¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

miércoles, 7 de abril de 2021

291). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: “VECINOS AFRANCESADOS”.

En la anterior crónica, me dice D. Cosme. le hablé de la Logia masónica de Manzanares y también le comenté que sus miembros más destacados eran forasteros, unos españoles “afrancesados”, llegados a Manzanares de la mano gabacha,…Le indique, además, que casi todos ellos formaron en la villa el entramado civil de la administración regional francesa, (Prefectura, Tribunal Criminal, Logia…)…ya que Manzanares ostentaba la capitalidad manchega…

 

Todo esto no fue casual, continua D. Cosme, ocurrió así tras que los galos no consiguieran integrar a ningún paisano en la cabeza de su entramado civil, a pesar de lo mucho que lo intentaron. Eso no quiere decir, sin embargo, -continua D. Cosme- que en Manzanares no hubiese ningún vecino que, por unos u otros motivos, colaborase con los franceses y, por lo tanto, pudiera tildársele de “afrancesado”;… de alguno de ellos, y de sus motivaciones le contaré algo después... pero lo primero, antes de nada, es resaltar, en honor a nuestros antecesores y paisanos de aquella época, que la inmensa mayoría de los que, previamente a la llegada de los galos, tenían su empleo público (en oficinas, escuelas, pósitos, encomienda, ayuntamiento o juzgados, por citar solo los centros neurálgicos más importantes en la actividad civil de las villas).... prefirieron perderlo en lugar de prestar juramento al Rey intruso, José I, al tiempo de su entronización. 

Esta actitud, digamos “patriota”, de los aldeanos manchegos, si bien fue frecuente en casi todas las villas, se manifestó con un particular sello e intensidad en Manzanares, lo que es menester reiterar, siempre que viene a cuento, como ahora mismo, para acallar todos esos comentarios insidiosos, provenientes de pueblos vecinos, acerca de un presunto afrancesamiento de nuestra villa. La realidad, sigue D. Cosme, distó muchísimo de eso. De hecho, querido plumilla, los galos, teniendo en cuenta su difícil historia anterior con nosotros, no se extrañaron mucho de la actitud claramente renuente del paisanaje a participar en el entramado cívico-social y administrativo que estaban montado Ese fue un aviso más que la gente de Manzanares dio a los invasores, acerca de lo que pensaban de ellos y del Rey impuesto, Jose I… remata, así, D. Cosme su introducción al relato… Como le dije antes, continua, este relato versara, precisamente, sobre nombres, causas y razones de algunos de los muy escasos “vecinos afrancesados” que sirvieron a la causa gala, en mayor o menor grado, y por distintas motivaciones. En general, continua D. Cosme, existieron dos tipos básicos de afrancesados, los que podíamos llamar “activos” y los que se podían etiquetar de “pasivos”… Los “afrancesados activos” tomaron la decisión de asumir la causa francesa por convencimiento o interesadamente (los menos)... o por entender que era lo mejor para supervivir sin problemas (los más). Era común a esos dos subgrupos, sigue D. Cosme, el convencimiento de la superioridad militar gala, que hacía imposible la victoria española y, por tanto, intentar mantener la guerra solo produciría más dolor y muertes de compatriotas. En general, nadie de esos se planteaba que volvieran a suceder cosas como lo de Bailen, que cambiasen de nuevo del curso de la dominación francesa.. y, de ahí, de esa certeza, en poco tiempo les llevaba a plantearse la dominación gala, como lo menos malo que podía pasarle a España y a sus gentes…Porque, por una parte, prosigue D. Cosme, ya nadie ignoraba el dominio que ejercía el imperio napoleónico en el mundo y, de otra, el desprestigio de los dos últimos borbones de la corona española, era notorio tras la humillante capitulación de Bayona y la desidia, corrupción y enfrentamientos previos entre padre e hijo (Carlos IV y Fernando VII)… ambas razones, pesaron bastante en que algunos españoles se decantasen por lo francés, a lo que había que añadir en casi todos ellos, el miedo a la pérdida del empleo, a las multas o represalias e, incluso, a la propia seguridad física, lo que justificó, sobre todo a los que podríamos llamar “afrancesados pasivos”, que sin duda fueron mayoría … 

  José I, Bonaparte.

Realmente, continua D. Cosme, al menos en aquel tiempo de guerra, fueron muy escasos los españoles que abrazaron lo francés por convicción personal, en base a lo atrayente del movimiento ilustrado, contaban más, entonces, en el ánimo de la mayoría, los aspectos negativos que los positivos, a la hora de valorar lo francés… pesaban mucho más los hechos de la imposición, de la rapiña y de los crímenes de los “abanderados de la Ilustración”… que los principios de igualdad, libertad y fraternidad, que proclamaba ese, su movimiento ilustrado,... que tanto prometía…y que, a los españoles, nos estaba mostrando, continua y descarnadamente, todo lo contrario. 

En Manzanares, desde luego, en aquellos años de ocupación francesa. sigue D. Cosme, no se conoce que ningún vecino se declarase afrancesado o masón por convicción…. pero si tuvimos el caso relevante de un “afrancesado de conveniencia”, D. Agatino Chacón Narváez y Castelli, ostentador del marquesado de Salinas en aquel entonces. Si uno recuerda su trayectoria vital, continua D. Cosme, llega a la conclusión que se trataba, como decimos “aquí”, de un “aprovechao”, un arribista y un “vividor” que ya en Palermo había tenido problemas con la administración inglesa por su afición al juego y la venta fraudulenta de antigüedades…Por esas razones, decidió irse a vivir a Manzanares en 1804, con la excusa de vigilar y controlar su patrimonio del marquesado de Salinas. 

Se casó en el pueblo con la ciudarrealeña María de las Mercedes del Forcallo Pintado, cuya familia poseía tierras en Manzanares… Nada más llegar a Manzanares los franceses, sigue D. Cosme, D. Agatino marchó en 1808 a Madrid, a rendir pleitesía al rey intruso,.. y, como oportunista que era, aprovechó para influir en el contencioso judicial que mantenía con el Conde de Casa Valiente, sobre su Patrimonio manzagato, aduciendo, insidiosamente, que el padre del actual Conde de Casa Valiente, había sido miembro del Consejo Real borbónico… Inicialmente, le salió bien la jugada, ganando el pleito, pero tras la derrota francesa en Bailen, el 30 de Julio de 1808, “el tiro le salió por la culata”… tuvo que huir a Francia, abandonando sus propiedades manzagatas. Nuestro Concejo, procedió a requisar todos sus bienes y haciendas durante el tiempo que se mantuvo Manzanares liberado de franceses, pera nada más que estos volvieron a la carga contra España, D. Agatino, el muy ladino (rie, D. Cosme, por el rimado) se las ingenió para que, por intercesión directa del mismísimo Napoleón Bonaparte, se le permitiera, primero, volver a Manzanares y, una vez allí, maniobrar para recuperar todo su Patrimonio, al que, se cuenta, consiguió con malas artes, añadir algunas tierras que no le pertenecían.

Otro de los pocos casos de afrancesamiento de conveniencia en un vecino de la villa, aunque por motivaciones muy diferentes, como verá ud. enseguida, me dice D. Cosme, fue el del antiguo escribano de la encomienda. Alonso Ibañez, quien, posiblemente por fidelidad, o compromiso, con el Administrador de la misma, D. Martín de Urquiaga y Aguirre, se adhirió a la causa francesa, siguiendo a su Jefe, pero, por su comportamiento posterior, es probable que no diese asentimiento mental a su propia decisión, seguro que influida, además, por la idea de la pérdida del empleo y el temor a la situación familiar sobrevenida, al ser padre de tres hijos. Fuesen cuales fuesen sus razones, continua D. Cosme, lo cierto es que los galos le destinaron a un puesto muy ominoso, que le dejaba en muy mal lugar a los ojos de todo el pueblo…ni más ni menos, que Secretario de Cámara del Tribunal Criminal de La Mancha, Allí, su actuación se caracterizó por una permanente actitud de ayuda a testigos y acusados que, más de una vez, causó recelos en los propios miembros del Tribunal. Toda esa actitud de Alonso Ibañez, afloraría al término de la guerra, cuando se juzgó su vasallaje al francés… El, adujo que “se resistió cuanto pudo, pero que finalmente no tuvo más remedio que ejercer interinamente, sin nombramiento de José I y del ministro de justicia, sin haber jurado la Constitución y además sin sueldo o con uno muy pequeño”…

Algunos testimonios hablaron, también, a favor del escribano Alonso… por ejemplo, sigue D. Cosme, solía animar a los presos con un dicho que le hizo popular entre ellos “ya que Dios o el demonio me han puesto aquí an de lograr alivio asta que por una me echen a los demonios”. En otro testimonio, D. Ramón Diaz del Castillo. alférez de caballería y escribano de Tembleque, que participó como testigo en algún juicio, comentó de Alonso Ibañez, que actuaba por altruismo… “por complacer a los españoles en sus asuntos y negocios, más que por adisión al mencionado Gobierno franzes”….Según otros testimonios de testigos o presos, Ibañez les ayudada siempre, aconsejándoles comportamientos o actitudes ante los distintos miembros del Tribunal Criminal. Les advertía, por ej, que era imprudente contrariar a su Presidente, Blas de Quesada, poseedor de fuerte carácter y que multaba enseguida a quien se mostraba displicente o, a su juicio, cometía una falta leve... Según pasaban los meses y, quizá, abrumado ante lo que veía, y descontento consigo mismo por mantener su servidumbre a la causa gala, Alonso Ibañez reforzó todavía más esa actitud benefactora hacia testigos y reos, con evidente riesgo de ser descubierto. Llegó al extremo de sugerirles lo que debían declarar, y como hacerlo, y la conveniencia, o no, de presentar atenuantes…. Por último, terminó haciendo algo mucho más grave, que le pudo costar la vida, de haber sido descubierto… ayudo a escapar a algunos presos, y, al transcribir las declaraciones de los juzgados, las modificaba muy sutilmente, y con gran habilidad, sin que nunca lo notase el Tribunal, lo que sirvió a más de uno para salir absuelto o librarse del garrote vil…

Y con lo relatado, querido plumilla, termina D. Cosme su perorata, puede usted dar por concluida la crónica, que espero sirva a sus lectores para hacerse una idea de las muy diferentes razones y cuitas particulares, que llevaron a muchos españoles a profesar la causa francesa…Y de entre ellos, hubo tiempo para contar, los que, quizá, fueron los casos más significados que hubo en Manzanares de vecinos afrancesados, con dos motivaciones y actitudes tan diferenciadas como la noche y el día..

 

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