El primer día de
visitas de trabajo del reportero que les escribe, se había limitado a varías de
las bodegas más representativas de este bonito pueblo de Manzanares, todas
ellas ubicadas en el espacio que forman el Paseo de la Estación, la nueva calle
Toledo y las vías de ferrocarril del pueblo…
Ciertamente, quedaron sin ver muchas otras, igual o más importantes, pero con las vistas y pateadas, creo haberme hecho una idea más que apropiada de lo que representa esta primordial industria de Manzanares, y el impulso que el ferrocarril daba a sus productos de manera inmediata, con salidas directas a las vías en alguna de estas bodegas… todo eso pasaba por mi cabeza, cuando presto el anochecer, y de retorno a casa de mi anfitrión, dábale vueltas a como plasmar lo observado en el papel…Una ligera brisa vespertina, aliviaba algo la sensación de peso que se había ido instalando en mi cráneo, según avanzaba el día, muy posiblemente generada por la secuencial cata de buenos caldos, que la ocasión, y el no hacer agravio a nadie, habían hecho conveniente…y aunque en ninguna de las bodegas visitadas fuera mucha la cantidad de licor que atravesó mi garganta, a esas horas, estaba claro que el sumatorio había sido suficiente para provocar el clásico “cabezón”… Encaméme, pues, al poco de llegar, previa disculpa por rechazar la ya preparada cena, aduciendo una ligera indisposición, lo que fue entendido con una sonrisa cómplice de mis anfitriones…..
Ciertamente, quedaron sin ver muchas otras, igual o más importantes, pero con las vistas y pateadas, creo haberme hecho una idea más que apropiada de lo que representa esta primordial industria de Manzanares, y el impulso que el ferrocarril daba a sus productos de manera inmediata, con salidas directas a las vías en alguna de estas bodegas… todo eso pasaba por mi cabeza, cuando presto el anochecer, y de retorno a casa de mi anfitrión, dábale vueltas a como plasmar lo observado en el papel…Una ligera brisa vespertina, aliviaba algo la sensación de peso que se había ido instalando en mi cráneo, según avanzaba el día, muy posiblemente generada por la secuencial cata de buenos caldos, que la ocasión, y el no hacer agravio a nadie, habían hecho conveniente…y aunque en ninguna de las bodegas visitadas fuera mucha la cantidad de licor que atravesó mi garganta, a esas horas, estaba claro que el sumatorio había sido suficiente para provocar el clásico “cabezón”… Encaméme, pues, al poco de llegar, previa disculpa por rechazar la ya preparada cena, aduciendo una ligera indisposición, lo que fue entendido con una sonrisa cómplice de mis anfitriones…..
Aquí podemos ver que no solo de pan vive el hombre ... |
Tras un sueño prolongado y reparador, se iniciaba mi segundo día de visitas
programadas, que hoy iban a concretarse en el Gran Matadero de la Viuda de
Cendal y en la imponente Fábrica de Harinas…
Pero, como había quedado hablado el día anterior con el alcalde, me encaminé antes hacia el Ayuntamiento, acompañado del galeno Torres… primero calle Toledo abajo, y luego calle Trompas arriba, para conocer algo más del pueblo, en lugar de abordar la ya pateada calle Empedrada,.... habíamos decidido recorrer, trashumantes que somos, la cañada real soriana a su paso por Manzanares,... imaginamos por un momento el sonido de las trompas y las ovejas pasando a nuestro lado, mientras a los lados del camino dejábamos atrás fachadas de casas nobles, según nos aproximábamos a la Parroquial... y llegamos, finalmente, a la Plaza y al Ayuntamiento, donde el Alcalde nos hizo saber que, en la sacristía de la parroquial, estaba ya esperando Don Dimas López, el “Sumo Pontífice de Manzanares”, como jocosamente le llamó Don Antonio, para mostrarnos las riquezas de su parroquia y territorios aledaños…
El galeno Torres, muy enfrentado al clero, tras un reciente episodio de abusos a menores, que había tenido lugar en un colegio de la calle Ancha, regentado por los Hermanos Maristas, cuya fachada él mismo me había mostrado minutos antes, rehusó enseguida acompañarnos,... de tal modo, que caminé con el alcalde, bajo los soportales de la Plaza, cruzamos el inicio de la Empedrada y, por una callejuela, abordamos las puertas de la Sacristía, donde, al instante, se personaba la silueta de un cura todavía joven, son su impecable sotana negra y abotonada hasta los pies, que Don Antonio me presentó, con una tenue sonrisa cómplice, diciéndome algo así como ....pues aquí está el famoso Don Dimas, de quien tanto y tan bien hablamos ayer,… “Pastor de Manzanares y de sus almas”…
Don Dimas, cura clásico donde los haya, en doctrina e indumentaria, no dejó de tener su retranca…..y, en el mismo "lenguaje pastoril", contestó diciendo que él, “como buen pastor, sufre y quiere por igual a todas sus ovejas, incluidas las más díscolas y revoltosas, aunque estas sean las más importantes del rebaño”…Don Antonió, sonrió la feliz ocurrencia de su “pastor”, y me dejó en sus manos….
Entramos en la grandísima nave de la Iglesia Parroquial y, allí, con las concienzudas explicaciones de unos de los coadjutores de D. Dimas, experto en esos temas, fui conociendo todos los detalles del bellísímo retablo mayor y las diferentes Capillas que lo rodeaban, colocadas allí por distintas familias de la nobleza local y por la acción de algunos otros benefactores...
La belleza de todo ese interior me impactó casi tanto, como lo había hecho el día anterior su frontispicio plateresco, por lo que comprometí a Don Dimas a una posterior visita de un compañero del periódico, experto en estas lides, para que pudiera realzar de manera más pertinente toda esa belleza….
Aunque él no lo tenía previsto, convencí a Don Dimas, para subir los inacabables peldaños de escalera que llevan al campanario de la esbeltísima torre del templo, y a fe que no me a arrepentí de llegar a la cima casi sin resuello, pues el panorama que desde allí pude contemplar era espectacular…con la visión de todo el pueblo a mis pies y su llanura circundante…. a los bellísimos colores de un mediodía manchego de primavera y sin nubes…
Concluida la visita a la Parroquial, Don Dimas insistió en que nos acercásemos a el flamante Círculo Católico, recién inaugurado, y anexo a la misma Iglesia.... Un edificio en dos plantas, perfectamente estructurado para sus funciones y con un magnífico salón de actos en su planta superior…
Luego me llevó a conocer, unos metros más abajo, la Ermita de la Veracruz, pequeña pero hermosa capilla y sede del Patrón del pueblo, una bella imagen de Cristo arrodillado con la cruz a cuestas, del Siglo XVII, que fue protagonista de un legendario episodio, durante la Guerra de la Independencia, cuando el Párroco de entonces, D. Pedro Alvarez de Sotomayor, salió con la imagen, a las afueras del pueblo, implorando el perdón del ejército francés, por el asalto y asesinato de soldados franceses heridos en un hospital de Manzanares, unos meses antes…Según se cuenta, y me cuentan, el general francés al mando, impresionado por el recibimiento, bajó del caballo y colocó su fajín en la cintura del Cristo, en gesto de perdón al pueblo …
Desde entonces, este fajín original, (que me mostraron, y que se guarda en la misma ermita), procesiona todos los años en la cintura del Cristo, patrono de la ciudad, por este motivo.
En la plazuela de al lado, hay otra pequeña Ermita, llamada de San Antón, muy devocionada en el pueblo, y particularmente querida por Don Dimas, que también visitamos. Allí, como patrón de los animales, el Santo y su ermita, en los primeros días del año, acogen unas fiestas muy celebradas, con fuegos y caballos incluidos, de las que participa todo el pueblo…
Después de estas sacras visitas, me dirigí al llamado “Casino Primitivo”, local de encuentros y ocio, situado en una de las calles que abocan a la Plaza, donde me esperaba el Sr. Torres para acompañarme a las dos grandes industrias que tocaba visitar ese día, …pero eso forma parte de las “crónicas industriales” de Manzanares, que ya conocen ustedes, mis queridos y amables lectores...
Pero, como había quedado hablado el día anterior con el alcalde, me encaminé antes hacia el Ayuntamiento, acompañado del galeno Torres… primero calle Toledo abajo, y luego calle Trompas arriba, para conocer algo más del pueblo, en lugar de abordar la ya pateada calle Empedrada,.... habíamos decidido recorrer, trashumantes que somos, la cañada real soriana a su paso por Manzanares,... imaginamos por un momento el sonido de las trompas y las ovejas pasando a nuestro lado, mientras a los lados del camino dejábamos atrás fachadas de casas nobles, según nos aproximábamos a la Parroquial... y llegamos, finalmente, a la Plaza y al Ayuntamiento, donde el Alcalde nos hizo saber que, en la sacristía de la parroquial, estaba ya esperando Don Dimas López, el “Sumo Pontífice de Manzanares”, como jocosamente le llamó Don Antonio, para mostrarnos las riquezas de su parroquia y territorios aledaños…
D. Dimas, bendice un servicio público de agua. |
El galeno Torres, muy enfrentado al clero, tras un reciente episodio de abusos a menores, que había tenido lugar en un colegio de la calle Ancha, regentado por los Hermanos Maristas, cuya fachada él mismo me había mostrado minutos antes, rehusó enseguida acompañarnos,... de tal modo, que caminé con el alcalde, bajo los soportales de la Plaza, cruzamos el inicio de la Empedrada y, por una callejuela, abordamos las puertas de la Sacristía, donde, al instante, se personaba la silueta de un cura todavía joven, son su impecable sotana negra y abotonada hasta los pies, que Don Antonio me presentó, con una tenue sonrisa cómplice, diciéndome algo así como ....pues aquí está el famoso Don Dimas, de quien tanto y tan bien hablamos ayer,… “Pastor de Manzanares y de sus almas”…
Don Dimas, cura clásico donde los haya, en doctrina e indumentaria, no dejó de tener su retranca…..y, en el mismo "lenguaje pastoril", contestó diciendo que él, “como buen pastor, sufre y quiere por igual a todas sus ovejas, incluidas las más díscolas y revoltosas, aunque estas sean las más importantes del rebaño”…Don Antonió, sonrió la feliz ocurrencia de su “pastor”, y me dejó en sus manos….
Entramos en la grandísima nave de la Iglesia Parroquial y, allí, con las concienzudas explicaciones de unos de los coadjutores de D. Dimas, experto en esos temas, fui conociendo todos los detalles del bellísímo retablo mayor y las diferentes Capillas que lo rodeaban, colocadas allí por distintas familias de la nobleza local y por la acción de algunos otros benefactores...
La belleza de todo ese interior me impactó casi tanto, como lo había hecho el día anterior su frontispicio plateresco, por lo que comprometí a Don Dimas a una posterior visita de un compañero del periódico, experto en estas lides, para que pudiera realzar de manera más pertinente toda esa belleza….
Aunque él no lo tenía previsto, convencí a Don Dimas, para subir los inacabables peldaños de escalera que llevan al campanario de la esbeltísima torre del templo, y a fe que no me a arrepentí de llegar a la cima casi sin resuello, pues el panorama que desde allí pude contemplar era espectacular…con la visión de todo el pueblo a mis pies y su llanura circundante…. a los bellísimos colores de un mediodía manchego de primavera y sin nubes…
Concluida la visita a la Parroquial, Don Dimas insistió en que nos acercásemos a el flamante Círculo Católico, recién inaugurado, y anexo a la misma Iglesia.... Un edificio en dos plantas, perfectamente estructurado para sus funciones y con un magnífico salón de actos en su planta superior…
Luego me llevó a conocer, unos metros más abajo, la Ermita de la Veracruz, pequeña pero hermosa capilla y sede del Patrón del pueblo, una bella imagen de Cristo arrodillado con la cruz a cuestas, del Siglo XVII, que fue protagonista de un legendario episodio, durante la Guerra de la Independencia, cuando el Párroco de entonces, D. Pedro Alvarez de Sotomayor, salió con la imagen, a las afueras del pueblo, implorando el perdón del ejército francés, por el asalto y asesinato de soldados franceses heridos en un hospital de Manzanares, unos meses antes…Según se cuenta, y me cuentan, el general francés al mando, impresionado por el recibimiento, bajó del caballo y colocó su fajín en la cintura del Cristo, en gesto de perdón al pueblo …
Desde entonces, este fajín original, (que me mostraron, y que se guarda en la misma ermita), procesiona todos los años en la cintura del Cristo, patrono de la ciudad, por este motivo.
En la plazuela de al lado, hay otra pequeña Ermita, llamada de San Antón, muy devocionada en el pueblo, y particularmente querida por Don Dimas, que también visitamos. Allí, como patrón de los animales, el Santo y su ermita, en los primeros días del año, acogen unas fiestas muy celebradas, con fuegos y caballos incluidos, de las que participa todo el pueblo…
Después de estas sacras visitas, me dirigí al llamado “Casino Primitivo”, local de encuentros y ocio, situado en una de las calles que abocan a la Plaza, donde me esperaba el Sr. Torres para acompañarme a las dos grandes industrias que tocaba visitar ese día, …pero eso forma parte de las “crónicas industriales” de Manzanares, que ya conocen ustedes, mis queridos y amables lectores...
No hay comentarios:
Publicar un comentario