El día 24 de Enero de 1968, Melchor Díaz-Pinés Pinés, envío el siguiente reportaje a la Agencia de noticias LOGOS.
En estos momentos en los que con vistas al anteproyecto, se están aportando sugerencias, datos y consejos, siempre interesantes, muchos se han olvidado de hacer al menos referencia del peligro que lleva siempre aparejado la acción incontrolada de los 'saboteadores' de la caza, llevados por un afán de lucro y una parte más de egoísmo y mala fe. Hay que legislar para evitar estas malas acciones.
Queremos destacar a los cazadores furtivos y a algunos que no lo son, pero que usan el zarzo y la mula. Estos elementos son de los más peligroso porque con su actuación, son capaces de limpiar un término municipal. Son unos verdaderos felinos, fielmente secundados por la mula que se las sabe todas. Con rodeos y más rodeos, con sus giros y sus tretas, el caso es que conducen hasta el zarzo a varias perdices a la vez y matan de un tiro hasta cuatro y cinco aves. ¡ Así cunde la caza y con pocos tiros !.
También hay que mencionar el procedimiento de los alares en las fincas, en las que los sembrados están próximos a terrenos serranos. Estos especialistas saben bordear las lindes, haciendo montones de pajitos y piedras, hasta construir murallas de más de un metro de altura. Hostigan la caza que termina por llegar a esas inmediaciones pero como van cansadas, prefieren bordear el obstáculo que tiene algunas disimuladas salidas, donde previamente existen unas trampas muy bien hechas - que abren y cierran automáticamente - y caen en ellas para ser recogidas las aves, vivas. Lo mismo pueden haber tres que una docena y no han gastado ni un cartucho, siendo el beneficio total.
No se puede dejar pasar por alto la intervención de las perchas, los lazos y los cepos. Estos últimos son más sangrientos pero los dos primeros son de gran efectividad y se requiere un refinamiento fuera de serie. Estos hombres son de una gran sagacidad y saben rastrear con su vista de lince como nadie. Conocen las costumbres de la perdiz y saben como y dónde colocar los artefactos para que no fallen sus cálculos. Es un procedimiento ultraeconómico que solo requiere eso, pericia.
Hay que distinguir también a los aficionados a tirar desde los propios coches que conducen. Son rápidos en sus intervenciones y como la escopeta va preparada, hacen verdaderas tropelías con la caza. Hay quien dice que este procedimiento es de los peores, mucho más que el puesto y pasa tan desapercibido que no se da cuenta nadie. Es más acusadamente dañino cuando las perdices están en pareja porque la hembra está más pesada de lo normal, pues tiene las yemas en funciones de desarrollo.
Existen otros procedimientos como el del cimbel y otros muchos conocidos y el caso es que con cotos o sin ellos, con las nuevas leyes y con las viejas, será muy difícil estirpar esta lacra, mientras " a quien corresponda " no corrija el desbarajuste reinante, que si en muchos casos es para aportar caza para su propio consumo doméstico, otros muchos es por pura vanidad y de ansias de matar, sea cual fuere el procedimiento. ¡ Esta actividad ilegal tiene que estirparse para bien de los animales y de los cazadores realmente deportistas !.
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