El 1 de noviembre de 1961, Melchor Díaz-Pinés Pinés, escribe este pequeño artículo de índole histórica sobre los orígenes del vino en la Península ibérica.
Según datos que Plinio el Viejo aporta a la 'historia del vino', en los años anteriores al nacimiento de Cristo se vendía el vino a 1 dracma el "metrete", medida de cuarenta litros, que equivaldría a 2 céntimos de peseta el litro, en nuestra moneda actual. El cultivo de la vid fue introducido en España por los foceos ó focenses, pueblo procedente de Grecia, en el siglo V antes de J.C. y ya en tiempos de Diocleciano se exportaba a diversos paises del Mediterráneo.
Las primeras regiones que adaptaron el cultivo de la vid fueron los gerundenses en el nordeste de la península, los levantinos y los de la Bética, haciéndose famosos los 'vinum gaditanum' y el 'Louro', en el suroeste de la misma, así como los vinos de Tarraco en el Levante catalán. En La Mancha, que con el discurrir del tiempo sería la primera región productora de la península, ya se cultivaba el vino a mediados del siglo I de nuestra Era y una de las mayores cosechas que registra la Historia fue la del año 1920, en la que España totalizó los 27 millones de hectólitros de vinos blancos, tintos y claretes.
Durante la dominación romana la agricultura tomó un extraordinario impulso en la península ibérica, tanto que nuestra nación era considerada como " provincia nutrix " del Imperio Romano.
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