¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

HERMANADAS.

M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

sábado, 26 de febrero de 2011

La cosecha de uva se está mermando mucho.

El 20 de Agosto de 1965, Melchor Díaz-Pinés Pinés, envíó la siguiente información a la Agencia informativa LOGOS.

Arriba: Bodega - patio de embarque -  de Hijos de Miguel Fernández-Pacheco. Obsérvense los típicos carretones, cargando los toneles/fudres que transportaban las mulas hasta la estación de ferrocarril.. Abajo, vagón ferroviario de 'Anibal Arenas Díaz-Hellín' de Socuéllamos para el transporte de los fudres. Fotos Melchor Díaz-Pinés de 1959.





La pertinaz sequía que se lleva padeciendo en los últimos meses, es motivo de preocupación por parte de los viticultores de esta región de La Mancha, que miran al cielo para ver si alguna tormenta pudiera descargar agua suficiente para aliviar el pesimismo de los propietarios de los extensos viñedos manchegos.

En estos momentos, a un mes de la vendimia, la uva no se encuentra bien, tanto en tamaño como en su color. El dulzor característico que ya debían tener, se ha retrasado mucho porque la uva, con su diminuto tamaño, no puede desarrollar convenientemente, cual corresponde a las peculiaridades de esta zona.

Escenas de vendimia en Manzanares.
Foto Melchor Díaz-Pinés, 1960.

Es muy posible, si el tiempo sigue mostrándose tan negado a las lluvias, que las vendimias sufran un retraso forzoso porque la uva no se encontrará en condiciones de vinificarla ya que muestra un elevado grado de acidez y daría poco rendimiento en mosto. La cosecha, ya mísera por las heladas de invierno y primavera, va a reducirse aún más, si no se produce un cambio radical del adverso factor climatológico y echa una mano a los labradores.
Esperando la báscula para pesado.
Foto Melchor Díaz-Pinés







Así de cruel es la realidad de las pardas tierras del campo manchego donde no se pueden hacer previsiones de cosechas porque las heladas imprevistas, la falta de agua ó la abundancia de ellas en forma de 'pedrisco', y otros inesperados factores del clima, pueden llevar al traste los duros trabajos de una temporada.


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