¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

martes, 29 de diciembre de 2015

5). RELATOS DE PEDRO VILLARROEL: MANZANARES, 1912…GENTES E HISTORIAS QUE DICTA EL PASEO.

Es Abril de 1912, y es primavera en Manzanares… Ayer, al final de la tarde, llovió ligeramente, pero hoy principia la mañana, en toda la llanura manchega, con un sol rutilante, que penetrando al poco de su salida por una rendija de la ventana del cuarto donde pernocto, me despierta con su luz cegadora y me provoca buen ánimo de levantada…. Por eso, mientras me aseo, utilizando la palangana de agua caliente que ponen a mi disposición todas las mañanas en la amable y noble casa que me acoge, voy barruntando que el día promete ser bueno para patear el pueblo y saber algo más de sus calles, edificios e historias, pues las industrias, comercios y empresas que el reportero tiene previsto visitar, están ubicadas en pleno casco urbano, lo que, a buen seguro, nutrirá mi crónica mundana de curiosidades e historias que ocurrieron, o se viven, en algunos de los sitios por donde hemos de pasar….


Un opíparo desayuno, termina de convencerme que este preludio inmejorable de la jornada se va a seguir de momentos igual o mejores…así que, sin más preámbulos, y de nuevo con mi amigo, y doctor, Don Bernardino Torres y otros dos ilustres paisanos, de nombres no recordados al momento de escribir esta croniqueja, nos determinamos a iniciar la ruta, bajando una vez más a la Plaza Virgen de Gracia, para abordar la calle Ancha, desde la vía urbana que afronta el Gran Teatro, conocida en la localidad como “calle del hospital”, ya que “allí”, hacia su mitad, se encuentra ubicado el magnífico “Hospital-asilo de pobres”, que tiene este pueblo desde finales del Siglo pasado.. 

 Observamos por fuera su rotunda edificación, al tiempo que me cuentan algo de los avatares de su fundación y de sus fundadores, haciéndome, Don Bernardino, el panegírico del principal de todos ellos, su altruista, valeroso y benefactor colega, el Dr. Don Alfonso González-Mellado … manzanareño insigne y extraordinariamente bondadoso, en el que, según sus propias palabras, todo médico que se precie de serlo en Manzanares, debería verse reflejado….Me siguió diciendo que, este colega suyo, con riesgo de su vida, fue decisivo en la atención de las epidemias de cólera que asolaron Manzanares el Siglo anterior, no dudando en atender a cualquiera que se lo solicitaba, cuando muchos otros se negaban a ello…

Me cuenta que dedicó gran parte de su pecunio a la gestación y puesta en marcha de este Hospital-Asilo, razones que llevaron al Ayuntamiento a dar su nombre a la calle que hace esquina, y acoge su fachada principal.. y también me dice que, aunque esa historia para él es menos conocida, pues.. “de cosas de curas y religiones sabe lo justito”, parece ser que aportó finanzas para la restauración de la Ermita de la Veracruz, siendo ello recordado para la posteridad en una placa con su nombre, colocada en la pared de la Ermita.

Este edificio hospital, es llamado también Casa de la Caridad, aludiendo a la Orden de las monjas que se encargan allí de la atención de asilados y enfermos, así como al mantenimiento del edificio,… aunque, en realidad, termino diciéndome, el nombre oficial es el de “Hospital de Nuestra Señora de la Asunción”, pero esto no lo sabe casi nadie del pueblo, donde todos lo conocen como “el hospital”, sin más apellidos…. 


Seguimos adelante en nuestro camino, hasta llegar al final de esta calle a una plazuela, llamada de la Virgen de La Paz,
pues toma el mismo nombre de la Ermita existente en su margen derecho, según me dicen, una de las más antiguas del pueblo.. .Enfrente se ve, y llama mi atención, la imagen de un hombre con báculo y sombrero, coronando el portalón de la casa que hace esquina…cuando inquiero sobre el personaje me dicen que allí vivió Don Sebastian Gómez de Rabadán, representado en dicha imagen, y que ese señor es otro de esos manzagatos insignes y con historia…Cuando le cuentan la suya, este “contador” no tiene más remedio que recontársela a ustedes por su peculiaridad, digna de ser contada…me dicen que era un rico hacendado y patricio manzanareño del Siglo XVI...que fue un hombre tremendamente religioso y que dedicó su fortuna a los pobres y a muy diferentes obras en las Iglesias del pueblo, destacando entre todas ellas su gran aportación financiera en la construcción del magnífico y precioso frontispicio de la Parroquial… 


Al final de su vida, su altruismo le convirtió en uno de esos “pobres de solemnidad” a los que el tanto ayudó, y hubo de vivir los últimos días de su existencia, de la caridad de sus vecinos. Esa figura guarda su memoria para recuerdo de todos sus paisanos y de quien, como yo, tenga la curiosidad de preguntar por ella…

Ya en la calle Ancha, el que suscribe, pudo hacer constancia de la importancia de esta vía de Manzanares y, enseguida del por que de su nombre, ya que es inusual la amplitud que tiene, comparada con otras del pueblo. No es de extrañar, por ello, la actividad que denota el trasiego de gentes que la transitan, y que entran y salen de sus numerosos locales comerciales, panaderías, talleres, mercerías, etc…


estamos, sin duda, en una de las calles más importantes de este pueblo… A media calle, Don Bernardino me comenta que, en la casa esquinera que tenemos enfrente, se ubicó, en su momento, el tribunal local de la Santa Inquisición, no pudiendo evitar, este humilde escribano, que un escalofrío recorriera su espina dorsal,… pues seguro que un “contador”, de mis características mundanas, hubiera tenido problemas con ellos…

Así llegamos a sitios ya conocidos, y de historias ya contadas, como el colegio de los maristas y las Ermitas de la Veracruz y San Antón, y entramos a visitar la primera de las industrias locales que teníamos previsto conocer, la de “Porras y Saldaña”… pero eso forma parte de los escritos descriptivos de la industria de Manzanares… y no de los de sus gentes y sus cosas, de los que si forma parte esta crónica... y de las otras nuevas, que estas visitas vayan propiciando a mi conocimiento y al de todos ustedes…


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