¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

jueves, 17 de junio de 2021

304). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912. UN PUEBLO LIBRE…Y CONSTITUCIONAL.

 En aquel mes de julio de 1812, todos los días, al despestar, lo primero que hacían los manzagatos era palparse el pijama, abrir las ventanas de sus casas y comprobar que era cierto, que no vivían un sueño, ya no se veían franceses por el pueblo, Manzanares era libre!!..comenta un D. Cosme exultante, como introducción a esta nueva crónica… 

 

Y esa conciencia de libertad, que como vimos en el anterior relato fue tomada a su inicio con la lógica cautela, tras un tiempo tan prolongado de sumisión al enemigo francés, y porque la guerra aún continuaba, y no era raro que alguna brigada francesa transitase en días posteriores por las cercanías de Manzanares….no, por ello, dejó de recibir, poco a poco, el añadido de un entusiasmo colectivo en todos los paisanos, que se traducía en un mayor bullicio vital en la villa, con sonrisas en casi todas las caras de los que se cruzaban por nuestras calles, ya fuese Empedrá, Carmen, Cárcel, Toledo o cualquier otra… 

Ya entrado el mes de Agosto, continua D. Cosme, la proclamación de la Constitución en el Ayuntamiento del pueblo, con toda nuestra Plaza Mayor llena de gente, supuso una gran eclosión festiva de alegría y libertad...los principios de esa Constitución se entrelazaban, perfectamente, con el similar espíritu, emprendedor, autónomo y libre de las gentes de Manzanares, donde siempre fueron características las personas “echadas hacia delante”, que se entusiasmaban ante cualquier panorama que aumentase sus libertades y derechos individuales.. Aquellas Cortes, formadas por diputados de todas las regiones españolas y de sus colonias extrapeninsulares, se reunieron en Cádiz para proclamar la que sería primera Constitución Española… Era, como le he dicho, sigue D. Cosme, un grupo de hombres muy variopinto, en su gran mayoría gente ilustrada y con amplitud de miras: médicos, abogados, profesionales libres, funcionarios, gentes de la cultura, aristócratas y nobles…, todos ellos imbuidos de un carácter y un talante reformista y liberal, acrecentado, y como consecuencia, sin duda alguna, por razón de la opresión a que estaban siendo sometidos por los galos en su propio terruño.


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Eso les llevó a gestar un texto que era revolucionario para la época.. paradójica, y curiosamente, inspirado en gran medida, en la Francia ilustrada. Nunca antes, se había abogado, de manera tan expresa en España, en medidas y normas, para garantizar las libertades ciudadanas, controlar el poder político, acabar con modos absolutistas y, en definitiva, sentar las bases para abrir una nueva etapa de libertad y progreso desconocida hasta entonces… En tres años de trabajo, habla con orgullo y entusiasmo patrio, D. Cosme, y desde que el poder del Reino de España se instaló en Cádiz, sus Cortes diseñaron un cambio radical de las estructuras sociales, económicas y políticas, “dibujando” una nueva España, cuyos principios jurídicos se plasmaron en la Constitución de 1812, que quedaría bautizada como “La Pepa”, al ser promulgada el 19 de marzo, día de San José…

“La Pepa” sorprendió a todos los países ya constitucionalistas, que no esperaban del, para muchos de ellos, atrasado pueblo español, un texto tan innovador, concreto y, en bastantes aspectos, podía decirse que revolucionario. En su letra, eso si, continua D. Cosme, y también hay que decirlo, junto a esas ideas muy avanzadas, se incluyó la defensa de Instituciones, no tan innovadoras, pero muy arraigadas en España, como la monarquía y la Iglesia Católica, para las que se mantenían en el texto consideraciones de agravio comparativo con otras instituciones y personas…. Pero, aun con todo y con eso, precisa D. Cosme. solamente el hecho de insertar en su letra los conceptos de soberanía nacional y la separación de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) constituía algo insólito en España, pero, también, innovador en el Mundo. Las Cortes, se elegían por sufragio popular censitario, con potestad para legislar, algo también inédito hasta entonces, donde, en cuanto a eso, solo tenía competencias el Rey y su consejo de gobierno… 

             Obra de Salvador Viniegra en el Museo de la Constitución de Cádiz.

En derechos individuales, sigue hablando con orgullo de estirpe, D. Cosme, la Constitución supuso un gran avance. Se abolieron muchos privilegios ancestrales y algunas instituciones atávicas y regresivas, que se utilizaban previamente para represión de la ciudadanía, como la Santa Inquisición… De hecho, continua D. Cosme, a pesar de lo que recientemente le he comentado del mantenimiento de ciertos privilegios para algunas instituciones, estas decisiones de limitar abusos de poder, afectaron también al clero y a la nobleza que sostenía los poderes públicos; garantizándose la igualdad jurídica e inviolabilidad del domicilio; la libertad de prensa y la eliminación de la tortura… Entre las propuestas incluidas en la Constitución, se citaban las de:“promover y fomentar toda especie de industria y remover los obstáculos que la entorpezcan”, concepto tan innovador que se adelantaba casi un siglo a la revolución industrial anglosajona…y aunque esto no llegase a ser aplicado de una manera significativa y resultadista en España en los tiempos inmediatos, supuso una visión clarividente que interpretó el desarrollo industrial como imprescindible para el progreso de España…con una economía basada casi en exclusiva, en aquel tiempo, en una agricultura y ganadería tradicionales, con escasa capacidad de rentabilizarse.

En Manzanares, y dado que sus autoridades y parte de la población más relevante, habían conocido bien algunos hábitos cívicos de la Francia ilustrada, al convivir durante casi dos años, en el día a día, con las más altas autoridades francesas de La Mancha, instaladas en nuestro Castillo y otras mansiones de la villa, fue más sencillo que en otras aldeas próximas, que nuestros antepasados se adaptasen muy bien a estas nuevas formas que marcaba la Constitución, iniciándose, así, ya en aquel tiempo, de manera todavía sutil y casi imperceptible, la tradición liberal y “adelantada”, que caracterizaría a la villa de Manzanares de La Mancha desde entonces. Además, al reincorporarse de nuevo a sus puestos los elementos humanos del poder civil y administrativo de Manzanares, como la mayoría de escribanos, leguleyos y distintos administrativos, que habían renunciado a sus puestos y trabajos en la villa al momento de la invasión gala, para no tener que rendirse a su sumisión, todos los reincorporados lo hicieron con ímpetus renovados, y con la enorme ilusión de engranar lo más rápido posible en la sociedad manzanareña, las normas y hábitos sugeridos en la Constitución de Cádiz, que parecía “hecha como anillo al dedo” para sus renovadas ansias de trabajar y vivir en libertad... 

A fecha de 25 de septiembre, Manzanares tenía un nuevo alcalde ordinario constitucional, D. Francisco Sánchez Blanco... y, poco a poco, todo el engranaje administrativo y burocrático del pueblo, tanto en el ámbito eclesial como en civil, fue desarrollando sus actividades y funciones como antes de la llegada del francés… Bautizos, bodas, testamentos, entierros, compra-ventas, tramites de todo tipo en los juzgados o en distintas oficinas, despachos de abogados, escribanías o en el Pósito….en fin, todo lo que conllevaba la actividad previa de Manzanares a la invasión gala, se recuperó en gran parte durante aquel verano de 1812… y en todos los libros y registros oficiales de Manzanares, de nuevo aparecía el título de “fidelísima villa” en encabezados o rúbricas de los legajos… Cualquiera hubiese dicho, viendo a la gente trabajar con ese entusiasmo, solo tres meses después de la salida de los franceses de Manzanares, que la libertad de nuestra villa y nuestra gente, ya era tan imparable y definitiva como lo había sido a lo largo de la gran mayoría de su brillante historia… pero enseguida veremos que aun habríamos de sufrir los últimos coletazos de aquella guerra,

Pero, de todo ello, ya le hablaré muy pronto, querido plumilla, concluye D. Cosme, por el momento, cierre tintero y guarde pluma, que esta crónica ya fue de bastante para dar cuenta de aquel Manzanares de La Mancha constitucional, ese insigne pueblo nuestro, que se encontró como pez en el agua en aquel tiempo de libertad e ilusión, y que, bajo el grito y el lema de “Viva la Pepa”, vivió con gran ilusión aquel verano de 1812

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