¿Damos un paseito por Manzanares?

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Todo cuanto vas a encontrar en él, es una muestra de cariño y admiración a un padre, MELCHOR DÍAZ-PINÉS PINÉS, uno de esos tantos padres del mundo que creen en la familia y luchan por ella, que aman a su tierra, que la trabajan y reivindican con constancia. Es posible que los manzanareños más jóvenes pudieran encontrar en el blog algunos hechos, sucesos, curiosidades, costumbres que ya han desaparecido, que quizás hayan escuchado de sus antecesores o, simplemente, que no conocen y puedan resultarles de interés.

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HERMANADAS.

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M A N Z A N A R E S, en La Mancha.

domingo, 8 de marzo de 2020

248). RELATOS PEDRO VILLARROEL. MANZANARES 1912: AQUEL VERANO DE 1808... EN LA PLUMA DEL PASTOR.


El título que quiero dar a la crónica, me dice D. Cosme, viene muy bien al caso, ya que pretendo verse sobre una carta que redactó el insigne Pastor de la villa de Manzanares, Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor, en representación de la Junta Local de Gobierno de Manzanares, a instancias y petición del Duque del Infantado, a la sazón Presidente de la Junta Superior de Armamento del Reino de España, que solicitó, en Septiembre de 1808, a todas las villas y ciudades, un resumen de la situación en sus respectivos lugares...

Se le pedía a cada Junta Local, que narrase como habían vivido en su villa, pueblo o ciudad ese tiempo desde el inicio de la guerra, en Mayo de 1808, hasta esos momentos de interludio bélico tras la batalla de Bailen.. y, también que, en consecuencia con ello, elaborasen algo parecido a un catálogo de pérdidas y necesidades perentorias, si las hubiera, de manera que las autoridades centrales pudiesen hacerse cuenta de cual era el estado aproximado de cosas en cada localidad, para intentar paliarlo en lo posible. Sin embargo, era notorio para muchos, continua D. Cosme, y, desde luego, también lo fue para la sutil inteligencia de Frey Sotomayor que, a través de estas cartas, la Junta Superior de Armamento, no solo quería hacerse una idea resumen de las vivencias y de las pérdidas patrimoniales de aquellos dos meses en cada villa, sino que, también, posiblemente, pretendían averiguar cual había sido su posicionamiento particular en relación a la autoridad francesa que se les impuso.. En definitiva, el Duque del Infantado, intentaba conocer, por como contasen las cosas las autoridades locales de cada villa, el grado de "afrancesamiento" que estas villas habían padecido... en principio, no con ánimo de recriminación, sino como forma de saber de quien fiarse más en el futuro inmediato, a la hora de establecer puntos estratégicos para los mandos civil y militar que habían de constituirse...

Y con esas premisas que le acabo de citar, sigue D. Cosme, es momento de darle a conocer a usted y sus lectores, lo que, como le dije arriba, es el meollo central del relato... esa carta manuscrita de Frey Sotomayor, autentico documento histórico, que por suerte se conserva hoy, y en el que se adivina la brillante inteligencia de D. Pedro, para, sin alharacas justificativas, pero con gran solidez argumental, citar de manera amplia y genérica (seguramente redondeando algo hacia arriba) los expolios materiales que sufrió Manzanares, al tiempo que destacaba la prudente actitud de sus gentes mientras convivieron con los franceses... En la carta, continua D. Cosme. Frey Sotomayor deja clara cual fue la postura de las autoridades de la villa ante las tropas francesas, comentando que ellos, y las gentes de Manzanares, siempre estuvieron posicionadas en espíritu y actitud con la Patria española, pero dejando explicito que la Junta Local de Gobierno de Manzanares también tuvo muy claro que su misión primordial, como la de cualquier otra Junta Local de Gobierno, fue la de implicarse, sobre todo, en minimizar los posibles daños que la población civil a su cargo podría sufrir durante la estancia francesa en la villa; lo que estuvo siempre presente en cualquiera de las decisiones que, con mas o menos acierto, tomó, y de lo que Sotomayor se enorgullece en su carta, ya que en Manzanares, en aquel verano, no murió ningún paisano a consecuencia directa de la guerra...

General Dupont.

Desde luego, Sotomayor quiso dejar claro, y de la mejor forma posible, que todas esas historias de "afrancesamiento" que se nos intentaban atribuir, entre otras cosas por esa realidad de población indemne, no estaban justificadas... y, aunque él sabía que las autoridades centrales y provinciales no albergaban muchas dudas acerca de eso, si no más bien lo contrario, no estaba de más que la primera vez que se hacía un resumen oficial de aquel verano por nuestra Junta Local de Gobierno, eso quedase bien argumentado en el escrito. Y a ese respecto, resulta a primera vista sorprendente que Sotomayor no mencione en su carta los hechos acaecidos el 6 de junio de 1808 en el hospital de sangre francés... y le diré. querido plumilla, que eso no fue un simple olvido, o intento de esconder el trágico suceso, ambas cosas, además, imposibles, pues ese episodio, tan dramático como reciente, era perfectamente conocido, y había sido, sin duda, lo más relevante vivido en Manzanares aquel verano... De hecho, en el texto, Sotomayor, se refiere más de una vez al hospital de sangre, pero para comentar el correcto mantenimiento que le ofreció Manzanares, a costa de sus propios bienes, resaltando el número total de enfermos que allí se atendieron en esos dos meses de Junio y Julio de 1808, unos 700, y lo que eso supuso en gastos para el pueblo. 

Podría aducirse, continua D. Cosme, que, Sotomayor, en relación al hospital, que ocasionó muchos gastos al pueblo, prefirió centrarse en la contabilización final y total de esos costes materiales, ya que en el suceso trágico del 6 de Julio, no hubo daños personales a la población local, y nada se pedía a los redactores de estas cartas sobre daños al enemigo, que fue el que los sufrió en aquel día... Pero, a mi me parece, y es opinión personal, sigue D. Cosme, que Frey Sotomayor pretendió, con esa omisión intencionada, sorprender a las autoridades centrales, para cimentar el objetivo de obtener la mayor confianza de las mismas hacia Manzanares... Esta omisión, aparentemente contradictoria con ese objetivo, en realidad consiguió engrandecer el efecto de confianza que Sotomayor buscaba... Al no ver citado el susodicho y conocido episodio del asalto al hospital de sangre francés, las autoridades centrales del Reino se hacían perfecto cargo que nuestro pueblo de Manzanares, a través de la sutil inteligencia de Sotomayor en la narración de los hechos, prefería no presumir de actitud antifrancesa por ese terrible suceso... que, por otra parte, era suficientemente conocido, aparte de no ser subsidiario de presunción alguna por la naturaleza de los hechos vividos, que seguro repugnaban al talante de nuestro párroco, quien ni siquiera quiso citar la decisiva intervención de su clero en cerrarlo. 

Para Sotomayor, prosigue D. Cosme y acertó de pleno en su previsión, resultaba, sin duda, mejor referir cuestiones aparentemente menores, pero más contundentes, del día a día...Las autoridades centrales podían comprobar en el texto, que Sotomayor si resaltaba, con nitidez y reiteración, a lo largo de la carta, que las gentes de Manzanares y de su Junta Local, tuvieron siempre un espíritu de animadversión clara a los invasores, rechazando, e interfiriendo en lo que pudieron, y las circunstancias les permitían, todas las imposiciones y peticiones que los franceses tuvieron a bien hacernos en el tiempo que estuvieron o pasaron por Manzanares.. D. Cosme, continua diciendo que, Sotomayor, pone en valor las dificultades que tuvo Manzanares, con muy escasos medios, para solventar las demandas de los franceses, y teniendo que hacerlo solo, ante la ausencia de mandos provinciales que les apoyasen, estableciendo una crítica sutil a esas autoridades, por dejarnos en el abandono e, incluso, hacer lo mismo con soldados de la milicia española, lo que, además, sirve también a nuestro párroco para resaltar el patriotismo de Manzanares, cuando socorre a los citados soldados, y les facilita el camino para regresar al ejército español... 

El 2 de Mayor de 1808 en Madrid. Cuadro de Goya, Museo del Prado.

Y, ahora ya, porque ya es hora, sin más dilaciones, zarandajas o jerebeques de mi propio magín, concluye, autocrítico, D. Cosme,.. le hago entrega de una copia de lo más sustancial que contiene esa carta de Frey D. Pedro Alvarez de Sotomayor al Duque del Infantado, para su conocimiento y el de todos sus lectores:
"....En 26 de mayo último principió a pasar por dicha villa (Manzanares) el ejército francés al mando del general Dupont, que sin exageración se acercaba a treinta mil hombres. Todas las tropas hicieron descanso y algunas divisiones como de mil hombres estuvieron acantonadas...y a los ocho y a los diez días el general en jefe estableció un hospital general el 28 del mismo, quedando principio por 200 enfermos llegó ocasión de tener 700"... ."Bien notorio es el carácter orgulloso de los franceses, sus pedidos que pasaban a robos manifiestos, no solo en los suministros de víveres y composición de artillería sino en todos los ramos necesarios para un ejército que va a entrar en acción, a saber: vendas, hilos, medicinas y demás del caso sin echar en olvido los bagajes, pues además de los que vinieron de los pueblos inmediatos contribuyó el pueblo con más de 250, de los que unos regresaron estropeados al cabo de muchos días y otros quedaron perdidos con noventa pares de mulas..."...... "Veamos ahora que auxilios para tan crecidos gastos en el pueblo:.. no hay fondos públicos, pues el único que había del Pósito estaba reducido a siete mil reales y novecientas fanegas de trigo. Los productos de géneros estancados que señaló el intendente para subvenir al hospital fueron los únicos, pero en un tiempo que los de mayor consumo faltaban y los demás no tenían salida"... "El Proveedor de la Provincia, apenas había pasado la primera división cesó en sus suministros, el Intendente y Tesorero de la Provincia abandonaron la capital, no solo dejando esta abandonada sino expuesta al robo y saqueo, pues unos dos mil hombres que tenían reunidos de los militares separados de sus cuerpos y de una cuerda que había puesto en libertad se dispersaron por la Provincia, de los que no tocaron pocos a Manzanares donde se les socorrió, dirigiéndoles a los ejércitos...." "Estas circunstancias tan críticas hubieran sido causa de que el inocente pueblo hubiera sido víctima del furor francés, pero la Junta de Gobierno creada en dicha villa, con el objeto de conservar la tranquilidad y velar sobre la observancia de las leyes, creció en una de sus principales obligaciones: conservar la integridad del pueblo, y salvar las vidas de los vecinos, esto lo ha conseguido; los trabajos que habían sufrido, los peligros a que se ha visto expuesta en medio de tan graves obligaciones y tan sin recursos es más fácil, lo calculo, la consideración de Vuestra Excelencia que no explicarlo, pero a pesar de tanto obstáculo con una constancia propia del carácter español se surtieron las tropas completamente hasta quedar satisfecha la insaciable codicia de los franceses, y este hospital fue asistido como dictan las leyes de nuestra sagrada religión"..."Los pueblos inmediatos han contribuido en parte a estos suministros, pero siempre recayendo el mayor peso sobre los vecinos, pues después de haber sufrido los alojamientos dando a la tropa cuanto es de creer atendido su carácter rapaz y el de los naturales, gentes honradas llenas de temor y sufriendo se les quebrasen los muebles, se les robase lo más precioso y aun fuesen maltratadas las fábricas materiales de los edificios se les ha exigido de todos los artículos de sus cosechas y granjerias para los suministros como igualmente utensilios para el hospital"...
Y trás esta descripción de los peores momentos, Sotomayor, concluye:
..."Llegaron por fin los días de felicidad, en los que vencido el enemigo fue forzoso vinieran las tropas españolas a esta capital para que se las destinase, pero el tránsito por aquella villa era indispensable como así mismo los suministros necesarios y aunque estos se daban con gusto por ser a nuestros defensores, no por eso dejaban de debilitar al pueblo, y más cuando las dos mayores divisiones estuvieron detenidas por siete días cada una, dejando en aquel pueblo su hospital militar, que se sostiene por el mismo a pesar de lo gastado que haya pues no ha podido conseguir que se le dé la más leve cosa para su subsistencia"...

Y con lo escrito, hay ya más que de bastante para lo pretendido, puesto que esa pretensión no era otra que dar luz a esta carta de Frey Sotomayor al Duque del Infantado,... carta donde se aprecia, una vez más, la sutileza brillante e inteligente de la pluma del Pastor de Manzanares en aquel terrible tiempo... Hemos visto, en ella, como, D. Pedro Alvarez de Sotomayor, resalta todo lo que era necesario resaltar de aquel tiempo, con el objetivo de recuperar las pérdidas habidas en la villa durante ese verano de 1808, al tiempo que aprovechó para desmentir nuestro supuesto afrancesamiento, con datos objetivos y contundente de patriotismo en las gentes manzagatas, además de mostrar esa misma realidad en nuestra autoridades; en contraste con otras actitudes próximas de otros poderes provinciales... 

Por último, en el corolario de su carta, Sotomayor, entre bromas y veras, pero diciéndolo, deja caer que nuestro pueblo, por su situación, no había estado abocado a pérdidas solo por el paso del francés, también las había sufrido (aunque refiere, con cierta ironía, que gustosamente) por el paso del español... lo que servía, en definitiva, a nuestro Manzanares para pedir algo más... Así pues, lo dicho, querido plumilla, puede usted concluir ya la crónica, que da cuenta de una auténtica joyita escrita, en este caso demostrativa de la grandeza del insigne pastor de la no menos insigne villa de Manzanares de La Mancha.


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