El 4 de Diciembre de 1960, Melchor Díaz-Pinés Pinés, envió el siguiente reportaje informativo a la Agencia de noticias 'LOGOS'.
Esta ciudad, conmemora y guarda grato recuerdo de su benefactor D. Sebastián Gómez Rabadán, en este año de 1960, coincidente con el cuarto centenario de su fallecimiento.
Este gran patricio manzanareño, que contribuyó con esplendidez a la edificación de la Parroquia de la Asunción, construyendo de su peculio la artística Puerta del Sol ó de Mediodia, de dicha parroquia, del más puro estilo renacimiento, dio luego toda su hacienda a los necesitados, reservándose lo que creyó suficiente para su modesto sustento, mientras Dios le diera vida.
Sus cálculos fueron erróneos y le faltó lo imprescindible para vivir, viéndose en la necesidad de mendigar en los pueblos cercanos, pues le avergonzaba hacerlo en el suyo propio.
La tradición guarda un cantarcillo, referido a su persona, que fue muy popularizado en el siglo XVII pero que en la actualidad está virtualmente olvidado. Decía así:
Aquí vivió Rabadán,
que le sobrarón días
y le faltó pan.
En la casa donde murió y sobre el dintel de la puerta, un dibujo a gran tamaño, perpetúa su memoria, silueteando su figura, abrigada con la antigua capa manchega, montera y bastón,con un letrero que ilustra el dibujo. Es sin duda un símbolo de los orígenes de Manzanares, eminentemente pastoriles y en cuyo ámbito, D. Sebastián, forjó su fortuna.
En dicho cartel, puede leerse: " Don Sebastián Gómez Rabadán, año de 1560 ".
Los rabadanes eran pastores. No conocia la historia de Sebastian Gomez aunque he conocido siempre la casa famosa de la esquina con el monigote pintado.
ResponderEliminarPues si, Supermendo, encantado de leer tu comentario porque así compruebo que sigues en la onda, lo cual me alegra.
ResponderEliminarUn rabadán, digamos que era un 'alto cargo' entre los pastores pues mandaba en todos los mayorales y este buen hombre, que con los ganados hizo buena fortuna, calculó mal sus años de vida y no se quedó con lo imprescindible para el sustento diario.
Me alegra mucho saludarte, Supermendo.