Toca, ahora,
querido reportero, relatar en una siguiente crónica como se implementó en
Manzanares lo concerniente al desarrollo del Real Decreto de 10 de octubre de
1749, es decir: la normativa escrita del Catastro de la Ensenada.. y a ello
vamos ya…Vamos a saber muchos intríngulis de los preparativos… y vamos a
conocer, también: nombres, cargos y actuaciones de algunos paisanos relevantes
de aquella etapa de tiempo…
Los prolegómenos para llevar a la práctica lo propuesto en el Catastro de la
Ensenada, continua D. Cosme, fueron difíciles en todos las villas y ciudades
del Reyno…Todo el mundo desconfiaba, cuando le pedían datos concretos de su
Patrimonio, pues sabían, o intuían que, tras cada cifra que diesen, existiría
un débito que “acoquinar”, comenta D. Cosme, con su retranca habitual... En casi
todos los sitios, se sucedieron las reticencias, los intentos de falsear
cálculos y mensuraciones... y las ocultaciones de patrimonios… Manzanares, como
enseguida veremos, no fue excepción a esa regla… y el proceso de
cumplimentación de datos de los cuestionarios previstos en el Catastro, se
prolongó 13 meses, los que mediaron entre el día 1 de julio de 1751 y el día 31
de julio de 1752…
Muy a primeras horas del día 1 de Julio de 1751, a las seis de la
mañana, prosigue D. Cosme, se personaba en el Consistorio de la villa
manzagata, D. Juan de Tapia Pizarro, Juez Subdelegado que había designado D.
Pedro Manuel de Arandia, a la sazón, Intendente provincial…. D. Juan portaba
con él, los cuestionarios a rellenar, y el modelo común que se había ideado
para cumplimentarlo por igual en todas las villas y ciudades del Reino de
España… Informó de ello a nuestras autoridades… y dos días después, se reunía en
la sede del Ayuntamiento, en nuestra Plaza Mayor, la Comisión constituida a
esos efectos de cumplimentar las encuestas contenidas en el articulado del
Catastro de la Ensenada…. Dicha Comisión, en el sentido y funciones indicadas
en el edicto de la Real Instrucción de 1 de agosto de 1750, que se había
colocado en las puertas del Ayuntamiento para conocimiento general, estaba
integrada de esta manera: En representación de la villa, por: el Gobernador y
Alcalde Mayor, D. Benito de Rada; D. Cristóbal Serrano del Rey y D. Francisco
Quesada Treviño, Regidores Perpetuos, ambos; D. Juan Francisco Cabrero y León,
Procurador Sindico de la villa; y D Felípe Antonio Caballero, escribano de la
misma. En representación de la Real Hacienda, el Cabildo nombró peritos a: D.
Juan Nieto; D.Miguel Sánchez,; D. Pedro Diaz Pinés y D. Gabriel Manzanares, que
deberían encargarse de asegurar que todos los vecinos y forasteros, “cabezas de
casa”, presentasen los memoriales de sus bienes...
En esa primera reunión, sigue D. Cosme, los miembros de la Comisión, conocieron
el contenido de las encuestas y, cada uno de ellos, quedó informado de las
tareas que tenía encomendadas para su desarrollo y cumplimiento en la villa…De
tal manera que, al día siguiente, 4 de Julio de 1751, a las 9 de la mañana,
se encargó de “vocear” todo esto al pueblo.. “en calles y sitios concurridos”…
y repitiéndolo "en voz alta e ynteligible" el pregonero de la villa,
Diego García… aunque ya, horas antes, .a las 5 en punto de la mañana, tras los
mandatorios: juramento y señal de la cruz… habían dado inicio a las mediciones
del término municipal, con ayuda de un “mozo de cuerda” y otro “mozo de mira”.
Al dia siguiente, 5 de Julio de 1751, sigue D. Cosme, eran designados por parte
del municipio dos peritos de campo, Francisco Merino y Gabriel Sánchez
Manzanares.. De igual modo, cumpliendo con la Real Instrucción, que ordenaba
reconocer y medir los edificios, se nombró un alarife y maestro albañil
(examinado y aprobado en la villa), que comenzó estos trabajos el día 7… Cuatro
días después, se entregaba un formulario al Prior Rector del Cabildo
eclesiástico para que, cada uno de los miembros del clero local, lo rellenase
con la relación de sus bienes... Documentos parecidos se entregaron en los
Conventos de Carmelitas y Monjas a los mismos efectos...
Todo parecía ir “sobre ruedas”, sigue D. Cosme, cuando, al día siguiente, 12 de
Julio, surgió la primera controversia… al aducir los dos últimos peritos citados
antes, su negativa a continuar las tareas encomendadas debido a que:
"...hasta aora por la referda Just", no se les ha satisfecho ni
pagado su trabajo y ser pobres que lo nezesitan para su mantenz""
diaria..."
Desde luego, sigue D. Cosme, es de llamar la atención que, en solo una semana,
dos paisanos de reconocida competencia, no pudieran subsistir sin percibir sus
salarios. Solo dos cosas podían explicarlo....o bien, la pobreza se había
instalado en el pueblo llano, a pesar de correr tiempos de cierta prosperidad,
como adujeron los peritos…o bien (algo no descartable) las primeras presiones o
interferencias de la gente más interesada en que no se cuantificasen sus bienes
aparecían en el escenario manzagato… En todo caso, el Ayuntamiento reconoció la
veracidad de la queja de los peritos, excusándose con ellos, por “falta de
caudales en las arcas de la villa”. Ante esto, en primera instancia, el Juez
Subdelegado y, después, la Audiencia Pública, exigieron al Alcalde Mayor que; :
…“providenciase el pago de tales salarios a costa del fondo de las multas
impuestas a vecinos y ganados del pueblo hasta tanto la superioridad no
dispusiese otro arbitrio”…, El alcalde, inflexible en su argumento, rechazó
esta propuesta…en vista de lo cual, los Regidores Perpetuos,…“con el fin de
evitar infamia", decidieron sufragarlos de su pecunio particular… algo que
era una práctica relativamente frecuente en aquellos tiempos, como una manera
de congraciarse la nobleza de las villa con las gente plebeya.
En cierto modo,
podría decirse que la ostentación de esas Regidurías Perpetuas, llevaba implícitas
servidumbres sociales compensatorias de ese porte….Pero resuelto así, ese
primer conflicto, el siguiente que se advirtió, prosigue D. Cosme, indicaba ya,
de manera palmaria y directa, que los vecinos no estaban muy dispuestos a
declarar sus patrimonios…Habían transcurrido 22 días desde la publicación del
bando, y en el primer control de declaraciones individuales, ningún vecino
había presentado la suya, estaba claro que todos intuyeron para lo que
servirían esos datos,… y que nadie estuvo dispuesto a considerar que, con el
nuevo sistema, los impuestos serían más equitativos… lo que predominó fue la
voluntad de retrasar esa información… y es que, al fin y al cabo, España es un
país de gente hidalga, pero también la cuna del Lazarillo de Tormes y de la
picaresca, comenta jocoso D. Cosme...la cosa no se presentaba fácil!.
Ante este hecho, el Ayuntamiento publicó otro bando, concediendo un nuevo plazo
de 10 días para su entrega, apercibiendo que se abriría un proceso a todos los
vecinos que, debiendo hacerla, siguieran sin cumplimentar y entregar su
declaración de rentas…
Por otra parte, el 19 de agosto de 1751, concluyó "sin agravio dé
partes", a juicio del alarife, la tasación y reconocimiento de las casas y
de los edificios de la villa, incluidos, entre otros: los mesones, almazaras,
molinos haríneros y de aceite, herrerías, pajares, comercios, ferreterías,
solares y un pozo de nieve…
De manera separada, y tal como estaba concretado en los protocolos de
desarrollo del Catastro, se convocó al Prior Parroquial de Manzanares, D. Juan
Manuel Carneros, para que, junto a los demás responsables de la Iglesia
manzagata, organizaran el reparto de los cuestionarios del interrogatorio entre
los miembros del clero local ...
Y, así, poco a poco, y con bastantes dificultades, por la evidente reticencia
de muchos paisanos, se fue completando la valoración catastral de la villa de
Manzanares, incluidos los terrenos de la Encomienda, por fuera de su
municipalidad (Siles, Matamediana, La Mancha, etc..). en un proceso que se
prolongó, como va de dicho, una año y un mes, exactamente…
Como ej. de los problemas que se plantearon, prosigue D. Cosme, le citaré lo que ocurrió a primeros de mayo de 1752, cuando se valoraron el sitio y la sierra de Moratalaz,..Aunque de este territorio era responsable la jurisdicción de Manzanares, acudieron a la tasación, representando al Moral de Calatrava: Andrés García Preciado y Andrés Gómez; quienes, junto a nuestro dos peritos, en los que delegaron las villas de Almagro, Daimiel, Membrilla y Valdepeñas, (todas ellas comuneras, como el Moral), completaron ese comité evaluador y se procedió a la valoración. Aunque la justeza de las mediciones no podía ser muy cuestionable, ya que se realizó entre convecinos con intereses contrapuestos al respecto, por lo que no era fácil ocultar parcelas…no todos los miembros del comité, estaban convencidos de las “bondades” del nuevo Catastro… y, posiblemente, o al menos en parte, -sigue comentando D. Cosme, con cierta sorna-… los “medidores”,.. ya fuese por presiones,.. o porque les “untaron” económicamente, aquellos que iban a resultar más perjudicados (nobleza y clero)…lo cierto fue que “ayudaron” a estos, depreciando el valor de los productos y utilidades del lugar, algo siempre complicado de mensurar, pero, sobre todo, muy difícil de comprobar… Sin embargo, se debieron pasar, en su tasación a la baja, porque el Juez Subdelegado lo sospechó así, y el día 1 de agosto ordenó que dos peritos forasteros, y sin intereses en el lugar, D, Antonio Diaz Piña, de Bolaños, y D. Diego Bernardo Céspedes, de Torralba, recorriesen el término y lo reevaluaran…mientras que, a la par, indagó acerca del canon de arrendamiento de algunas fincas eclesiástícas a colonos o aparceros seglares...En este caso, la nueva valoración puso de manifiesto, claramente, la intención de pagar menos al fisco…algo, por lo demás, nada extraño, ni entonces, ni ahora, concluye D. Cosme..
Como ej. de los problemas que se plantearon, prosigue D. Cosme, le citaré lo que ocurrió a primeros de mayo de 1752, cuando se valoraron el sitio y la sierra de Moratalaz,..Aunque de este territorio era responsable la jurisdicción de Manzanares, acudieron a la tasación, representando al Moral de Calatrava: Andrés García Preciado y Andrés Gómez; quienes, junto a nuestro dos peritos, en los que delegaron las villas de Almagro, Daimiel, Membrilla y Valdepeñas, (todas ellas comuneras, como el Moral), completaron ese comité evaluador y se procedió a la valoración. Aunque la justeza de las mediciones no podía ser muy cuestionable, ya que se realizó entre convecinos con intereses contrapuestos al respecto, por lo que no era fácil ocultar parcelas…no todos los miembros del comité, estaban convencidos de las “bondades” del nuevo Catastro… y, posiblemente, o al menos en parte, -sigue comentando D. Cosme, con cierta sorna-… los “medidores”,.. ya fuese por presiones,.. o porque les “untaron” económicamente, aquellos que iban a resultar más perjudicados (nobleza y clero)…lo cierto fue que “ayudaron” a estos, depreciando el valor de los productos y utilidades del lugar, algo siempre complicado de mensurar, pero, sobre todo, muy difícil de comprobar… Sin embargo, se debieron pasar, en su tasación a la baja, porque el Juez Subdelegado lo sospechó así, y el día 1 de agosto ordenó que dos peritos forasteros, y sin intereses en el lugar, D, Antonio Diaz Piña, de Bolaños, y D. Diego Bernardo Céspedes, de Torralba, recorriesen el término y lo reevaluaran…mientras que, a la par, indagó acerca del canon de arrendamiento de algunas fincas eclesiástícas a colonos o aparceros seglares...En este caso, la nueva valoración puso de manifiesto, claramente, la intención de pagar menos al fisco…algo, por lo demás, nada extraño, ni entonces, ni ahora, concluye D. Cosme..
Y terminé ud aquí el relato, querido cronista, pues ya cumplió de sobrado su
pretensión de contar e ilustrar los preparativos y el difícil desarrollo del
proceso mensurador que se llevó a cabo en nuestra villa de Manzanares,
referente al Catastro de la Ensenada.. dejando para siguientes crónicas el
análisis de sus resultados, llenos de información, curiosidades y datos, que,
seguro, han de gustar e ilustrar a sus lectores…
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