Escudo de Abenójar. Imagen de Wikipedia |
En el paraje conocido por Villagutiérrez, del término municipal de Abenójar, existieron en los principios del siglo XVII ricos filones de plata y oro, según consta en la Historia de la provincia de Ciudad Real.
S. M. el Rey D. Felipe III, el 15 de abril de 1599, se tiene constancia concedía facultad a Miguel Ruíz de Espinosa para beneficiar las minas de oro y de plata existentes en este lugar. La mina de Albertos era la principal y más importante, haciéndose su explotación con mucho provecho hasta que la abundancia de agua impidió seguir los trabajos y el consiguiente abandono de la mina. Más tarde, hacia el año 1605, Martín de Treviño y Juan de Oviedo, la denunciaron y les fue adjudicada, volviéndose a reanudar los trabajos de extracción de mineral, viéndose compensados con no escasos beneficios.
En aquellos tiempos llegaron a trabajar en estas explotaciones más de trescientos hombres. Se construyeron cuatro casas para los oficiales y 75 chozas para los trabajadores, una capilla donde se decía misa los domingos y días festivos, una casa de fundición con dos hornos y dos fuslinas donde afinaban el plomo y sacaban la plata. Se ignoran los motivos por los que estas explotaciones fueran abandonadas y no se hayan reanudado en el discurrir de más de tres siglos.
Se comenta que los filones no llegaron a agotarse y que pudiera constituir una muy estimada fuente de riqueza para la provincia manchega, eminentemente agrícola. Con maquinaria moderna y financiadas las obras, se tiene la evidencia de que sería coronado por el éxito cualquier intento que se realizara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario