El 19 de Marzo de 1956, Melchor Díaz-Pinés Pinés, remitía a Agencias la siguiente crónica.
Con caracteres de acontecimiento artístico se ha inaugurado, en los Salones del Casino de Manzanares, una gran exposición de pintura en las que predominan el paisaje y costumbrismo de La Mancha cervantina y cuyo autor es el joven pintor local, Clemente Maeso.
Presenta este novel artista una treintena de obras, abarcando toda la gama de matices coloristas que el sol manchego imprime a sus pinturas. Tipos, paisajes, bodegones, arquitectura y más y más motivos, llevados al lienzo con una plasticidad sorprendente y cuyo acusado estilo personal, ya ha logrado imprimir a su obra desde sus comienzo, hace quince años.
Es su quinta exposición de pinturas y con ella trata de consagrar definitivamente su estilo pictórico. Su adolescencia en este divino arte pasó casi fugaz y la superación, ha sido la técnica que se impuso este colosal pintor que ya muestra su madurez en las obras que presenta.
La Mancha va siendo pródiga en pintores, que plasman con acertadas pinceladas sus quintaesencias paisajísticas. El arte tiene también cabida en estas pardas tierras que en tiempos no remotos fueron extensos pastizales. Un hombre joven, con arrestos y poseedor de un gran estilo, ha sabido situarse entre los más genuinos paladines de la pintura contemporánea, en un breve espacio de tiempo.
Hoy, Clemente Maeso, como ayer lo hicieran sus corregionales: Prieto, Iniesta, Villaseñor y Guijarro, camina con paso firme hacia la fama, en plena juventud.
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