La
derrota de Francia en Bailen, comienza D. Cosme su nuevo relato, supuso, como
usted intuye, una gran conmoción en toda Europa, y particularmente en España.
El rumbo de la guerra en nuestra patria, continua, cambió radicalmente, y en
todos los lugares donde había franceses, los invasores tuvieron que
replantearse su situación inmediata...
Por relatos previos, sigue D. Cosme, ya
conocemos que los últimos contingentes de tropa francesa que pasaron por
nuestro pueblo estaban integrados en la división del General Gobert… y, cuando
el grueso de esa división, que estuvo un día en Manzanares, partió hacia Sierra
Morena, la madrugada del 10 de Julio de 1808, quedó un pequeño retén de
soldados en nuestro castillo para guardar la plaza, que también partiría hacia
el sur el día 16 de Julio, ya en pleno desarrollo la batalla de Bailen. Ese
mismo día, continua D. Cosme, festividad de la Virgen del Carmen, había llegado
al castillo de Manzanares, a relevarlos, un batallón de infantería de 500
soldados, al mando de un Comandante apedillado Berthet, que, como verá
enseguida, querido cronista, será protagonista de este relato…
Berthet, llegó a
Manzanares con el objeto de guardar el punto de enlace de nuestro castillo, y
mantener la comunicación francesa entre Madrid y Sierra Morena; cosa harto
complicada hasta entonces, pero que tampoco resultó muy exitosa durante la
estancia de Berthet en Manzanares, en los días decisivos de la batalla de
Bailen. Y es que, el comandante Berthet traía consigo ordenanzas muy estrictas
de sus mandos, que le recomendaban hablar solo con el Alcalde, el párroco del
pueblo y el jefe de postas. Convendrá ud. conmigo, sigue, irónico, D. Cosme,
que el mando francés no estuvo precisamente perspicaz, pues esas tres personas,
como ya sabemos, estaban muy implicadas en las actividades patrióticas de
obstruccionismo informativo, aparte de mantener contacto estrecho con el
intendente general de La Mancha, Juan de Modenés, lo que era, en la práctica,
como tenerlo con el propio General Castaños…
Castillo de Manzanares |
Berthet, debía enviar un correo
diario a Sierra Morena para apreciar el estado del frente de guerra, y otro a
Madrid, con las novedades que le ofreciera aquel…ciertamente, muy pocos de esos
correos llegaron a su destino, concluye, sonriente, D. Cosme, a la vez que me
remite a lo que se dice de todo eso, por nuestro clero, en el Manuscrito de la
Merced... “….hasta la batalla de Bailén, ocurrida en 18 de
julio, se interceptaron en esta villa postas y correos, saliendo muchos vecinos
al camino, como suele el cazador, a buscar y matar cuantos enemigos, ya
soldados, ya correos, pudieran haber a las manos. De este sistema, cuya honra cupo
igualmente a los otros pueblos, desde Manzanares hasta la entrada de Andalucía,
resultó al enemigo un mal imponderable; pues cortada la comunicación entre las
tropas y el Gobierno, ni el Grl. Dupont pudo arreglar sus movimientos conforme
a la necesidad, ni su principal darle órdenes oportunas que le dirigiesen; y no
sería sin fundamento, no quitando a nuestros generales y soldados la gloria que
adquirieron en esta jornada, al afirmar que la tal derrota de Dupont, y su
rendición inesperada, se debió en gran parte a los procedimientos de
Manzanares.Así lo aseguró el Ecmo. Sr. General Castaños en su tránsito por esta
villa después de esta memorable victoria….”
Ratificando
todo lo comentado, a fecha 18 de julio de 1808, ya en trance de derrota el
ejército francés en Sierra Morena, en uno de los pocos escritos de Berthet que
llegaron a Madrid, no se comentaba nada de la gravedad de las cosas en Bailen,
lo que habla de la nula información que disponía Berthet sobre la batalla… que,
ese día, ya se estaba decantando claramente a favor de España… Es muy posible
que nuestro alcalde mayor, Miret, a través de sus contactos secretos con Juan
de Modenes, estuviera, incluso, mejor informado que el Comandante Berthet, que
estaba enclaustrado en el castillo con su tropa, y con poca información
fehaciente. Aun así, dentro de la confusión de esos 18 y 19 de julio de 1808, y
dada la magnitud de lo que sucedió esos días en Bailen, pronto hubo en
Manzanares razones fundadas para suponer que el invencible ejército imperial
napoleónico había sufrido su primera gran derrota en territorio europeo,
concluye solemne, y algo histriónico, D. Cosme….
Quizá, prosigue, el primer
indicio de todo eso, fue la llegada a Manzanares, la mañana del día 19, del
coronel suizo D'Ossry, que venía en retirada desde Santa Elena. Este coronel
solo traía información del inicio de la batalla, y de la muerte en combate de
Gobert, pero, aunque en su relato se intuía el desastre francés, ciertamente,
no pudo dar fe del mismo, dado que el desenlace final aún no se había
producido. Lo que si motivo en Manzanares esta noticia, fue un muy diferente
estado de ánimo en el contingente francés del castillo y en la gente del
pueblo....Aquellos, sigue D. Cosme, se quedaron sorprendidos y estupefactos
ante lo que parecía la primera gran derrota de su ejército, aparte el efecto
psicológico negativo que tuvo para ellos, el conocimiento de la muerte del
general en jefe, de su división, Gobert…y, entre la gente de Manzanares, el
efecto fue absolutamente contrario. A esas alturas, la Junta local de Gobierno
de Manzanares, como hemos sabido ya, tenía una información más completa que
Berthet de lo que sucedía en Bailen, y del curso favorable que estaba llevando
el combate para la tropa de Castaños…
General Castaños, Bailén. |
Con las noticias que traía D’Ossry, y las
que aportó un día después, en igual sentido, otro oficial suizo que llegó a la
villa…. la gente del pueblo no pudo refrenar sus sentimientos, en los días
siguientes, a pesar de la proximidad de más de 500 soldados enemigos en el Castillo,.. y comenzó a salir a las calles y a la Plaza Pública a mostrar su
júbilo y su entusiasmo. pidiendo a gritos la rendición de Berthet… Aunque no
está claro como sucedió lo que ahora le contaré, por no estar documentado en
ningún escrito, -me dice D. Cosme- seguramente el alcalde mayor Miret,
acompañado por personalidades relevantes del pueblo, se personó en el castillo,
no sabemos si a iniciativa propia, o llamados por Berthet, para parlamentar
sobre el abordaje de la situación creada… Berthet, continua D. Cosme, aislado
como estaba con sus soldados en nuestra fortaleza, donde tenía además
importante cantidad de hombres heridos y enfermos; después de cambiar
impresiones con nuestra delegación, no las tuvo todas consigo, y, quizá
recordando el episodio del asalto al hospital, y observando la exaltación
popular a su alrededor, no se le ocurrió otra cosa mejor que tomar como rehenes
a MIret y a sus acompañantes, para asegurar que nadie intentase revueltas o
asaltos al castillo. Decisión discutible, sin duda, dice D. Cosme, para tal
como estaban los ánimos, que pudo haber provocado efectos contrarios a los
pretendidos por Berthet, pero que, (y se vuelve a adivinar aquí, la “larga
mano” de Sotomayor, que seguramente medió a su estilo en la cuestión) los
manzagatos se tomaron con cierta calma, una vez que Berthet aseguró a la gente
de la Junta local de Gobierno no retenida, que el alcalde Miret y el resto de
rehenes no sufrirían daño alguno, y que serían liberados inmediatamente que se
aclarase el desenlace de la batalla, y las ordenes que recibiese de sus
mandos...
Todo lo pactado, resultaba,, efectivamente, muy a la usanza y manera
de actuar de D. Pedro Alvarez de Sotomayor, que sabía de la debilidad de la
posición francesa… Así las cosas, el dia 26 de Julio de 1808, a las dos de la
tarde, el capitán francés Villoutroys, escoltado por 20 soldados españoles,
(primer contingente de tropa española, que llegó al pueblo tras la histórica
victoria en Bailen) se personaba en Manzanares con el documento de capitulación
francesa, firmado por Dupont… Se puede usted imaginar, el regocijo y las
manifestaciones de alegría en todo el pueblo…Villloutroys, se dirigió al
castillo, entregando el citado documento a Berthet, indicándole que, como
miembro de la división Gobert, debía desplazarse a Bailen, para rendir allí su
tropa… pero, al no portar orden expresa para ello, y ante el elevado número de
soldados enfermos, que no podrían desplazarse con él, Berthet prefirió
permanecer en la fortaleza, para que no quedasen abandonados a su suerte,… la
“larga sombra” del suceso del hospital de sangre, debió pesar mucho en esa
decisión de Berthet, que prefirió rendir el castillo, personalmente, al primer
destacamento oficial de la milicia española que llegase a Manzanares… lo que
sucedió en otra fecha de gran júbilo y trascendencia para nuestra historia
local, el día 29 de Julio de 1808, cuando entra en el pueblo, por el camino
real de Andalucia, una compañía de infantería española, escoltada por 20
soldados de caballería, que llegó enviada a Manzanares, expresamente, por el
mismísimo General Castaños, con la indicación personal de agradecer a nuestras
autoridades locales, y a nuestro pueblo, todo lo que habían contribuido a la
histórica victoria española sobre Dupont…
Esta compañía, fue recibida en el
pueblo de manera ruidosa y exultante en la Plaza Pública… y, a continuación, se
dirigió al castillo, donde el comandante Berthet entregó, oficialmente, sus
arma, dejando el mando del castillo al batallón español, y al cargo del mismo
a sus enfermos, con el compromiso español de atenderlos y cuidarlos… Rubricado
por ambos mandos de tropa este compromiso de capitulación del castillo, Bertheh
fue conducido a Bailen, como prisionero de guerra, con lo que se iniciaba un
nuevo tiempo, libre de franceses, en Manzanares… Todo este episodio vivido en
nuestro pueblo durante la guerra de independencia, como otros ya vistos, quedó
descrito por nuestro clero local, en el “Manuscrito de la Merced”; de esta
forma:
“Pero el esfuerzo y arriesgado valor de estos vecinos no
calmó con la noticia de la rendición de Dupont: Solamente se sabía por vagos
rumores, y nada había por noticia de oficio, ni que pudiese asegurar un juicio
prudente, mas no importaba: a los de Manzanares basta que sea posible, y que se
refiera: al momento creyó era de su deber completar aquel suceso con la
rendición de setecientos hombres que habían quedado de guarnición en el
Castillo: pensando ejecutarlo y obligar al Comandante, todo fué uno; éste,
recibió la Ley que quiso imponerle al vecindario; recogió al Castillo las
avanzadas y guardias, y contentándose con las provisiones que se juzgaron
oportunas, quedó reducido con su tropa a una prisión militar; concediéndole
para salvar su honor, que la rendición formal se hiciese cuando se presentase
tropa de línea española; como se verificó el veinte y nueve de julio con la
llegada de cien hombres de infantería y veinte de caballería, enviados para
este fin por el General en Jefe Dn Francisco Xavier Castaños”
Y así,
ahora, y como colofón a este relato, comenta D. Cosme, le diré, mi querido
cronista, que nadie podía suponer, en ese momento, lo que estaba por venir en
la particular historia de la insigne villa de Manzanares de La Mancha en esa
guerra de la Independencia, pero habrá usted de comprobar, en venideras
crónicas, que sería mucho y de gran enjundia, para mayor gloria de la ya
gloriosa historia de este nuestro gran pueblo y de sus grandes gentes....…
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