¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

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HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

sábado, 5 de enero de 2019

196). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: LOS PRIMEROS EXTRANJEROS ILUSTRADOS… QUE ILUSTRARON NUESTRA VILLA.


Pues si querido crónista, inicia D. Cosme el relato, al igual que en la prensa española la villa de Manzanares comenzó a ser noticia en la segunda mitad del Siglo de las luces, también, por aquella época, empezó a ser citada por algunos ilustres extranjeros en algunos de sus libros de viajes por España. 

Ciertamente, sigue D. Cosme, una vez que existió el nuevo Camino Real de Andalucía, en esa segunda mitad del Siglo XVIII, el tránsito de viajeros de Madrid hacia Andalucía, o vivecersa, casi siempre utilizaba ese camino e, indefectiblemente, pasaba por Manzanares que, por la calidad de sus posadas y, también de sus gentes y sus atractivos como pueblo, no sólo era lugar de tránsito, sino con frecuencia, también de parada.. Y aquí, en este relato, sigue D. Cosme, le hablaré de los autores extranjeros que, en el Siglo de Luces, recalaron en la villa de Manzanares, y escribieron algo de ella en sus libros de viajes por España... 

La Mancha, a pesar de su aparente aridez, sigue D. Cosme, fue siempre una región atractiva para muchos viajeros, por la curiosidad de conocer la tierra de D. Quijote, (obra literaria más conocida de España),..y por lo que se comentaba de ciertos aspectos de su gastronomía. Pero, cuando pasaban por la Mancha, a casi todos los viajeros les llamaba la atención la campechanía y acogida de sus gentes, paisajes inesperados, e impensables para ellos en la región.. y , el atractivo de iglesias y castillos que, como en nuestro caso, encontraban a su paso… 

El barón francés, Jean-François de Bourgoing, dice D. Cosme, fue, quizá, el primero de los viajeros del Siglo de las luces que cita a Manzanares en su libro de viajes, pero. también, fue de los escasos franceses de la época amantes de España… Entonces, casi toda la Europa ilustrada nos miraba con desdén, teniendo de nosotros una imagen de oscurantismo religioso, aristocracia vana y pueblo inculto y hambriento,.. pero, él, tilda eso de prejuicios, a la vez que resalta lo bueno de España. El barón, tiende a mostrar una población activa, y un país con industrias pujantes, como las de la lana, el paño, la seda, el vidrio y la porcelana.., destaca, además, las numerosas sociedades económicas y culturales del Pais: Academias de Bellas Artes, de la Lengua, de la Historia, de Derecho Público, de Derecho Canónico, de Medicina, de Geografía, de Matemáticas, de Buenas Letras., etc..). Todo ello. lo deja reflejado en su libro “Le Nouveau voyage en Espagne” donde Bourgoing ilustra que España era una nación mucho mejor de lo que se decía.

Jean Francois de Bourgoing.

Comenta, eso si, continua D. Cosme, que una serie de circunstancias obstaculizaban la integración española en la ilustración,.. explicadas, muy acertadamente por el barón, en el carácter hispánico, del que dice: “tiende a llevar el amor propio a límites inauditos, …lo que los conduce a….actitudes asociales, ya sea por jactancia, o por laconismo… “Unos son fanfarrones.. y envuelven cuanto dicen en palabrería vana….otros, resultan adustos,… restringen su discurso a lo imprescindible, rehuyendo, por orgullo, cualquier concesión a la sociabilidad en el lenguaje y desembocando, sin pretenderlo, en respuestas secas y desabridas”….Es decir, sigue D. Cosme, una perfecta descripción de una manera de ser española, que embridaba nuestras capacidades. 


Pero bueno, aclaradas esas generalidades de cómo se nos veía fuera a los españoles, y como eramos realmente, en lo que concierne al relato que nos ocupa, querido amigo, prosigue D. Cosme, cuando, en su mencionado libro de viajes por España, el barón de Bourgoing, se refiere a nuestra villa de Manzanares, escribe lo siguiente: 
" Cinco leguas largas más allá de Villarta, está Manzanares, uno de los pueblos más grandes de La Mancha, en el que los carabineros tienen una de sus principales bases y en premio de la abundancia que hacen reinar en la comarca, violan un poco, en perjuicio de las buenas costumbres, los derechos de hospitalidad. El vino de los alrededores de Manzanares no es inferior al de Valdepeñas, pueblo situado a cuatro leguas de aquél. Toda esta comarca es la verdadera patria del buen vino manchego”

Se puede apreciar muy bien, resume D. Cosme, la importancia que el barón concede a Manzanares, en relación a otros pueblos manchegos y, sobre todo, destaca su buen vino, de hecho, quedó tan enamorado de estos caldos de vino manchego, que en sus memorias los citaba como “los mejores que nunca hubiera bebido; "...y, apostillaba:…”pues no he encontrado mejor vino que ese de Manzanares”… 

"No encontramos otra cita de Manzanares, sigue D. Cosme, hasta el relato del ingles Dalrympe en 1777 que, a su paso por la Mancha, habló del palacio del Marqués de Santa Cruz, dañado por el terremoto de Lisboa y también cita la venta de Manzanares y la de Puerto Lápice… pero hay un párrafo que le quiero destacar, porque, en él, se resalta, quizá por primera vez, la silueta de ese auténtico “Faro de la Mancha” que es la torre de nuestra iglesia… Dalrympe, describiendo la llanura manchega en su libro, escribe esto: “En el país llano el agua es detestable, lo que unido al calor extremado y a la pobreza de los habitantes, les da un aire pálido y horrible [ ...] atravesamos un país tan llano que el horizonte parecía liso como sobre el mar en calma; vimos una gran cantidad de viñas y algunos olivos, cuando estuvimos a una legua de la ciudad; desde allí comenzamos a descubrir la torre de la iglesia de Manzanares”..

Pero, sin duda, continua D. Cosme su diserto, fue el reverendo londinense Joseph Townsend, hombre culto y persona muy informada de la realidad de la España del siglo XVIII, quien da una descripción más completa de Manzanares en su su libro de viaje por España, Titulado “Viaje por España en la época de Carlos III (1786-17887)” …Townsend, tras visitar Irlanda, Francia, Holanda y Flandes, decide ir a España, y la recorre durante dos años, recogiendo notas para su libro de viajes…En lo que tiene que ver con Manzanares, y su estancia en nuestra villa, en su libro dejo escrito, literalmente:

“Desde las ventas (de Puerto Lapice) descendimos a una dilatada llanura rica en olivos, trigo y azafrán, y cercada por todos los lados por altas colinas. Después de recorrer ocho leguas llegamos a Manzanares. Todos los viajeros que transitaban por este camino iban bien armados; y de lo fundado de sus temores eran prueba tres cruces conmemorativas. Aunque era domingo, había muchos arados en funcionamiento. Los cultivos reciben allí el agua de numerosas norias. Las casas de Manzanares, una ciudad de mil ochocientas familias y seis mil sesenta y ocho habitantes, son de barro, y las más pobres se encuentran casi desnudas. En la iglesia vimos cuatro buenas pinturas…. El castillo, una considerable heredad y los diezmos pertenecen a la orden de Calatrava, y los disfruta el infante don Antonio, que obtiene de ellos un beneficio anual de treinta mil ducados, tres mil doscientas noventa y cinco libras. Examinamos la finca y los graneros y degustamos la rica variedad de vinos que produce. El administrador enviaba algunos a la corte para abastecer a la mesa del infante. Creo que son los mejores de España sin excepción. Su sabor es similar al del mejor Borgoña, y su fuerza y su cuerpo son comparables a los del Oporto más generoso. Después de elogiar este vino y agradecer al administrador sus amabilidades, continuamos nuestro paseo hasta el anochecer; y al regresar a la posada tuvimos la suerte de encontrar allí más de tres galones de vino, que ya había sido metido en nuestras botas, o botellas de cuero, para consumirlo durante el viaje. Por desgracia, los dos cocheros pronto descubrieron su peculiar calidad, y con su ayuda terminamos en un solo día lo que estaba convencido duraría tres... La posada era más cómoda y espaciosa de lo corriente y contenía treinta y dos camas, todas ellas situadas en el piso bajo. El edificio medía unos ciento ochenta pies de largo y treinta y seis o cuarenta de ancho, y tenía en el centro una larga sección destinada a cocheras y establos, a la que separaba de la cocina un pequeño tabique. Los dormitorios se distribuían a derecha e izquierda de esta zona, tenían unas dimensiones de dieciséis por catorce pies y, de acuerdo con la costumbre española, alojaban cuatro camas…Salimos de Manzanares el lunes 19 de febrero por la mañana temprano” .

Alexander von Humboldt.

Queda claro, querido amigo, me dice D. Cosme, que Townsend, nos ofreció una visión bastante ajustada de la realidad del Manzanares de 1787.. Llega al pueblo el domingo 18 de febrero de 1787, donde permanece hasta la mañana del lunes dia 19,.. pero, en ese día, se encarga de describir muy bien la dilatada llanura de Manzanares, con sus olivos, trigo, azafrán, etc… resalta la peligrosidad del camino por entonces, al referir que todos los viajeros van armados…t ambién le sorprende que, pese al sentido católico de sus gentes, el domingo, fiesta de guardar, haya muchos arados en faena, … destaca las numerosas norias del terreno… Luego, con una gran precisión, que denota su paso por el Ayuntamiento, consigna el número exacto de habitantes de Manzanares, a esa fecha. De las casas nos cuenta que están construidas en barro, y que algunas son muy pobres, (hace un paréntesis D. Cosme, para explicarme que eso se debía a la escasez de canteras en la zona y a la fuerte tradición árabe en las construcciones), pero lo que resalta, aquí, la vista de Townsed,, sigue D. Cosme, es el atraso secular de la España de entonces, su pobreza relativa, comparada con otros países de Europa.. En la visita a la Iglesia, como es normal, destaca el retablo, y sus cuatro buenas pinturas.. .Luego, sigue D. Cosme, nos informa del otro inmueble mayor de la villa, su castillo, resaltando su heredad y diezmos, que pertenecen a la Orden de Calatrava y a su Comendador, el infante Don Antonio,... Examina el edificio y sus graneros.. y, enseguida resalta y aprecia sus vinos, y como estos son enviados a la Corte para la mesa del Infante. Los cataloga como “de los mejores de España y muy similares a los mejores de Borgoña” . Refiere, luego, un paseo por la villa al anochecer, y describe la posada donde se alojaba, como cómoda y espaciosa, refrendando la idea que Manzanares poseía varías de las mejores posadas de la región…. 

Como resumen de la descripcion, concluye D. Cosme, en ese momento, a los ojos de Townsed, Manzanares es una ciudad importante de La Mancha, laboriosa y rica,…y con un apreciado vino, ensalzado por él como el mejor de España…, ¡¡mucho mas que el de Valdepenas, dice jocoso D. Cosme!!,….y me aclara que, parece ser, que Townsed , cuando preparaba su viaje a España, leyó, o supo, del viaje previo del barón de Bourgoing, por lo que llegó a Manzanares advertido de la calidad de sus caldos, y no perdió tiempo en comprobarlo, carcajea D. Cosme…
El último viajero extranjero que habla de Manzanares en el siglo ilustrado . fue otro ingles, apedillado Humboldt, que paso por la villa en 1799, pero tan solo mencionó de ella a su castillo, por lo que pienso, querido amigo, que puede usted dar por terminada la crónica que ha sido de bastante para mostrar la visión e impresiones que tuvieron algunos ilustres viajeros extranjeros del Siglo Ilustrado…de la no menos ilustre villa de Manzanares de La Mancha.



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