¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

¡Nada más, amigo/a! Gracias por estar con nosotros, con su familia y su sempiterno recuerdo.

HERMANADAS.

HERMANADAS.

M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

martes, 24 de marzo de 2020

249). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: LA GUERRA RETORNA... VUELVE EL DESASOSIEGO, EL TEMOR Y LOS RECELOS.


Como quedó apuntado en anterior crónica, mi querido reportero, inicia D. Cosme ésta, al principio del otoño de 1808, los movimientos militares en Francia y España, hablaban de la inminencia de una nueva invasión francesa de la península ibérica. El desasosiego, el temor y los recelos, comenzaron a cundir otra vez en la población, y aunque muchos españoles aun estaban muy galvanizados por la victoria de Bailen, y dispuestos a enfrentarse a todo lo que viniera, lo cierto es que, en el ambiente, comenzó a dominar la perspectiva de los males de la guerra, de los terribles momentos vividos recientemente, antes de esa emblemática batalla...

Reaparecieron por doquier y, poco a poco, continua D. Cosme, en aquel otoño de malos presagios, según se aproximaba la guerra, los recelos y pequeños o grandes ajustes de cuentas, verbales y jurídicos, entre las villas y las gentes comunes, algo, por desgracia, muy propio de la miseria humana, en la peor versión de su naturaleza, que suele mostrarse en momentos difíciles. En ocasiones, se recelaba o directamente se atacaba a algunos por su posible "afrancesamiento"... y, otras veces, eso sucedía por el simple oportunismo ventajista de otros, que intentaban sacar partido de causas concretas de "debilidad" social en algunos ciudadanos, por mor de su etnía o de sus circunstancias inmediatas, de lo que, en Manzanares también tuvimos algunos ejemplos, como veremos más adelante en esta crónica, concluye D. Cosme esta introducción a ella....

Y es que, querido reportero, estaba llegando el reinicio de las hostilidades y de la guerra.... El 4 de Noviembre de 1808, prosigue D. Cosme, entran en España ocho cuerpos de ejército francés, enormemente pertrechados, y dispuestos a conquistar de inmediato toda España. Ante esa avalancha gala, la Junta Central Gubernativa del Reino de España, ordenó la movilización de todo el ejército español y, el 14 de Noviembre de 1808, en un manifiesto encendido, expresó, entre otras cosas, estas: . "No hay un español que no haya jurado en su corazón vencer o morir por su Patria, debe continuarse por mar y por tierra, mientras no se restituya el trono a Fernando VII y se estipule la absoluta integridad de España y de sus Americas, sin la desmembración de la más pequeña aldea"... 

Y, desde luego, querido cronista, no quiero pasar la oportunidad de manifestarle aquí, que Manzanares y su gente, en ese tiempo de preparación para la inminente reanudación de las hostilidades, siguió dando muestras de su patriotismo, alejando, una vez más, los infundios de afrancesamiento que algunos se empeñaban en mantener... Manzanares, fue uno de los pueblos de la Provincia de La Mancha que más contribuyó en finanzas y personal en esas preparaciones bélicas, mostrando una actitud mucho más clara al respecto que otras villas vecinas... En esa línea que le argumento, sigue D. Cosme, resulta bien conocido, por que quedó registrado en la Junta de Ciudad Real, el 28 de Agosto de 1808, que Manzanares aportó 114.984,26 reales y una recluta de 128 mozos para el ejército de Andalucía; mientras que otros pueblos como: Valdepeñas, Daimiel, Almagro y Ciudad Real, aportaban solo 2/3, o la mitad de esa cantidad, y muchos menos soldados... que además se le negaron al ejército de Andalucía, aduciendo que se quedaban en milicias manchegas, para estar cercanos a sus casas... 



En los primeros días de Noviembre, comenta D. Cosme, parecía que las previsiones francesas de un triunfo contundente y rápido sobre los españoles se iban a cumplir, con victorias en Espinosa de los Monteros, Gamonal, Burgos, Tudela...; el ejercito francés avanzaba veloz y sin freno. Llegó el 30 de Noviembre,y las tropas francesas alcanzaron Somosierra, y solo unos días después, el 4 de Diciembre de 1808, el general Morla capitula Madrid. El 7 de Diciembre cae Aranjuez, y esa misma tarde los franceses entran en Ocaña. A ese tiempo, sigue D. Cosme, la Junta Central Gubernativa del Reino había trasladado su sede a Sevilla y, desde entonces, se asistió, en aquellos días de final de 1808, a la triste visión de un pueblo español fugitivo hacía el sur, y no solo de sus gentes civiles, también de sus militares.... Resultó, por ej, muy llamativo y significativo en nuestro pueblo que, a las dos horas de haber recibido orden de retirada a Despeñaperros, la compañía de voluntarios extranjeros, y el resto de militares que había en Manzanares, desaparecieron como por ensalmo, haciendo contundéntemente real la poca confianza que la población tenía en ellos... Desde luego, prosigue D. Cosme, en Manzanares, como en cualquier pueblo más al sur de Madrid, se vivió, en aquel noviembre de 1808, con especial desasosiego y temor todo lo que anunciaba ese éxodo de gentes que cada día transitaba al sur por el camino de Andalucía; a los que, unas veces, se les consideraba traidores a la causa española; otras, cobardes e incapaces de enfrentarse a los franceses; y, solo aquellos que tenían un juicio mejor y más tranquilo, pensaban en las razones que, realmente, motivaban el éxodo de la gran mayoría, el instinto de pura supervivencia, lo cual no dejaba tampoco de ser desasosegante y de mal presagio, remata D. Cosme...

En relación a este éxodo, mucha gente de la que transitaba hacía parada y fonda en el pueblo... y, entre ellos, algún personaje de relieve, como fue el caso de D. Antonio Alcala Galiano que, años después, sería uno de los políticos liberales importantes en la España de postguerra; aunque, en aquel tiempo, solo era un joven de 19 años que huía de Madrid con su mujer y su madre. Sabemos de su estancia en Manzanares, porque lo escribió en sus Memorias, y le propongo, querido plumilla, que transcriba en su crónica, algunos párrafos de lo que D. Antonio percibió en nuestro pueblo, que reflejan bien los recelos que motivaba ese éxodo fugitivo en mucha gente de las villas por las que transitaban los que huían... Aquí le dejo ya, para su crónica, los párrafos prometidos: "Habíamos llegado a Manzanares, donde teníamos que hacer noche. Recién establecidos en nuestro cuarto en la posada, se entró en él un criado de la misma, mocetón alto y fornido y no de la mejor traza, El hecho mismo de su entrada, y su gesto,...nos pusieron en cuidado...." ..."la cara del que había entrado...nada bueno prometía. Callados nosotros, el rompió el silencio diciéndonos: Aquí tienen ustedes el hombre que ha muerto más franceses en La Mancha" (refiriéndose a la matanza del hospital de sangre, donde, según él decía, había participado).. y sigue escribiendo Alcala Galiano.. "pero el que se había entrado en nuestro cuarto venía a algo más que referirnos sus proezas" ..."Y aquí tienen ustedes al que ha de rematar a todos los traidores"... "Esto último venía más claro... no teníamos motivos para estar tranquilos"... Respondímosle, pues, en coro: "Bien hecho, porque los traidores son peores que los franceses"...

Creyó él o que no le entendíamos o que no le queríamos entender y que le convenía declarar sin rodeos su pensamiento, y así...nos dijo: "Dicen que todos los que vienen de Madrid son traidores".... "Ya, pues, no quedaba lugar al disimulo, siendo inminente nuestro peligro. No sabiendo que hacer, le pregunte yo: "¿Y por qué han de ser traidores?. "Porque -me respondió- se vienen huyendo de resistir a los franceses"...Tuve yo entonces, por mi fortuna, una de esas ocurrencias de aquellas que suelen sacar bien de trances apurados... "¿Como de los franceses? -le pregunté- . Pues qué, ¿"no se saben aquí las últimas noticias"?. Los franceses han llevado una derrota y ya apenas queda uno en España, de modo que no hay de quien venir huyendo"...y sigue, D. Antonio.."A hombres de aquella especie eran muy gratas semejantes patrañas, las cuales corrían entonces como verdades a cada paso. 

Batalla de Valdepeñas, 6 de Junio 1808.

Quitósele, pues, la furia con la alegría de la supuesta victoria y nos dejó en paz, aunque deseosos de vernos lejos de tal monstruo, que por desgracia tenía muchos partidarios. A la mañana siguiente continuamos nuestro viaje" ... Otras cuitas de aquel tiempo de malos presagios, continua D, Cosme, eran las que se vivían en los pueblos y villas entre sus propia gente, a cuenta de cuentas pendientes entre vecinos, que motivaban malentendidos, infundios interesados o acusaciones, más o menos verídicas de afrancesamiento, espionaje o colaboracionismo con el enemigo... 

En Manzanares, y en referencia a todo esto, sucedió de todo un poco, sigue D. Cosme su relato,... ocurrieron cosas lógicas, como la incautación de todas las propiedades y patrimonio del histórico Marquesado de Salinas, cuando su cabeza visible de entonces, D. Agatino, casi único afrancesado bien declarado en el Manzanares de la época, decidió unir su suerte y destino, al Rey impuesto, Jose I, huyendo con él, y toda su corte, a Francia, tras la derrota de Bailen... Sin embargo, hubo situaciones injustas y difíciles para otras gentes del pueblo como, por ejemplo, aquellos paisanos que tenían la desgracia momentanea de ser de origen francés... y tal fueron los casos, continua D. Cosme, de dos comerciantes arraigados en Manzanares, desde mucho tiempo antes, y muy bien reputados en el pueblo, que incluso actuaron durante el verano, y a petición de nuestra Junta Local de Gobierno, como interpretes de los franceses que pasaban por Manzanares. Me refiero a D. Pedro Ferrandis y a D. Juan Condé... que, a la vista de lo que sucedía, se personaron, el 30 de Noviembre de 1808 ante el escribano local Juan Antonio de Ressa, manifestándole que... habiendo ya solicitado, previamente, se les admitiera como españoles, por su largo tiempo de convivencia entre nosotros, querían elevar su petición a la "Sala de Alcaldes de Casa y Corte", para que esta aprobase su juramento como españoles...pero, en aquel tiempo de recelos, la respuesta no fue la que esperaban...recibiendo el Ayuntamiento de Manzanares orden tajante de traslado de ambos a El Escorial, donde las autoridades centrales del Reino estaban concentrando a todos los originarios de Francia, residentes en España... De tal forma que tuvieron que abandonar sus casas, tiendas y propiedades, y nombrar a D Manuel Díaz de Lope Díaz, apoderado de todo lo que poseían en Manzanares, Membrilla y La Solana. 

Otras cosas de rango menor que se dieron el pueblo en aquel tiempo que prometía una nueva llegada de los franceses, fueron las múltiples reclamaciones que se hicieron por muchos vecinos de patrimonios y enseres que les habían sido incautados por los franceses en los meses de verano, se reclamaron, carros, mulas, víveres, y un largo etcétera, con los nulos resultados que usted supondrá. Especialmente ingenua fue la reclamación de la abadesa del Convento de Franciscas, D. Rosa del Espíritu Santo, a cuenta de cobrar el "impuesto de los juros", que el Convento había dejado de percibir aquel verano.

Y, así las cosas, mi querido reportero, es un buen momento para concluir esta crónica, que creo habrá servido de bastante, para plasmar el escenario receloso que se vivió al final del otoño de 1808 en toda España y, también, por supuesto, en la muy relevante villa de Manzanares de la Mancha, sobre todo, según se iba aproximando a ella el nuevo frente de guerra...la suerte estaba echada de nuevo para Manzanares... Y de lo que sucedería muy pronto...que, ya le adelanto, engrandecería todavía más, si es que cabe, (y ya verá usted que cabe) la legendaria leyenda de este pueblo magnífico, hablaremos, que también hay mucho, y muy enjundioso, de lo que hablar, en sucesivas crónicas..

domingo, 8 de marzo de 2020

248). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: AQUEL VERANO DE 1808... EN LA PLUMA DEL PASTOR.


El título que quiero dar a la crónica, me dice D. Cosme, viene muy bien al caso, ya que pretendo verse sobre una carta que redactó el insigne Pastor de la villa de Manzanares, Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, en representación de la Junta Local de Gobierno de Manzanares, a instancias y petición del Duque del Infantado, a la sazón Presidente de la Junta Superior de Armamento del Reino de España, que solicitó, en Septiembre de 1808, a todas las villas y ciudades, un resumen de la situación en sus respectivos lugares...

Se le pedía a cada Junta Local, que narrase como habían vivido en su villa, pueblo o ciudad ese tiempo desde el inicio de la guerra, en Mayo de 1808, hasta esos momentos de interludio bélico tras la batalla de Bailen.. y, también que, en consecuencia con ello, elaborasen algo parecido a un catálogo de pérdidas y necesidades perentorias, si las hubiera, de manera que las autoridades centrales pudiesen hacerse cuenta de cual era el estado aproximado de cosas en cada localidad, para intentar paliarlo en lo posible. Sin embargo, era notorio para muchos, continua D. Cosme, y, desde luego, también lo fue para la sutil inteligencia de Frey Sotomayor que, a través de estas cartas, la Junta Superior de Armamento, no solo quería hacerse una idea resumen de las vivencias y de las pérdidas patrimoniales de aquellos dos meses en cada villa, sino que, también, posiblemente, pretendían averiguar cual había sido su posicionamiento particular en relación a la autoridad francesa que se les impuso.. En definitiva, el Duque del Infantado, intentaba conocer, por como contasen las cosas las autoridades locales de cada villa, el grado de "afrancesamiento" que estas villas habían padecido... en principio, no con ánimo de recriminación, sino como forma de saber de quien fiarse más en el futuro inmediato, a la hora de establecer puntos estratégicos para los mandos civil y militar que habían de constituirse...

Y con esas premisas que le acabo de citar, sigue D. Cosme, es momento de darle a conocer a usted y sus lectores, lo que, como le dije arriba, es el meollo central del relato... esa carta manuscrita de Frey Sotomayor, autentico documento histórico, que por suerte se conserva hoy, y en el que se adivina la brillante inteligencia de D. Pedro, para, sin alharacas justificativas, pero con gran solidez argumental, citar de manera amplia y genérica (seguramente redondeando algo hacia arriba) los expolios materiales que sufrió Manzanares, al tiempo que destacaba la prudente actitud de sus gentes mientras convivieron con los franceses... En la carta, continua D. Cosme. Frey Sotomayor deja clara cual fue la postura de las autoridades de la villa ante las tropas francesas, comentando que ellos, y las gentes de Manzanares, siempre estuvieron posicionadas en espíritu y actitud con la Patria española, pero dejando explicito que la Junta Local de Gobierno de Manzanares también tuvo muy claro que su misión primordial, como la de cualquier otra Junta Local de Gobierno, fue la de implicarse, sobre todo, en minimizar los posibles daños que la población civil a su cargo podría sufrir durante la estancia francesa en la villa; lo que estuvo siempre presente en cualquiera de las decisiones que, con mas o menos acierto, tomó, y de lo que Sotomayor se enorgullece en su carta, ya que en Manzanares, en aquel verano, no murió ningún paisano a consecuencia directa de la guerra...

General Dupont.

Desde luego, Sotomayor quiso dejar claro, y de la mejor forma posible, que todas esas historias de "afrancesamiento" que se nos intentaban atribuir, entre otras cosas por esa realidad de población indemne, no estaban justificadas... y, aunque él sabía que las autoridades centrales y provinciales no albergaban muchas dudas acerca de eso, si no más bien lo contrario, no estaba de más que la primera vez que se hacía un resumen oficial de aquel verano por nuestra Junta Local de Gobierno, eso quedase bien argumentado en el escrito. Y a ese respecto, resulta a primera vista sorprendente que Sotomayor no mencione en su carta los hechos acaecidos el 6 de junio de 1808 en el hospital de sangre francés... y le diré. querido plumilla, que eso no fue un simple olvido, o intento de esconder el trágico suceso, ambas cosas, además, imposibles, pues ese episodio, tan dramático como reciente, era perfectamente conocido, y había sido, sin duda, lo más relevante vivido en Manzanares aquel verano... De hecho, en el texto, Sotomayor, se refiere más de una vez al hospital de sangre, pero para comentar el correcto mantenimiento que le ofreció Manzanares, a costa de sus propios bienes, resaltando el número total de enfermos que allí se atendieron en esos dos meses de Junio y Julio de 1808, unos 700, y lo que eso supuso en gastos para el pueblo. 

Podría aducirse, continua D. Cosme, que, Sotomayor, en relación al hospital, que ocasionó muchos gastos al pueblo, prefirió centrarse en la contabilización final y total de esos costes materiales, ya que en el suceso trágico del 6 de Julio, no hubo daños personales a la población local, y nada se pedía a los redactores de estas cartas sobre daños al enemigo, que fue el que los sufrió en aquel día... Pero, a mi me parece, y es opinión personal, sigue D. Cosme, que Frey Sotomayor pretendió, con esa omisión intencionada, sorprender a las autoridades centrales, para cimentar el objetivo de obtener la mayor confianza de las mismas hacia Manzanares... Esta omisión, aparentemente contradictoria con ese objetivo, en realidad consiguió engrandecer el efecto de confianza que Sotomayor buscaba... Al no ver citado el susodicho y conocido episodio del asalto al hospital de sangre francés, las autoridades centrales del Reino se hacían perfecto cargo que nuestro pueblo de Manzanares, a través de la sutil inteligencia de Sotomayor en la narración de los hechos, prefería no presumir de actitud antifrancesa por ese terrible suceso... que, por otra parte, era suficientemente conocido, aparte de no ser subsidiario de presunción alguna por la naturaleza de los hechos vividos, que seguro repugnaban al talante de nuestro párroco, quien ni siquiera quiso citar la decisiva intervención de su clero en cerrarlo. 

Para Sotomayor, prosigue D. Cosme y acertó de pleno en su previsión, resultaba, sin duda, mejor referir cuestiones aparentemente menores, pero más contundentes, del día a día...Las autoridades centrales podían comprobar en el texto, que Sotomayor si resaltaba, con nitidez y reiteración, a lo largo de la carta, que las gentes de Manzanares y de su Junta Local, tuvieron siempre un espíritu de animadversión clara a los invasores, rechazando, e interfiriendo en lo que pudieron, y las circunstancias les permitían, todas las imposiciones y peticiones que los franceses tuvieron a bien hacernos en el tiempo que estuvieron o pasaron por Manzanares.. D. Cosme, continua diciendo que, Sotomayor, pone en valor las dificultades que tuvo Manzanares, con muy escasos medios, para solventar las demandas de los franceses, y teniendo que hacerlo solo, ante la ausencia de mandos provinciales que les apoyasen, estableciendo una crítica sutil a esas autoridades, por dejarnos en el abandono e, incluso, hacer lo mismo con soldados de la milicia española, lo que, además, sirve también a nuestro párroco para resaltar el patriotismo de Manzanares, cuando socorre a los citados soldados, y les facilita el camino para regresar al ejército español... 

El 2 de Mayor de 1808 en Madrid. Cuadro de Goya, Museo del Prado.

Y, ahora ya, porque ya es hora, sin más dilaciones, zarandajas o jerebeques de mi propio magín, concluye, autocrítico, D. Cosme,.. le hago entrega de una copia de lo más sustancial que contiene esa carta de Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor al Duque del Infantado, para su conocimiento y el de todos sus lectores:
"....En 26 de mayo último principió a pasar por dicha villa (Manzanares) el ejército francés al mando del general Dupont, que sin exageración se acercaba a treinta mil hombres. Todas las tropas hicieron descanso y algunas divisiones como de mil hombres estuvieron acantonadas...y a los ocho y a los diez días el general en jefe estableció un hospital general el 28 del mismo, quedando principio por 200 enfermos llegó ocasión de tener 700"... ."Bien notorio es el carácter orgulloso de los franceses, sus pedidos que pasaban a robos manifiestos, no solo en los suministros de víveres y composición de artillería sino en todos los ramos necesarios para un ejército que va a entrar en acción, a saber: vendas, hilos, medicinas y demás del caso sin echar en olvido los bagajes, pues además de los que vinieron de los pueblos inmediatos contribuyó el pueblo con más de 250, de los que unos regresaron estropeados al cabo de muchos días y otros quedaron perdidos con noventa pares de mulas..."...... "Veamos ahora que auxilios para tan crecidos gastos en el pueblo:.. no hay fondos públicos, pues el único que había del Pósito estaba reducido a siete mil reales y novecientas fanegas de trigo. Los productos de géneros estancados que señaló el intendente para subvenir al hospital fueron los únicos, pero en un tiempo que los de mayor consumo faltaban y los demás no tenían salida"... "El Proveedor de la Provincia, apenas había pasado la primera división cesó en sus suministros, el Intendente y Tesorero de la Provincia abandonaron la capital, no solo dejando esta abandonada sino expuesta al robo y saqueo, pues unos dos mil hombres que tenían reunidos de los militares separados de sus cuerpos y de una cuerda que había puesto en libertad se dispersaron por la Provincia, de los que no tocaron pocos a Manzanares donde se les socorrió, dirigiéndoles a los ejércitos...." "Estas circunstancias tan críticas hubieran sido causa de que el inocente pueblo hubiera sido víctima del furor francés, pero la Junta de Gobierno creada en dicha villa, con el objeto de conservar la tranquilidad y velar sobre la observancia de las leyes, creció en una de sus principales obligaciones: conservar la integridad del pueblo, y salvar las vidas de los vecinos, esto lo ha conseguido; los trabajos que habían sufrido, los peligros a que se ha visto expuesta en medio de tan graves obligaciones y tan sin recursos es más fácil, lo calculo, la consideración de Vuestra Excelencia que no explicarlo, pero a pesar de tanto obstáculo con una constancia propia del carácter español se surtieron las tropas completamente hasta quedar satisfecha la insaciable codicia de los franceses, y este hospital fue asistido como dictan las leyes de nuestra sagrada religión"..."Los pueblos inmediatos han contribuido en parte a estos suministros, pero siempre recayendo el mayor peso sobre los vecinos, pues después de haber sufrido los alojamientos dando a la tropa cuanto es de creer atendido su carácter rapaz y el de los naturales, gentes honradas llenas de temor y sufriendo se les quebrasen los muebles, se les robase lo más precioso y aun fuesen maltratadas las fábricas materiales de los edificios se les ha exigido de todos los artículos de sus cosechas y granjerias para los suministros como igualmente utensilios para el hospital"...
Y trás esta descripción de los peores momentos, Sotomayor, concluye:
..."Llegaron por fin los días de felicidad, en los que vencido el enemigo fue forzoso vinieran las tropas españolas a esta capital para que se las destinase, pero el tránsito por aquella villa era indispensable como así mismo los suministros necesarios y aunque estos se daban con gusto por ser a nuestros defensores, no por eso dejaban de debilitar al pueblo, y más cuando las dos mayores divisiones estuvieron detenidas por siete días cada una, dejando en aquel pueblo su hospital militar, que se sostiene por el mismo a pesar de lo gastado que haya pues no ha podido conseguir que se le dé la más leve cosa para su subsistencia"...

Y con lo escrito, hay ya más que de bastante para lo pretendido, puesto que esa pretensión no era otra que dar luz a esta carta de Frey Sotomayor al Duque del Infantado,... carta donde se aprecia, una vez más, la sutileza brillante e inteligente de la pluma del Pastor de Manzanares en aquel terrible tiempo... Hemos visto, en ella, como, D. Pedro Alvarez de Sotomayor, resalta todo lo que era necesario resaltar de aquel tiempo, con el objetivo de recuperar las pérdidas habidas en la villa durante ese verano de 1808, al tiempo que aprovechó para desmentir nuestro supuesto afrancesamiento, con datos objetivos y contundente de patriotismo en las gentes manzagatas, además de mostrar esa misma realidad en nuestra autoridades; en contraste con otras actitudes próximas de otros poderes provinciales... 

Por último, en el corolario de su carta, Sotomayor, entre bromas y veras, pero diciéndolo, deja caer que nuestro pueblo, por su situación, no había estado abocado a pérdidas solo por el paso del francés, también las había sufrido (aunque refiere, con cierta ironía, que gustosamente) por el paso del español... lo que servía, en definitiva, a nuestro Manzanares para pedir algo más... Así pues, lo dicho, querido plumilla, puede usted concluir ya la crónica, que da cuenta de una auténtica joyita escrita, en este caso demostrativa de la grandeza del insigne pastor de la no menos insigne villa de Manzanares de La Mancha.


247). RELATOS PDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: INTERLUDIOS DE GUERRA.


Manzanares, comienza D. Cosme está crónica, se había reconciliado con la normalidad cotidiana, en ese magnífico agosto de 1808 que recordamos en el relato precedente, pero nadie se llamaba a engaño, estábamos en un bonito interludio,.. y era solamente eso, un paréntesis en la tragedia que nos tocó vivir en España, a primeros del siglo XIX, por causa y sinrazón de uno de esos locos megalomaniacos que, de vez en cuando, la humanidad tiene el infortunio de padecer en algún momento de su ya largo recorrido histórico y vital. 

Y claro estaba que, en el caso de España, primer país que había derrotado claramente a Napoleón en una batalla, la ira del tirano no tardaría mucho en descargarse con insidias y malajes sobre nuestra buena gente, remata, triste, D. Cosme la introducción al relato. .. La victoria española en Bailén, como ya sabemos, prosigue D. Cosme, obligó al nuevo rey impuesto, José I, a salir de Madrid el 1 de agosto, al poco de su llegada a la capital y, junto a todo su ejército francés, se replegó al norte, más allá del Ebro… En agosto de 1808, por tanto, casi todo el territorio ibérico, quedó en poder español, bajo la autoridad de las Juntas Provinciales, que se citaron en Aranjúez, el 25 de septiembre de 1808, con el objeto de reunificarse en una Junta Central Suprema y Gubernativa del Reino, que tomó las riendas de España... y que, asumiendo la soberanía del pueblo español, decidió no reconocer a Jose I, y proclamar como Rey legítimo de España a Fernando VII … Entonces, sigue D. Cosme, ya se conocía en toda España, porque el mismo rey depuesto, Jose I, se había encargado de propapalar su existencia, una carta que su hermano y emperador, Napoleón Bonaparte le remitió en cauce oficial, en la que, ufano y prepotente como era, le decía, literalmente “De aquí al otoño España estará inundada de tropas”; y, ciertamente, Napoleón, tras el desastre de Bailén, quedó obsesionado con dar una lección, que nunca olvidasen, a los españoles.... 

De modo y manera que, en el mes de Octubre de 1808, ya había confeccionado, para “inundar” España, un enorme ejército de 300.000 soldados, 18 mariscales y 353 generales. Para contrarrestarlo, sigue D. Cosme, nuestro ejército, en paralelo a la recién creada Junta Central Suprema, y también en Aranjuez, el 2 de octubre de 1808, fundó una Junta Central Militar, presidida por el General Castaños, que reordenó nuestra tropa en cuatro divisiones: la división Norte-izquierda, al mando del general Blake; la división Norte-derecha, al mando del general Vives; la división Centro, al mando del general Castaños; y la división de Reserva, al mando del general Palafox… El total completo de sus efectivos humanos, prosigue D. Cosme, alcanzaba la cifra de unos 130.000 soldados, por tanto, algo menos menos de la mitad de los que componían la tropa francesa, lo que, a priori, no auguraba nada fácil para España, al menos en cantidad de efectivos, el conflicto bélico que se avecinaba..

Batalla de Bailén.

Mientras tanto, en Manzanares, todos esos preparativos prebélicos, se comenzaron a notar en el tránsito continuo de militares por nuestra villa, cuando circulaban por el Camino Real de Andalucía,… y bien sabían nuestros paisanos, por experiencia propia, y muy cercana en el tiempo, lo que significaría en un futuro inmediato, todo ese ir y venir de tropas que, de momento, pero solo por el momento, eran españolas. Sin embargo, curiosamente, prosigue D. Cosme, entre las compañias militares que se acantonarían en Manzanares, al final de ese verano y el otoño de 1808, y para desdecirme yo mismo, continua sonriente, quiza la más importante fue un Batallón de Voluntarios Extranjeros, pertenecientes al regimiento suizo número 2, del general Reding, e integrados en la división centro del general Castaños. Ese batallón de voluntarios extranjeros, llegó a Manzanares, desde Cadiz, en el mes de octubre comandado por el capitan Antoine Groige; y estaba compuesto por oficiales y soldados suizos, alemanes e italianos, alistados en el ejército francés...que, o bien fueron apresados en Bailen, o bien habían desertado de sus filas. Por eso, aunque tenía un total de casi 7000 reclutas, nunca se les consideró muy fiables en Manzanares, ni un "modelo de patriotas" comenta, con mucha sorna, D. Cosme.... sospechas que, como veremos enseguida, los acontecimientos posteriores ratificarían. Aparte de ese tránsito constante y obligado de militares por la villa, siguiendo el camino real de Andalucía, y también por eso mismo, dice D. Cosme, en Manzanares se montó por aquella época un hospital militar, quedando para la posteridad, en el registro de defunciones parroquiales, en los meses de octubre y noviembre de 1808, como "huella histórica" de esa eventualidad, el nombre de varios soldados españoles que fallecieron en el citado hospital, con mención de sus respectivos lugares de nacimiento, y también los diferentes regimientos donde estaban integrados...
Por otro lado, esos meses de interludio en Manzanares, continua D. Cosme, y ya con las tareas administrativas del ayuntamiento y los juzgados desarrollándose con normalidad, muchas gentes comunes de la villa realizaron tramites judiciales, mediante escribanías, con el objeto de recuperar enseres o animales requisados por las tropas francesas a su paso por Manzanares...Se reclamaron por bastantes vecinos, y casi siempre con escaso exito, como ya supondrá usted, mulas, caballos, galeras, carros e, incluso, diferentes cantidades de víveres, que los gabachos habían afanado a nuestra buena gente, comenta D. Cosme... De la misma manera, y con el mismo escaso éxito, la Junta Local de Gobierno de Manzanares, pleiteo con sus coetáneas de pueblos próximos, como La Solana o Villanueva de los Infantes, sobre ciertas deudas relacionadas con las requisas que los franceses habían practicado en el pueblo... Ciertamente, Manzanares, como casi todas las villas atravesadas por el camino de Andalucía, padecieron más requisas y expolios, que otras villas próximas a la nuestra... pero que, al estar algo alejadas del citado camino, no recibían con la misma frecuencia al invasor francés, ni padecían, por tanto, con igual intensidad su afán expoliador. Por esa razón, al comienzo de la guerra, sigue D. Cosme, se establecieron acuerdos entre las distintas Juntas locales de gobierno, para intentar compensar con enseres y víveres de las villas menos expoliadas, a las que padecieron más el paso de los franceses. Fue también en esos meses de interregno guerrero, cuando se intentó por la Junta local de gobierno de Manzanares que esos acuerdos se cumplieran, pero como usted habrá adivinado ya; las preocupaciones, mucho mayores y de mayor rango, que ocupaban a las autoridades españolas, centradas en la muy previsible reanudación de hostilidades bélicas con los franceses, junto al enredo burocrático que las villas demandadas por Manzanares se encargaron de establecer para alargar los tramites, hicieron inviable el retorno compensatorio de parte de lo requisado..

José I, Bonaparte.
También por aquellas fechas, primeramente en agosto de 1808, el Consejo de Castilla había promulgado un decreto contra los considerados "afrancesados", con el ánimo de juzgarlos, algo que terminó concretando la Junta Central Suprema de Gobierno de España el día 26 de octubre de 1808, por el que se creaba un Tribunal especial que juzgaría en el futuro a todos los acusados de ese colaboracionismo activo con el invasor francés. Asi que, en lo que nos concierne al respecto en la historia de Manzanares, y por que de esto se hablará en sucesivas crónicas, le adelantaré a usted, y a sus lectores, querido cronista, que por aquel tiempo primero de la guerra de independencia, y por mas que algunas villas vecinas extendieran una leyenda negra e injustificada sobre Manzanares y su gente a ese respecto, del que ya hemos dado, y aun daremos más testimonio... el caso, casi único de "afrancesamiento" flagrante en Manzanares, fue el del Marques de Salinas, (por otra parte, siciliano de estirpe, que no manzagata, ríe, y apostilla D: Cosme)... quien, muy probablemente, para obtener ventajas en los pleitos que mantuvo con el Condado de Casa Valiente, a primeros del siglo XIX, y de los que dimos ya cuenta sustancial en crónica previas, se pasó "con armas y bagages" a la causa francesa... de manera tan flagrante, que tuvo que huir a Francia, tras la batalla de Bailen, junto a toda la recua de españoles relevantes, pero taidores a su pueblo y a su patria, que acompañaron al impostor Rey Jose I, hermano de Napoleón, en su precipitada huida de Madrid hacia el norte, despues de la gloriosa victoria española en Bailén...
Con todo lo relatado, mi querido plumilla, puede usted dar por finalizada esta crónica, que ya fue de bastante, para hacer "visible" la vida y eventualidades que, más o menos, se dieron y vivieron, en la insigne y nunca bien ponderada villa de Manzanares de la Mancha, y con referencias, también, a las cosas más significativas que también sucedieron en el reino de España, durante aquellos, aproximadamente, cuatro meses de interludio guerrero entre Francia y España, que propició la primera derrota europea del ínclito y poco venerable emperador Napoleón Bonaparte, en la llamada "Guerra de la Independencia" que se vivió en España a primeros años del siglo decimonónico..


martes, 3 de marzo de 2020

246). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: UN AGOSTO MAGNIFICO Y LIBERADOR.


Pues si, mi querido reportero, la capitulación del Comandante Berthet en el castillo, el día 29 de julio de 1808, tras el glorioso triunfo de las tropas españolas en Bailen unos días antes, trajo a Manzanares la liberación de la tiranía francesa, y dio paso, como he querido reflejar en el encabezado, a un agosto magnifico y liberador para nuestro pueblo...

Ese día 29 de julio, Manzanares estalló de júbilo...y, con la nobleza que siempre caracterizó a nuestra gente, en el ambiente de la villa se detectaba una alegría sana y un alivio reparador de los sufrimientos y vejaciones vividos en los dos meses previos, con muy poco espacio para el rencor, hacía quien les había causado tanta insidia. Y ese ánimo hidalgo y alegre, aparte ser algo indeleble en nuestro carácter, se advertía esos días con intensidad en la buena gente de Manzanares, entre otras cosas porque, a diferencia de lo que había sucedido en villas cercanas,.. gracias a la inteligente sabiduría prudente de nuestros dirigentes locales y, muy en particular, de nuestro párroco, Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, Manzanares, había salido indemne en lo más preciado, la propia vida de sus gentes. Esa realidad nuestra, muy distinta, por ejemplo, a la de la vecina Valdepeñas, donde la alegría de su paisanaje por la liberación, se acompañó del inevitable duelo por el recuerdo del gran número de familiares y amigos muertos en aquella infausta y heroica fecha de 6 de junio de 1808, se hacía notar, en todo su valor diferencial, precisamente, y sobre todo, al momento de cesar la vorágine de esos dos terribles meses de guerra en La Mancha...

El contraste de la realidad inmediata de los dos pueblos ya liberados, engrandeció entre la gente de Manzanares, aún más de lo que ya estaba, la egregia figura de su párroco y pastor, D. Pedro Alvarez de Sotomayor, pues la secuencia de los hechos acontecidos en nuestro pueblo, le mostraban, a los ojos de todo el mundo, como el principal artífice de ese diferente destino vital de las gentes de ambas villas, a favor de Manzanares... Muchos paisanos de Manzanares, tomaron conciencia que debían su vida, y la conservación de sus haciendas, a la inteligentísima intervención de su Pastor con el general francés Liger-Belair, en aquellos días de intensa zozobra y miedo que siguieron al trágico episodio del asalto al hospital de sangre francés, instalado en el convento de los Carmelitas, concluye solemne y enfático, D. Cosme, esta introducción a la crónica...

Grabado de la vieja imagen de Ntro. Padre Jesús del Perdón.

La vida en el pueblo, y sus rutinas diarias habituales, sigue D. Cosme, recomenzaron, casi de inmediato, al conocimiento de la victoria en Bailén... y, por ejemplo, tras más de 20 días sin ninguna boda, algo muy inhabitual en verano, el 26 de julio, todavía con Berthet en el castillo, pero ya sabedores en el pueblo de su muy próxima capitulación, se celebró en nuestra parroquia el enlace matrimonial de D. Alfonso Camacho y Dª Antonia Nuñez-Nieto, primer evento indicativo del inminente retorno a la normalidad social y administrativa en Manzanares… Quienes habían huido a refugiarse en caseríos, quinterías o villas próximas, durante todo el tiempo que duró la invasión francesa, comenzaron a regresar a sus casas... El vecindario, continua D. Cosme, ya sin franceses en el pueblo, en los primeros días de agosto de 1808, casi sin creérselo todavía, pero muy ilusionado ante la confirmación de la estrepitosa derrota francesa en Bailen, dirigió enseguida sus ojos a lo cotidiano… los comercios abrieron sus puertas; bodegas, herrerías molinos.y diversas industrias locales de menor rango, reanudaron su actividad. Los labradores volvieron a sus faenas terrenales, y los pastores a sacar sus animales a los pastos que la encomienda les tenía habilitados desde tiempos inmemoriales.. En el pueblo, prosigue su charla un D. Cosme entusiasmado, también se reanudó enseguida la actividad administrativa del Ayuntamiento, el juzgado, la encomienda, los escribanos y otros profesionales liberales, en esos primeros días de agosto de 1808... lo que, añadido a la reapertura del mercado diario en la Plaza Pública, configuró muy pronto un estado de relativa normalidad en Manzanares… Por si eso fuera poco, que ya era mucho, cuando los paisanos dirigieron sus ojos al campo, observaron con agrado la inminencia de una muy buena cosecha de granos, a pesar del calurosísimo verano que se estaba viviendo, por lo que todo el mundo del pueblo, con tierras a su cargo, se afanó de inmediato. para asegurar el prometedor rendimiento que anunciaba esa abundante y dorada mies en las campiñas, remata, lírico, D. Cosme, esta parte de su disertación… Los franceses, continua,.. es verdad que habían esquilmado y rapiñado nuestro Pósito, y también múltiples casas del pueblo, en sus pasos por la villa, pero, por suerte, no se entretuvieron demasiado en destrozar lo sembrado en nuestra encomienda...

Así las cosas, mientras tanto, prosigue D. Cosme, no piense usted que la guerra había terminado; el nuevo monarca impuesto, Jose I, hermano de Napoleón, había llegado a Madrid el día 24 de julio, siendo proclamado Rey de España, con gran boato, al día siguiente, 25 de julio de 1808;… si bien es cierto, comenta con retranca D. Cosme, que muy poco disfrutó el Palacio Real de Madrid… Puesto al día de la derrota en Bailén, tuvo que poner pies en polvorosa, abandonando la capital, con toda su corte y tropas, el 31 de julio de 1808.. Esa noticia, fue acogida en toda España con gran alegría, pues suponía el reconocimiento por Francia que la derrota en Bailen había sido mucho más que una batalla pérdida; significaba la necesidad de replegar sus ejércitos, y también un replanteamiento total en la estrategia a seguir en España; y, además, continua D. Cosme, ese repliegue francés, suponía una tregua muy útil y necesaria para los españoles, que les permitiría recuperar fuerzas y reorganizarse para el muy previsible contraataque francés… que, efectivamente, se concretaría unos meses después.

Pero, a ese tiempo de últimos de julio de 1808, sigue D. Cosme, lo que tocaba, por parte de España, era tomar conciencia clara de dos cosas: la primera, que el imperio napoleónico era batible, algo que, por primera vez en Europa, habían demostrado nuestras tropas en Bailen…y, la segunda, también igual de diáfana…Napoleón no se iba a conformar con la situación; ni se iba a quedar de brazos cruzados, lamentando su derrota… más bien, al contrario, herido en su orgullo, concluye D. Cosme, estaría ya preparando su venganza,….

Nada más conocer el mando español, la evacuación y retirada de Madrid del ejército francés, ordenó la marcha a la capital de los ejércitos españoles de Levante y Andalucía. En lo que concierne a Manzanares, continua D. Cosme, desde que nuestros munícipes conocieron que, cumpliendo esa orden, el ejército andaluz del General Castaños pasaría por Manzanares, siguiendo el obligado Camino Real de Andalucía, comenzaron a preparar y adornar el pueblo; sobre todo la Plaza Pública y sus calles principales, para ofertar a los héroes de Bailen el recibimiento que se merecían…. Castaños, se tomó con bastante calma el viaje hacia Madrid, lo que le permitió recalar, a lo largo del trayecto, en varias villas cortadas por el Camino Real de Andalucía, siendo convenientemente agasajado en todas ellas. Entre unas cosas y otras, el General Castaños, que había aceptado de buen grado pernoctar en nuestro castillo. seguramente pactó su arribó a Manzanares, de acuerdo con nuestra Junta Local de Gobierno, para la emblemática fecha del 15 de Agosto de 1808, festividad de Nuestra Señora de la Asunción… A falta de ferias, que aquel año no se celebraron por la guerra, la Plaza lucía engalanadísima y radiante… Al reclamo de los pregoneros del Ayuntamiento, casi toda la gente del pueblo, incluidos varios de los paisanos que participaron en la batalla de Bailen, integrados en aquel heroico regimiento provincial de Ciudad Real que, al mando del coronel Ximenez Pedrero, frenó en seco, y definitivamente, los postreros intentos de Dupont …

Esa mañana del 15 de agosto de 1808, en la Plaza pública de Manzanares, se congregó una multitud exultante de felicidad, que disfrutaba todavía su reciente liberación… Castaños entró a la Plaza por la calle de la cárcel, encabezando la división de reserva de su tropa de ejército, acompañado del general La Peña, que la mandaba. A los acordes de música militar, la tropa desfiló marcial para ir ocupando el centro de la Plaza. Los veteranos soldados de Castaños, lucían espectaculares en sus flamantes y coloristas uniformes, advirtiéndose en sus rostros el orgullo de la gran victoria que habían conseguido en Bailen, hacia menos de un mes. El alcalde Miret, el párroco Sotomayor y la Junta local de gobierno de Manzanares, les recibieron con todos los honores, entre el delirio general de casi todo el pueblo de Manzanares, que no paró de vitorear y aplaudir a sus liberadores. El General Castaños, La Peña, y otros mandos principales de la tropa, visitaron la Parroquia, y luego fueron agasajados en el Consistorio, desde cuyos balcones, el general Castaños leyó un vibrante y emotivo discurso, en el que agradeció y destacó el patriotismo del pueblo de Manzanares, con unas históricas palabras que, a continuación, le entresaco, .de todo lo que escribieron varios de nuestros curas del clero local, años después, en el Manuscrito de la Merced:
“…y no sería sin fundamento, no quitando a nuestros generales y soldados la gloria que adquirieron en esta jornada, al afirmar que la tal derrota de Dupont, y su rendición inesperada, se debió en gran parte a los procedimientos de Manzanares…. Así lo aseguró el Ecmo. Sr. General Castaños en su tránsito por esta villa después de esta memorable victoria”….

General Castaños.

Al día siguiente, 16 de Agosto, Castaños, tras pernoctar en el castillo, partió con sus tropas a Madrid, donde llegaría una semana más tarde, en olor de multitud, tras haber sido celebrado y agasajado en los diferentes pueblos que atravesó por La Mancha…
Manzanares, por su parte, siguió disfrutando de su recién lograda libertad en los días que siguieron. Todavía, antes de terminar ese magnífico agosto, nuestra Junta local de gobierno, recibió en el Consistorio a los miembros de la Junta Superior Gubernativa, que, desde Sevilla, organizó toda la estrategia del ejército andaluz de Castaños. Como era de rigor, el Presidente de dicha Junta, D. Francisco Saavedra, y su secretario, D. Martín de Garay, hicieron un panegírico de Manzanares, y su importancia en la victoria final, instando a nuestros dirigentes a mantenerse en alerta, y con la misma actitud, ante la previsible nueva reacción francesa,.. a lo que correspondieron nuestros municipes con muestras de reconocimiento a esa Junta y al ejército andaluz que nos había liberado, asegurando a Saavedra que, de volver, los franceses tendrían cumplida y eficaz respuesta, palabras premonitorias de lo que ocurriría, antes de acabar ese 1808, cuando, efectivamente, los temerarios galos osaron regresar por nuestros lares manzagatos, concluye divertido, y entre risas, D. Cosme, su referencia a este episodio .

Ahora, es ya, mi querido cronista, momento de punto final a este relato, que ha servido para mostrar, una vez más, y van ya muchas, ese carácter hidalgo y determinado de las gentes de esta insigne villa histórica de Manzanares de La Mancha, capaz siempre, ante el cambio favorable de sus circunstancias inmediatas, de trastocar, enseguida, un estado de cosas trágico y complicado, en una situación de bonanza y de sencilla eficacia.

lunes, 2 de marzo de 2020

245). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: UN PUEBLO EN GUERRA…Y UN ESPIRITU NACIENTE.


En el relato anterior, me comenta D. Cosme, conocimos la capitulación del comandante Berthet en el castillo, lo que dio inicio a un interregno libre de franceses en Manzanares; un tiempo de liberación, en que pasaron muchas cosas de interés, subsidiarias, sin duda alguna, mi querido reportero, de sucesivas crónicas... 

Sin embargo, antes de entrar en lo que habrán de ser, me parece buena idea sugerirle una semblanza de la vida de nuestras gentes de Manzanares, en esos dos primeros meses de la guerra.de la independencia, en cierta forma, comentada, “a vuela pluma” en crónicas precedentes. Vale la pena recrear una serie de curiosidades sobre cosas concretas que afectaron a paisanos en esos meses, que, además, explican muy bien como, por ellas, creció en el pueblo de Manzanares, al igual que en casi toda España un espíritu colectivo de nación, antes “adormilado”.

Manzanares, pueblo tranquilo, y de gentes solidarias, me dice D. Cosme, aun a pesar de estar al tanto de lo que estaba ocurriendo en España en Mayo de 1808, y saber que muy pronto los franceses iban a llegar a Manzanares, mantuvo sus rutinas socio-laborales y sus tareas administrativas sin cambio alguno, hasta ese 26 de Mayo en que las tropas francesas de Dupont. arribaron por primera vez a nuestra villa.. Incluso en esos primeros días, a pesar de la conmoción y revuelo que provocó en el ánimo de los manzagatos la presencia gala, se mantuvo relativamente normal la actividad administrativa común, Ejemplo de ello, sigue D. Cosme, y “que viene al pelo”, porque ocurrió en la última semana de Mayo, coincidiendo con esa llegada de las primeras tropas francesas a Manzanares, fue el suceso protagonizado por un paisano, D. Francisco Adán, declarado como “pobre de solemnidad”, quien argumentó a D. Rafael Gimeno, (que ejercía en nuestro Ayuntamiento como “Padre General de Menores”) que, “hallándose separado de su mujer (ésta, en paradero desconocido), vivía de la mendicidad”…y, siguió diciendo que, en esos días, posiblemente porque la gente se retenía en sus casas tras la ocupación francesa de la villa, o porque muchos habían abandonado el pueblo, para irse a sus caseríos, quinterías, u otras villas más alejadas del camino de Andalucía.., su único recurso monetario había disminuido mucho, hasta impedirle, incluso “vestir la desnudez de su hija de 12 años”

En este episodio, sigue D. Cosme, tenemos la primera evidencia del despoblamiento que el inició de la Guerra motivó en Manzanares, las calles se quedaron muy vacías, los indigentes y enfermos, pernoctaban muchas veces a la intemperie, al estar inoperativo y en ruinas el antiguo hospital de Nuestra Señora de Altagracia… Solo la proverbial bonhomía de nuestros paisanos, que los acogían en sus casas,.. o daban algo de comida, a aquella pobre gente, maltrecha y sin techo bajo el que cobijarse, evitó mayores cuitas…. Pero, volviendo al sucedido que le estaba relatando… no crea usted, mi querido cronista, que el Sr. Adán solicitaba caridad al municipio, lo que pedía este orgulloso y digno paisano, era permiso para vender parte de su modestísima casa de la calle Villarreal, y, así, con lo obtenido, vestir y alimentar a su hija,.. Consta que nuestro Ayuntamiento concedió ese permiso, a fecha 1 de junio de 1808, justo cuando los últimos batallones de la primera división del general Dupont abandonaban Manzanares. Este episodio, nos muestra, una vez más, la nobleza hidalga de la gente común de la villa, desde el más pobre de los indigentes, hasta, en este caso también, sus representantes en el Concejo… y, además, como va dicho, comienza a poner en evidencia, que la vida en las calles, y todas las rutinas sociales y laborales de la villa, disminuyeron de inmediato, ante la zozobra provocada por la llegada e instalación de los franceses en ella,,,. 

Sabemos, también, que estos primeros franceses que ocuparon nuestra villa, requisaron lo que pudieron a bastantes paisanos… Quien más, y quien menos, sigue D. Cosme, se las apañó, como pudo, para “ocultar” en sus casas propiedades, enseres y viandas, pero, claro está, bastantes vecinos fueron expoliados en diferentes grados, cosas y cuantías. Los galos se llevaron de nuestras casas: pavos; gallinas; capones; caballos; mulas; pero también; aperos, galeras, carros, o diferentes alimentos como; cebada, trigo, leguminosas, queso…y, sobre todo, vino. El Pósito municipal, fue particularmente esquilmado, y de nuestras múltiples bodegas desaparecieron grandes cantidades de vino, algo que, dice con sorna D. Cosme, explicaría, quizá, en parte, la “mala y desordenada planificación estratégica del ejército galo”… seguro que, más de una vez, establecida bajo los efectos de nuestros caldos, concluye, entre grandes carcajadas y risas, esta última parte de su diserto, D. Cosme...

 Durante los dos meses siguientes, hasta la batalla de Bailen, casi todas las actividades comunes de tipo administrativo, social o laboral de Manzanares, desaparecieron o estuvieron muy inactivas…, por ejemplo, no se celebró casi ninguna boda, y bajó mucho el número de bautizos, entre otras razones porque la villa se despobló, al ir a refugiarse sus gentes, como va dicho, a caseríos, quinterías o aldeas colindantes, que estuviesen más alejadas del camino de Andalucía, pues a esos lugares no se acercaban, casi nunca, los soldados franceses que transitaban con prisa hacía Andalucía, para ayudar a Dupont… Particularmente agraviante para Manzanares, resultó el paso de la segunda división de Dupont, al mando del general Vedel, a finales de junio de 1808,.. los saqueos y la rapiña protagonizados por la llegada del primer contingente de aquellas tropas, el tristemente famoso batallón polaco del general cojo, motivaron gran temor y desasosiego entre nuestros paisanos, que, en aquellos tristes días, abandonaron, “en masa”, Manzanares, a la espera de momentos mejores... 

Naturalmente, todos estos sucesos, fueron aumentando el desafecto a lo francés, tanto en Manzanares, como en las diferentes villas manchegas cortadas por el Camino Real de Andalucía, que padecieron más de lo mismo, al ser transitadas por el ejército de Dupont. Al margen del mayor o menor patriotismo, o “afrancesamiento”, de las diferentes autoridades locales de cada villa, las gentes del pueblo español, continua D. Cosme, y en este caso, el pueblo manchego, y el de Manzanares, fueron, sin duda, los protagonistas principales en el alzamiento del 5 y 6 junio de 1808 contra los franceses, en eso que dimos en llamar “rebelión manchega”. Y como le he dicho antes, sigue D. Cosme, lo mismo o parecido sucedió en las distintas regiones del suelo patrio...

Rendición de Bailén. Fotografía de diario ABC.es

 Casi nunca, como entonces, en la larguísima historia de España, hubo un momento de tanta unión y espíritu nacional, entre los reinos de Iberia congregados por los Reyes Católicos, más de tres siglos antes;... y es que, ya lo sabe ud bien, continua D. Cosme, el carácter hidalgo, habitual en los habitantes de Iberia, lleva muy mal la injusticia y la imposición, sobre todo si se acompañaba del expolio de lo propio. Y qué decirle, entonces, de Manzanares y de La Mancha, dice en tono exaltado y grandilocuente, D. Cosme… nuestra gran región, sigue, cuna del ingenioso hidalgo D. Quijote, y quintaesencia legendaria de ese espíritu, fue ejemplo y adalid de esa actitud… Aquí, en La Mancha, el pueblo de cualquier pueblo, tuvo muy claro que, por justicia y dignidad, había que hacer frente al invasor; y en todos ellos, sin excepción alguna, existió un similar espíritu de lucha entre los aldeanos. Además, en los pueblos de La Mancha, la gran mayoría de las autoridades locales estuvieron del lado de su pueblo, empezando por la máxima regiduría manchega en ese tiempo, con sede en Ciudad Real… ya que el intendente general, D. Juan de Modenés, un gran patriota, fue, como sabemos, principal organizador de esa “rebelión manchega”, sin la que, difícilmente, se hubiera logrado la victoria de Bailen... De hecho, lo único variable entre las distintas villas manchegas, fue la manera de abordar la situación, que vivieron, pero siempre desde un mismo espíritu de unidad de acción patriótica...



 Y si usted me pide algún ejemplo de esto que le comento, sigue D. Cosme, le reiteraré el contraste, dentro de sus similitudes, entre los sucesos de Valdepeñas y Manzanares, en aquel histórico 6 de junio de 1808… En Valdepeñas, la exaltación popular tuvo un componente especial, que no tuvo Manzanares. Me refiero, sigue D. Cosme, a. los destrozos causados por los franceses en la ermita de la Consolación, que representó para Valdepeñas, un ataque frontal a sus valores y tradiciones religiosas; lo que motivó en su gente sensaciones mucho más intensas que las de las rapiñas sufridas en la villa... al fin y al cabo, anunciadas por lo ya sucedido en pueblos más norteños.. 

El famoso “cura Calao” y la Junta local de gobierno de Valdepeñas, surgida tras esa profanación, se mostró tan beligerantemente activa contra el francés que, incluso, quizá de manera algo temeraria, tendió una emboscada en el interior de la villa a las tropas de Liger Belair: Ciertamente, Valdepeñas pasaría a la historia de esa guerra por su heroicidad, pero con la contrapartida de una batalla brutal, con gran cantidad de muertos. En Manzanares, no tuvimos agravios significativos a nuestro elenco religioso, que pudieran haber azuzado aun más la animosidad existente en el paisanaje... pero, en todo caso, sigue D. Cosme, nunca podremos agradecer bastante a la figura de nuestro egregio párroco, Sotomayor, como supo atemperar las pulsiones de las gentes de la villa, incluidas las del alcalde mayor: Miret, para que, sin disminuir un ápice todas las acciones patrióticas antifrancesas (que nos llevarían al reconocimiento del Reino de España como Fidelisima villa), no se produjera en Manzanares ninguna muerte violenta entre nuestro paisanaje, durante los meses de junio y julio de 1808,.. 

Sotomayor, continua D. Cosme, con su gran inteligencia, y un discurso extraordinariamente bien ajustado a las circunstancias, supo, incluso, utilizar el terrible episodio del asalto al hospital de sangre francés de Manzanares, para ganarse la confianza y la voluntad del general Liger Belair, concretando con él, un pacto mutuo de no agresión, que daría sus primeros frutos al final de ese mes de junio, cuando el citado Liger Belair, logró frenar los desmanes y saqueos que había iniciado en el pueblo, el famoso “general cojo”, máxima autoridad del batallón polaco de la división de Vedel,

Con lo ya relatado, me parece a mi, querido cronista, que ya fue suficiente para conocer las penurias vitales de las gentes de Manzanares, en aquel comienzo de la guerra de la independencia,… así como, también, creo que hemos dejado constancia del nacimiento de un espíritu colectivo de unidad de acción nacional, que surgió en todo el pueblo español, tras ser herido en sus valores más íntimos y atacado en su propia identidad…El soberbio Napoleón, y su, supuestamente, invencible imperio, no sabía bien, lo que se le venía encima…y, en eso, en todo eso, que está todavía por llegar, y por conocer, la insigne villa de Manzanares de La Mancha, tendría muchísimo que decir…..

domingo, 1 de marzo de 2020

244). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: SECUESTRO Y CAPITULACION EN EL CASTILLO


La derrota de Francia en Bailen, comienza D. Cosme su nuevo relato, supuso, como usted intuye, una gran conmoción en toda Europa, y particularmente en España. El rumbo de la guerra en nuestra patria, continua, cambió radicalmente, y en todos los lugares donde había franceses, los invasores tuvieron que replantearse su situación inmediata... 

Por relatos previos, sigue D. Cosme, ya conocemos que los últimos contingentes de tropa francesa que pasaron por nuestro pueblo estaban integrados en la división del General Gobert… y, cuando el grueso de esa división, que estuvo un día en Manzanares, partió hacia Sierra Morena, la madrugada del 10 de Julio de 1808, quedó un pequeño retén de soldados en nuestro castillo para guardar la plaza, que también partiría hacia el sur el día 16 de Julio, ya en pleno desarrollo la batalla de Bailen. Ese mismo día, continua D. Cosme, festividad de la Virgen del Carmen, había llegado al castillo de Manzanares, a relevarlos, un batallón de infantería de 500 soldados, al mando de un Comandante apedillado Berthet, que, como verá enseguida, querido cronista, será protagonista de este relato… 

Berthet, llegó a Manzanares con el objeto de guardar el punto de enlace de nuestro castillo, y mantener la comunicación francesa entre Madrid y Sierra Morena; cosa harto complicada hasta entonces, pero que tampoco resultó muy exitosa durante la estancia de Berthet en Manzanares, en los días decisivos de la batalla de Bailen. Y es que, el comandante Berthet traía consigo ordenanzas muy estrictas de sus mandos, que le recomendaban hablar solo con el Alcalde, el párroco del pueblo y el jefe de postas. Convendrá ud. conmigo, sigue, irónico, D. Cosme, que el mando francés no estuvo precisamente perspicaz, pues esas tres personas, como ya sabemos, estaban muy implicadas en las actividades patrióticas de obstruccionismo informativo, aparte de mantener contacto estrecho con el intendente general de La Mancha, Juan de Modenés, lo que era, en la práctica, como tenerlo con el propio General Castaños… 

Castillo de Manzanares



Berthet, debía enviar un correo diario a Sierra Morena para apreciar el estado del frente de guerra, y otro a Madrid, con las novedades que le ofreciera aquel…ciertamente, muy pocos de esos correos llegaron a su destino, concluye, sonriente, D. Cosme, a la vez que me remite a lo que se dice de todo eso, por nuestro clero, en el Manuscrito de la Merced... “….hasta la batalla de Bailén, ocurrida en 18 de julio, se interceptaron en esta villa postas y correos, saliendo muchos vecinos al camino, como suele el cazador, a buscar y matar cuantos enemigos, ya soldados, ya correos, pudieran haber a las manos. De este sistema, cuya honra cupo igualmente a los otros pueblos, desde Manzanares hasta la entrada de Andalucía, resultó al enemigo un mal imponderable; pues cortada la comunicación entre las tropas y el Gobierno, ni el Grl. Dupont pudo arreglar sus movimientos conforme a la necesidad, ni su principal darle órdenes oportunas que le dirigiesen; y no sería sin fundamento, no quitando a nuestros generales y soldados la gloria que adquirieron en esta jornada, al afirmar que la tal derrota de Dupont, y su rendición inesperada, se debió en gran parte a los procedimientos de Manzanares.Así lo aseguró el Ecmo. Sr. General Castaños en su tránsito por esta villa después de esta memorable victoria….”

Ratificando todo lo comentado, a fecha 18 de julio de 1808, ya en trance de derrota el ejército francés en Sierra Morena, en uno de los pocos escritos de Berthet que llegaron a Madrid, no se comentaba nada de la gravedad de las cosas en Bailen, lo que habla de la nula información que disponía Berthet sobre la batalla… que, ese día, ya se estaba decantando claramente a favor de España… Es muy posible que nuestro alcalde mayor, Miret, a través de sus contactos secretos con Juan de Modenes, estuviera, incluso, mejor informado que el Comandante Berthet, que estaba enclaustrado en el castillo con su tropa, y con poca información fehaciente. Aun así, dentro de la confusión de esos 18 y 19 de julio de 1808, y dada la magnitud de lo que sucedió esos días en Bailen, pronto hubo en Manzanares razones fundadas para suponer que el invencible ejército imperial napoleónico había sufrido su primera gran derrota en territorio europeo, concluye solemne, y algo histriónico, D. Cosme…. 

Quizá, prosigue, el primer indicio de todo eso, fue la llegada a Manzanares, la mañana del día 19, del coronel suizo D'Ossry, que venía en retirada desde Santa Elena. Este coronel solo traía información del inicio de la batalla, y de la muerte en combate de Gobert, pero, aunque en su relato se intuía el desastre francés, ciertamente, no pudo dar fe del mismo, dado que el desenlace final aún no se había producido. Lo que si motivo en Manzanares esta noticia, fue un muy diferente estado de ánimo en el contingente francés del castillo y en la gente del pueblo....Aquellos, sigue D. Cosme, se quedaron sorprendidos y estupefactos ante lo que parecía la primera gran derrota de su ejército, aparte el efecto psicológico negativo que tuvo para ellos, el conocimiento de la muerte del general en jefe, de su división, Gobert…y, entre la gente de Manzanares, el efecto fue absolutamente contrario. A esas alturas, la Junta local de Gobierno de Manzanares, como hemos sabido ya, tenía una información más completa que Berthet de lo que sucedía en Bailen, y del curso favorable que estaba llevando el combate para la tropa de Castaños…

General Castaños, Bailén.

Con las noticias que traía D’Ossry, y las que aportó un día después, en igual sentido, otro oficial suizo que llegó a la villa…. la gente del pueblo no pudo refrenar sus sentimientos, en los días siguientes, a pesar de la proximidad de más de 500 soldados enemigos en el Castillo,.. y comenzó a salir a las calles y a la Plaza Pública a mostrar su júbilo y su entusiasmo. pidiendo a gritos la rendición de Berthet… Aunque no está claro como sucedió lo que ahora le contaré, por no estar documentado en ningún escrito, -me dice D. Cosme- seguramente el alcalde mayor Miret, acompañado por personalidades relevantes del pueblo, se personó en el castillo, no sabemos si a iniciativa propia, o llamados por Berthet, para parlamentar sobre el abordaje de la situación creada… Berthet, continua D. Cosme, aislado como estaba con sus soldados en nuestra fortaleza, donde tenía además importante cantidad de hombres heridos y enfermos; después de cambiar impresiones con nuestra delegación, no las tuvo todas consigo, y, quizá recordando el episodio del asalto al hospital, y observando la exaltación popular a su alrededor, no se le ocurrió otra cosa mejor que tomar como rehenes a MIret y a sus acompañantes, para asegurar que nadie intentase revueltas o asaltos al castillo. Decisión discutible, sin duda, dice D. Cosme, para tal como estaban los ánimos, que pudo haber provocado efectos contrarios a los pretendidos por Berthet, pero que, (y se vuelve a adivinar aquí, la “larga mano” de Sotomayor, que seguramente medió a su estilo en la cuestión) los manzagatos se tomaron con cierta calma, una vez que Berthet aseguró a la gente de la Junta local de Gobierno no retenida, que el alcalde Miret y el resto de rehenes no sufrirían daño alguno, y que serían liberados inmediatamente que se aclarase el desenlace de la batalla, y las ordenes que recibiese de sus mandos... 

Todo lo pactado, resultaba,, efectivamente, muy a la usanza y manera de actuar de D. Pedro Alvarez de Sotomayor, que sabía de la debilidad de la posición francesa… Así las cosas, el dia 26 de Julio de 1808, a las dos de la tarde, el capitán francés Villoutroys, escoltado por 20 soldados españoles, (primer contingente de tropa española, que llegó al pueblo tras la histórica victoria en Bailen) se personaba en Manzanares con el documento de capitulación francesa, firmado por Dupont… Se puede usted imaginar, el regocijo y las manifestaciones de alegría en todo el pueblo…Villloutroys, se dirigió al castillo, entregando el citado documento a Berthet, indicándole que, como miembro de la división Gobert, debía desplazarse a Bailen, para rendir allí su tropa… pero, al no portar orden expresa para ello, y ante el elevado número de soldados enfermos, que no podrían desplazarse con él, Berthet prefirió permanecer en la fortaleza, para que no quedasen abandonados a su suerte,… la “larga sombra” del suceso del hospital de sangre, debió pesar mucho en esa decisión de Berthet, que prefirió rendir el castillo, personalmente, al primer destacamento oficial de la milicia española que llegase a Manzanares… lo que sucedió en otra fecha de gran júbilo y trascendencia para nuestra historia local, el día 29 de Julio de 1808, cuando entra en el pueblo, por el camino real de Andalucia, una compañía de infantería española, escoltada por 20 soldados de caballería, que llegó enviada a Manzanares, expresamente, por el mismísimo General Castaños, con la indicación personal de agradecer a nuestras autoridades locales, y a nuestro pueblo, todo lo que habían contribuido a la histórica victoria española sobre Dupont… 

Esta compañía, fue recibida en el pueblo de manera ruidosa y exultante en la Plaza Pública… y, a continuación, se dirigió al castillo, donde el comandante Berthet entregó, oficialmente, sus arma, dejando el mando del castillo al batallón español, y al cargo del mismo a sus enfermos, con el compromiso español de atenderlos y cuidarlos… Rubricado por ambos mandos de tropa este compromiso de capitulación del castillo, Bertheh fue conducido a Bailen, como prisionero de guerra, con lo que se iniciaba un nuevo tiempo, libre de franceses, en Manzanares… Todo este episodio vivido en nuestro pueblo durante la guerra de independencia, como otros ya vistos, quedó descrito por nuestro clero local, en el “Manuscrito de la Merced”; de esta forma:
“Pero el esfuerzo y arriesgado valor de estos vecinos no calmó con la noticia de la rendición de Dupont: Solamente se sabía por vagos rumores, y nada había por noticia de oficio, ni que pudiese asegurar un juicio prudente, mas no importaba: a los de Manzanares basta que sea posible, y que se refiera: al momento creyó era de su deber completar aquel suceso con la rendición de setecientos hombres que habían quedado de guarnición en el Castillo: pensando ejecutarlo y obligar al Comandante, todo fué uno; éste, recibió la Ley que quiso imponerle al vecindario; recogió al Castillo las avanzadas y guardias, y contentándose con las provisiones que se juzgaron oportunas, quedó reducido con su tropa a una prisión militar; concediéndole para salvar su honor, que la rendición formal se hiciese cuando se presentase tropa de línea española; como se verificó el veinte y nueve de julio con la llegada de cien hombres de infantería y veinte de caballería, enviados para este fin por el General en Jefe Dn Francisco Xavier Castaños”

Y así, ahora, y como colofón a este relato, comenta D. Cosme, le diré, mi querido cronista, que nadie podía suponer, en ese momento, lo que estaba por venir en la particular historia de la insigne villa de Manzanares de La Mancha en esa guerra de la Independencia, pero habrá usted de comprobar, en venideras crónicas, que sería mucho y de gran enjundia, para mayor gloria de la ya gloriosa historia de este nuestro gran pueblo y de sus grandes gentes....…