Corría el año 1954 cuando el tristemente célebre " Circo Alemán " quedó abandonado en Manzanares, después de su actuación en nuestra ciudad. La grave crisis económica que tiempo atrás llevaba arrastrando la administración del circo, se hacía día a día más insostenible hasta que hizo 'crak'.
Aquí en La Mancha, en Manzanares, el pueblo entero y de forma muy especial los niños, tuvieron que vivir una larga temporada entristecidos mientras veían desaparecer poco a poco a los animales salvajes que acompañaban el mayor espectáculo del mundo: " El Circo ".
Melchor Díaz-Pinés Pinés, como corresponsal de la Agencia Efe, mantuvo informado a toda España del suceso acaecido y cómo se buscaban soluciones para los animales que iban quedando con vida. La población y autoridades, paliaron en gran medida con sus aportaciones la tragedia que se vivía pero fue mucho tiempo de espera y la solución al traslado de los animales, parecía que no llegaba nunca.
Se aporta a esta información un recorte de " ABC " de Diciembre de 1954, donde se describen las gestiones que en ese momento final se realizaban. De las crónicas periodísticas emitidas por Melchor Díaz-Pinés Pinés durante los meses de espera, reproduzco estos párrafos sobre el último reportaje realizado, una vez solucionado el suceso:
" Difícil describir el angustioso drama por el que ha pasado el Circo Alemán. El " Lazareto " ha sido mudo testigo de su sentir, tanto tiempo impotente, viendo morir uno tras otro tanto hermoso animal que a pesar de su condición de salvaje, demostraban en su triste mirada el drama que les consumía y parecían suplicar el cese de su inmerecido castigo, causado por el caos administrativo de una organización, de la que ellos no eran culpables.
Lástima es y recordarlo da grima, que esta solución providencial de todos los hechos, hayan podido compartirla solamente los cuatro osos, el cóndor y el papión como únicos supervivientes y que esa ayuda no hubiera podido evitar el desastre, que sin posible precedente, ha tenido lugar en este tranquilo lugar de La Mancha, viendo morir sin posible apelación a medio centenar de majestuosas estampas selváticas, que tan merecida fama habían dado en su día a este gran circo.
El Lazareto ha quedado vació. Sólo conservará el recuerdo de su hospitalidad y será invisible vigilante de los que en su recinto yacen por errores cometidos por los hombres ".
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