“Y conocida esta calle Duran, y
la enjundiosa historia de su más singular y egregia vecina, “La Ciega de
Manzanares”, -que, sin duda alguna, y a pesar de haber tenido este pueblo otras
muchas féminas dignas de mención, es la mujer más relevante que ha dado, por el
momento, la historia de esta villa, por las especiales y difíciles
circunstancias de su existencia, que, sin embargo, no la impidieron desarrollar
todo su gran ingenio”-…“los paseantes, ahora, van a continuar visitando esta
parte suroeste del casco antiguo de Manzanares…
Y entonces, y antes de
hacerlo, Don Cosme, me comenta que, justo aquí, en las calles de esta zona del
pueblo, es donde más se puede advertir la diferencia entre lo que quedaba
dentro y arriba de la muralla que cercaba Manzanares, con lo que había por
fuera y bajo ella”…
”Por dentro de la muralla, en los primeros dos siglos de
existencia del Lugar de Manzanares, esta zona suroeste, evolucionó como una más
de las zonas aledañas al eje central de la Calle del Carmen, siendo habitada
progresivamente por las gentes nobles de este pueblo, una vez que el núcleo
central y vital del Lugar, se trasladó desde el Castillo hasta la Plaza
Pública, al igual que fue ocurriendo con las calles de la parte norte y sureste
de Manzanares”.
“Sin embargo, continua el Sr Cosme, y aunque esto queda algo difuso en la historia escrita de Manzanares, parece ser que, incluso antes de su primer siglo de existencia, la muralla del Lugar comenzó a ser derruida y “mondada”, por la iniciativa de los propios vecinos de Manzanares, que, tras advertir que nadie les atacaba, dejaron de percibir la utilidad defensiva que se le dio al amurallamiento del Lugar y, sin embargo, comenzaron a ver, en esa cerca, un claro impedimento para el desarrollo y crecimiento del poblado primigenio”,…“Y es que, sigue Don Cosme, esta expansión del Lugar inicial de Manzanares, se había hecho necesaria y perentoria, tanto por el incremento poblacional, como por la prosperidad que estaban alcanzando muchos de los nuevos vecinos del poblado”…. “Pero, así las cosas, el poblamiento y ocupación de las zonas que se abrían por fuera del cercado, fue muy diferente en esta área suroeste, en relación a lo que ocurrió en las demás zonas de expansión del primitivo Lugar de Manzanares”…. “En la parte norte, por fuera de la antigua muralla, (Calles Trompas, Ancha y Empedrada), el terreno adyacente estaba libre, lo que permitió, enseguida, que allí fueran asentándose, y construyendo sus mansiones, los nuevos hacendados y nobles de Manzanares, que ya no tenían sitio para erigir sus viviendas en el interior del casco antiguo”,… “algo muy parecido a lo que ocurrió al sureste del pueblo, donde las calles Doctor y Monjas se prolongaron hasta la Plazuela de las Monjas, tras adquisición de los terrenos colindantes a la muralla por otros nobles y nuevos hacendados del, por entonces, muy prospero Lugar de Manzanares, que construyeron allí sus mansiones”… “Por esta razón, ambas zonas de expansión, tuvieron construcciones similares a las que ya existían por dentro de la muralla, no mostrando un contraste significativo entre ellas”….
“Sin embargo, continua el Sr Cosme, y aunque esto queda algo difuso en la historia escrita de Manzanares, parece ser que, incluso antes de su primer siglo de existencia, la muralla del Lugar comenzó a ser derruida y “mondada”, por la iniciativa de los propios vecinos de Manzanares, que, tras advertir que nadie les atacaba, dejaron de percibir la utilidad defensiva que se le dio al amurallamiento del Lugar y, sin embargo, comenzaron a ver, en esa cerca, un claro impedimento para el desarrollo y crecimiento del poblado primigenio”,…“Y es que, sigue Don Cosme, esta expansión del Lugar inicial de Manzanares, se había hecho necesaria y perentoria, tanto por el incremento poblacional, como por la prosperidad que estaban alcanzando muchos de los nuevos vecinos del poblado”…. “Pero, así las cosas, el poblamiento y ocupación de las zonas que se abrían por fuera del cercado, fue muy diferente en esta área suroeste, en relación a lo que ocurrió en las demás zonas de expansión del primitivo Lugar de Manzanares”…. “En la parte norte, por fuera de la antigua muralla, (Calles Trompas, Ancha y Empedrada), el terreno adyacente estaba libre, lo que permitió, enseguida, que allí fueran asentándose, y construyendo sus mansiones, los nuevos hacendados y nobles de Manzanares, que ya no tenían sitio para erigir sus viviendas en el interior del casco antiguo”,… “algo muy parecido a lo que ocurrió al sureste del pueblo, donde las calles Doctor y Monjas se prolongaron hasta la Plazuela de las Monjas, tras adquisición de los terrenos colindantes a la muralla por otros nobles y nuevos hacendados del, por entonces, muy prospero Lugar de Manzanares, que construyeron allí sus mansiones”… “Por esta razón, ambas zonas de expansión, tuvieron construcciones similares a las que ya existían por dentro de la muralla, no mostrando un contraste significativo entre ellas”….
“Pero, querido cronista, me dice D. Cosme, en esta parte suroeste del pueblo,
donde estamos ahora, las cosas fueron bastante distintas por dos razones fundamentales”…”La
primera, y más importante razón de esta diferencia, es por que, en esta zona
suroeste, por fuera de las murallas, vivían ya, en pequeñas y humildes moradas,
(a veces ocupando cuevas naturales), muchos de los artesanos y obreros que, con
un trabajo durísimo, y nunca bien ponderado en la historia del Lugar, habían
sido artífices fundamentales en la construcción del Castillo de Manzanares y de
las primeras infraestructuras básicas del Lugar, como, por ejemplo, el que fue
su primer hospital y la que fue su primitiva parroquia, que, como usted ya
conoce, se construyeron, a los lindes del Castillo, en las primeras
edificaciones de la Calle del Carmen”…
“Además, y como usted, amigo reportero también conoce ya, y si no yo se lo
recuerdo ahora, antes de la gloriosa batalla de las Navas de Tolosa, este
pueblo no se había formado todavía, y los terrenos donde se construyó el Lugar,
en torno a su primer elemento que fue el Castillo, eran zonas de tránsito, y
habitadas, solamente, por pequeños asentamientos de población musulmana, que
vivían de manera nómada en pequeñas cuevas o sencillas construcciones”… “Tras
la conquista del territorio que habría de ser Lugar de Manzanares por los
monjes calatravos, esa pequeña población musulmana permaneció en su hábitat, en
los aledaños al río Azuer, y en las estribaciones de esta zona suroeste de
Manzanares… en terrenos cercanos a donde está la actual Plaza de Toros, sobre
todo, en esas antiquísimas cuevas del Cerro del Moro,… sin duda, la zona
habitada más antigua del término actual de Manzanares, junto a la del antiguo
poblado de Moratalaz, que, situada mucho más a las afueras, sirvió también para
la supervivencia de muchos de estos musulmanes residuales al dominio calatravo
de la región”.. “En el poblado de Moratalaz, tenían sus moradas en pequeñas
cuevas próximas al Río Azuer, -como la llamada cueva del Roquito-, que todavía
puede verse a unos metros del Torreón”….
“Y, como quiera que los nuevos dueños del territorio, los monjes-soldados de
Calatrava, se afanaron de inmediato, nada más aposentarse en su nuevas
posesiones, en la construcción del Castillo que delimitaba la frontera
meridional de sus territorios con los de la vecina Orden de Santiago, no se
preocuparon mucho de esos escasos vecinos árabes, que hacían su vida, sin
incomodar a nadie, en el pequeño entorno de sus cuevas… Sin embargo, sigue D.
Cosme, una vez construido el Castillo, y establecido con cierta garantía y
solidez el primigenio Lugar de Manzanares, esos musulmanes residuales fueron
obligados inquisitorialmente -“nunca mejor dicho, aunque lo haya dicho yo”,
apostilla D. Cosme- a tener que adoptar la fe cristiana, para poder mantener su
estatus y modo de vida, en este nuevo Lugar de Manzanares, que, desde entonces,
pasaba a ser ya parte de la España reconquistada por los católicos reyes”…”Y
así fue, que esos pocos musulmanes no pusieron demasiado impedimento para su
forzada conversión a “moriscos” o “cristianos nuevos”, (tal como se les conoció
desde entonces a los musulmanes conversos),.. y, por eso, se les permitió
continuar con su forma de vida, alejada de la que desarrollaban los calatravos
en el nuevo e incipiente casco urbano de Manzanares”… “Tras un tiempo en que,
también sin problemas significativos, se desarrollaron intercambios comerciales
y transacciones entre ambas asentamientos de cristianos “viejos” y “nuevos”, se
fue estableciendo una situación de confianza mutua y adecuada convivencia,
permitiendo las nuevas autoridades, a los moriscos, abandonar, poco a poco, sus
cuevas, para ir a crear sus moradas y sus barriadas en lugares más urbanizados
y confortables, en toda esta zona del suroeste de Manzanares, adyacente y por
fuera de donde estaba su muralla”…”Ello, aparte de mejorar sus condiciones de
vivienda y de vida, les permitía, dentro del poblado, una ubicación bastante
cercana al rio, algo buscado por cualquiera de las etnias y culturas de esas
épocas, pero particularmente propia y constante en los asentamientos
musulmanes”... “Además, su integración en Manzanares, sigue D. Cosme, aunque también
fue rechazada por parte de la gente autóctona del Lugar, se vio facilitada por
esa zona que eligieron para vivir en el poblado, al encontrarse allí a las
gentes calatravas y autóctonas más humildes del Lugar de Manzanares”...
“esos artesanos y obreros, a los que nos referimos antes como artífices imprescindibles en la construcción del Castillo y primitivas infraestructuras del pueblo”...“El origen pobre y humilde de esas dos poblaciones (autóctona y morisca) que empezaron a convivir juntas, y el interés común de ambas en que se mantuviera la expansión y el desarrollo del poblado, puesto que eso les confería trabajo y el necesario sustento, les llevó, pronto, a entenderse y a trabajar colaborativamente, repartiéndose, sabiamente, las labores de construcción, tareas artesanales y cuidado de las tierras de cultivo, donde, por ejemplo, los amplios conocimientos en la utilización del agua de los ríos, propios de la cultura musulmana, propició enseguida la creación de acequias y canales en el Azuer manzanareño, y contribuyó decisivamente a que nuestro pueblo fuese pionero en la zona en la utilización de las aguas del Azuer, para el desarrollo de la agricultura local, con innovaciones prácticas en las técnicas de riego y en el mejor aprovechamiento de las tierras de cultivo, de las huertas y de los campos, dejando, además, puestas las bases para el posterior desarrollo y creación de una red de molinos de molturación de cereales y aceite, en lo que nuestro pueblo también fue pionero”,…. “Al tiempo que, por otro lado, puso de manifiesto a todo el mundo, el carácter solidario y cooperativo de aquellos pobladores primigenios de Manzanares, que, en una forma práctica y “sanchopancesca” de vivir su difícil existencia, no se plantearon conflictos étnicos ni religiosos, entregándose a la convivencia colectiva, lo que les distinguió de otros Lugares próximos, donde los moriscos fueron rechazados desde el principio de la neodominación cristiana de la región manchega”… “Quiero decirle con esto, proclama con orgullo indisimulado Don Cosme, que Manzanares se mostró, de esa manera, como el poblado más universal e integrador de la zona, en un ejemplo de solidaridad y entendimiento interétnico e intercultural, no muy común en otros lugares”….
“esos artesanos y obreros, a los que nos referimos antes como artífices imprescindibles en la construcción del Castillo y primitivas infraestructuras del pueblo”...“El origen pobre y humilde de esas dos poblaciones (autóctona y morisca) que empezaron a convivir juntas, y el interés común de ambas en que se mantuviera la expansión y el desarrollo del poblado, puesto que eso les confería trabajo y el necesario sustento, les llevó, pronto, a entenderse y a trabajar colaborativamente, repartiéndose, sabiamente, las labores de construcción, tareas artesanales y cuidado de las tierras de cultivo, donde, por ejemplo, los amplios conocimientos en la utilización del agua de los ríos, propios de la cultura musulmana, propició enseguida la creación de acequias y canales en el Azuer manzanareño, y contribuyó decisivamente a que nuestro pueblo fuese pionero en la zona en la utilización de las aguas del Azuer, para el desarrollo de la agricultura local, con innovaciones prácticas en las técnicas de riego y en el mejor aprovechamiento de las tierras de cultivo, de las huertas y de los campos, dejando, además, puestas las bases para el posterior desarrollo y creación de una red de molinos de molturación de cereales y aceite, en lo que nuestro pueblo también fue pionero”,…. “Al tiempo que, por otro lado, puso de manifiesto a todo el mundo, el carácter solidario y cooperativo de aquellos pobladores primigenios de Manzanares, que, en una forma práctica y “sanchopancesca” de vivir su difícil existencia, no se plantearon conflictos étnicos ni religiosos, entregándose a la convivencia colectiva, lo que les distinguió de otros Lugares próximos, donde los moriscos fueron rechazados desde el principio de la neodominación cristiana de la región manchega”… “Quiero decirle con esto, proclama con orgullo indisimulado Don Cosme, que Manzanares se mostró, de esa manera, como el poblado más universal e integrador de la zona, en un ejemplo de solidaridad y entendimiento interétnico e intercultural, no muy común en otros lugares”….
“Y, como ya va de bastante el relato, y hay que terminarlo, dice Don Cosme,
quedémonos con la moraleja que acabamos de resaltar”,… “las gentes de ese
Manzanares primigenio ya mostraron trazas de algo que acompañará a todos sus
descendientes, su carácter de Universalidad y buena convivencia con quien se
acerca a su Lugar”…
”Y dejamos ya, para el siguiente relato, y al albur del camino que habremos de
recorrer, la nítida observación del contraste entre la población rica y
poderosa, y la más pobre y humilde, de este noble pueblo”,… “que, la callejuela
de la Hoz, a su paso por esta zona sudoeste, pone de manifiesto, a ambos lados
de su trayecto, de manera palmaria y a la vista de quien por aquí transite,
como en ningún otro lugar de Manzanares”…
Qué grandes y nobles Melchor y Sagrario. Cuántas cosas hemos de agradecerles y con cuánto cariño les recordamos.
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