Tod@s los manzanareñ@s que vivieron los años 50' y 60' del pasado siglo, recordarán sin duda el entorno urbanístico de la Plaza del Gran Teatro de esos años y los comercios y servicios más característicos que allí se ubicaban.
La báscula municipal, la tienda - más tarde librería - de Melchor Díaz-Pinés, la armeria de Carranza, la Farmacia de D. Ricardo Gil Cabredo, el Hotel Regina, la capilla-ermita de la Virgen de Gracia, donde se daba el último adios al fallecido y la 'cabezá' a los familiares ...
Entre los documentos y escritos de mi padre, encuentro este simpático soneto que a continuación les reproduzco, con sus endecasílabos bastante bien ajustados y en el que su introducción, desarrollo y conclusión parecen perfectamente definidos, dedicado el mismo a la célebre BÁSCULA MUNICIPAL allí existente, en la estratégica esquina de la calle Toledo.
Báscula Municipal de Manzanares, 1957. |
Yo recuerdo muy bien nuestros juegos de niños en la Báscula Municipal y cómo observábamos con suma atención los diferentes carruajes y vehículos a motor que allí paraban para realizar la pesada. Era un servicio muy importante el que se ofrecía a los agricultores - sobre todo en la época de vendimia - pues el funcionario municipal que realizaba la operación, daba fe de la cantidad de materia prima que portaba el vehículo, al suministrar los 'tickets' de los pesados en lleno y vacío, que servirían para justificar y más tarde, cobrar, su preciada carga.
C/ Toledo: a la derecha, Hotel Regina y Farmacia de D. Ricardo Gil. A la izquierda, haciendo esquina, la Librería Díaz-Pinés. |
La plataforma metálica sobre la que descansaba el vehículo proporcionaba un ligero movimiento que nos divertía y allí jugábamos de pequeños, hasta que el funcionario Antonio León Azorí, persona tremendamente popular en aquellos tiempos, salía a regañarnos con cariño.
Por deducciones que he realizado, es posible que la autoría del soneto, corresponda a JUAN LÓPEZ MIRA, muy amigo de mi padre, que seguramente se la dedicó, dada la popularidad del comercio-tienda de Melchor.
LA BÁSCULA MUNICIPAL
La vendimia fue madre de tu vida
en calle de Toledo laboriosa;
el Hotel y la Farmacia prestigiosa
te dieron su calor y bienvenida.
A tu lado una tienda abastecida,
la de Melchor gentil, siempre amorosa,
y a tu espalda fragante como rosa,
la ermita de la Virgen tan querida.
El Gran Teatro cercano vigilaba
tu enorme trajín tan necesario.
Admirado, de niño, contemplaba
el quehacer de aquel probo funcionario.
¡ Tu vida, cuando menos se esperaba,
terminó ante el furor utilitario !.
Aunque no estemos en FaceBook, escribo un "ME GUSTA"...
ResponderEliminarSiento no recordar esa báscula... Yo sólo recuerdo la báscula que había entre el mercado y el colegio de las monjas... Allí era donde jugábamos nosotras!
Ya te comenté que eres muy joven para recordarla, Esther. Muchas gracias por el comentario y por 'bascular' del 'facebook' al 'blog' y tiras porque te toca ...¡ Al parchís, si que has jugado cantidad, eh !.
ResponderEliminarNo llegue a conocer la báscula, pero me ha gustado el poema y de paso he buceado un poco por el blog.
ResponderEliminarEn el Manzanares - eminentemente agrícola de mi época - ese pequeño edificio era emblemático pues la economía de los agricultores, pasaba por hacer sus pesadas en la báscula y justificar así los frutos de su trabajo ante los organismos que recibían su carga. Todo pasa y todo queda - como decía Machado - y los recuerdos, son imborrables en nuestras mentes. Muchas gracias por ese pequeño ejercicio natatorio que has hecho en el 'blog'. Un beso.
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