“Don Cosme ha querido poner una pausa en
los relatos que, sobre la historia inicial de su magnífico y glorioso pueblo de
Manzanares, este reportero les cuenta luego por aquí… para, ahora que los
reanuda, hacer énfasis en que, éste, el que tendrán oportunidad de leer, da inicio a un nuevo ciclo de crecimiento, progreso y esplendor del Lugar de
Manzanares… que, prosigue, alcanzará, en su desarrollo la categoría de Villa,
a principios del Siglo XVI, y durante el que se desplazará el centro vital de
la aldea, situado hasta entonces en esta Plaza del Castillo, a la que fue,
desde ese tiempo y hasta ahora, Plaza Mayor de Manzanares, albergando la nueva
y magnífica parroquial, construida en uno de sus contornos, donde habría de
quedar para siempre, como emblema y símbolo genuino e imperecedero de
Manzanares, enfatiza con enorme vehemencia y convencimiento, el Señor Cosme”.
“En anteriores relatos, continua Don Cosme, hemos conocido que, tras un siglo
de conflictos y altercados, en esa fecha que habrá de quedar marcada para
siempre en la historia manzagata… ese 10 de octubre de 1480, la Orden de
Calatrava tuvo a bien adjudicar a Manzanares un término jurisdiccional propio y
bien delimitado…anunciándose, ese mismo día, esta buena nueva al concejo y a
todos los aldeanos del poblado, que fueron convocados, a dicho fin, en esta
Plaza del Castillo, donde ahora estamos, al rebato de las campanas de la
Iglesia primitiva de la Calle del Carmen, por el Comendador y los alcaldes
ordinarios, Juan Hernández y Alonso Gómez Moreno”.
Como también va de sabido, la extensión de ese territorio que conformaba la
Encomienda de Manzanares, no era muy grande, pues se limitaba a un círculo de
unos ocho kilómetros de radio alrededor del poblado, excepto en la parte
lindera con Membrilla; donde era, por razones de proximidad, una simple
lengüeta de tierra, mucho más pequeña, pero de gran importancia, por que allí
vivieron siempre los ancestros más ancestros de la nueva aldea, en esos
enclaves de Argamasiella so la Membriella, el Cerro del Moro y la Argamasiella
de Pilas Bonas, donde cultivaban la riquísima vega del Azuer, en la parte
meridional de Manzanares, desde tiempo inmemorial, y que habría de servir para
el necesario sustento inicial de los primeros calatravos que se instalaron en
nuestro suelo para construir el Castillo…
En cualquier caso, el lugar de
Manzanares siguió dependiendo de Almagro, donde se tomaban todas las decisiones
importantes en el ámbito administrativo, recaudatorio y judicial y el hecho de
que, por entonces, aún no existiera Procurador Síndico en Manzanares, demuestra
la falta de competencias de la aldea naciente para defender sus intereses
comunitarios y su territorio”….”Pero eso no fue óbice, sigue D. Cosme, para que
en 1483 una nueva oleada de colonos, al ser conocedores de la legitimación
potestativa, delimitativa y jurídica que la Orden de Calatrava acababa de
otorgar a Manzanares, comenzasen a llenar el poblado de nuevos vecinos, que
llegarían casi a triplicar su número de habitantes en la centuria siguiente” …
“Y así es, tal como ahora le cuento, continua Don Cosme su increíble
exposición, llena de datos y cifras,… que hoy conocemos con seguridad, por que
quedó escrito por sucesivos visitadores de la Orden de Calatrava, que muy a
principios del XVI, el creciente Lugar de Manzanares estaba ya habitado por
unos 1.500 habitantes, cifra que llegaría a los 4.125 al terminar la centuria y
que de las doscientas casas que había en 1352, se alcanzaron las seiscientas en
1579...
“Dado ese fuerte incremento demográfico muchos de los recién llegados,
a finales del Siglo XV, tuvieron que edificar sus casas fuera del recinto
amurallado, pues el casco urbano primigenio, acotado por la cerca, quedo
insuficiente -como también va de sabido- para acoger a una población que, en el
momento de construirse la muralla no llegaba a los 1000 vecinos. Es muy posible
que, para esa fecha clave de 1480, la muralla estuviera ya muy “mondada” y casi
desaparecida, ante la presión demográfica.. que, un siglo después, ya habría
cuadruplicado la población manzagata, respecto a la que existía en los tiempos
de la construcción de la muralla.
“Poco a poco,
sigue Don Cosme su brillante discurso, el espacio urbano de la aldea aumentó
más allá de la cerca, primeramente en lugares próximos a las, entre 3 a 5 puertas, que la dicha
muralla tuvo en origen, y luego en la ampliación, por alargamiento, más allá de
donde terminaban en la muralla., de diversas calles, como la Calle Monjas,
Calle del Doctor, Calle Duran o Empedrada… así como, extendiéndose a partir de
la Plaza Mayor, nuevo centro distribuidor del pueblo, y sustituto del anterior
de la Plaza del Castillo, que al final de ese Siglo XV, se había quedado
pequeño y excéntrico, ante el crecimiento poblacional y urbano del Lugar de
Manzanares ”…”Y así fue también, sigue D. Cosme, que en ese nuevo centro
urbano, las pujantes, emprendedoras y, cada vez más numerosas gentes de
Manzanares, plantearon a los regidores calatravos la creación de una nueva y
gran iglesia parroquial, lo que fue acogido, de inmediato, de manera muy
favorable por la Orden Calatraveña, que dio enseguida licencia y maravedies
para su construcción… para esa obra ingente, que habría de cristalizar en la
magnífica “Catedral de Manzanares”, y que se comenzó a construir ya a finales
del siglo XV”…
”Y esto, también lo sabemos a la ciencia cierta, dice D. Cosme,
pues en un escrito del año de gracia de 1495, los visitadores de la Orden de
Calatrava… que aquí llegaron y escribieron, sobre cosas de este pueblo,
entonces solo Lugar, referían al respecto de la nueva Iglesia que las obras ya
estaban comenzadas, recomendando los susodichos visitadores al entonces
mayordomo de la iglesia, esto que le trascribo, para el relato, por su
histórico carácter: "vos mucho os encargamos la obra de la yglesia que
teneys principiada trabajes como vaya adelante pues que el pueblo a Dios
gracias esta crecido e la ha bien menester "…. En 1500, los visitadores
indican y escriben….que la iglesia "que teneys comenzada esta ya en
buenos principios", siendo grande el deseo de todo el pueblo de que la
obra siguiera con la mayor celeridad…. Advirtiendo, eso si, que como el gasto
era alto, si no se conseguían más ingresos "seria imposible poderla llevar
adelante". Por ello, de acuerdo Orden de Calatrava y Concejo de
Manzanares, se decidió que unas eras, propiedad del susomentado Concejo,
utilizadas entonces para emparvar el grano, pero que estaban creando bastante
polémica en el Lugar, ya que provocaban, en palabras de los visitadores…
"ruidos y debates" en su uso por los vecinos, fueran divididas y se
"vendieran por pedazos a personas particulares de dicho concejo dexando
asi algun pedazo de las dichas eras ... para los necesytados del
pueblo", utilizando los ingresos devenidos por la venta para que la
"yglesia fuese acrecentada.
Y de igual modo, sigue Don Cosme, en esos decisivos ultimos 20 años del siglo
XV, en que Manzanares comienza una de sus etapas de mayor esplendor, concretamente
en el año 1484, se crea en Manzanares, al inicio de la Calle del Carmen, frente
al Castillo y frente a la antigua parroquial, el primer hospital que tuvo este
pueblo, siendo su fundador, quien, a la sazón, era también Comendador del
Lugar, Don Alonso de Ávila, el cual lo dotó, como quedó de sabido en escritos
de entonces “de ciertas rentas para sus gastos de mantenimiento”. Al parecer,
fue gestionado en un principio por la iglesia parroquial, pero luego se acabó
creando una cofradía que fue la encargada de su administración y mantenimiento.
La capacidad del hospital primitivo de Manzanares, en sus primeros tiempos, era
de: “cuatro camas de madera”, contando, además, entre sus bienes con: “nueve
mantas y seis sábanas viejas, otra manta obrada, unos manteles y una colcha
vieja.”…. Además, había: “una caldera buena para hacer la comida a los pobres
acogidos en él, un armario donde almacenar la ropa y un cubo para sacar agua
del pozo”. El hospital es descrito, entonces, con cierto orgullo, como una casa
"muy buena y capaz", perfectamente adaptada a sus funciones, que
contaba, además, con “tres cuartos largos, dotados de salas y aposentos, y una
vivienda alta”…. En el primero de los cuartos , a mano izquierda según se
entraba al edificio, se levantó un altar para decir misa a los enfermos… a
continuación había una sala donde se acogían o curaban los sacerdotes, y
después otra destinada al tratamiento y curación de los seglares”.
”Ya sabe
usted, que desde siempre, la Iglesia tuvo mano, dice con sorna indisimulada D.
Cosme”…. “El segundo de los dichos cuartos, se encontraba frente a la entrada,
y era utilizado como vivienda del hospitalero, mientras que en el tercero se
hallaba una cocina y un aposento para los pasajeros pobres. También había un
buen patio central y, en él, un bonito pozo con su brocal,. El inmueble se
completaba, según quedó descrito en escritos pretéritos, con un corredor y un
portal grande”.
“Y asi, dice Don Cosme, de usted fin al relato aquí,… que acaba de relatar un
fin de Siglo, el XV, con un Manzanares en pleno crecimiento y ebullición, pero
que habría de dar paso, calendario obliga, al todavía más glorioso que fue para
Manzanares, Siglo XVI, y de cuyas vicisitudes tendremos ocasión y largura para
seguir hablando en sucesivos relatos