Pues verá usted,
inicia D. Cosme el relato, aunque Manzanares, y la Mancha en general, no es
proclive a las catástrofes naturales, ahora, y puesto que ocurrió en el Siglo
Ilustrado, concretamente el uno de noviembre del año 1755, “dia de todos los
santos”, le hablaré del que, quizá, ha sido el terremoto más destructivo de los
que se han conocido en la península Ibérica, y de cómo afectó este a
Manzanares..
En Lisboa y el sur de Portugal, ocasionó entre 20.000 a 50.000 muertos,
hiriendo a muchos más. Por eso, quedó para la historia como el “Terremoto de
Lisboa”. Además de Lisboa y el sur de Portugal, destruyó Casablanca y otros
enclaves del norte de África, con numerosas víctimas. En España, continua, se
notó en todo el territorio; muchos pueblos y ciudades se afectaron, pero la
intensidad de los daños y víctimas, como es lógico, fue mucho más marcada en el
suoreste, por su mayor cercanía al epicentro… Produjo grietas y derrumbes
parciales en numerosos monasterios, conventos, iglesias, castillos, palacios,
catedrales, torres y grandes edificios de toda España, sobre todo los situados
en el suroeste del territorio… En Cádiz, unas 1.300 personas murieron por un
maremoto, que transformó todo esa área, dando origen a la actual costa onubense
y a la fundación de la ciudad de Isla Cristina… Huelva, Sevilla, Malaga,
Granada, Jaen, Almeria y Extremadura, sufrieron daños muy considerables y
victimas mortales.
La cosa fue de tal enjundia, sigue D. Cosme, que en los
textos de la Real Academia de la Historia, en el año de 1756, quedó reflejado
este escrito:. .«Nuestro glorioso Monarca que ni aun perdona los ápices de
cuanto es capaz de ser útil a la literatura de sus vasallos, previno
cuidadosamente que no quedase confundido o disperso un acaecimiento tan
memorable como el del día 1.° de Noviembre de 1755. Fue sin disputa este
terremoto por lo universal, por lo violento, por lo durable, y repetido de los
más señalados que se sepa haya padecido el Orbe. Acordarán por muchos años sus
tristes efectos las ruinas, destrozos, y desgracias de los Edificios, de los
Pueblos, y de las familias, y serán estas memorias que hemos escrito un fiel
testimonio de la verdad de tanta lástima».
La Mancha, limítrofe con la región más afectada. sigue D. Cosme, sufrió daños
de muy diversa consideración. Algunas villas y ciudades tuvieron en muchos de
sus inmuebles daños severos e, incluso, hubo muertos secundarios a derrumbes en
alguna de las villas…. Le comentaré un poco lo que sucedió en varios de esos
pueblos manchegos, próximos a Manzanares, como consecuencia del gran temblor de
tierra de 1755… y, al final de la crónica, usted y sus lectores, apreciarán
como Manzanares dio entidad y verosimilitud al título que encabeza este relato.
Yendo al grano, sigue D. Cosme, le diré, antes de nada, que las autoridades del
Reino, apesadumbradas por lo ocurrido, reclamaron a todos los Concejos y
Ayuntamientos, un inventario de lo que había ocurrido, a fin de cuantificar la
magnitud de los daños materiales y de las victimas del terremoto; por ese
razón, hemos podido saber de manera bastante exacta, lo que sucedió en
Manzanares y en las villas más cercanas, así que, sin otras consideraciones
vamos a ello:
Por la festividad de Todos los Santos y la hora en que sucedió el terremoto,
sigue D. Cosme, en casi todas las villas había gente en las Iglesias... que, al
ser relativamente altas, notaron bastante el temblor y los vaivenes de torres y
bóvedas…Todos los curas celebrantes, interrumpieron los credos en cuanto
notaron los temblores… instando a los feligreses a salir de los templos, por lo
que las Plazas de casi todas las villas, reunieron bastante gente asustada y perpleja,
mientras notaban como la tierra temblaba bajo ellos, y observaban como las
torres de sus iglesias se ladeaban a un lado y otro, mientras sonaban sus
campanas por ese balanceo; lo que motivo similar sensación de temor e
irrealidad, en los vecinos de las villas que lo vivieron, durante los
diez-quince minutos que duraron los temblores.
Terremoto LIsboa 1755. Imágen de Archivo RNE. |
El suceso se describió de
manera similar por todas las villas. Por ej, en la vecina Membrilla, comenta D
Cosme, se informó que se desprendieron pedazos de yeso de las bóvedas de la
Iglesia y que en la Capilla mayor del convento de Trinitarios, se cuarteó la
“media naranja”, un colateral de su bóveda, un hastial del coro, y algunas
celdas contíguas.. En el resto del pueblo, no hubo quebranto sustancial en
inmuebles, personas y animales, aunque algunas viviendas sufrieron
desperfectos... En La Solana, el temblor duró menos de un cuarto de hora y en
la Iglesia de Trinitarios descalzos, cayó una bola de su campanario, dañando
parte del tejado de la Iglesia y dos tirantes. También, en la Iglesia de Santa
Catalina, un arco y bóveda se afectaron de consideración suficiente para
requerir reparos.. Por fortuna, no hubo daños importantes que lamentar en las
casas del vencidario, ni tampoco personas o animales heridos.
En la villa de El Moral, continua D. Cosme, se venció el barrón de la cruz del
capitel de la Iglesia, y sus bóvedas, murallas y estribados se cuartearon en
bastantes partes,.. y lo mismo acaeció en el convento de religiosos
Franciscanos descalzos y en todas las casas de la villa, y aunque pocas casas
se derrumbaron, muchos quedaron en un estado tal que fue preciso
derribarlas…Hubo movimientos de rocas en la sierra cercana, pero, en tanta
tribulación, comenta D. Cosme, al menos no murió persona alguna, y solo resultó
herido de cierta consideración, un muchacho joven sobre el que cayó un
hastial..
El Viso del Marqués informó :..”que los edificios más altos se quebrantaron,
sufrieron las murallas de la Iglesia parroquial y su torre, requiriendo unos
reparos que costaron 38.000 reales de vellón. También se quebrantaron las
murallas del Palacio del Marqués de Santa Cruz, que perdió sus cuatros
torres…”: Por suerte, no hubo heridos.
La villa de Almagro, sigue D. Cosme, resultó muy afectada…Muchas casas e
iglesias sufrieron hundimientos de consideración; varias torres, capiteles,
iglesias y fábricas se arruinaron; de tal suerte que se cree no habrá ninguna
iglesia que no tenga quebranto o hundimiento; y que en el hundimiento de la
iglesia del Convento y Colegio de Ntra. Sra. del Rosario Orden de Predicadores,
se habían sacado muchas personas heridas y muy maltratadas con pocas esperanzas
de vida, y dos niñas muertas….. “La fábrica de la vetusta iglesia parroquial de
San Bartolomé el Viejo quedó tan quebrantada que los constantes reparos no
fueron suficientes para su restauración, y décadas después fue demolida. La
bóveda del ábside de la iglesia de las Comendadoras Calatravas se desplomó. Lo
mismo ocurrió con la de la nave de San Blas y la techumbre de la ermita de
Santa Ana. En los templos de la Compañía de Jesús y San Agustín, se abrieron
numerosas grietas a causa del seísmo; en el primero, las más apreciables se ven
en el exterior del testero del altar mayor y en San Agustín, lo evidencian las
del interior de la iglesia…”
Terremoto LIsboa 1755. Archivo RNE. |
En Aldea del Rey, sigue D. Cosme, el castillo de Calatrava la Nueva fue
seriamente dañado, quedando destruidas las vidrieras del rosetón de la iglesia.
En Valdepeñas, continua D. Cosme, el terremoto afectó escasamente, con ligeros
desperfectos en la Iglesia Parroquial y en alguna casa; aunque en el colegio de
Trinitarios descalzos pùdo existir una auténtica tragedia, cuando se cayó parte
de una cornisa del dormitorio de los colegiales, afortunadamente sin causar
ningún herido, algo que seguro hubiera ocurrido en otro momento del día.
Para concluir este repaso, me dice D. Cosme, le comentaré que en otras villas y
ciudades de la Provincia, como Alhambra, Bolaños, Miguelturra, Almaden,
Daimiel, Villanueva de los Infantes…también se produjeron daños importantes en
Iglesias, casas e inmuebles, sin que hubiera daños humanos de relevancia. En la
propia capital, Ciudad Real, casi todas las Iglesias y capillas sufrieron daños
y hundimientos de consideración, así como, también, se afectaron bastante
muchas casas de la ciudad, por suerte sin que se testificases daños personales
significativos.
Es momento ya de acabar la crónica del llamado “Terremoto de Lisboa” de 1755,
hablando, naturalmente, de lo que ocurrió, a su respecto, en la villa de
Manzanares de La Mancha…y debo decirle que, Manzanares, después que le cuente
lo que ha de seguir, aparte de haber sido considerada, a lo largo de su
historia, “Leal villa” o “Fidelísima villa”,… por mor de este episodio, también
hubiera merecido el de “villa sólida” o “villa segura”… y verá usted, enseguida,
por qué le digo yo esto: Aunque no hay información civil del fenómeno en
Manzanares, por la pérdida de los archivos municipales, comenta D. Cosme, en
los archivos parroquiales, si que quedó plasmado el suceso, a través del
testimonio de un sacerdote, Alfonso Joseph Navarro Marquina, cura teniente de
la parroquial entonces... Al iniciarse el seísmo, el citado, estaba en la
iglesia parroquial, diciendo misa por el alma de un paisano, llamado Juan
Fernando de Cuebas,… Como en todas las demás villas que hemos mencionado, ante
el enorme temblor, la gente desalojó rápidamente la Iglesia, saliendo a la
Plaza Mayor, donde se congregó parte del vecindario. Acabado el seísmo, el cura
Navarro, describió a su manera, pero muy atinadamente, el suceso, al pie del
folio 150 vuelto, del libro nº 5 de Defunciones, escribiendo, textualmente,
todo lo que sigue a continuación:
“En primero día de Nobre de este año de 1755, estando el cadáver de la partida
antecedente in medio eccE en el féretro, al empezar yo a entonar en el coro la
ultima sección de la vigilia para bajar al oficio de sepulturas, siendo la hora
de las diez de la mañana empezó un temblor de tierra, tan espantoso que toda la
fabrica de la Iglesia, y su torre, estuvo el espacio de casi un cuarto de hora
en un movimiento continuo, y tan violento, que parecía, según á un lado y otro
se inclinaba, que se arruinaban los edificios; de que se originó que todas las
personas que estaban en el templo huieron de él, atemorizadas del estruendo que
causaba el terremoto, y con grande pavor y miedo pues parecía que avía llegado
el juicio final: Y aunque en pueblos comarcanos hubo muchas ruinas y
desgracias, pues fue este temblor general, en éste, por la misericordia de
Dios, no se experimento alguna, ni aun la mas leve en personas ni edificios, y
mas por menor se hallaran muchos estragos en anotaciones de algunos curiosos. Y
yo lo anoto aquí pa memoria en dicho mes y año".
Después del terremoto hize el oficio de sepra, y celebré misa maior.
Br Navarro.
De con ello fin al relato, querido plumilla, a través del cual queda
certificada, una vez más, la calidad natural de nuestra villa, que casi siempre
sale ganando en cualquier comparación…y, en este caso, en lo que se refiere a
la solidez de su terreno…
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