptación…. y todo esto que le transmito, prosigue D. Cosme, quedaría plasmado por los clérigos de Manzanares, contemporáneos de aquel tiempo de guerra, en el famoso Manuscrito de la Merced de la siguiente manera,…
“En estos intermedios hasta la batalla de
Bailén, ocurrida en 18 de julio, se interceptaron en esta villa postas y
correos, saliendo muchos vecinos al camino, como suele el cazador, a buscar y
matar cuantos enemigos, ya soldados, ya correos, pudieran haber a las manos. De
este sistema, cuya honra cupo igualmente a los otros pueblos, desde Manzanares
hasta la entrada de Andalucía resultó al enemigo un mal imponderable; pues
cortada la comunicación entre las tropas y el Gobierno, ni el Grl. Dupont pudo
arreglar sus movimientos conforme a la necesidad, ni su principal darle órdenes
oportunas que le dirigiesen; y no sería sin fundamento, no quitando a nuestros
generales y soldados la gloria que adquirieron en esta jornada, al afirmar que
la tal derrota de Dupont, y su rendición inesperada, se debió en gran parte a
los procedimientos de Manzanares…. Así lo aseguró el Ecmo. Sr. General Castaños
en su tránsito por esta villa después de esta memorable victoria”…
En el anterior relato, sigue D. Cosme, conocimos la triste
historia de uno de esos oficiales que actuaban como correos... fue encarcelado
en nuestro castillo por el alcalde Miret, en un momento en que no había
franceses en la villa, y luego sería asesinado en C. Real, tras ser enviado
allí, justo antes que llegaran a Manzanares las tropas de Vedel... Estas
guerrillas manchegas, fueron particularmente activas en zonas intermedias de
esa vereda manchega… paisanos de Herencia, Puerto Lapice, Villarta, Arenas de
San Juan o Villarrubia de los Ojos, se escondían en cuevas, o a las espaldas de
peñascos, en los cerros cercanas a sus villas, situadas en las estribaciones
meridionales de los “montes de Toledo” y, desde allí, bajaban a caballo hasta
el camino, generalmente en mayor número que en Manzanares o Madridejos,
atreviéndose a interceptar contingentes más grandes de soldados franceses e,
incluso, caravanas de carros con municiones o víveres.
Tras la salida de Vedel de Manzanares, el 24 de junio de 1808,
continua con su relato D. Cosme, llegaría a Manzanares, el 30 de junio, la primera
de esas guarniciones francesas a que me referí antes….. Llegó, al mando del
general Lefranc, un destacamento militar compuesto de 900 hombres de
infantería, 100 dragones y dos cañones, que se alojaron en el castillo… pero su
estancia en nuestro pueblo fue muy fugaz, pues la desesperada situación de
Dupont así lo requería,.. y, el 2 de julio de 1808, el contingente de Lefranc,
al que se había unido el general Cravoix con otros 700 soldados de infantería,
salió de Manzanares con destino a Sierra Morena... En los días siguientes,
atravesó Manzanares hacia el sur una enorme caravana de intendencia francesa,
compuesta de 101 carretas que iban repletas de galletas y otros víveres, sin
que conste ningún incidente relevante en la villa a su paso... El 8 de julio de
1808, llegaría a Manzanares una división bastante mayor, la del general Gobert,
compuesta por 3000 soldados de infantería, un regimiento de caballería pesada,
y seis piezas de artillería… Gobert, en su comitiva, transportaba también otras
ochenta carretas abarrotados de galletas y víveres... y al igual que Lefranc,
solo permaneció un día en Manzanares, empleando su estancia, según refirió en
informe a Madrid, “para descanso de la tropa…y hacer una
buena policía mientras me hallé en Manzanares”… pero la historia no
nos ha legado nada, querido reportero, sobre esa enigmática amenaza de Gobert a
Manzanares, que quizá quedó solo en la intención, ante la necesidad, mucho más
perentoria, de salir cuanto antes de nuestro pueblo en auxilio de Dupont y
Vedel, algo que sucedió la madrugada del 10 de julio de 1808, quedando en
Manzanares, de guarnición, un pequeño batallón de infantería para garantizar,
en lo posible, las comunicaciones norte-sur. Este batallón también permaneció
menos de una semana en Manzanares, y fue relevado el 16 de julio, día de la
Virgen del Carmen, (en los albores de la gloriosa y determinante batalla de
Bailen), por un nuevo destacamento, perteneciente a las tropas de Gobert,
compuesto por 500 soldados de infantería, que iban al mando de un comandante
llamado Berthet, quien traía rigurosas instrucciones en el tema de asegurar las
comunicaciones con Madridejos (al norte), y con el Puerto del Rey (al sur)… a
pesar de lo cual, en esos días, nuestra guerrilla local siguió interceptando a
muchos de los correos que salían de Manzanares con esos destinos…. Este
comandante Berthet habría de ser protagonista de la capitulación francesa en
Manzanares, tras la gran y definitiva victoria de las tropas españolas en
Bailén... que dio fin a la primera etapa de la guerra de la independencia…..en
España y en Manzanares, pero eso, querido reportero, será causa y motivo de
consideraciones en los futuros relatos que vendrán...
Con todo lo relatado ya en esta crónica, hubo más que
suficientes argumentos para validar el título y contenido de la misma,.. y
puede, por tanto, darla por concluida, querido plumilla –me dice D. Cosme-,…
Ciertamente, prosigue, el tramo del Camino Real de Andalucía que atraviesa la
Mancha, fue en aquellos primeros días de julio de 1808, una auténtica “vereda
francesa”, con un tránsito ingente de sus tropas…y también fue cierto que, para
ellas, en aquellos difíciles días, no fue, para nada, un “camino de rosas”…La
prepotencia impositiva y tiránica de los invasores franceses, se vio permanente
desbordada por la eficacísima astucia de unos humildes patriotas manchegos,
entre los que destacaron muchos paisanos de la insigne y nunca bien ponderada
villa de Manzanares de La Mancha….