El 26 de Enero de 1960, Melchor Díaz-Pinés Pinés, envío a la Agencia nacional de noticias, CIFRA, la siguiente información periodística.
Durante cuatro siglos, que se cumplen en este año, ha permanecido pintada, sobre el montante de la puerta de la casa donde murió, la efigie de uno de los mayores benefactores de esta ciudad de Manzanares. La figura de D. Sebastián Gómez Rabadán, tocado de sombrero, capa y bastón, puede admirarse en la calle Virgen de la Soledad número 2 y lo recuerdan muchas generaciones.
Vivió este gran patricio en el siglo XVI, cuando se construyó la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción y contribuyó espléndidamente a su ornamentación. A él se debe la construcción de la magnífica 'Puerta Grande' de dicha parroquia, del más puro estilo románico y que sobrevivió a los incendios del año 1936, donando además la cantidad de 30.000 maravedises.
En ese mismo año de 1560, fue edificada también la ermita de Santa Quiteria, hoy ermita de La Paz, cooperando en suficiencia a la construcción de la misma.
Foto de la Casa de Rabadán, en la calle Soledad 2 de Manzanares. Es una foto original de Melchor Díaz-Pinés, tomada en los años 50 del pasado siglo. |
Este preclaro hijo de Manzanares, D. Sebastián Gómez Rabadán, figura en la relación de los más generosos donantes que en todos los tiempos contribuyeran al engrandecimiento de su pueblo. Dejó numerosas rentas que subsistieron largos años y el recuerdo de su caritativa persona, siempre ha permanecido intacto de generación en generación. La pintura, con su airosa figura de sombrero, capa y bastón, siempre nos acompañará en la calle de la Soledad, como todo el pueblo llama a esa calle y seguirá siendo admirada la casa en que vivió y murió, por lo siglos de los siglos.
¡ Hasta aquí el pequeño apunte histórico de Melchor Díaz-Pinés Pinés, sobre la egregia figura de D. Sebastián Gómez Rabadán !.
Y me gustaría relacionarlo con otro artículo de mi buen amigo Francisco Contreras González, aparecido en Siembra el pasado mes de Noviembre de 2010, exponiendo con tino - en base a unas preciosas imágenes - el origen pastoril de Manzanares y el significado del apellido 'Rabadán'. A él debo la noticia del derrumbe del emblemático edificio de nuestro protagonista, del que solo permanece la portada con su efigie pintada. Para quienes no conozcan el contenido de ese artículo del Sr. Contreras, lo desarrollo a continuación, agradeciéndole su permanente colaboración en este 'blog' - homenaje a Melchor, mi padre - , del que tanto Isabel como él, siempre se consideraron grandes amigos.
TRES IMÁGENES
Desde hace más de tres décadas, nos ha llamado la atención el escudo, dibujo o marca de piedra en la fachada de la llamada Casa del Rabadán, a cuya imagen y al significado de la leyenda escrita que le rodea le hemos dado muchas vueltas a lo largo de estos años.
Conforme vamos teniendo más información sobre el nacimiento como núcleo urbano de Manzanares, más claramente nos convencemos de que se confirma su origen pastoril de cruce de caminos trashumantes.
Si repasamos el listado telefónico actual de nuestra población, podemos comprobar como son varios los apellidos de indudable origen pastoril que nos encontramos, Cabrero, Carnerero, Merino, Serrano, Pastor y en especial Rabadán, en cuya curiosa etimología y significado debemos detenernos un poco, la palabra, como es el caso de tantas en nuestro idioma castellano, es de procedencia árabe, y su significado es el de “Pastor que gobierna uno o más hatos de ganado, a las órdenes del mayoral de una cabaña” y tiene a su mando a los pastores y zagales.
Quisiéramos traer hoy tres imágenes con siete siglos de diferencia, pero prácticamente similares en sus indumentarias, la primera y más antigua pertenece al libro de las Cantigas de Santa María, organizado y recopilado por orden de Alfonso X el Sabio a medidos del s. XIII, es decir en el tiempo de la organización del Honrado Concejo de la Mesta , y, por cierto, etapa más probable del comienzo de la formación de un núcleo estable de población en el emplazamiento actual de Manzanares.
En la imagen se puede apreciar a un pastor vendiendo una oveja a una mujer, mas lo que nos interesa es su aspecto, en la mano izquierda el cayado del que cuelga una bota, se cubre con capa y capucha, se calza con abarcas y calzas arrolladas a la rodilla.
Tres siglos más tarde se construye una casa extramuros de Manzanares, frente a la ermita de santa Quiteria, es la casa del Rabadán, cargada de historia y leyenda, según nuestra opinión en un momento en que se desvía el paso de ganados – que atravesaba el eje central del pueblo – hacia las afueras de la población de Manzanares, es el siglo de expansión de la ganadería y el desarrollo económico de Manzanares como fabricante de paños y cruce de veredas; la imagen, muy similar a la anterior es del año 1.560, solo se destaca una variación en la montera con que se toca Sebastián Gómez.
Esta foto, aún con su viejo portón, es un recorte de la original de 1960, de Melchor Díaz-Pinés. |
Por ultimo traemos una imagen fotográfica captada en la provincia de Soria por el fotógrafo guadalajareño José Ortiz Echagüe y publicada en su libro “España Tipos y Trajes” cuya primera edición es de 1.919, se trata de las ultimas imágenes de un mundo que se estaba extinguiendo, el del pastoreo trashumante, precisamente los confines de la provincia de Soria es el origen de uno de los ramales de las cañadas que se cruzan en nuestra población; se repiten en esta ultima imagen, como a lo largo de los siete siglos anteriores, la vestimenta del pastor, cayado en la mano, con el que sujeta al morueco, sayo y capa con capucha, y abarcas bajo los “peales” que cubren media pierna.
Poco ha variado la indumentaria y las funciones del pastoreo trashumante y sus protagonistas en estos más de siete siglos, mientras que el evidente deterioro, la falta de sensibilidad y la incuria han hecho que una de las pruebas arqueológicas más palpables de lo que fue y significó durante más de cuatro siglos y medio la ciudad de Manzanares esté a punto de fenecer ante la inacción de nuestras autoridades, a quienes cualquier gesto a favor de la conservación de elementos de valor patrimonial no parece afectarles.
Se deberían iniciar las acciones precisas para restaurar y mantener la fachada de este inmueble de singular valor arqueológico, histórico y urbanístico para su valoración y aprecio de propios y extraños.
Francisco Contreras González, Siembra nº 351, Noviembre 2.010
EN ESTA CASA VIVIÓ PARTE DE MI FAMILIA.AÑOS SESENTA.
ResponderEliminarPues ahora es un nuevo edificio en cuyo bajo se ha instalado una Farmacia, que ha tenido el acierto de conservar aquellos recuerdos históricos del pasado. ¡Mi felicitación para ellos!.
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