El título que
quiero dar a la crónica, me dice D. Cosme, viene muy bien al caso, ya que
pretendo verse sobre una carta que redactó el insigne Pastor de la villa de
Manzanares, Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, en representación de la Junta
Local de Gobierno de Manzanares, a instancias y petición del Duque del
Infantado, a la sazón Presidente de la Junta Superior de Armamento del Reino de España, que
solicitó, en Septiembre de 1808,
a todas las villas y ciudades, un resumen de la
situación en sus respectivos lugares...
Se le pedía a cada Junta Local, que
narrase como habían vivido en su villa, pueblo o ciudad ese tiempo desde el
inicio de la guerra, en Mayo de 1808, hasta esos momentos de interludio bélico
tras la batalla de Bailen.. y, también que, en consecuencia con ello,
elaborasen algo parecido a un catálogo de pérdidas y necesidades perentorias,
si las hubiera, de manera que las autoridades centrales pudiesen hacerse cuenta
de cual era el estado aproximado de cosas en cada localidad, para intentar
paliarlo en lo posible. Sin embargo, era notorio para muchos, continua D.
Cosme, y, desde luego, también lo fue para la sutil inteligencia de Frey
Sotomayor que, a través de estas cartas, la Junta Superior de Armamento, no
solo quería hacerse una idea resumen de las vivencias y de las pérdidas
patrimoniales de aquellos dos meses en cada villa, sino que, también,
posiblemente, pretendían averiguar cual había sido su posicionamiento
particular en relación a la autoridad francesa que se les impuso.. En
definitiva, el Duque del Infantado, intentaba conocer, por como contasen las
cosas las autoridades locales de cada villa, el grado de
"afrancesamiento" que estas villas habían padecido... en principio, no
con ánimo de recriminación, sino como forma de saber de quien fiarse más en el
futuro inmediato, a la hora de establecer puntos estratégicos para los mandos
civil y militar que habían de constituirse...
Y con esas premisas que le acabo
de citar, sigue D. Cosme, es momento de darle a conocer a usted y sus lectores,
lo que, como le dije arriba, es el meollo central del relato... esa carta
manuscrita de Frey Sotomayor, autentico documento histórico, que por suerte se
conserva hoy, y en el que se adivina la brillante inteligencia de D. Pedro,
para, sin alharacas justificativas, pero con gran solidez argumental, citar de
manera amplia y genérica (seguramente redondeando algo hacia arriba) los
expolios materiales que sufrió Manzanares, al tiempo que destacaba la prudente
actitud de sus gentes mientras convivieron con los franceses... En la carta,
continua D. Cosme. Frey Sotomayor deja clara cual fue la postura de las
autoridades de la villa ante las tropas francesas, comentando que ellos, y las
gentes de Manzanares, siempre estuvieron posicionadas en espíritu y actitud con
la Patria española, pero dejando explicito que la Junta Local de Gobierno de
Manzanares también tuvo muy claro que su misión primordial, como la de
cualquier otra Junta Local de Gobierno, fue la de implicarse, sobre todo, en
minimizar los posibles daños que la población civil a su cargo podría sufrir
durante la estancia francesa en la villa; lo que estuvo siempre presente en
cualquiera de las decisiones que, con mas o menos acierto, tomó, y de lo que Sotomayor
se enorgullece en su carta, ya que en Manzanares, en aquel verano, no murió
ningún paisano a consecuencia directa de la guerra...
General Dupont. |
Desde luego, Sotomayor
quiso dejar claro, y de la mejor forma posible, que todas esas historias de
"afrancesamiento" que se nos intentaban atribuir, entre otras cosas
por esa realidad de población indemne, no estaban justificadas... y, aunque él
sabía que las autoridades centrales y provinciales no albergaban muchas dudas
acerca de eso, si no más bien lo contrario, no estaba de más que la primera vez
que se hacía un resumen oficial de aquel verano por nuestra Junta Local de
Gobierno, eso quedase bien argumentado en el escrito. Y a ese respecto, resulta
a primera vista sorprendente que Sotomayor no mencione en su carta los hechos
acaecidos el 6 de junio de 1808 en el hospital de sangre francés... y le diré.
querido plumilla, que eso no fue un simple olvido, o intento de esconder el
trágico suceso, ambas cosas, además, imposibles, pues ese episodio, tan
dramático como reciente, era perfectamente conocido, y había sido, sin duda, lo
más relevante vivido en Manzanares aquel verano... De hecho, en el texto,
Sotomayor, se refiere más de una vez al hospital de sangre, pero para comentar
el correcto mantenimiento que le ofreció Manzanares, a costa de sus propios
bienes, resaltando el número total de enfermos que allí se atendieron en esos
dos meses de Junio y Julio de 1808, unos 700, y lo que eso supuso en gastos
para el pueblo.
Podría aducirse, continua D. Cosme, que, Sotomayor, en relación
al hospital, que ocasionó muchos gastos al pueblo, prefirió centrarse en la
contabilización final y total de esos costes materiales, ya que en el suceso
trágico del 6 de Julio, no hubo daños personales a la población local, y nada
se pedía a los redactores de estas cartas sobre daños al enemigo, que fue el
que los sufrió en aquel día... Pero, a mi me parece, y es opinión personal,
sigue D. Cosme, que Frey Sotomayor pretendió, con esa omisión intencionada,
sorprender a las autoridades centrales, para cimentar el objetivo de obtener la
mayor confianza de las mismas hacia Manzanares... Esta omisión, aparentemente
contradictoria con ese objetivo, en realidad consiguió engrandecer el efecto de
confianza que Sotomayor buscaba... Al no ver citado el susodicho y conocido
episodio del asalto al hospital de sangre francés, las autoridades centrales
del Reino se hacían perfecto cargo que nuestro pueblo de Manzanares, a través
de la sutil inteligencia de Sotomayor en la narración de los hechos, prefería
no presumir de actitud antifrancesa por ese terrible suceso... que, por otra
parte, era suficientemente conocido, aparte de no ser subsidiario de presunción
alguna por la naturaleza de los hechos vividos, que seguro repugnaban al
talante de nuestro párroco, quien ni siquiera quiso citar la decisiva
intervención de su clero en cerrarlo.
Para Sotomayor, prosigue D. Cosme y
acertó de pleno en su previsión, resultaba, sin duda, mejor referir cuestiones
aparentemente menores, pero más contundentes, del día a día...Las autoridades
centrales podían comprobar en el texto, que Sotomayor si resaltaba, con nitidez
y reiteración, a lo largo de la carta, que las gentes de Manzanares y de su
Junta Local, tuvieron siempre un espíritu de animadversión clara a los
invasores, rechazando, e interfiriendo en lo que pudieron, y las circunstancias
les permitían, todas las imposiciones y peticiones que los franceses tuvieron a
bien hacernos en el tiempo que estuvieron o pasaron por Manzanares.. D. Cosme,
continua diciendo que, Sotomayor, pone en valor las dificultades que tuvo
Manzanares, con muy escasos medios, para solventar las demandas de los
franceses, y teniendo que hacerlo solo, ante la ausencia de mandos provinciales
que les apoyasen, estableciendo una crítica sutil a esas autoridades, por
dejarnos en el abandono e, incluso, hacer lo mismo con soldados de la milicia
española, lo que, además, sirve también a nuestro párroco para resaltar el
patriotismo de Manzanares, cuando socorre a los citados soldados, y les
facilita el camino para regresar al ejército español...
El 2 de Mayor de 1808 en Madrid. Cuadro de Goya, Museo del Prado. |
Y, ahora ya, porque ya
es hora, sin más dilaciones, zarandajas o jerebeques de mi propio magín,
concluye, autocrítico, D. Cosme,.. le hago entrega de una copia de lo más
sustancial que contiene esa carta de Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor al
Duque del Infantado, para su conocimiento y el de todos sus lectores:
"....En 26 de mayo último principió a pasar por
dicha villa (Manzanares) el ejército francés al mando del general Dupont, que
sin exageración se acercaba a treinta mil hombres. Todas las tropas hicieron
descanso y algunas divisiones como de mil hombres estuvieron acantonadas...y a
los ocho y a los diez días el general en jefe estableció un hospital general el
28 del mismo, quedando principio por 200 enfermos llegó ocasión de tener
700"... ."Bien notorio es el carácter orgulloso de los franceses, sus
pedidos que pasaban a robos manifiestos, no solo en los suministros de víveres
y composición de artillería sino en todos los ramos necesarios para un ejército
que va a entrar en acción, a saber: vendas, hilos, medicinas y demás del caso
sin echar en olvido los bagajes, pues además de los que vinieron de los pueblos
inmediatos contribuyó el pueblo con más de 250, de los que unos regresaron
estropeados al cabo de muchos días y otros quedaron perdidos con noventa pares
de mulas..."...... "Veamos ahora que auxilios para tan crecidos
gastos en el pueblo:.. no hay fondos públicos, pues el único que había del
Pósito estaba reducido a siete mil reales y novecientas fanegas de trigo. Los
productos de géneros estancados que señaló el intendente para subvenir al
hospital fueron los únicos, pero en un tiempo que los de mayor consumo faltaban
y los demás no tenían salida"... "El Proveedor de la Provincia,
apenas había pasado la primera división cesó en sus suministros, el Intendente
y Tesorero de la Provincia abandonaron la capital, no solo dejando esta
abandonada sino expuesta al robo y saqueo, pues unos dos mil hombres que tenían
reunidos de los militares separados de sus cuerpos y de una cuerda que había
puesto en libertad se dispersaron por la Provincia, de los que no tocaron pocos
a Manzanares donde se les socorrió, dirigiéndoles a los ejércitos...."
"Estas circunstancias tan críticas hubieran sido causa de que el inocente
pueblo hubiera sido víctima del furor francés, pero la Junta de Gobierno creada
en dicha villa, con el objeto de conservar la tranquilidad y velar sobre la
observancia de las leyes, creció en una de sus principales obligaciones:
conservar la integridad del pueblo, y salvar las vidas de los vecinos, esto lo
ha conseguido; los trabajos que habían sufrido, los peligros a que se ha visto
expuesta en medio de tan graves obligaciones y tan sin recursos es más fácil,
lo calculo, la consideración de Vuestra Excelencia que no explicarlo, pero a
pesar de tanto obstáculo con una constancia propia del carácter español se
surtieron las tropas completamente hasta quedar satisfecha la insaciable
codicia de los franceses, y este hospital fue asistido como dictan las leyes de
nuestra sagrada religión"..."Los pueblos inmediatos han contribuido
en parte a estos suministros, pero siempre recayendo el mayor peso sobre los
vecinos, pues después de haber sufrido los alojamientos dando a la tropa cuanto
es de creer atendido su carácter rapaz y el de los naturales, gentes honradas
llenas de temor y sufriendo se les quebrasen los muebles, se les robase lo más
precioso y aun fuesen maltratadas las fábricas materiales de los edificios se
les ha exigido de todos los artículos de sus cosechas y granjerias para los
suministros como igualmente utensilios para el hospital"...
Y trás esta descripción de los peores momentos, Sotomayor,
concluye:
..."Llegaron por fin los días de
felicidad, en los que vencido el enemigo fue forzoso vinieran las tropas españolas
a esta capital para que se las destinase, pero el tránsito por aquella villa
era indispensable como así mismo los suministros necesarios y aunque estos se
daban con gusto por ser a nuestros defensores, no por eso dejaban de debilitar
al pueblo, y más cuando las dos mayores divisiones estuvieron detenidas por
siete días cada una, dejando en aquel pueblo su hospital militar, que se
sostiene por el mismo a pesar de lo gastado que haya pues no ha podido
conseguir que se le dé la más leve cosa para su subsistencia"...
Y con lo escrito, hay ya más que de bastante para lo pretendido,
puesto que esa pretensión no era otra que dar luz a esta carta de Frey
Sotomayor al Duque del Infantado,... carta donde se aprecia, una vez más, la
sutileza brillante e inteligente de la pluma del Pastor de Manzanares en aquel
terrible tiempo... Hemos visto, en ella, como, D. Pedro Alvarez de Sotomayor,
resalta todo lo que era necesario resaltar de aquel tiempo, con el objetivo de
recuperar las pérdidas habidas en la villa durante ese verano de 1808, al
tiempo que aprovechó para desmentir nuestro supuesto afrancesamiento, con datos
objetivos y contundente de patriotismo en las gentes manzagatas, además de
mostrar esa misma realidad en nuestra autoridades; en contraste con otras actitudes
próximas de otros poderes provinciales...
Por último, en el corolario de su
carta, Sotomayor, entre bromas y veras, pero diciéndolo, deja caer que nuestro
pueblo, por su situación, no había estado abocado a pérdidas solo por el paso
del francés, también las había sufrido (aunque refiere, con cierta ironía, que
gustosamente) por el paso del español... lo que servía, en definitiva, a
nuestro Manzanares para pedir algo más... Así pues, lo dicho, querido plumilla,
puede usted concluir ya la crónica, que da cuenta de una auténtica joyita
escrita, en este caso demostrativa de la grandeza del insigne pastor de la no
menos insigne villa de Manzanares de La Mancha.
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