Pues si querido
crónista, inicia D. Cosme el relato, al igual que en la prensa española la
villa de Manzanares comenzó a ser noticia en la segunda mitad del Siglo de las
luces, también, por aquella época, empezó a ser citada por algunos ilustres
extranjeros en algunos de sus libros de viajes por España.
Ciertamente, sigue
D. Cosme, una vez que existió el nuevo Camino Real de Andalucía, en esa segunda
mitad del Siglo XVIII, el tránsito de viajeros de Madrid hacia Andalucía, o
vivecersa, casi siempre utilizaba ese camino e, indefectiblemente, pasaba por
Manzanares que, por la calidad de sus posadas y, también de sus gentes y sus
atractivos como pueblo, no sólo era lugar de tránsito, sino con frecuencia,
también de parada.. Y aquí, en este relato, sigue D. Cosme, le hablaré de los
autores extranjeros que, en el Siglo de Luces, recalaron en la villa de
Manzanares, y escribieron algo de ella en sus libros de viajes por España...
La
Mancha, a pesar de su aparente aridez, sigue D. Cosme, fue siempre una región
atractiva para muchos viajeros, por la curiosidad de conocer la tierra de D.
Quijote, (obra literaria más conocida de España),..y por lo que se comentaba de
ciertos aspectos de su gastronomía. Pero, cuando pasaban por la Mancha, a casi todos los viajeros les llamaba la atención la campechanía y acogida de sus
gentes, paisajes inesperados, e impensables para ellos en la región.. y , el
atractivo de iglesias y castillos que, como en nuestro caso, encontraban a su
paso…
El barón francés, Jean-François de Bourgoing, dice D. Cosme, fue, quizá, el
primero de los viajeros del Siglo de las luces que cita a Manzanares en su
libro de viajes, pero. también, fue de los escasos franceses de la época
amantes de España… Entonces, casi toda la Europa ilustrada nos miraba con
desdén, teniendo de nosotros una imagen de oscurantismo religioso, aristocracia
vana y pueblo inculto y hambriento,.. pero, él, tilda eso de prejuicios, a la
vez que resalta lo bueno de España. El barón, tiende a mostrar una población
activa, y un país con industrias pujantes, como las de la lana, el paño, la
seda, el vidrio y la porcelana.., destaca, además, las numerosas sociedades
económicas y culturales del Pais: Academias de Bellas Artes, de la Lengua, de
la Historia, de Derecho Público, de Derecho Canónico, de Medicina, de
Geografía, de Matemáticas, de Buenas Letras., etc..). Todo ello. lo deja
reflejado en su libro “Le Nouveau voyage en Espagne” donde Bourgoing ilustra
que España era una nación mucho mejor de lo que se decía.
Comenta, eso si,
continua D. Cosme, que una serie de circunstancias obstaculizaban la
integración española en la ilustración,.. explicadas, muy acertadamente por el
barón, en el carácter hispánico, del que dice: “tiende a llevar el amor propio
a límites inauditos, …lo que los conduce a….actitudes asociales, ya sea por
jactancia, o por laconismo… “Unos son fanfarrones.. y envuelven cuanto dicen en
palabrería vana….otros, resultan adustos,… restringen su discurso a lo
imprescindible, rehuyendo, por orgullo, cualquier concesión a la sociabilidad
en el lenguaje y desembocando, sin pretenderlo, en respuestas secas y
desabridas”….Es decir, sigue D. Cosme, una perfecta descripción de una manera
de ser española, que embridaba nuestras capacidades.
Pero bueno, aclaradas esas generalidades de cómo se nos veía fuera a los
españoles, y como eramos realmente, en lo que concierne al relato que nos
ocupa, querido amigo, prosigue D. Cosme, cuando, en su mencionado libro de
viajes por España, el barón de Bourgoing, se refiere a nuestra villa de
Manzanares, escribe lo siguiente:
" Cinco leguas largas más allá de Villarta, está Manzanares, uno de los
pueblos más grandes de La Mancha, en el que los carabineros tienen una de sus
principales bases y en premio de la abundancia que hacen reinar en la comarca,
violan un poco, en perjuicio de las buenas costumbres, los derechos de
hospitalidad. El vino de los alrededores de Manzanares no es inferior al de
Valdepeñas, pueblo situado a cuatro leguas de aquél. Toda esta comarca es la
verdadera patria del buen vino manchego”…
Se puede apreciar muy bien, resume D. Cosme, la importancia que el barón
concede a Manzanares, en relación a otros pueblos manchegos y, sobre todo,
destaca su buen vino, de hecho, quedó tan enamorado de estos caldos de vino
manchego, que en sus memorias los citaba como “los mejores que nunca hubiera
bebido; "...y, apostillaba:…”pues no he encontrado mejor vino que ese de
Manzanares”…
"No encontramos otra cita de Manzanares, sigue D. Cosme, hasta el relato
del ingles Dalrympe en 1777 que, a su paso por la Mancha, habló del palacio del Marqués de Santa Cruz, dañado por el terremoto de Lisboa y también cita la
venta de Manzanares y la de Puerto Lápice… pero hay un párrafo que le quiero
destacar, porque, en él, se resalta, quizá por primera vez, la silueta de ese
auténtico “Faro de la Mancha” que es la torre de nuestra iglesia… Dalrympe,
describiendo la llanura manchega en su libro, escribe esto: “En el país llano
el agua es detestable, lo que unido al calor extremado y a la pobreza de los
habitantes, les da un aire pálido y horrible [ ...] atravesamos un país tan
llano que el horizonte parecía liso como sobre el mar en calma; vimos una gran cantidad
de viñas y algunos olivos, cuando estuvimos a una legua de la ciudad; desde
allí comenzamos a descubrir la torre de la iglesia de Manzanares”..
Pero, sin duda, continua D. Cosme su diserto, fue el reverendo londinense
Joseph Townsend, hombre culto y persona muy informada de la realidad de la
España del siglo XVIII, quien da una descripción más completa de Manzanares en
su su libro de viaje por España, Titulado “Viaje por España en la época de
Carlos III (1786-17887)” …Townsend, tras visitar Irlanda, Francia, Holanda y
Flandes, decide ir a España, y la recorre durante dos años, recogiendo notas
para su libro de viajes…En lo que tiene que ver con Manzanares, y su estancia
en nuestra villa, en su libro dejo escrito, literalmente:
“Desde las ventas (de Puerto Lapice) descendimos a una dilatada llanura rica en
olivos, trigo y azafrán, y cercada por todos los lados por altas colinas.
Después de recorrer ocho leguas llegamos a Manzanares. Todos los viajeros que
transitaban por este camino iban bien armados; y de lo fundado de sus temores
eran prueba tres cruces conmemorativas. Aunque era domingo, había muchos arados
en funcionamiento. Los cultivos reciben allí el agua de numerosas norias. Las
casas de Manzanares, una ciudad de mil ochocientas familias y seis mil sesenta
y ocho habitantes, son de barro, y las más pobres se encuentran casi desnudas.
En la iglesia vimos cuatro buenas pinturas…. El castillo, una considerable
heredad y los diezmos pertenecen a la orden de Calatrava, y los disfruta el
infante don Antonio, que obtiene de ellos un beneficio anual de treinta mil
ducados, tres mil doscientas noventa y cinco libras. Examinamos la finca y los
graneros y degustamos la rica variedad de vinos que produce. El administrador
enviaba algunos a la corte para abastecer a la mesa del infante. Creo que son
los mejores de España sin excepción. Su sabor es similar al del mejor Borgoña,
y su fuerza y su cuerpo son comparables a los del Oporto más generoso. Después
de elogiar este vino y agradecer al administrador sus amabilidades, continuamos
nuestro paseo hasta el anochecer; y al regresar a la posada tuvimos la suerte
de encontrar allí más de tres galones de vino, que ya había sido metido en
nuestras botas, o botellas de cuero, para consumirlo durante el viaje. Por desgracia,
los dos cocheros pronto descubrieron su peculiar calidad, y con su ayuda
terminamos en un solo día lo que estaba convencido duraría tres... La posada
era más cómoda y espaciosa de lo corriente y contenía treinta y dos camas, todas
ellas situadas en el piso bajo. El edificio medía unos ciento ochenta pies de
largo y treinta y seis o cuarenta de ancho, y tenía en el centro una larga
sección destinada a cocheras y establos, a la que separaba de la cocina un
pequeño tabique. Los dormitorios se distribuían a derecha e izquierda de esta
zona, tenían unas dimensiones de dieciséis por catorce pies y, de acuerdo con
la costumbre española, alojaban cuatro camas…Salimos de Manzanares el lunes 19
de febrero por la mañana temprano” .
Alexander von Humboldt. |
Queda claro, querido amigo, me dice D. Cosme, que Townsend, nos ofreció una
visión bastante ajustada de la realidad del Manzanares de 1787.. Llega al
pueblo el domingo 18 de febrero de 1787, donde permanece hasta la mañana del
lunes dia 19,.. pero, en ese día, se encarga de describir muy bien la dilatada
llanura de Manzanares, con sus olivos, trigo, azafrán, etc… resalta la
peligrosidad del camino por entonces, al referir que todos los viajeros van
armados…t ambién le sorprende que, pese al sentido católico de sus gentes, el
domingo, fiesta de guardar, haya muchos arados en faena, … destaca las
numerosas norias del terreno… Luego, con una gran precisión, que denota su paso
por el Ayuntamiento, consigna el número exacto de habitantes de Manzanares, a
esa fecha. De las casas nos cuenta que están construidas en barro, y que
algunas son muy pobres, (hace un paréntesis D. Cosme, para explicarme que eso
se debía a la escasez de canteras en la zona y a la fuerte tradición árabe en
las construcciones), pero lo que resalta, aquí, la vista de Townsed,, sigue D.
Cosme, es el atraso secular de la España de entonces, su pobreza relativa,
comparada con otros países de Europa.. En la visita a la Iglesia, como es
normal, destaca el retablo, y sus cuatro buenas pinturas.. .Luego, sigue D.
Cosme, nos informa del otro inmueble mayor de la villa, su castillo, resaltando
su heredad y diezmos, que pertenecen a la Orden de Calatrava y a su Comendador,
el infante Don Antonio,... Examina el edificio y sus graneros.. y, enseguida
resalta y aprecia sus vinos, y como estos son enviados a la Corte para la mesa
del Infante. Los cataloga como “de los mejores de España y muy similares a los
mejores de Borgoña” . Refiere, luego, un paseo por la villa al anochecer, y
describe la posada donde se alojaba, como cómoda y espaciosa, refrendando la
idea que Manzanares poseía varías de las mejores posadas de la región….
Como
resumen de la descripcion, concluye D. Cosme, en ese momento, a los ojos de
Townsed, Manzanares es una ciudad importante de La Mancha, laboriosa y rica,…y
con un apreciado vino, ensalzado por él como el mejor de España…, ¡¡mucho mas
que el de Valdepenas, dice jocoso D. Cosme!!,….y me aclara que, parece ser, que
Townsed , cuando preparaba su viaje a España, leyó, o supo, del viaje previo
del barón de Bourgoing, por lo que llegó a Manzanares advertido de la calidad
de sus caldos, y no perdió tiempo en comprobarlo, carcajea D. Cosme…
El último viajero extranjero que habla de Manzanares en el siglo ilustrado .
fue otro ingles, apedillado Humboldt, que paso por la villa en 1799, pero tan
solo mencionó de ella a su castillo, por lo que pienso, querido amigo, que
puede usted dar por terminada la crónica que ha sido de bastante para mostrar
la visión e impresiones que tuvieron algunos ilustres viajeros extranjeros del
Siglo Ilustrado…de la no menos ilustre villa de Manzanares de La Mancha.
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